martes, 26 de julio de 2016

“Amamantar es un derecho”

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Chessa Lutter es la asesora principal 
de alimentación y nutrición de la OPS.
Imagen: Leandro Teysseire

Vino al país para impulsar políticas públicas en favor de la lactancia. Aquí explica que el Estado se beneficia si la fomenta. Y también las empresas. Sostiene que amamantar es un derecho de las mujeres que debe ser protegido. La situación en la Argentina.

La doctora especializada en nutrición Chessa Lutter es la asesora principal de alimentación y nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene su oficina principal en Washington. La especialista visitó Argentina en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que este año tuvo como tema principal “Lactancia y trabajo”. En una entrevista de Página/12 resaltó la necesidad de que la lactancia materna fuera “incluida y aceptada socialmente en tanto que estimulada en el ámbito laboral”.

– ¿En qué consiste su tarea como asesora de la OPS?
–El objetivo de mi trabajo es orientar a los países en el momento de llevar adelante políticas públicas, programas y estímulos al conocimiento científico de nutrición en lo referido a la alimentación de la madre y el niño en general. Me responsabilizo por las Américas, particularmente desde México hasta Argentina, y encuentro realidades muy diferentes a lo largo de la región acerca de este tema.

–Usted vino para impulsar políticas de fomento a la lactancia. ¿Por qué son necesarias esas políticas?
–En este caso vine a hablar sobre el costo de no proteger a la madre y al niño en el período de lactancia. Resulta muy costoso para el Estado y las empresas, dado que los niños que no son amamantados implican un mayor gasto en salud y educación: los bebés con poco tiempo de lactancia se enferman más, a la vez que su desarrollo físico e intelectual es menor. Está probado que los niños que han sido amamantados hasta los dos años tienen un mayor desempeño académico, así como mejores ingresos en la adultez y enfrentan mayor cantidad de años de escolaridad. Es esencial que los países cuenten con un buen sistema de médicos, nutricionistas, enfermeras y sociólogos que puedan generar un sistema que eduque integralmente y resalte la importancia de la lactancia materna. Las políticas públicas para estimular la lactancia son políticas para el desarrollo.

– ¿Y en el ámbito laboral?
–En cuanto al ámbito laboral es importante destacar que las empresas más jóvenes y novedosas son las que entienden que para mantener el talento femenino es necesario que exista protección para el momento en que la mujer decide ser madre y durante toda la lactancia. El empleador que comprenda esto se verá beneficiado porque el respeto a la lactancia implica lealtad de la empleada por la gratitud y satisfacción, menor ausentismo porque el bebé se enfermará menos, retención de trabajadores y mayor productividad. Este es un aprendizaje que debe darse en todas las empresas, porque muchas mujeres terminan desempleadas por el simple hecho de atravesar la maternidad y respetar los tiempos necesarios de lactancia. Esto da lugar a la existencia de compañías que lucran vendiendo una fórmula como si fuera el reemplazo de todo el acto de amamantar y que a menudo violan el Código Internacional de Sucedáneos, que fue puesto en marcha desde la asamblea mundial de la OMS en 1981 para proteger la lactancia materna de los abusos y amenazas empresariales.

– ¿Qué implica la existencia de las empresas de sucedáneos?
–Las compañías tienen como estrategia comercial promover el sucedáneo posicionándolo como sustituto de la leche materna. Esto atenta contra la salud. Si bien son parecidas en la composición, hay muchas cosas que terminan faltando, como por ejemplo los anticuerpos. La asamblea mundial se dio luego de que en África murieran cientos de niños tras las intensas donaciones de fórmulas que derivaron en la ausencia de niños amamantados. Las fórmulas sólo deben utilizarse en las pocas situaciones en que la madre no puede completar el acto de amamantar por estar enferma o en tratamiento.

– ¿Por qué habla de amamantar como derecho?
–La lactancia es ante todo un derecho de la mujer. Uno tan básico como el de alimentar a su niño. La sociedad colectivamente debe tomar la responsabilidad de cuidar este derecho. La OIT recomienda 14 a 18 semanas de licencia con goce de sueldo y la presencia de lugares en el trabajo donde se pueda extraer la leche materna en un lugar privado e higiénico o incluso amamantar, con tiempos de 15 a 20 minutos. Cuando hablo de protección a la lactancia, también me refiero a que la sociedad permita que la mujer amamante donde se quiera y necesite. La mujer tiene derecho a una sociedad que la proteja y a la información.

– ¿Cómo encuentra a la Argentina en este tema?
–Al parecer en Argentina aún no se conocen bien las recomendaciones de la OMS, que son seis meses de leche materna exclusiva, sin agua ni infusiones; sostenimiento de la lactancia hasta los dos años o más, pero alternándola con alimentos y alimentar al niño cuando y donde lo demande. Por otro lado, en el sector salud, Argentina está muy avanzada y las prácticas hospitalarias influyen mucho en el beneficio de la madre y el niño. Todavía hay mucho por hacer, las licencias aquí son de tres meses con goce de sueldo y seis sin sueldo, pero con protección al trabajo, algo que no siempre puede aplicarse. Hay una buena tendencia, pero falta un organismo que monitoree esto como en Perú donde hay un Ministerio de la Mujer.

