lunes, 30 de marzo de 2015

La exterogestación y la necesidad de ser llevado


Publicado el 23 septiembre, 2010 por Nohemí - Mimos y Teta
El mejor lugar después del vientre materno.
Artículo de Elizabeth Antunovic (©2009 NAP, Inc.). Traducido por Kangura.com

 Introducción
Un canguro se queda en su bolsa hasta que su gestación exterior o exterogestación está completa y es capaz de alejarse de su madre por su cuenta. Al igual que un canguro, los bebés humanos nacen también inmaduros. De hecho, los bebés humanos siguen siendo en realidad más desvalidos que las crías de cualquier otra especie, y como algunos marsupiales también deben pasar por un período distinto de la gestación fuera del útero. Aunque el nacimiento puede ser visto como una separación de la madre y el bebé, los bebés necesitan ser mantenidos en los cuerpos de sus madres después del nacimiento. Este período de gestación exterior tiene que ser respetado ya que no es sólo una cuestión sentimental, sino una cuestión con un impacto profundo en el desarrollo físico, emocional y psicológico del niño.

La gestación fuera del útero-”La gestación Exterior
La simple observación de un recién nacido clarifica su naturaleza indefensa. Necesita calor y alimento. No puede alejarse del peligro y no puede usar palabras para comunicar sus necesidades. Tiene el reto de usar su sistema nervioso para comprender el espacio y su relación con él, respirar por sí mismo para hacer circular el oxígeno y nutrientes a todo su cuerpo; para comer, digerir y eliminar residuos. Es evidente que el recién nacido pasa por una transformación que no se produce instantáneamente, sino gradualmente, mayoritariamente durante el primer año de su vida. Durante este tiempo debe ser llevado a todas partes. Todavía tiene un largo camino por recorrer antes de que pueda gestionarse por sí mismo. Esta relación simbiótica entre la madre y el bebé está “naturalmente diseñada para ser aún más intensa e interoperativa después del nacimiento” que durante su gestación en el útero (Montagu, 1988, 75).

“El nacimiento no sólo constituye el comienzo de la vida de la persona sino que conlleva el final de la gestación. El nacimiento representa una serie compleja y muy importante de cambios funcionales que sirven para preparar a los recién nacidos para el paso por el puente entre la gestación en el útero y la gestación que continuará fuera del útero. “(Montagu, 1986, 57)

El bebé debe ser alimentado de una forma que represente lo más posible la intimidad del embarazo hasta que la gestación “exterior” (“gestatio”- latin, llevar o transportar) se ha completado. Esto significa que el bebé debe estar en proximidad constante con su madre, ya sea en los brazos de su madre o en contacto con el cuerpo de su madre gracias a un con un trozo de tela u otro portabebé.

Continuando la relación entre madre e hijo
A pesar de que los bebés son llevados por sus madres en la mayor parte del mundo, cada vez más diminutos bebés pasan la mayor parte de sus días solo en incubadoras, asientos inflables y cochecitos y pasando sus noches solos en moisés y cunas privados del contacto y la presencia de su madre. La naturaleza no lo planteó para que fuera de esta manera. Una madre y su bebé están fuertemente predispuestos a esperar unidos y a continuar con esa unidad después del nacimiento.

“A pesar de que las experiencias intrauterinas pueden ejercer una influencia sobre el desarrollo posterior del niño, las experiencias que tiene aproximadamente durante los diez meses después del parto son de mayor experiencia… una relación simbiótica permanente entre madre e hijo diseñada para perdurar un “continuum” sin interrupción hasta que el peso del cerebro del bebé se ha más que duplicado “(Walsh).



En el vientre materno bebe unico


Publicado el 28/07/2012
National Geographic nos lleva a una serie de increíbles viajes que nos revelarán el increíble mundo del desarrollo del feto

Profesionales que recomiendan que los recién nacidos no reciban visitas

17 de abril de 2012 | 09:09 CET
Eva Paris
Editor en Bebesymas

Final del formulario
Los primeros nacimientos en una familia o en un grupo de amigos, los primeros nietos o bebés de la pandilla, suelen estar muy solicitados en sus primeras horas de vida. Nadie quiere perderse el gran acontecimiento del nacimiento del bebé, y todo estaría bien si no fuera porque, para la madre y el propio pequeño, no es lo más aconsejable que el recién nacido reciba tantas visitas.

