martes, 26 de mayo de 2015

Consultorio de amamantamiento

Por qué consultar: 

porque el amamantamiento es la forma natural de alimentar a tu bebe. 

                                  
Todas las madres necesitan ayuda, tienen dudas, algunas dificultades para amamantar. Hace tu consulta es una inversión para toda tu vida y la de tu hijo, que nadie te saqué esta posibilidad, no pierdas la oportunidad de darle a tu bebe lo mejor, una leche adecuada para él y formar un vínculo indisoluble.
Aún si no querés amamantar hace tu consulta para saber cuales son los beneficios de amamantar.

Horarios de atención
  • Lunes de 16 a 19 horas.
  • Martes, miércoles y jueves de 10 a 19 horas
  • Viernes de 11 a 15 horas
Para reservar tu cita: mtmluisabengolea@hotmail.com  011-4821-4855. 
Cada cita dura alrededor de 2 horas.
Costo  $200.-, en consultorio, en domicilio $250.-

Congestión mamaria y mastitis


Información perteneciente a la revista NUEVO COMIENZO, Vol. 16 Numero 3 Año 2004
Muchas mujeres piensan que una mastitis es igual a una congestión mamaria o que significan lo mismo. Son dos problemas diferentes, generalmente la congestión aparece tras el parto, cuando empieza a subir la leche, aunque a veces puede presentarse cuando el niño es mayor si se salta tomas o se hace un destete abrupto. La mastitis es un término general que se usa para referirse a cualquier inflamación del pecho.

Congestión mamaria
Es normal que los pechos presenten una cierta hinchazón tras el parto, que se hagan más grandes y pesados, se sientan más sensibles entre el segundo y el sexto día después de haber dado a luz, cuando empieza a subir la leche. Esta sensación, que a veces puede ser incomoda va desapareciendo paulatinamente dos o tres semanas después del parto. Muchas mujeres, cuando dejan de tener esta pesadez e hinchazón en el pecho, se preocupan porque piensan que la leche ha disminuido o se les está retirando. La realidad es que cuando se produce la leche tras el parto, los senos reciben una mayor afluencia de sangre y de líquido linfático además de la leche que empieza a producirse.

La pesadez normal de los pechos puede en algunos casos convertirse en ingurgitación o congestión mamaria, que a veces es muy dolorosa y algunas personas confunden la mastitis. Algunas medidas puestas en práctica desde el principio pueden ayudar a evitar o a mejorar la congestión de los senos.

Para ayudar a evitar la congestión del pecho
S  Asegurarse que el bebé mama en una posición correcta, con la boca bien abierta y de frente a la madre.
S  Que mame sin restricción alguna desde el nacimiento; si el bebé toma el pecho a menudo (entre 8 y 12 veces en veinticuatro horas) la madre tiene menos posibilidades de que sus senos se congestionen.
S  Si el bebé duerme mucho, animarlo a mamar al menos cada dos o tres horas.
S  No dar suplementos de suero glucosado o leche artificial.
S  No limitar el tiempo que el bebé está mamando.
S  Si el pecho está tan hinchado que el bebé no puede agarrarse del pezón, sacar un poco de leche hasta dejar la areola blanda.
S  Antes de poner al bebé a mamar poner calor y dar masaje al pecho; esto hará que la leche fluya con más facilidad.
S  No es recomendable usar pezoneras o biberones aunque sean de leche materna extraída; pueden ocasionar confusión al bebé quien no aprenderá a mamar eficientemente.
S  Si el bebé por algún motivo no puede mamar directamente del pecho, la leche extraída se le puede dar con vasito, jeringa o cucharita.
S  Entre toma y toma aplicar compresas frías (paños con agua fría o hielo picado envuelto en una toalla, nunca directamente sobre el pecho).
S  La madre no necesita restringir la ingesta de líquidos, debe seguir tomándolos según su sed.
S  Si la madre siente dolor, su médico puede recetarle algún analgésico compatible con la lactancia.
S  Generalmente al poner en práctica estas medidas los síntomas desaparecen en 48 horas; si estos persisten consultar con el médico.

