viernes, 29 de junio de 2012

Soltar amarras

Reflexiones
Por Susi Mauer | Para LA NACION
 
Osado y riesgoso es el primer juego en la vida del bebe humano. Apenas una sabanita entre dos alcanza para jugarlo. Su texto gestual es no está, acá está. Perderse del otro y luego volver a encontrarlo, de eso se trata.
Con gran excitación por el reencuentro con su madre, el niño va construyendo confianza en que se puede soltar, separar de su objeto amado para luego recuperarlo. Este juego inaugural, que nos expone tanto a tolerar la ausencia del otro como a sentir el regocijo de su reaparición, mantiene su vigencia a lo largo de la vida. Las escondidas, juego por excelencia de la niñez, responde a este mismo desafío: atreverse al desencuentro.
La noche y la oscuridad son tan temidos en la cotidianidad de la infancia justamente porque cuando dormimos no estamos sostenidos por la mirada de nadie. Renunciar a la vigilia implica sustraerse de los estímulos y del contacto con el mundo externo. Eso genera resistencia y también, a veces, angustia. De ahí el forcejeo infernal de los niños buscando evitar la despedida del día.
La seducción también juega con la sutileza del mostrar sin hacerlo del todo, insinuando y escondiendo al mismo tiempo. La fascinación natural que producen las trastiendas refiere a esta tentación de espiar que produce justamente no tenerlo todo a la vista. Acceder a los procesos que no se dan a ver, hoy conocidos como backstage, a veces cautiva con más intensidad que el producto final justamente porque conservan el misterio de los secretos de alcoba. Dentro de estas variantes, los reality shows son una versión caricaturesca de la falta de acotamiento.
Madurar quiere decir, entre otras cosas, animarse a dejar ir, soportar desconectarse transitoriamente, darse un respiro, tolerar no tener al otro disponible siempre. Y esta trabajosa búsqueda no es privativa de los más chicos.
Hoy estamos todos congestionados de hiperconexión. Hacemos trampa y lo sabemos. Con desprolijidad, y a veces rozando el atropello, nos aferramos a eficaces dispositivos -abrojos tecnológicos- que nos fueron llevando a niveles de dependencia enfermiza. Claro que llamarlos abrojos sólo se justifica si nuestro interés es destacar el modo en que se nos han adherido al cuerpo, más allá de su innegable utilidad. Una disposición inquieta y algo ansiosa acompaña su uso abusivo: porque los olvidamos y todo estaba allí adentro, porque suenan fuera de contexto, porque nos sorprenden sin batería en el peor momento, en fin, se han convertido en bichos tan poderosos como irresistibles. Fuente de enredos para los inseguros, de preocupaciones para los obsesivos y de tensión para quienes desconfían.
Aquí ni siquiera vale el precario y corto despegue que logra el bebe tolerando, aunque sea algunos instantes, que su madre no esté. Cruzando una avenida, leyendo de reojo un mensaje mientras alguien nos habla en frente -disculpas mediante-, conduciendo un auto donde la respuesta incluye la advertencia estoy manejando; lo cierto es que la imprudencia ya está en curso.
Las pausas, los silencios y la autonomía son difíciles de conquistar, y más aún de preservar sin contaminar. Pretender vivir sin poder hacer cortes, sin poder tomar distancia, ni siquiera la que propone la escena lúdica del comienzo de la vida, nos vuelve más inseguros, más dependientes, y por lo tanto, más frágiles. Tironeados entre la enorme potencia de la comunicación en red y su despiadada tiranía, tendremos que ir aprendiendo su sintaxis y códigos para apropiarnos de su lenguaje con sensatez y sobre todo con respeto al otro.
La alusión metafórica, la insinuación propia de la seducción, el velamiento que propone la sabanita como desprendimiento en el juego, enriquecen un poema, un film, un encuentro amoroso, un lazo afectivo. Justamente porque sueltan amarras y se liberan de la literalidad..
Para reflexionar un poco........

Juan Alberto Badía!!!

 
Para una linda persona que nos hizo vibrar, nos vemos Juan Alberto Badía!!!!