Por ello en algunos hospitales y algunos profesionales médicos ya están haciendo lo posible para concienciar a los padres (y a las visitas) de que los recién nacidos y sus madres necesitan tranquilidad, por su bienestar.

Madre y bebé acaban de pasar por una situación más o menos estresante, la madre a menudo está exhausta, el bebé cambia el mundo de tranquilidad del interior del vientre por el ruidosos y luminoso exterior, y lo que más necesita esas primeras horas es sentir el calor de la madre, el contacto piel con piel, y ser amamantado precozmente.

Y todo ello es mucho mejor en un entorno tranquilo, que permita a la madre estar más relajada. Y es que nacer en un entorno acogedor y respetuoso no tiene por qué estar limitado al momento del parto, también en el postparto es necesaria la intimidad, ya hablemos de parto vaginal, ya de cesárea.

Por ello cada vez más médicos recomiendan que por lo menos las primeras 24 horas transcurran para el bebé solo con la compañía de su mamá y su papá, sin visitas, lo cual muchas veces puede generar resquemores entre los parientes cercanos.
De este modo se favorece el vínculo con la madre y se facilita la lactancia, pues la madre está más tranquila y en esos momentos en que no sabes ni cómo coger al bebé se agradece no tener espectadores que te pongan nerviosa. También se evita la transmisión de gérmenes, de más personas que tocan al bebé.

Las primeras horas y los primeros días del bebé
Todo esto es positivo porque las primeras doce horas son el momento más sensitivo para el bebé, particularmente en cuanto al oído y el olfato, por lo que es importante el contacto y la intimidad con la madre.

Incluso, hay profesionales que suelen aconsejar a sus pacientes que extiendan esa costumbre el mayor tiempo posible, al menos los primeros quince días, ya que si hay visitas en la casa la mamá tiende a estar menos con su hijo.

Y, por supuesto, la propuesta es tanto para la mamá como para el papá, el cual tiene cada vez más participación en todo el proceso, desde la sala de partos.

Por suerte, y aunque todavía queda mucho camino por recorrer, en los últimos años se han ido instalando con fuerza conceptos que tiene que ver con el respeto a los tiempos del proceso de parto y a los deseos de la madre, así como todo aquello vinculado al bienestar tanto de ella como del niño en un momento tan decisivo.

De todas formas, hay que señalar que hay distintos tipos de familias en la planta de maternidad de un hospital, desde las más escandalosas a las discretas, y por supuesto siempre la última palabra en cuanto a visitas la debería tener la madre o los padres.

Los padres deciden quién quieren en su habitación las primeras horas de vida del bebé. Ésta debería ser una decisión respetada y no cuestionada por familiares y amigos que pueden quedar excluidos de las visitas en esos primeros momentos.

Claro que se trata de una sugerencia y no de una imposición, pues son los padres los que tienen la última palabra, y no creo que nunca veamos carteles en la puerta de la planta de Maternidad de “Prohibidas visitas familiares”.

Además, hay otra cuestión importante, y es que generalmente no hay una única madre por habitación, por lo que las visitas de una molestarán aún más a la otra, que no conoce a esa gente ni tiene por qué tener espectadores extraños. El silencio y respeto en estos momentos también es importante para el resto de madres y bebés que comparten habitación o planta.
Pero no está mal que se informe a estos y a sus familias de las necesidades de madre y bebé tras el parto, y por eso me parece estupendo que haya profesionales que recomiendan que los recién nacidos no reciban visitas durante esas primeras horas.