Mastitis
Cuando una mujer está desarrollando una mastitis siente dolor en el seno, puede tener o no fiebre y síntomas similares como cuando se tiene una gripe, además de una zona caliente y dolorosa en el pecho. La mastitis puede tener su origen en varias causas y en cierta manera es posible prevenirla.

Las causas principales de la mastitis son:

S  Las grietas o fisuras en el pezón, situación que se mejora revisando la colocación del bebé cuando se agarra al pecho.
S  Saltarse tomas o restringir el tiempo que el bebé está mamando.
S  Cansancio, estrés
S  Sostenes muy ajustados, usar pezoneras, dormir boca abajo...

Prevención y tratamiento de la mastitis

S  Dar el pecho sin restricciones.
S  Aplicar calor seco o húmedo antes de las tomas.
S  Masaje suave en los senos antes de las tomas.
S  Seguir amamantando, la lactancia frecuente evita que el pecho se congestione. Ofrezca al bebé el seno afectado en primera instancia.
S  Variar la posición del bebé al pecho. No amamantar siempre en la misma posición.
S  Descanso y reposo son importantes para la recuperación de la madre; si es posible puede acostarse con su bebé y reposar hasta que se encuentre mejor.
Si después de 24 horas de poner en práctica estos tratamientos, la fiebre o el malestar general continúan debe consultar con su médico que posiblemente instaurará un tratamiento a base de antibióticos. La lactancia debe continuar; paradójicamente la succión adecuada del bebé hace que el seno se recupere más pronto al ser evacuada con prontitud la leche, tarea que el bebé hace eficientemente

Bettina Gerbeau y Victoria Navas, España

Referencias “La lactancia materna, libro de respuestas”, publicación de La Leche League International, Illinois, Estados Unidos, enero 2002.



jueves, 21 de mayo de 2015

Más sobre las posiciones para amamantar





Posición acostada


  
 Posición clásica



Posición en reversa 


 Posición parado

El cambio de posiciones al amamantar favorece el vaciado de las mamas y también modifica la prendida sobre la areola y pezón, dan comodidad y es preventivo de mastitis y lesiones sobre el pezón.

Para amamantar correctamente es necesario que la madre esté cómoda  ya sea acostada o sentada. Es conveniente tener cerca algo para beber, recomiendo agua y también alguna fruta mientras se amamanta, tener cerca el teléfono, aunque no se lo atienda, para no tene interrumpir el  amamantamiento, que es un momento muy importante para madre y bebe. Es aconsejable, si es posible,  orinar antes de amamantar, esto también brinda comodidad y relajación.

Si la madre amamanta sentada debe acercar el bebe hacia su cuerpo para una prendida correcta, usando algún almohadón o almohada sobre sus piernas, las que estarán relajadas apoyadas sobre un pequeño banco o algo que permita levantarlas del piso, como muestra la foto de la posición clásica, que no tiene almohadón sobre sus piernas pero levanta una de ellas acercando así la cabeza del bebe a su cuerpo y por ende hacia la mama.
 Escrito por Luisa Bengolea asesora en amamantamiento, enfermera perinatal
Consultas a mtmluisabengolea@hotmail.com 

lunes, 11 de mayo de 2015

Consultorio de amamantamiento

Por qué consultar: 

porque el amamantamiento es la forma natural de alimentar a tu bebe. 

                                  
Todas las madres necesitan ayuda, tienen dudas, algunas dificultades para amamantar. Hace tu consulta es una inversión para toda tu vida y la de tu hijo, que nadie te saqué esta posibilidad, no pierdas la oportunidad de darle a tu bebe lo mejor, una leche adecuada para él y formar un vínculo indisoluble.
Aún si no querés amamantar hace tu consulta para saber cuales son los beneficios de amamantar.