– ¿Y en el resto de América latina?
–En República Dominicana y México la situación es grave: menos del 15 por ciento de los menores de seis meses son amamantados y el número tiende a descender. En la región el país con mayor porcentaje de menores de seis meses lactantes es Perú, con un 60 por ciento. Brasil es un caso ejemplar en políticas públicas porque tiene un código tres veces actualizado frente a la industria de los sucedáneos que siempre encuentra fisuras. Además, allí la licencia por maternidad es de cuatro meses, pero si una empresa da más tiempo la benefician impositivamente para estimular a la lactancia. Eso son políticas públicas que hay que multiplicar.

Entrevista: María Fernanda Rezzano.

La mejor forma de enseñarle a un bebé a caminar es... ¡No enseñarle!

Candelaria Palacios
LA NACION


A veces las madres y padres nos ponemos ansiosos y morimos de ganas de ver a nuestros hijos pasar a la siguiente etapa o conquistar algún logro, cuando en realidad ellos no tienen ningún apuro. Cada bebé como individuo tiene sus propios tiempos y si no gatea o no camina todavía, no quiere decir que haya algo mal, simplemente que por ahora se siente bien descubriendo el mundo así y no está listo para pasar a lo siguiente. Pero pronto seguro lo logrará.

Sobre esto hablan Liliana Gruss y Francis Rosemberg, dos fonoaudiólogas y psicomotricistas que, inspiradas por el método del movimiento libre la pediatra húngara Emmi Pikler, escribieron el libro Bebés en movimiento, El desarrollo postural en imágenes. En él muestran fotos de las posturas y desplazamientos espontáneos de los bebés y las van analizando, demostrando la naturalidad y armonía con que los bebés van evolucionando hasta lograr ponerse de pie y caminar por sí mismos, sin necesidad de enseñanzas, ya que al ser respetados sus tiempos y valoradas sus iniciativas, crecen seguros, tranquilos y capaces para lograrlo.

Destaco a continuación algunas claves de mi entrevista a ambas expertas, acerca del desarrollo postural y el movimiento de los bebés para tener en cuenta:

Foto: Pixabay

- La intervención del adulto "estimulando" o provocando posturas que el bebé no domina, interfiere en la secuencia y entorpece las adquisiciones. El control del cuerpo en el espacio, el dominio del equilibrio, son vivencias muy íntimas; nadie desde el afuera puede determinar cuál es el momento para colocar al niño en tal o cual posición. María Montessori decía que toda ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo.

- Hay que partir desde un comienzo de la postura sobre la espalda, en la que está garantizada la mayor superficie de apoyo y, por lo tanto, el equilibrio y la seguridad corporal, y permitirle al bebé ejercitar todos sus movimientos con libertad, facilitará que cada niño construya por sí mismo la secuencia de posturas y desplazamientos que lo llevarán de la horizontalidad a la verticalidad.

- Dejarlos aprender solos influye positivamente en la confianza y autoestima de nuestros hijos. Esta vivencia de control del propio cuerpo, del equilibrio, del ejercicio de las propias iniciativas, tiene gran incidencia en el desarrollo emocional de los niños. El vínculo cálido y seguro con sus padres y con los adultos responsables de su cuidado, adultos que le permiten actuar, que disfrutan con lo que el bebé es capaz de hacer, con lo que sabe y puede en cada etapa por la que va transitando, permite que el niño se desarrolle seguro de sí mismo, con la seguridad emocional que le dan la contención y el respeto por sus logros.
- Todos los bebés atraviesan las mismas etapas pero a distintos tiempos:esto sucede en una secuencia que va desde la posición sobre la espalda a poder pararse y caminar. Hay niños más precoces y otros más tardíos. Lo importante no es cuándo los niños hacen lo que hacen, sino cómo lo hacen: con seguridad, confianza, dueños de su propio cuerpo, o dependiendo de que alguien lo ponga, lo saque, lo acomode... Los ritmos son diferentes: la marcha se da generalmente entre los nueve y los dieciocho meses. Los que caminan a los nueve, son los precoces; los que lo hacen a los dieciocho son los tardíos. El promedio de los niños suele comenzar a caminar alrededor de los dieciséis y no a los doce meses como indican muchas tablas de desarrollo.
- Si el desarrollo autónomo es respetado y no se interfiere colocando al niño en posturas que aún no domina, todos los niños gatean, se sientan, se paran y caminan. Gatean sentados aquellos niños que fueron colocados en posición de sentado antes de adquirirla por sí mismos. Reptar es un desplazamiento correcto que se adquiere antes del gateo, antes de que las piernas y los brazos logren sostener el tronco alejado del piso. Es posible que en un principio el desplazamiento se produzca hacia atrás, ya que hay empuje desde los antebrazos antes de que el niño organice el punto de fuerza en los dedos de los pies. A partir de la experiencia, los niños irán organizando sus desplazamientos hasta lograr el reptado hacia adelante.


Foto: Pixabay
- Hablar de autonomía del niño pequeño, es reconocerlo como un ser de acción y no sólo de reacción desde las etapas más tempranas. Como un interlocutor válido en el vínculo adulto-niño. ¿Acaso no se transforma la casa, nuestras rutinas cotidianas y la vida entera cuando llega un bebé al hogar? ¿No nos ponemos felices si abre la boca alegremente para comer el puré que le ofrecemos y no nos angustiamos si la cierra y frunce el entrecejo o da vuelta la cara negándose a comer? Hablar de autonomía es considerarlo persona desde el nacimiento. Es poder observarlo y descubrir que sólo es torpe si le imponemos posturas a las que no ha llegado por su cuenta. Que es armonioso en sus movimientos cuando gira y pasa de estar panza arriba a panza abajo; que tiene iniciativas propias cuando explora los objetos tomándolos en sus manos, observándolos, cuando chupa, sacude, frota, tira y vuelve a tomar... Hablar de autonomía es tomar la decisión de respetarlo en sus tiempos y en sus ritmos, en sus deseos y necesidades, sin intentar imponer los nuestros.