Vía | Los Andes
Foto | Footloosiety en Flickr

viernes, 20 de marzo de 2015

CRIAR DESPACIO

Entre las tres y las cuatro de la madrugada, cuando la noche es más oscura y todavía no se intuye el amanecer, es cuando se producen la mayoría de los nacimientos. Así se comprobó en un estudio que analizó la hora del nacimiento en más de medio millón (601222 para ser exactos) de partos espontáneos en el Reino Unido a principios de los años sesenta. La hora en que más niños y niñas nacieron fue entre las tres y las cuatro de la madrugada, una hora en que lo natural es que la mujer se encuentre en un ambiente tranquilo y protegido y en un estado emocional sosegado y adormecido, concluyeron los autores del estudio (1).

Claro que eran otros tiempos, antes de que las prisas y el miedo dominaran los partos y gobernaran los paritorios. En la actualidad son poquísimos los bebés que van a poder beneficiarse de un parto espontáneo y respetado. Cada vez se extrae antes del útero a los bebés. Bajo argumentos variopintos se inducen partos y programan cesáreas sin urgencia médica la mayoría de las veces, desde la disparatada idea de que “total, el bebé ya está formado, mejor lo sacamos ahora que ya no tiene nada que hacer ahí”. Se decide la fecha del parto en función de agendas totalmente ajenas a las necesidades del bebé. El recién nacido llega al mundo con un mensaje de recibimiento: “no hay tiempo que perder”.

Craso error, el parto lo inicia el bebé cuando está listo para nacer y lo que más cambia en los últimos días del embarazo es precisamente su cerebro (¡y el de su madre que se va preparando para la más intensa experiencia amorosa!). La madurez cerebral y neurológica de los recién nacidos a término en partos espontáneos es bastante mayor que la de los extraídos dos o tres semanas antes…

miércoles, 18 de marzo de 2015

Mil días críticos: van hasta los dos años del bebe y pueden cambiarle la vida

Muy interesante, lo recomiendo mucho!!!

Lunes 22 de julio de 2013 | Publicado en edición impresa
 Por Nora Bär | LA NACION

Uriel Pérez y una expresión que
denota mil días a pleno.
 Foto: Mariana Araujo

Aunque todos llegamos al mundo con un bagaje genético, hay un período crítico de mil días durante el cual somos particularmente sensibles a la interacción con el medio ambiente. Ese intercambio temprano puede dejar una impronta que modifique la expresión de los genes y ayude a promover nuestras potencialidades, o por el contrario inhiba nuestro desarrollo y aumente el riesgo de sufrir enfermedades.



"Estudios realizados durante las últimas décadas muestran que esa etapa es una ventana de oportunidad -subraya el doctor Esteban Carmuega, director del Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil Alejandro O'Donnell-. Los primeros mil días son un momento de plasticidad de nuestro genotipo. Después, se cierra el paquete genético que traemos y ya seremos lo que somos."

Éste fue, precisamente, el tema de un simposio científico organizado por Cesni para celebrar el 37° aniversario de su creación. A lo largo de esa jornada, destacados especialistas insistieron en que en el lapso que transcurre entre la concepción de un bebe y los dos años se "imprimen" cambios genéticos que inciden decisivamente en su futuro. En esos meses, la nutrición y el estilo de vida de la madre, primero, el amamantamiento, después, y la "nutrición perceptiva", a partir de los seis meses, cumplen un rol fundamental.

Los cuidados de los mil días empiezan cuando el bebe está en el útero. La placenta lleva el oxígeno y los nutrientes para que pueda crecer y por lo tanto la calidad de la alimentación de la madre y sus hábitos son fundamentales. "La obesidad al comienzo del embarazo aumenta el riesgo de complicaciones y de cesáreas, duplica el riesgo de bajo y de alto peso de nacimiento, así como el de diabetes gestacional, y disminuye la tasa de inicio de lactancia y de abandono temprano", dice Carmuega.

Los primeros mil minutos de vida de un bebé

El parto y la maternidad se han medicalizado mucho tiempo. Ahora la ciencia reivindica recuperar la piel con piel, el pecho a demanda o la separación cero, porque los primeros momentos tras el nacimiento son fundamentales para el futuro


Es crucial que madre e hijo estén piel con piel durante las primeras hora de vida del bebé Martin Llado
"El cuerpo de la madre es la mejor máquina jamás inventada. Aporta nutrición, temperatura, glucosa, desarrollo cerebral y salud con un coste mínimo". Nils Bergman sabe bien de qué habla. Este africano de adopción nacido en Suecia empezó a trabajar en 1988 como médico en el Manama Mission Hospital, en Zimbabue, uno de los países más pobres del mundo. Todo era muy rudimentario y no tenían incubadoras ni tampoco medios para tratar a los bebés que nacían antes de tiempo, por lo que, para desesperación de Bergman, la mayoría de prematuros acababan muriendo.