Horarios de atención
  • Lunes de 16 a 19 horas.
  • Martes, miércoles y jueves de 10 a 19 horas
  • Viernes de 11 a 15 horas
Para reservar tu cita: mtmluisabengolea@hotmail.com  011-4821-4855. 
Cada cita dura alrededor de 2 horas.
Costo  $200.-, en consultorio, en domicilio $250.-

viernes, 8 de mayo de 2015

¡¡ PRÓXIMO ENCUENTRO!!

CHARLA GRATUITA
El próximo sábado 16 de mayo a las 10 hs. tendremos un nuevo encuentro con el Prof. Dr. Jorge César Martínez en la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador en el desarrollo del Programa de Medicina Preventiva para padres, futuros padres y profesionales “Una Invitación a la Vida”- Centro Piloto OMS-USAL.

Nos vamos a referir a:

©    El útero, nuestra primera escuela
©    Es el recién nacido inteligente?
©    Ese especial primer mes del recién nacido

©    “Mi mamá  trabaja. Yo no la culpo, ella sí.”
©    Madres que trabajan  vistas desde los ojos de un niño.

Cómo combinar ser la Super-mamá soñada pero además pertenecer a las “fuerzas del trabajo”.
¡¡Claro que pueden!! Pero, cómo no destruirse en el intento.

 Universidad del Salvador- Facultad de Medicina
Tucumán 1845 – P.B.- Capital Federal

Cupos limitados de acuerdo a la capacidad del auditorio
POR FAVOR CONFIRMAR ASISTENCIA SECRETARIA DE CEDIEPER –
 Teléfono: 4814-1499 DE 10 A 18 Hs.
E-mail: cedieper@pediared.com

jueves, 7 de mayo de 2015

Tres verdades sobre las madres que han pasado por una cesárea

Monet Moutrie
Escritora y fotógrafa de partos. Cofundadora del blog Cord
Publicado: 02/05/2015 10:02 CEST Actualizado: 03/05/2015 12:36 CEST

Ser fotógrafa especializada en nacimientos me permite captar unas de las historias más felices en la vida de una familia. Entro al lugar del parto y documento los pequeños y grandes momentos que allí ocurren. Cuento la historia de la llegada de su hijo o hija al mundo. Las luchas, los miedos, el dolor, la alegría.

Estas historias son preciosas.


Pero en este mundillo veo que hay un determinado tipo de nacimiento idealizado, y en mi trabajo reflejo muchos que encajan en dentro del estándar. Si hubiera que dar un trofeo, se lo llevarían los partos naturales sin epidural, en los que la madre y su pareja se muestran activos y sin trabas por parte de médicos o enfermeros. Justo la otra noche leí una historia en la que la madre, involuntariamente, dio a luz en la bañera de su casa. Su marido cogió al bebé porque allí no había nadie más. Se sentaron en su sofá y trataron de asimilar el milagro de la vida. Fue una historia perfecta... y estoy segura de que llegará a oídos de mucha gente.

Quizá algunos hayáis leído sobre el increíble parto de nalgas que fotografié en febrero. A la madre la estaban preparando para una cesárea de urgencia cuando sintió tal necesidad de empujar que su hija salió, de nalgas, mientras ella estaba en la mesa de operación. Una vez más, se trata de una historia impresionante que inspiró a muchas mujeres a mantener sus objetivos en el parto.

Pero, últimamente, he estado pensando en los héroes olvidados. He estado pensando en las historias de partos que no reciben necesariamente todas las felicitaciones ni los compartidos en Facebook.

Hablo de las historias de cesáreas y de las valientes mujeres que dan a luz a sus hijos con esa fuerza y esa belleza.

Por eso, os animo a dar un paso atrás y a que os regocijéis con estas tres verdades sobre las mamás que han pasado por una cesárea.