- Si bien hay que dejar que los niños "hagan" por su cuenta, esto no quiere decir que el adulto se desentienda de él. Todo lo contrario. Conocerlo profundamente, saber cuáles son las necesidades de cada uno, tomar en serio la actividad de cada bebé, le permite al adulto referente organizar el espacio adecuado, un medio tranquilo, distendido y seguro, rico en elementos seleccionados en función de sus intereses y sus posibilidades, en cada etapa madurativa por la que va transitando.


Foto: Pixabay
- Hay puntos en común entre la filosofía de María Montessori y los principios de la Dra. Emmi Pikler. Ambas buscan organizar un lugar en el que los niños puedan hacer las cosas por sí mismos - vivir su propia vida - sin ayuda inmediata de los adultos. De esta manera, el niño se hace consciente de su propio poder, es decir de su poder hacer. También hay algunas diferencias, ya que Montessori se dedicó a la "educación" de los niños y a desarrollar planes de aprendizaje individualizado, pensando en las formas más naturales y espontáneas de adquisición de conocimientos, a partir de las edades de la escolarización. Emmi Pikler se dedicó a las etapas más tempranas del desarrollo infantil, desde el nacimiento hasta el ingreso en la etapa escolar. Es decir a la constitución subjetiva más temprana. Sus principios se asientan sobre la calidad de los cuidados cotidianos, y sobre la libertad del movimiento en los bebés, y no sobre los aprendizajes de índole escolar.

- Algunos de los errores comunes que cometemos los papás: a veces los adultos caemos en la tentación de acelerar o querer saltear etapas. Cuando el bebé está madurativamente preparado para jugar boca arriba, mover libremente brazos y piernas, girar la cabeza, nosotros pensamos que es mejor ponerlo boca abajo (posición en la queda aplastado contra el colchón, sin poder mover su cuerpo ni elevar la cabeza, ya que ésta es muy pesada). Cuando está ejercitando este giro para ponerse boca abajo, consideremos necesario sentarlo. Entonces le colocamos almohadones para sostenerlo (pero igual se cae para un costado, ya que su columna no está madura para permanecer erguida). Y cuando comienza a sostenerse sentado, lo paramos. Y apenas él comienza a pararse por sí mismo, lo hacemos caminar. Siempre apurando sus tiempos. Como si lo que el bebé propone, no importara. Porque nuestras expectativas siempre están más allá de lo que él puede en el aquí y ahora. Así es muy difícil construir la autoestima, la confianza en sí mismo, la posibilidad de tener iniciativa...

jueves, 21 de julio de 2016

HIRKANI: distribuidora de leche, madre extraordinaria

El título de este libro, las Hijas de Hirkani, se inspiró en un antiguo cuento de la India. Hirkani, mujer, madre, y distribuidora de leche vivió en las cadenas montañosas del Ghats Oeste de la India durante el siglo 1600. A pesar de que su historia se desarrolló hace más de cuatrocientos años, Hirkani no es diferente de las mujeres de hoy día ya que enarbola el mismo instinto materno para superar desafíos para sus hijos. Se ha debatido si Hirkani fue una historia real o una leyenda. Una cosa es segura: su instinto materno fue real, biológico y ciertamente, universal.

La vida de Hirkani se desarrolla en un momento de la historia de la India cuando el poderoso líder Rey Shivaji reinaba desde la capital hacia lo alto. Dentro de los muros del fuerte del Rey Shivaji comenzó el evento que situó a Hirkani en el corazón de este libro. A pesar de que es famosa en la India, el mundo no ha escuchado hablar de esta heroína. Es tiempo que otros aprendan esta leyenda materna que se conoce en su tierra natal como “una joya de las montañas”.

Aquí está la historia de Hirkani como nos fue contada por un pediatra de la India el Dr. Prashant Gangal.

Hirkani fue una repartidora de leche que vivió en un pequeño pueblo en las faldas de Raigad con su marido y su hijo. Ella y su marido poseían ganado y sus ingresos provenían de la venta de la leche de sus vacas. Su historia comienza durante una luna llena en el mes Hindú de “Ashwin”, un tiempo llamado “Kojagiri Poornima”. Era un tiempo para celebraciones jubilosas e unificadoras ya que los agricultores habían finalizado la cosecha. Naturalmente, que los ánimos estaban altos en estos tiempos de abundancia, especialmente en el reino del Rey Shivaji.

La ocasión demandaba extraordinarias cantidades de leche para la cocina del palacio por lo que las repartidoras de leche de la vecindad habían recibido instrucciones con antelación para viajar al fuerte a entregar más leche. Hirkani nunca había visitado la capital antes; el viaje le daría la ocasión de hacerlo. Había escuchado impresionantes historias de palacios maravillosos, de un gran mercado y de muchas pompas y esplendor acordes con la capital del reino. La noche anterior a su viaje, soñó con todo lo que había escuchado. Sin embargo, había algunos obstáculos que harían este viaje de negocios algo difícil. Su marido estaba fuera en una expedición militar y no había nadie para cuidar de su pequeño. Además, debía organizar su viaje en el intervalo de tres o cuatro horas entre las sesiones de amamantar. Era una perspectiva atrayente y su familia necesitaba el dinero, por lo que hizo arreglos para viajar. La tarde siguiente, Hirkani amamantó a su pequeño abundantemente, lo acostó a dormir y lo dejó con amigos de la familia.