Entonces este médico, hijo, nieto y bisnieto de médicos misioneros, oyó que en Bogotá estaban usando un método que habían bautizado como canguro: nada más nacer colocaban a los recién nacidos prematuros desnudos sobre el abdomen de sus madres. Gracias a aquello, comenzaban a regular su temperatura corporal, el ritmo cardíaco y no morían. Y Bergman empezó a replicar aquel sistema en Zimbabue.

"Eran bebés que nacían con apenas 800 o 1.000 gramos, con menos de 30 semanas, y tras ponerlos piel con piel, ¡sobrevivían! Era increíble. Incluso abrían los ojos y te miraban, y eso que sus cerebros no estaban formados", recuerda este médico, que tras aquellas primeras experiencias se puso a investigar por qué ocurría aquello y qué beneficios concretos comportaba adoptar esa postura del canguro. Gracias a sus estudios y descubrimientos, hoy en día este médico es una de las más reputadas voces mundiales en desarrollo de la neurociencia del bebé recién nacido o perinatal. Junto a su mujer, Jill Bergman ha sentado las bases científicas de conceptos como el cuidado piel con piel, el método canguro y la separación cero, y asegura que los mil primeros minutos de vida son sumamente importantes para la existencia.

jueves, 12 de marzo de 2015

Cómo influye la anatomía del recién nacido en la lactancia materna


Si quisiéramos reproducir la forma en la que succiona el bebé del pecho de la madre seria algo imposible, porque sólo él puede hacerlo. Tiene ciertas características físicas que hacen que el recién nacido esté diseñado para mamar.
El mecanismo de succión y los movimientos que realiza están perfectamente coordinados para poder extraer la leche del pecho, y no del pezón, como se suele creer.
Para garantizar un buen agarre, la boca debe cubrir la areola y el pezón debe estar dentro de la boca, en la parte posterior, cerca del paladar blando. Al succionar se produce una presión negativa, como una ventosa que le permite que el pecho no se escape.
La lengua del bebé es más grande en comparación con el tamaño de su boca para que haya un mayor contacto con el pecho, y a la vez, sus mejillas contienen mayor cantidad de grasa para contribuir a la correcta posición de la lengua. Esas bolas de grasa en las mejillas también ayudan a que la mandíbula no colapse al realizar el movimiento durante la succión.
Realmente es muy interesante conocer cómo funciona la lactancia materna y darnos cuenta que el recién nacido está diseñado para mamar. No cabe duda de que es su naturaleza.

Lactancia materna y calor: en verano, más que nunca el pecho a demanda

Lola Rovati

01 de julio de 2013 | 16:16 CET


Debido a que su metabolismo es más rápido que el de los adultos, los niños corren mayor riesgo de deshidratación con las altas temperaturas. Así que ten en cuenta que si amamantas a tu bebé, en verano, más que nunca tienes que darle el pecho a demanda para mantener siempre un nivel de hidratación adecuado.
Ya sabes que la lactancia materna tiene que ser a demanda, es decir sin horarios. Antes se creía que había que darle rigurosamente cada tres horas, que el bebé tenía que aguantarse si no habían pasado todavía, pero afortunadamente esto ha cambiado. Al bebé hay que ofrecerle el pecho siempre que quiera, a su disposición. Sobre todo en verano, ya que el bebé suda más y necesita reponer el agua que pierde su organismo.
Además del horario, otro mito extendido es el de ofrecer agua a los bebés que son alimentados con leche materna en exclusiva. Antes de los seis meses, el bebé amamantado no debe tomar otra cosa que no sea la leche de su madre. Tampoco si hace mucho calor.
Casi el 90 por ciento de la leche materna está compuesta por agua, por lo que sacia perfectamente su sed. Es más, es muy probable que sea el propio bebé el que pida más seguido, y si no es asíofrécele tú con mayor frecuencia.
Por su parte, la leche materna también aporta las sales y los nutrientes necesarios para evitar la deshidratación. El bebé no necesita nada más. Por algo se la llama lactancia materna en exclusiva.
Si el bebés es mayor de seis meses y ya ha comenzado con la alimentación complementaria sí se les puede ofrecer agua potable. Deja que sea el bebé quien autorregule lo que quiere beber, ya que si bebe demasiada agua también es posible que empiece a beber menos leche materna.
Entonces, para evitar una descompensación, en verano, más que nunca tienes que ofrece el pecho a demanda, y si es necesario, aumentar la frecuencia en las tomas. Así el bebé mantendrá siempre un adecuado nivel de hidratación.