1. Son valientes
La preparación para la cesárea no es coser y cantar. Muchas veces, la pareja de la madre no tiene permitido entrar o sólo puede hacerlo después de que le hayan administrado la epidural y de que todo el mundo esté en sus puestos. Esto significa que mientras los médicos y enfermeros pululan por allí, preparando la sala de operaciones para el parto (quizá hablando de la comida o de la película que vieron el fin de semana), una mujer embarazada espera en una mesa de operaciones pensando en lo que tiene por delante, a menudo asustada y a menudo sintiéndose muy sola.

En esos momentos, esa mujer saca toda la fuerza y el amor que siente por su bebé. Primero la inunda el miedo... y luego lo aleja de sí. Sabe que en ese momento, eso es lo mejor para su hijo, aunque lo mejor signifique una cirugía, con heridas y cicatrices de verdad. Aunque lo mejor signifique apartar un sueño o una visión que llevaba nueve meses construyendo en su cabeza.

Si nunca te han practicado una cesárea, te animo a que te imagines la dura realidad de esos momentos. Ponte en su lugar, en esa mesa, esperando, probablemente aterrorizada. Cuando lo hagas, creo que te darás cuenta rápidamente de lo valientes que son las madres.



2. Son fuertes
No hay muchas madres que puedan decir que la cesárea fue lo primero que se imaginaron al pensar en el parto. Las cesáreas son una necesidad médica en la mejor de las situaciones; en el peor de los casos, puede ser por una práctica anticuada del doctor o por su interés.

Algunas madres tienen semanas para mentalizarse de un cambio en sus planes, pero muchas sólo tienen días, horas o incluso minutos. De repente, todo lo que se imaginaban cambia. Sus planes de parto se han ido al garete. Les espera una cirugía. No saben cuánto tendrán que esperar hasta poder sostener al bebé en sus brazos.

Los seres humanos no solemos tolerar bien las situaciones de cambio repentino. Y aun así, las madres encuentran el modo de dejar su orgullo y conectar con una fuerza interna que les permite aceptar la alternativa y dar a luz a su hijo.

Pero luego viene la operación en sí. Los cortes y las suturas. A veces tienen que pasar meses para que la madre se recupere por completo. Y aunque tras pasar por el quirófano a todo el mundo le gustaría tumbarse con una gran tarrina de helado y ponerse a ver películas como si no hubiera mañana, las madres hacen justamente lo contrario. Tienen que dar el pecho, criar, querer a sus preciosos bebés, que necesitan el vínculo con su madre.

martes, 5 de mayo de 2015

Hagamos la diferencia!!!


Parir en hospital de manera respetada...es posible!
 Sólo falta la actitud y predisposición de los profesionales! 
No hacen falta grandes ni sofisticadas estructuras para hacerlo posible. 
Solo se necesita de humanidad!

Intentémoslo sin violencia



Frédérick Leboyer, allá por 1974 escribió un libro llamado Por un nacimiento sin violencia. El libro se lee como una poesía, y lleva imágenes espeluznantes, que hielan la sangre. Imágenes en blanco y negro que seguro que este buen hombre se imaginaba que habrían quedado obsoletas para cuando lo leyéramos en el siglo XXI los bebés que estábamos naciendo mientras él escribía.

Si supiera, el pobre Leboyer, que esos bebés, ya madres y padres, tenemos las mismas imágenes de nuestros bebés recién nacidos, colgando de los pies, en manos de médicos sonrientes y orgullosos, imágenes a todo color y digitales.

"El bebé siente todo de forma más aguda, más potente, porque las sensaciones son todas nuevas, y porque su piel es tan fresca, tan tierna, mientras que nuestros sentidos adormecidos están casi muertos" (la traducción es mía).

Nuestros sentidos adormecidos están casi muertos porque han olvidado el calor. Han olvidado lo que era estar en un medio perfecto, donde no existen las necesidades, donde todo es calor y amor. En el vientre de mamá el bebé está seguro, cuidado, mecido y amado siempre.