Con emociones encontradas, se dispuso a cumplir su misión. El viaje implicaba caminar unas pocas millas hasta la entrada del fuerte y luego escalar 1,250 pies (420 metros) hacia arriba, con adicionales 1,460 escalones para alcanzar la puerta principal del fuerte. El palacio que había dentro estaba a media milla alejado de la puerta principal, y la calle que llevaba hacia él pasaba por un animado mercado. Cubrir esta distancia de un lado a otro con las pesadas jarras de leche era difícil y parecía más complejo por el hecho que Hirkani tenía poco tiempo.

Por razones de seguridad las puertas del fuerte se cerraban a la hora de la puesta del sol y no se volvían a abrir hasta la mañana siguiente. Hirkani tenía miedo de ver lo que antes solamente había soñado.

Entregaron la leche en el palacio y ella y las demás repartidoras de leche recibieron su pago. Naturalmente, el área estaba congestionada ese día y Hirkani terminó separada de sus amigas. Las buscó en vano.

miércoles, 20 de julio de 2016

Amamantar


En San Isidro, dos policías impidieron a una mujer amamantar en una plaza

El intendente Posse se "solidarizó" con Coni Santos, la joven que denunció la agresión policial por Facebook

Lunes 18 de julio de 2016 • 19:42

Un grupo de agentes de la policía local de San Isidro le impidió a una mujer amamantar a su hijo en público. Luego de conocido el hecho, desde el municipio se "solidarizaron" con su situación.
La mujer describió que se encontraba sentada en el mástil de una plaza del centro de San Isidro amamantando a su hijo Dante cuando se le acercaron dos policías para decirle que estaba prohibido amamantar en lugares públicos. A pesar de que la mujer remarcó que eso no es correcto, las policías insistieron.


lunes, 18 de julio de 2016

Mi hijo no ha hecho deposiciones en varios días, ¿está estreñido?

El ritmo intestinal de un bebé varía según su alimentación. Si el bebé toma leche materna exclusivamente (sólo leche del pecho, no agua, no suero glucosado, no infusiones) la siguiente tabla puede servir de guía para valorar el ritmo intestinal normal.

Edad
Frecuencia de las “cacas”
Aspecto de las “cacas”
1 día
1
Negra, como un puré pegajoso
2-3 días
2-3
Verde primero más oscuro y poco a poco más claro, como puré
4-5 días
4-5
Verde-marrón-amarilla
6-30 días
1 por toma
Amarillas, líquidas, con “grumitos”, o marrones o verdes, de olor ácido. El color es variable y no es importante.
1-6 meses
Muy variable: desde una al día hasta una cada 20 días.
Blanditas como una pomada, el color es variable y no es importante

A partir del primer mes, muchos bebés con lactancia materna exclusiva no hacen "caca" todos los días. Esto es así porque la leche materna se adapta tan perfectamente a sus necesidades que prácticamente se aprovecha todo y hay poco que tirar.

Cuando empiezan a probar otros alimentos además del pecho, el aspecto de las "cacas" cambia. Algunos niños no hacen deposiciones durante unos días y éstas son más duras y con un olor diferente.

Algunos bebés hace ruiditos o como fuerza, aunque no hagan caca, lo que las madres pueden interpretar como que están molestos. Sin embargo, lo que está haciendo es simplemente ayudar a su bolo intestinal a moverse hacia abajo. "Está haciendo fuerza" para mover la "caca" hacia abajo. Cuando haya suficiente cantidad en la última parte del intestino grueso (el recto), entonces su cuerpo tendrá la señal que necesita y al hacer fuerza, relajará el ano y saldrá la caca.

No es bueno estimular el ano con el dedo, con el termómetro, con una ramita de perejil impregnada en aceite o con una cerilla (por nombrar los métodos más comunes), ya que ello puede hacer que el sistema nervioso del bebé se acostumbre a hacer "caca" sólo con el estímulo. Tampoco es necesario dar zumos ni laxantes ni infusiones "para el cólico". Esto no es bueno para su intestino que ya tiene lo mejor, "la leche materna", y aumenta el riesgo de diarreas e infecciones. Además puede disminuir la producción de leche, ya que el bebé mamará menos y el pecho, en respuesta, fabricará menos leche.

Para asegurar que el bebé no tenga problemas se le debe ofrecer el pecho a menudo, tomarlo mucho en brazos (la fuerza de la gravedad ayuda al bolo intestinal), jugar con él y hacerle masajes en el abdomen. 

Todo esto le proporcionaré cariño, el mejor alimento, las mejores bacterias intestinales (los famosos bífidus) y el ejercicio y estímulo que necesita.


Cuándo consultar con el pediatra: Si tu bebé no ha eliminado el meconio (la primera caca negra) el primer día, o si a partir del 4º día y durante todo el primer mes, no hace "cacas" todos los días día o estas tienen una consistencia mayor que la de un puré.

En resumen:
Ofrecer el pecho a demanda del bebé, tomarlo mucho en brazos, jugar con él y hacerle masajes son el mejor método para asegurar que el bebé no esté estreñido y se críe sano y feliz.