Por qué se aconseja lactancia materna hasta los dos años o más

Hace unas semanas explicábamos la recomendación de lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. A partir de ese momento y hasta el año la leche debería seguir siendo el principal alimento con la complementación de otros nutrientes.
Desde los 12 meses la leche materna sigue siendo un alimento incomparable en la dieta de los niños y por eso la recomendación de la OMS y de la mayoría de asociaciones y organismos relacionados con la salud es la de continuar con la lactancia materna hasta los dos años o más o hasta que la madre y el hijo lo deseen.
Hay poca información científica relativa al amamantamiento en la edad comprendida entre los 12 y los 24 meses y en adelante pues son pocos los niños que llegan a esas edades siendo amamantados, sin embargo la información disponible indica que incluso después de los dos años de edad la leche materna sigue siendo un excelente aporte de calorías y nutrientes.
El periodo que comprende entre el nacimiento y los dos años de edad es vital para el desarrollo, el crecimiento y la salud de una persona. A continuación explicaremos por qué no se recomienda suprimir la leche materna durante este periodo crítico. 



La leche materna sigue siendo el mejor alimento
La leche materna tiene un contenido de grasa relativamente alto comparada con la mayoría de los alimentos complementarios. Es una fuente clave de energía y ácidos grasos esenciales, que tienen una relación directa con el desarrollo cerebral de los niños y sigue siendo el alimento más completo desde el punto de vista nutricional.
La leche materna se adapta a la edad del niño que la toma. Esto quiere decir que a medida que el niño crece la leche aporta más calorías.

Amamantamiento en verano


Cuando hace mucho calor

El verano suele ser esperado por los niños y jóvenes con gran entusiasmo por las vacaciones, el tiempo libre, las salidas y los juegos al aire libre
Los días de alta temperatura y humedad (ola de calor) pueden transformarse en un gran riesgo para la salud por lo que debemos informarnos, estar atentos y tomar las medidas necesarias de prevención
Cuando hace calor
  • El cuerpo trata de disipar el calor que genera, a través de la sudoración (por evaporación)
  • También aumenta la circulación de la piel para perder calor (por radiación) aunque este mecanismo no es muy útil en los días calurosos
  • Si la edad del niño le posibilita hacerlo solo: se desabriga, busca lugares frescos y ventilados e ingiere más agua (los bebés y niños pequeños dependen de la ayuda de un adulto)
Cuando hace mucho calor

  •  El cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura y ésta puede elevarse (más de 37° medida en la axila) por deshidratación, agotamiento del mecanismo natural del sudor y desajuste del centro cerebral que controla la temperatura corporal
  • Si esto ocurre sobreviene el agotamiento por calor y de persistir, más grave aún, el golpe de calor

lunes, 9 de marzo de 2015

"MAMÍferos": el intenso y emocionante vídeo de un parto en casa


08 de marzo de 2015 | 08:01 CET

 ¿Qué pasa cuando vas a dar a luz a un hospital y acabas siendo víctima de la violencia obstétrica? Una de dos, o en el segundo parto vuelves a ir, rezando para que te toquen profesionales más respetuosos, o ni te arriesgas y decides dar a luz en casa, como mamíferos, sin el control exhaustivo de muchos hospitales ni la instrumentalización que a veces complica en vez de arreglar ni prevenir.