De pronto, parece haber sido desgarrado de ese paraíso, colgado boca abajo como un prisionero de guerra. Sus manos buscan tocar, su grito pelado retumba en oídos adormecidos. "El niño está loco con ansiedad por la simple razón de que ya nadie lo acurruca" continúa Leboyer. Lo único que conocía el bebé era el tacto permanente, omnipresente del útero de su mamá.

Al nacer "en vez de acoger su cuerpecito, lo amarramos de los pies, dejándolo colgar en el vacío. Y la cabeza (...) la dejamos colgar, y le damos al bebé la sensación de que todo gira, mareado, de que el universo es puro vértigo insoportable".

Fijaos en las manos de ese bebito. Manos desesperadas que buscan a su mamá, como si fuera parte de su propio cuerpo, como si fuera lo único que conoce, su única paz.

¿Como si fuera? ¿A caso no lo es?

Quizás un nacimiento sin violencia solo requiera de paciencia, humildad, silencio y amor, como dice Leboyer. Quizás requiera que recordemos que se trata de un nuevo ser que viene al mundo, y lo recibamos con el amor y el respeto con que recibimos a una visita importante que estuvimos esperando por meses y meses.

 Leboyer termina con las siguientes frases:

“¿Qué más se puede decir? Solo una cosa.

Intentémoslo.”

Creo que eso es poco a poco lo que vamos haciendo. Porque el parto es nuestro, pero el nacimiento es suyo.
 Sobre la foto: Se titula "Momento único" y fue tomada en el hospital Evangélico de Londrina, de Brasil.

lunes, 4 de mayo de 2015

Consultorio de amamantamiento

Por qué consultar: 

porque el amamantamiento es la forma natural de alimentar a tu bebe. 

                                  
Todas las madres necesitan ayuda, tienen dudas, algunas dificultades para amamantar. Hace tu consulta es una inversión para toda tu vida y la de tu hijo, que nadie te saqué esta posibilidad, no pierdas la oportunidad de darle a tu bebe lo mejor, una leche adecuada para él y formar un vínculo indisoluble.
Aún si no querés amamantar hace tu consulta para saber cuales son los beneficios de amamantar.

Horarios de atención
  • Lunes de 16 a 19 horas.
  • Martes, miércoles y jueves de 10 a 19 horas
  • Viernes de 11 a 15 horas
Para reservar tu cita: mtmluisabengolea@hotmail.com  011-4821-4855. 
Cada cita dura alrededor de 2 horas.
Costo  $200.-, en consultorio, en domicilio $250.-

Perder a un bebé en Suecia


Una lectora nos envía su relato de duelo gestacional desde Suecia. Esta historia es un ejemplo de cómo la pérdida bien acompañada, en la que se da un espacio al bebé, permitiendo a la familia despedirse y realizar todo lo que necesiten en un momento tan duro ayuda a transitarlo. Gracias Kajsa-Lisa por compartir tu historia. Ojalá algún día en España la pérdida gestacional y perinatal se atiendan con la misma sensibilidad.

Me presento: Me llamo Kajsa-Lisa, soy sueca de nacimiento pero española de corazón. Hace año y medio que volví a Suecia con mis cuatro niños tras haber vivido más de nueve años en España. Aunque vivíamos en España, mis hijos han nacido en Suecia, por elección.

En abril del 2014 me quedé embarazada de mi nueva pareja. Llevábamos poco tiempo juntos y fue en muchos sentidos un embarazo difícil, pero a la vez muy deseado. Pasamos un verano duro, con fatiga y mareos. Problemas de adaptación y mucha pena, por no poder estar todo el tiempo con mis cuatro hijos. Pero después de largas y muy buenas charlas, nos sentíamos fuertes, afortunados y con muchas ganas de verle la carita a nuestro peque. Teníamos cita a principios de agosto, para la eco  de la semana 20 (que es la única que se hace en Suecia si no hay problemas que precisen un mayor control). Pero el 30 de julio empecé a sangrar. Después de cuatro embarazos, sabía que esto no era normal para mi cuerpo, pero esperé hasta el día siguiente a ver si se paraba. Por la mañana el flujo de sangre había aumentado y decidimos ir al hospital.