A partir del primer mes, muchos niños con lactancia materna exclusiva no hacen "caca" todos los días, pero esto no es estreñimiento.

¿Los niños alimentados al pecho pueden sufrir alergia o intolerancia a las proteínas de la leche de vaca?

Al igual que otras muchas sustancias, las proteínas de la leche de vaca pueden pasar a la leche de la madre y llegar al niño. Algunos lactantes alimentados al pecho desarrollan alergia o intolerancia a dichas proteínas por tratarse de sustancias antigénicas extrañas ya que pertenecen a otro animal. En realidad, el alimento que más alergias e intolerancias causa es la leche de vaca.

Se habla de Alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV) cuando un individuo, tras la ingesta de lácteos manifiesta una respuesta anormal (con síntomas que se pueden englobar dentro de las reacciones adversas a alimentos) y en ese proceso hay un mecanismo inmunológico comprobado. Es un cuadro más grave que la intolerancia. Se desencadena con pequeñas cantidades de proteínas lácteas y puede producir urticaria y reacciones alérgicas importantes. Son factores de riesgo para sufrir APLV los siguientes: antecedentes familiares de alergia, administración precoz de sucedáneos de leche con posterior lactancia materna (biberón en maternidades), administración intermitente de leche artificial durante la lactancia materna.

En la intolerancia los síntomas pueden ser eccemas, diarreas, fisuras anales, llanto, cólicos y dolor abdominal.

Ambos cuadros (la alergia y la intolerancia) pueden aparecer cuando al bebé amamantado se le da alguna toma de fórmula artificial o bien cuando la madre toma lácteos.

En nuestra cultura se ha sobrevalorado la importancia de la leche en la dieta, y muchas madres que habitualmente toman muy pocos lácteos, cuando están dando el pecho reciben insistentes mensajes de que "es importante tomar leche y derivados para producir leche". El calcio puede obtenerse de muchos otros alimentos (lentejas, soja, frutos secos, anchoas, sardinas en aceite, almejas, marisco, calamares, pescado y carne) de modo que no es necesario tomar queso, ni yogur, ni leche para fabricar mucha leche y para mantener los huesos fuertes.

Cuando se sospecha que un niño alimentado al pecho tiene síntomas debidos a una intolerancia se puede suprimir por completo las proteínas lácteas de la dieta materna (a veces también todas las proteínas vacunas) y la mejoría suele ser espectacular. En la mayoría de niños los síntomas repiten a la mínima introducción de lácteos en la dieta de la madre, pero habitualmente hacia los 18 meses-2 años suelen desaparecer.

Cuando se sospecha alergia hay que realizar pruebas alérgicas. Si se comprueba clínicamente (síntomas más o menos graves de sangrado intestinal o choque anafiláctico con vómitos-palidez-malestar o urticaria-angioedema) con pruebas de alergia positivas o negativas, el pediatra retirará la leche de vaca y sus derivados de la dieta de la madre (a veces incluso la carne de vacuno).

La mejor forma de disminuir el riesgo de enfermedades alérgicas (incluida la APLV y otras alergias alimentarias) consiste en mantener la lactancia materna exclusiva 6 meses y evitar la introducción de leche de vaca y derivados lácteos antes de los 12 meses de edad en niños de alto riesgo de alergia (antecedentes de alergia en familiares de primer grado).

Autora: Susana Ares Segura

Más sobre la Lactancia Materna


Concentración de mujeres a favor de la lactancia (Foto: El Mundo)
HISTORIA FAMILIAR
La lactancia protege a las mujeres con antecedentes de cáncer de mama. Algunos trabajos han sugerido hasta ahora que retrasa la edad del diagnóstico
Actualizado martes 11/08/2009 03:04 (CET)

MARÍA VALERIO
MADRID.- Otro factor más que añadir a la lista de beneficios que aporta la lactancia materna a las mujeres. Un estudio ha comprobado por primera vez que el hábito de dar de mamar puede tener un efecto protector contra el cáncer de mama en mujeres con antecedentes de esta enfermedad en su familia.


La investigación que ha permitido averiguar este nuevo dato a favor de la lactancia es el Nurse's Health Study, un gran trabajo que en 1989 recopiló los datos de más de 116.000 enfermeras estadounidenses.
A base de cuestionarios periódicos a estas mujeres de entre 25 y 42 años, los investigadores de la Universidad de Harvard y el Brigham and Women's Hospital (ambos en EEUU) han extraído importante información sobre distintos aspectos de la salud femenina.

El último que ha dado a conocer la revista 'Archives of Internal Medicine' tiene que ver con el cáncer de mama. Según los datos obtenidos de un subgrupo de 60.075 enfermeras, la lactancia materna redujo un 59% la incidencia de cáncer de mama en mujeres que habían tenido algún pariente cercano con este tumor. Entre las que no tenían antecedentes familiares, no se observó este tipo de protección.

Una cuestión ampliamente estudiada
De hecho, como explica el propio trabajo y aclara el doctor Carlos Vázquez, presidente de las sociedades internacional y española de patología mamaria, la relación entre lactancia y cáncer de mama no está clara al cien por cien, pese a los numerosos estudios llevados a cabo hasta la fecha.
"Aunque sí tenemos la idea de que dar el pecho confiere un cierto factor de protección a las mujeres, todo indica que no se trata de una reducción del riesgo propiamente dicha, sino un retraso en la edad de aparición", explica este especialista.