Esto es lo que hicieron Axel y su mujer, que escogieron la opción alternativa de tener a su bebé en casa, en compañía de las matronas de Nèixer a Casa, con Inma Marcos, a la que entrevistamos hace tiempo en el blog en relación al parto en casa.

Lo hicieron porque no querían repetir semejante trato y lo grabaron para tratar de ayudar a las parejas que tienen dudas con un ejemplo de un parto en casa en el que los protagonistas son los que tienen que ser: la mamá, el bebé y papá echando una mano. El resultado es "MAMÍferos", un intenso y emocionante vídeo.

Axel, el padre, lo cuenta todo desde su punto de vista en su página web y gracias a esa explicación vemos cómo se fraguó todo y cómo sucedió todo. Decidieron huir del hospital porque después del primer parto llegaron a la conclusión de que si algo iba a ir mal, iba a ir mal tanto en casa como en un hospital, y que si todo iba bien, en casa seguro que el parto era perfecto pero, en el hospital, podría acabar por no serlo.

Hablamos, claro, de la instrumentalización de los partos, de ponerte un monitor y tumbarte durante horas cuando la mujer debería tener libertad de movimientos, de ponerte en una habitación con otras mujeres dilatando, sin intimidad y sin posibilidad de desconectar, sabiéndote en un lugar ajeno, lejos de la calidez de tu casa, o de un lugar que transmite confianza. Y hablamos, claro, de "temblar" cada vez que viene alguien de blanco porque te trata como a una niña inútil, diciéndote exactamente lo que tienes que hacer en cada momento sin tener en cuenta que no eres una enferma, sino una mujer sana con un bebé sano a punto de nacer.

Los protocolos han cambiado. Hace años, muchos años, que se sabe que los partos no deberían ser así, pero las novedades no llegan de la misma manera a todas partes y en muchos hospitales las rutinas siguen siendo las de hace 20 ó 30 años. Normal que muchas madres salgan huyendo.

¿Mi opinión? La he comentado en más de una ocasión: si algo va mal, prefiero estar en un hospital antes que en casa. Supongo que el ser de los que cada día se pone una bata blanca me hace verlo así. Si todo va bien, depende, supongo que lucharía por lograr un parto respetadotambién hospitalario. Como digo, las cosas están cambiando, pero hay que seguir batallando, mucho aún, por que sigan evolucionando y para que el parto en el hospital sea como el de Bea, la mamá del vídeo. Un parto precioso. Ejemplar. Un nacimiento inolvidable. Gracias Axel y Bea por abrir la ventana de vuestra casa y vuestra intimidad y enseñarnos cómo es un parto normal y mamífero.

¿De qué hablamos cuando decimos "lactancia a demanda"?


 En todos lados leemos que la lactancia tiene que ser "a demanda", pero resulta un término confuso y a veces no sabemos qué es lo que tenemos que hacer para que esto de "a demanda" se cumpla.

La demanda es simplemente lo que el bebé pide/necesita. Los pechos no son como un almacén, son como la cocina de un restaurante. No tienen una cantidad de leche en stock "por las dudas", esperando que lleguen los clientes sin saber cuántos van a venir, si no que producen leche de acuerdo con lo que el comensal pide, al igual que un restaurante.

Durante los primeros días, los pechos no saben cuánto va a pedir el nuevo comensal, por ese motivo el cuerpo tiene una especie de "seguro" y produce más leche que la que el bebé necesita y pide. El bebé toma y en general, queda algo de leche en el pecho. Esa leche que queda tiene un "Factor Inhibidor de la Lactancia" o FIL, que envía al mecanismo productor de leche el mensaje de que tiene que producir menos porque sobra. Entonces queda claro que si queda leche en los pechos con frecuencia, el mensaje al cuerpo es "no produzcas tanto".

lunes, 2 de marzo de 2015


Este jueves a las 18 horas, en Trinidad Palermo, los esperamos para hablar de los primeros días con el bebé, el vínculo amoroso y la lactancia.
Cerviño 4720 , con entrada libre. Están invitados!! Abuelos bienvenidos!
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