sábado, 23 de junio de 2012

Qué tiene que tener una cuna para ser segura



  • La cuna tiene que estar homologada. En el BOE se recogen las normas y directrices que deben seguir los fabricantes para hacer de una cuna un lugar seguro para el sueño de los niños. La normativa europea vigente a fecha de hoy es la UNE-EN 716-1:2008. A la hora de comprar una cuna deberemos cerciorarnos de que cumple esta normativa.
  • Que tenga una distancia correcta entre los barrotes. La distancia no debe ser ni muy pequeña, donde pueda quedar atrapado algún dedo, ni muy grande donde pueda entrar la cabeza, por ejemplo. La distancia correcta estaría entre los 4,5 y 6,5 cm.
  • Cómo tiene que ser una cuna para ser seguraQue no esté fabricada con materiales tóxicos. Esto es de lógica, pero hoy en día vete tú a saber… los materiales no pueden ser tóxicos para el bebé. Cabe la posibilidad de que chupe los barrotes e incluso de que, cuando crezca y se aguante de pie, mordisquee la barandilla.
  • Que la barrera sea movible. Una de las barreras tiene que poder moverse y apartarse para que los padres puedan acceder al bebé sin problemas. Si no se mueve, la espalda de los papás se acabará resintiendo, sin duda, y coger al bebé de noche puede llegar a ser peligroso, por tener que sacarlo de dentro sorteando la barrera aún alejado de nuestro cuerpo (a veces les da por moverse cuando menos te lo esperas).
  • Que la barrera se fije fuertemente cuando no tenga que moverse, para que sólo papá y mamá sean capaces de bajarla y subirla.
  • Que el ancho mínimo de la cuna sea 60 cm y que sea al menos 20 cm más larga que el niño. La altura de la base de la cuna, donde va a dormir el bebé, tiene que ser también modificable: desde unos 60 cm desde el suelo al principio hasta 30 cm cuando el niño crece y bajamos la base.
  • Debe tener protecciones o chichonera para que el niño no se haga daño. Estas protecciones no podrán tener lazos o cuerdas para fijarlas que queden a mano del niño, pues podría enredarse en ellas.
  • Tener las decoraciones, pegatinas o dibujos bien pegadas o pintadas, para que el niño no pueda arrancarlas.
  • Contar con ruedas que puedan bloquearse (al menos deberían poder bloquearse dos). Cuando el bebé se ponga de pie deberemos alejar la cuna de ventanas, sofás o camas para evitar que pueda utilizarlos como ayuda para salir.
  • El colchón tiene que ser adecuado para la cuna que se tenga. De este modo quedará bien ajustado y no habrá huecos donde el bebé pueda quedar atrapado de algún modo.

Pero yo la he heredado y es imposible que esté homologada según esa normativa

Muchas veces se aprovechan cunas antiguas, prestadas o heredadas de uno mismo (nosotros tuvimos durante un tiempo la cuna en la que dormía mi mujer de pequeña, aunque nadie llegó a dormir en ella, me temo).
En ese caso es imposible que estén homologadas según una normativa del año 2008, así que deberemos hacer una revisión de la cuna para ver si cumple todo lo expresado anteriormente (medidas, espacio entre barrotes, barrera movible,…) y verificar lógicamente que la madera está en buen estado, que no hay astillas, tornillos, remaches ni ningún saliente peligroso a la hora de dormir, así como ninguna punta o esquina que pueda ser peligrosa cuando el bebé esté fuera, gateando o caminando alrededor de la cuna.

Un último consejo que hará de la cuna un lugar aún más seguro

Además de todo lo comentado queda aún un último consejo que hará que la cuna sea un lugar aún más seguro y que no tiene que ver con su construcción, sino más bien con el lugar en el que se ubica.
Cada pareja debe decidir dónde quiere que duerman sus hijos, de esto no hay duda, sin embargo yo siempre aconsejaría que, sea en otra cama separada o sea en una cuna, padres e hijos estén juntos en la misma habitación.
El por qué es muy lógico: no todo lo que le puede pasar a un bebé por la noche está relacionado con su cuna. A veces se atragantan con sus propias babas, a veces regurgitan, a veces sube la fiebre sin darnos cuenta, a veces vomitan, a veces… y aunque la mayoría de las veces se quejan lo suficiente como para que se les pueda oír desde otra habitación, siempre nos enteraremos antes y siempre llegaremos antes si estamos más cerca, es decir, en la misma habitación.

Taller para la futura madre

Los invito a participar del “Taller para la futura madre”
Que saber y que hacer antes, durante y después del nacimiento
 de tu bebe para que lo cotidiano sea más fácil y simple


a realizarse el jueves  28 de junio 2012 a las 19 horas. Está dirigido a futuras mamás y mamás recientes para conversar sobre los siguientes temas:
                 •Como organizarse antes del nacimiento
                 •Como aprovechar la internación.
                 •La vuelta a casa con el recién nacido.
                 •Cuidados de la madre y el recién nacido.
                 •Algunas sugerencias y secretos para las cosas cotidianas.
Costo $65- Vení con tu marido, una amiga o alguien de tu familia, SOLO PAGA UNO!!!
Para inscribirse mtmluisabengolea@hotmail.com o llamando al 011-4821-4855
Grupos reducidos. Espacio MTM . Palermo Duración del taller de 19 a 20.30 horas
Disertante Licenciada Luisa Bengolea . Enfermera con orientación en Perinatología

domingo, 3 de junio de 2012

Taller sobre el recién nacido

Los invito a  participar del “Taller sobre el recién nacido” 
 Que saber y que hacer antes, durante y después del nacimiento 
de tu bebe para que lo cotidiano sea más fácil y simple



a realizarse el jueves 14 de junio de 2012 a las 19 horas. Está dirigido a futuras mamás y mamás recientes para conversar sobre los siguientes temas:
  • Se amplia la familia
  • La primera hora del recién nacido.
  •  Contacto precoz. Apego
  • Recién nacido normal sus características.
  • Llanto. Vigilia y sueño
  • Amamantamiento.
  •  Alertas Algunas sugerencias y secretos prácticos
Costo $65- Vení con tu marido, una amiga o alguien de tu familia, SOLO PAGA UNO!!!
Para inscribirse  mtmluisabengolea@hotmail.com o llamando al  011-4821-4855      
Grupos reducidos.Espacio MTM . Palermo. Duración del taller de 19 a 20.30 horas
Disertante Licenciada Luisa Bengolea . Enfermera con orientación en Perinatología
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