De hecho, sugiere, ésta es una de las posibles explicaciones de que las mujeres africanas tengan una tasa de cáncer mamario tan reducido, "porque en este continente la leche materna es la única forma de alimentación a los hijos y se prolonga durante años". Sólo ahora que la esperanza de vida de las mujeres en África comienza a aumentar, concluye, empieza a verse también un aumento de la incidencia de diagnósticos oncológicos.
"El problema de esta cuestión es que siempre tiene que tratarse de estudios retrospectivos [que repasan factores pasados que pueden haber influido en la aparición del cáncer]", señala el doctor Vázquez, "y a menudo no incluyen un número suficiente de pacientes para darle potencia estadística a los resultados".
En el nuevo trabajo, el primero sobre esta cuestión que ha analizado el papel de los antecedentes familiares, se diagnosticaron 608 tumores mamarios en mujeres premenopáusicas entre los años 1997 y 2005 (tenían una media de 46 años en el momento del diagnóstico).

Otros beneficios indudables
Entre las que sí tenían parientes con cáncer de mama, dar el pecho resultó ser un factor protector, independientemente de la duración de la lactancia, de que ésta fuese la única forma de alimentar a los hijos o de que sufriesen la retirada de la menstruación como consecuencia.
El factor protector que observaron los investigadores, dirigidos por Alison Stuebe, es equivalente al porcentaje que se obtiene en la actualidad con algunos fármacos quimioprotectores que toman las mujeres con alto riesgo de sufrir este cáncer (como el tamoxifeno).

Aunque el equipo de Stuebe reconoce que habrá que seguir estudiando la relación entre cáncer de mama familiar y lactancia, tanto ellos como el doctor Vázquez, insisten en que los beneficios de la lactancia materna son indudables para cualquier mujer. "Nuestros datos sugieren que las mujeres con antecedentes deberían ser animadas a dar el pecho [a sus hijos]", concluye el trabajo. "Especialmente durante los seis primeros meses de vida, aparte de su indudable valor nutricional, es la mejor manera de transmitir la inmunidad materna al bebé".

Algo sobre el amamantamiento

¿Por qué nos llamamos mamíferos?
“Cuando se expulsa el feto a la luz del día, éste mama la leche de los pechos para nutrirse, sin que nadie se lo enseñe. Las mamas están situadas en el pecho y provistas de pezones. Están formadas por un material glandular que, mediante una fuerza innata, convierte en leche la sangre que las venas le envían”.
Andreas Vesalio (1514-1564) Dehumani corporis fabrica libri Septem (Basilea, 1543)


En 1758, el sueco Carl von Linné, profesor de Medicina, catedrático de Biología y autor de la moderna taxonomía de los seres vivos, en la 10ª edición de su obra Sistema Naturae, crea el término mammalia (“de mamas”) para nombrar una clase de vertebrados, entre los que nos encontramos los humanos, caracterizados, entre otros hechos, por tener glándulas mamarias.
Aunque algunos contemporáneos de Linné como el naturalista Buffon se oponían al término, en el siglo XVIII el interés por el pecho femenino entre los ilustrados y las políticas que defendían la lactancia materna estaban tan en boga, que la nueva nomenclatura para el grupo de animales denominados cuadrúpedos por y desde Aristóteles (384 a 322 a.C.) ganó amplia aceptación.

Esta denominación o sus variantes (mammals, en inglés) ha sido adoptada en los países de habla inglesa mientras que términos significando “portador de mamas”10 Lactancia materna: Guía para profesionales (mamífero, en español) se emplean en las lenguas romances y el que significa literalmente “que maman” (Säugetiere), en alemán.

Pese a todo el cúmulo de pruebas en pro de los beneficios de la lactancia materna exclusiva, la prevalencia de la misma es baja o muy baja en prácticamente todo el mundo, estimándola la OMS inferior al 50% en niños de hasta 4 meses en muchísimos países.

Esta situación, que se ha agravado a lo largo de la segunda mitad del siglo XX con la sustitución indiscriminada de la lactancia natural por fórmulas derivadas de leche de vaca, es en realidad, nueva en el devenir de la humanidad: desde el principio de los tiempos y hasta hace menos de 150 años la inmensa mayoría de recién nacidos humanos habían sido alimentados con leche de la propia especie, sea de sus madres, sea de mujeres contratadas para tal fin.

Fuente Lactancia Materna: guía para profesionales
Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría








domingo, 17 de julio de 2016

Promoción de la Lactancia Materna: Una tarea de enfermería


Boletín Lactancia Materna Hoy

 En otras sociedades, la experiencia y el apoyo para amamantar se transmiten de madres a hijas, pero en nuestro medio la madre hospitalizada se encuentra expuesta a la política institucional sobre lactancia de cada institución. Esto significa que si en esa Maternidad se trabaja a favor de la lactancia o es un Hospital Amigo de la Madre y el Niño es probable que se encuentre con mensajes de apoyo y sea alentada para amamantar
Pero si esto no es así, del Equipo de Salud, es el personal de Enfermería quien permanece la mayor parte del día en contacto con la díada madre-hijo durante la internación. Las opiniones y palabras favorables o desalentadoras de las enfermeras sobre el establecimiento y la evolución del amamantamiento suelen tener gran importancia, sobre todo para madres primerizas o inexpertas.