En el hospital nos atendió una ginecóloga muy amable. Nos hizo una eco y nos preguntó si queríamos mirar. Dijimos que sí, aunque al principio dudé. Enseguida me di cuenta que nuestro bebé no estaba vivo.

La ginecóloga nos lo confirmó, pero quería que lo viera también otro médico y nos dejó un momento, para ir a por su colega. Esto nos dio un momento para llorar a solas. Su compañero llegó y nos dijo, por supuesto, lo mismo, con una empatía y calidez que nos hizo sentir muy bien atendidos. Nos dejaron un rato más para asimilarlo y luego la primera médico se sentó con nosotros y nos dijo que por desgracia no tenían una cama en el hospital ya que la planta estaba cerrada por vacaciones, y que no sabía dónde y cuándo nos podía conseguir un sitio. Expresaba su impotencia por no poder darnos una respuesta en el momento pero prometía llamarnos en cuanto supiera algo.

Nos fuimos del hospital con una sensación de pena, incredulidad y rabia. Decidimos ir a almorzar antes de volver a por los niños que estaban en casa de unos amigos. En el coche ya de vuelta a casa, me di cuenta de que no sabía qué hacer si nacía la peque en casa y le dije a mi pareja que se lo teníamos que preguntar a la ginecóloga cuando llamara. No tuvimos que esperar mucho, ya que llamó a mitad del camino, para decirnos que nos había conseguido una cama en otro hospital y que podíamos ir para allá del tirón.

Dimos la vuelta al coche y por el camino, llamamos a la familia, a mi amiga del alma y a los amigos en cuya casa estaban los niños. Cuando llegamos al hospital, nos llevaron a la habitación y la enfermera que nos iba a atender empezó a explicarme cómo iba a ser, todo el proceso. En Suecia lo normal es dar a luz y en el hospital te dan medicamentos para acelerar el parto. Pero luego, te dejan el tiempo necesario y tú misma pides la ayuda que quieres. Me dieron las primeras pastillas. Luego nos preguntó si queríamos que le hicieran las huellas al bebé, si queríamos tener una ceremonia para darle un nombre, si queríamos hacerle la autopsia, si queríamos hablar con alguien, dónde queríamos enterarla etc.

No tuve mucho dolor. Eso me preocupaba un poco. Me daba mucho miedo pensar en lo que iba a pasar.

El parto duró más de lo que esperaba, pero al final, sentí que algo estaba saliendo y empecé a sangrar bastante. Me fui al cuarto de baño para cambiarme de ropa y cuando bajé los pantalones sentí como el bebé salía de mi cuerpo. Me habían preparado una bacinilla para ir controlando cuanto sangraba y allí salió mi peque mientras empecé a temblar y llorar como no había llorado nunca.

Mi pareja había llamado a las enfermeras y tres de ellas llegaron para abrazarme, consolarme con palabras y ayudarme a cortar el cordón. Yo ya había visto al bebé y sentía un dolor enorme e incontrolable.

Me ayudaron a cambiarme de ropa y me llevaron a la habitación, para esperar a que me trajeran a mi bebé muerto. Después de un ratito, llegó la enfermera con mi peque y un cartón blanco con las huellas de los pies y las manos. Nos dejaron el rato que quisimos y la pudimos acariciar y hacer fotos. ¡Era tan pequeña! pero estaba totalmente formada.

Al final, nos queríamos ir a casa para estar con el resto de mis hijos y dejamos a la pequeña Elsa con la enfermera. Al día siguiente nos llamaron de la iglesia dónde habíamos decidido enterrarla y ahora tenemos un sitio donde ir, para encender una vela y dejar una flor.

Dentro de todo lo duro, ¡estoy tan agradecida por haber tenido el trato que hemos tenido! Me han dejado espacio para poder llorar la pérdida de mi bebé, me han dejado tener recuerdos y me han tratado con el respeto, el amor y la empatía que todos nos merecemos en tal situación.