En aquellas instituciones donde no se favorece la lactancia, el personal de Enfermería no ha sido capacitado para brindar ayuda a las madres. Es común que se emitan juicios sobre la capacidad de amamantar de las madres y, habitualmente, estos bebés reciben biberones de fórmula antes del alta. Diferentes estudios realizados confirman que la oferta al bebé de biberones antes de haberse establecido la lactancia trae como consecuencia cambios en los patrones de succión y, por consiguiente, dificultades y abandono precoz del amamantamiento.

Generalmente, las enfermeras no tienen la oportunidad de ver qué sucede con la lactancia de sus pacientes cuando dejan el hospital. Sólo suelen tener influencia durante la etapa inicial, lo cual puede resultar poco gratificante al no tener continuidad en la relación iniciada desde el parto.
En los últimos años, la Enfermería en Argentina ha avanzado en su proceso de profesionalización, alcanzando altos grados de competencia y responsabilidad. En la atención materno infantil, protagoniza un rol de referencia para los padres de los pequeños pacientes.

La promoción de la lactancia en los servicios de Maternidad comienza por las enfermeras circulantes en área de partos y quirófanos, quienes pueden facilitar la puesta al pecho del recién nacido en los momentos siguientes al parto. A veces, cuando la madre está despierta, puede también ponerse al bebé sobre su pecho durante la cesárea, estimulando el contacto piel a piel y a reconocer el pezón.

Las enfermeras de Maternidad pueden favorecer el amamantamiento brindando un clima de aprobación y posponiendo los procedimientos y rutinas a realizar a la madre si es que el niño está prendido al pecho.

En los Servicios de Neonatología, los profesionales de Enfermería deben ofrecer información sobre la importancia de la lactancia a las madres de niños prematuros o enfermos internados en la Unidad de Cuidados Intensivos en cuanto estén en condiciones de visitar a sus bebés y establecer contacto con ellos. Aún cuando el bebé se encuentre en estado crítico, una buena oportunidad de darle a la mamá las herramientas para sentirse útil y activa en el proceso de curación de su hijo es enseñarle a extraerse leche. Si el niño no está en condiciones de alimentarse puede ser alentada diciéndole que es importante estimular una buena producción de leche para estar lista cuando su bebé pueda comer. Si la familia o el servicio cuentan con un freezer, la leche materna puede almacenarse en recipientes estériles. Las enfermeras le enseñarán a las madres técnicas de extracción manual o con bomba mecánica. Asegurar a estas mamás un ambiente cálido y amable (con o sin lactario) para desarrollar esta tarea, rodeadas de fotos de sus bebitos, siempre que fuera posible, favorece el clima solidario y de camaradería entre ellas. En el período de prealta, las enfermeras del sector Cuidados Intermedios ayudarán pacientemente a estas madres con sus bebés en el proceso de aprendizaje de la succión al pecho, mientras aún se completa el aporte por sonda.

En el caso del sector Pediatría, es frecuente que madres de lactantes internados por diferentes causas pierdan su lactancia por no mantener su producción adecuadamente. ¿Quién se ocupa de este tema olvidado?
Indudablemente, el personal del servicio con quien conviven las 24 horas son las enfermeras. Una actitud paciente y alentadora de su parte sobre la importancia de mantener la producción láctea mediante técnicas de extracción debería ser adoptada en todos los servicios de pediatría.

La función educativa de Enfermería no se agota en la Unidad, la sala o el consultorio, sino que se extiende a la comunidad y a los medios de comunicación como promotora de los derechos de la mujer que amamanta y de la necesidad de una legislación que la proteja.
La capacitación es el elemento a tener en cuenta para mejorar la inclusión de Enfermería en la promoción de la Lactancia. Aprender, no sólo la fisiología de la lactancia sino los aspectos técnicos y la destreza para resolver situaciones problemáticas.

Es función de las enfermeras comprometidas con la defensa de la lactancia ejercer la docencia en servicio y la capacitación de los colegas en los hospitales, sanatorios, escuelas de enfermería y posgrado, con el objetivo de optimizar la atención de los pacientes y sus familias.

Enf. Sara Villareal
Lic. Cristina Malerba
(Enfermeras del servicio de Neonatología del Sanatorio de la Trinidad)

Referencias bibliográficas
1 Neifert, M. Arianne, Lawrence, Ruth y col,
"Nipple confusión: Toward a formal definition",
The Journal of Pediatrics,
vol. 126, núm. 6, pp. 125-129.
2 Peelor, Martha, "Teaching standars:
Breastfeeding", Mother baby journal,
Fuente: http://www.sap.org.ar/institucional_subcomisiones_lactancia_promocion.php

viernes, 15 de julio de 2016

El llanto del bebé

El llanto es una forma de comunicación de los bebés.

Los bebés necesitan comunicar sus necesidades y es muy poco lo que pueden hacer. Es necesaria la presencia de un adulto que establezca un vínculo de afecto con él, comprenda qué le pasa y responda adecuadamente a esa demanda. De esa manera, el bebé aprende que para cada sensación incómoda hay una respuesta que lo hace sentir mejor.

Entonces, por ejemplo, cuando la mamá le ofrece el pecho si lo que siente es hambre, el bebé se satisface y aprende que ese malestar desaparece cuando recibe alimento. Cuando ese bebé crezca y sea más independiente, podrá pedir comida cuando tenga hambre, o agua cuando tenga sed.

Los primeros meses de vida

Durante el primer mes de vida los bebés suelen llorar mucho, pero hacia los tres meses, se espera que cada vez lloren menos y empiecen a aprender a calmarse solos, o progresivamente con menos ayuda.

Hay bebés que son muy predecibles y la mamá o la persona que lo cuida rápidamente se da cuenta de qué es lo que le pasa al niño. Entonces, el bebé necesita llorar cada vez menos: con una pequeña queja, rápidamente obtiene la respuesta a sus necesidades. Esos bebés suelen estar relajados, felices, riendo a carcajadas a partir de los 4 meses aproximadamente. Es muy importante que los bebés entre los 4 y los 7 meses estén gran parte del día felices y sonrientes, buscando contacto social.

¿Y si llora mucho?

Hay otros bebés que lloran mucho y que no son fáciles de calmar. En esos casos puede pasar que el bebé tenga alguna molestia que cuesta descifrar: esto puede deberse a algún dolor, mucha sensibilidad al ruido, a la luz, o al tacto.

También puede pasar que su mamá esté pasando un mal momento personal, o atravesando una gran tristeza provocada por las hormonas del embarazo. Incluso hay mamás que pueden sufrir depresión o cuadros psicológicos más severos. Por eso, es muy importante consultar con el pediatra cuando es difícil de calmar a un bebé.

¿Tendrá hambre?

Los bebés recién nacidos necesitan alimentarse frecuentemente. El estómago es muy pequeño y tiene poca capacidad. A medida que el niño crece, su estómago también lo hace, por lo que puede permanecer durante más horas sin recibir alimento. Durante el primer mes se recomienda alimentarlo “a libre demanda”: es decir, estar atentos a las manifestaciones del bebé y ofrecerle el pecho cuando llora. A partir de los 2 o 3 meses ya adquirirá un ritmo de alimentación cada 3 o 4 horas y se espera que comience a dormir más horas de corrido, para dormir toda la noche a partir de los 5 meses aproximadamente.

Amamantar y el medio ambiente, la lactancia materna es ecológica


Semana Mundial de la Lactancia Materna, del 1 a 7 agosto 2016.
Lema: "La lactancia materna: Una clave para el desarrollo sostenible"


Por Wendy Correa
Traducido y adaptado por Ana Charfén, IBCLC
Tomado de ecomama


Desde décadas pasadas nos hemos interesado más en la necesidad de alterar radicalmente nuestros estilos de vida para evitar sobrexpllotar nuestros recursos naturales.
La lactancia materna es probablemente uno de los medios menos reconocidos para contribuir a la salud de nuestro planeta.
La Leche materna es un recurso natural renovable muy valioso, y es la fuente más ecológica de alimento sustentable. Se produce y llega al consumidor sin utilizar otros recursos, y no crea contaminación. En contraste, la producción de leche artificial para bebé contamina nuestro aire, la tierra y el agua y utiliza nuestros recursos naturales. También causa la muerte de un millón y medio de bebés cada año y mala salud en incontables casos. El amamantar no es solo una elección de estilo de vida, es un asunto de salud para la madre y el bebé, un asunto social y un asunto ambiental.

Cada año se acumula más y más evidencia científica para probar lo que muchas personas intuitivamente saben: que la leche de la madre es el mejor alimento para su bebé. En marzo de 2012, la Academia Americana de pediatría publicó su más agresiva política, urgiendo a las madres a amamantar a su bebé por lo menos un año y aún mas, "mientras que sea deseado mutuamente". La leche de la madre por si misma provee todos los nutrientes necesarios para el desarrollo físico y mental de un bebé por lo menos durante 6 meses, con el beneficio agregado de la inmunidad natural contra numerosas enfermedades. Los bebés amamantados experimentan menos incidentes de infecciones del oído, alergias, diarrea, meningitis bacteriana, linfoma de la infancia, muerte súbita del lactante y diabetes.

Han surgido inquietudes en los últimos años acerca de posibles contaminantes absorbidos por la leche materna desde el medio ambiente. De acuerdo con la Liga de La Leche Internacional, "Al Revisar la investigación de los contaminantes en la leche materna, la investigación muestra consistentemente que aun en un mundo contaminado, el amamantar ofrece ventajas que superan los riesgos de ingerir posibles contaminantes. De hecho, los beneficios de amamantar pueden ser esenciales para compensar y superar los riesgos de los efectos tóxicos desde el medio ambiente. El enfoque de las preocupaciones científicas debe ser dirigido a remover aquellos químicos de nuestro medio ambiente, no crear dudas acerca de la única fuente de nutrición perfecta sin procesar para los infantes, la leche materna".

De hecho puede haber más riesgo de los contaminantes asociados con el uso de leche artificial para bebé que la leche materna. Insecticidas, fertilizantes y antibióticos, todos contaminantes potenciales, son parte de la producción de la leche de vaca y la soya para la leche artificial para bebé, y otros contaminantes han sido encontrados. Algunos de los reclamos de lotes con baja calidad o problemas hechos por las compañías que hacen fórmula en los últimos años han sido causados por el descubrimiento de altos niveles de fitoestrógenos, altos niveles de aluminio y plomo, contaminación bacteriana, producción antihigiénica relacionada por enfermedad gastrointestinal, salmonella, y partículas de vidrio mezclados con el polvo. Investigadores en Holanda encontraron bacterias dañinas, que puede causar meningitis y sepsis, en 52.5 por ciento de las muestras de fórmula que cultivaron de 35 países.

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