Cómo influye la anatomía del recién nacido en la lactancia materna


Si quisiéramos reproducir la forma en la que succiona el bebé del pecho de la madre seria algo imposible, porque sólo él puede hacerlo. Tiene ciertas características físicas que hacen que el recién nacido esté diseñado para mamar.
El mecanismo de succión y los movimientos que realiza están perfectamente coordinados para poder extraer la leche del pecho, y no del pezón, como se suele creer.
Para garantizar un buen agarre, la boca debe cubrir la areola y el pezón debe estar dentro de la boca, en la parte posterior, cerca del paladar blando. Al succionar se produce una presión negativa, como una ventosa que le permite que el pecho no se escape.
La lengua del bebé es más grande en comparación con el tamaño de su boca para que haya un mayor contacto con el pecho, y a la vez, sus mejillas contienen mayor cantidad de grasa para contribuir a la correcta posición de la lengua. Esas bolas de grasa en las mejillas también ayudan a que la mandíbula no colapse al realizar el movimiento durante la succión.
Realmente es muy interesante conocer cómo funciona la lactancia materna y darnos cuenta que el recién nacido está diseñado para mamar. No cabe duda de que es su naturaleza.

Cómo funciona la lactancia

 Para Ayelen y Rolo, Rosana y Néstor

¿Cómo es la mama?

La mama es una glándula formada por varios sacos  donde se produce la leche, llamados alveolos (en azul) 

Cuando el pecho recibe la señal de que un niño está mamando (y por tanto estimulando el pecho) o que va a mamar (por ejemplo, cuando el bebé llora), se liberan una serie de hormonas a la sangre materna (prolactina y oxitocina), que dan la orden al pecho de producir leche. 

Es decir, el pecho no es estrictamente un almacén donde se guarda la leche a la espera de que la saquen, porque sino, una vez vaciado, habría que esperar un tiempo a que se volviera a llenar. Pero esto no ocurre así, se va produciendo según se va gastando. 

Los alveolos vierten su producción de leche a una serie de conductos llamados galactóforos (en verde) que, como tuberías, van uniéndose hasta convertirse en conductos más amplios en la base del pezón. 

Se pensaba que estos conductos, en su parte final, justo por detrás del pezón, se dilataban formando una especie de sacos donde la leche se acumulaba esperando a que el bebé la sacara. Estos sacos se denominaban senos galactóforos, pero la realidad es que no se han podido observar ni por ecografía ni por ningún otro método diagnóstico, por lo que ya no se habla de senos galactóforos, sino simplemente de conductos. En cualquier caso, podría pensarse que esta parte se dilata cuando hubiera por ejemplo induración mamaria, igual que se dilata un ureter cuando hay problemas renales, pero no se ha podido demostrar nada al respecto.
El bebé, al mamar, combina los movimientos de succión y ordeñe, haciendo movimientos
con la boca que presionan en la zona donde antes se pensaba que estaban los senos galactóforos (que realmente no existen), en  la base de la areola, para hacer que salga la leche.

¿Cómo se produce la leche?

El pecho es una fábrica muy inteligente: produce leche según la demanda que tenga: si el bebé no estimula el pecho mamando, no se produce leche (¿para qué? Si nadie se la va a tomar), pero si el bebé mama muy a menudo, el pecho produce toda la leche que el bebé pida. 

Cuanto más mame, más producción de leche habrá. Si deja de mamar, dejará de producir leche. (por eso una misma mujer puede amamantar a más de un niño a la vez, porque cuanta más estimulación, más producción).

Este mecanismo de producción explica por qué al principio, los bebés maman muy a menudo, incluso cada 20-30 minutos, porque tienen que estimular al pecho mandándole la señal de que produzca leche. Tiene que poner la fábrica a funcionar a todo gas. Si esto ocurre, el pecho empezará a fabricar leche, y así, en unos pocos días, pasará de ser calostro (que es leche también, pero muy concentrada), a ser leche madura. 

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