lunes, 13 de enero de 2014

"Yo soy testigo de partos en los que el dolor ha sido nulo". Entrevista al doctor Emilio Santos (II)

29 de abril de 2010 | 23:57 CET
Mireia Long
Editor en Bebesymas
Emilio Santos, ginecólogo

Hoy compartimos con nuestros lectores la segunda parte de la entrevista al doctor Emilio Santos, psiquiatra y ginecólogo, especializado en la atención del parto natural y domiciliario, con el que ya hicimos una primera conversación que publicamos en el pasado febrero.

En esta ocasión hemos hablado con él sobre algunos aspectos que suscitan dudas a las mujeres, como son la posibilidad del parto orgásmico, el dolor en el parto, los nacimientos vaginales tras cesárea o en podálica y el parto natural para una mujer que padezca miomas en el útero.

Has escrito dos libros ya, ¿tienes intención de seguir publicando?
Yo quiero escribir dos libros más por lo menos, uno sobre lo que oculta el patriarcado y el machismo y otro sobre el parto normal en la especie humana.

¿Me explicas lo que es un parto orgásmico?
El parto se parece mucho a la relación sexual, desde el punto de vista hormonal, pues se presentan las mismas substancias, la oxitocina y las endorfinas, y también desde el punto de vista postural.

Cuando se presencian las imágenes de las posturas, gestos y gemidos de una mujer pariendo libre es inevitable pensar que en las mismas hay gran similitud con las posturas, gestos y actitudes y gemidos de una mujer sexualmente excitada.

Hasta tal punto es así que podría pensarse que el acto sexual en la mujer es una especie de ensayo para el parto.

Posiblemente el parto se encuadraría mejor desde el punto de vista biológico como un punto culminante en la vida sexual de la mujer. Claro, toda esta faceta queda anulada en un parto medicalizado.

Pero la mayoría de las personas te dirían que el parto duele y el acto sexual no.
Si, pero hace poco leí una estadística según la cual hace cien años el 60% de las mujeres sentían dolor durante el acto sexual, hoy damos por hecho que se debía a motivos culturales o de represión sexual ¿no podría estar ocurriendo lo mismo con el parto hoy?
Sabemos que han existido culturas en las que el parto no dolía; y por otro lado, todos los que asistimos partos en casa somos testigos de que un porcentaje, es verdad bajo, de mujeres, sienten algo muy parecido al orgasmo durante las últimas fases del parto.

¿No deberíamos pensar que el diseño que la naturaleza tiene previsto para el proceso del parto sea bastante parecido al del acto sexual como lo parece mostrar la similaritud del cóctel hormonal que interviene en ambos procesos?
El dolor podría ser simplemente el resultado del contexto emocional y cultural en nuestra sociedad. Quien relató el “Génesis” de la Biblia describe que en un momento dado el parto no dolía y que algo que cambió hizo que empezara a doler.

Yo soy testigo de partos en los que el grado de dolor ha sido nulo. Sensaciones de mucho tipo y en global la experiencia siempre ha sido gozosa.

Además de usar una bañera, ¿hay otros modos de aliviar el dolor en un parto sin anestesia?
Lo importante en un parto no es eliminar el dolor, sino el sufrimiento. Pongo un ejemplo en el que ocurre algo equiparable. A un montañero, cuando un domingo de invierno está escalando las cumbres, el granizo le duele en la cara, el frío le duele en las manos y el rostro, los músculos y el corazón le duelen por el esfuerzo, pero el montañero llega a casa, se ducha, y está deseando que vuelva el próximo domingo para repetir su experiencia gozosa. Jamás se le ocurriría a un montañero como este tratar de buscar formas para disminuir las sensaciones que experimenta. Algunas de las sensaciones son dolorosas, pero su experiencia global es gozosa.





En el parto pasa eso también, aunque duela, el parto natural siempre es una experiencia de gozo.
Hay un porcentaje de mamás que durante la experiencia del parto se han sentido sin fuerzas y han preferido continuar con epidural, algunas por dolor y más número por cansancio; pero, entre las que han terminado su parto en casa, no conozco a ninguna que me haya dicho: “para el próximo con epidural”. ¿Por qué?; porque el parto en su conjunto cuando es con respeto a la fisiología, es un experiencia de gozo. No solo para la madre, también lo es para el bebé.

¿Qué recomendaciones darías a una mujer que quiere intentar un parto vaginal tras una o dos cesáreas?
Hasta hace una década se consideraba que tras cesárea, incluso tras solamente una, el parto siempre sería por cesárea. La evidencia científica demostró que intentar un parto vaginal no supone más riesgo. Cuando había dos cesáreas previas se seguía recomendando que el tercero fuera por cesárea. Pues bien, recientemente se ha publicado una evidencia científica que demuestra que tras dos cesáreas el riesgo es similar a una sola y que también se debe ofrecer a la mujer la opción si lo desea de un parto vaginal.

¿Qué riesgo hay entonces al hacer un parto vaginal tras cesárea?
El riesgo temido es la rotura de útero, que puede llevar a la muerte de un bebé y una gran hemorragia con necesidad de transfusión y cirugía urgente para la madre. Lo que muestra la evidencia científica de nuevo es que cuando el parto se atiende de manera no medicalizada, sin medicación, y en postura libre, este riesgo es casi inexistente.

¿Se puede asistir un parto vaginal si el bebé está de nalgas?
Es cierto que en el año 2000 se realizó un estudio multicéntrico (en muchos países del mundo de manera simultánea) comparando la opción de planificar un parto vaginal con planificar una cesárea en embarazadas con bebés en presentación de nalgas. Se conoce por el apellido de su investigadora principal: estudio de Hannah. Este estudio demostró hay una diferencia apreciable de riesgo y que, por tanto, es preferible la cesárea. La madre es quien, informada, debe tomar la decisión.

A mi juicio, una opción razonable se se opta por la cesárea es no programarla, sino esperar a realizarla cuando comiencen las contracciones de parto, respetando el momento elegido pero la fisiología del bebé.

¿Los datos serían diferentes si los partos en podálica no fueran medicalizados?
Ese es el quid de la cuestión. Lo que ocurre con el estudio de Hannah es que se realizó en centros hospitalarios de parto altamente medicalizado, en casi todos los casos con la mujer en horizontal, con monitorización continua, con oxitocina intravenosa y epidural; en muchos casos, incluso con inducción del parto. Por tanto la conclusión científica de este estudio es: “tras una cesárea, si el parto va a ser medicalizado, es mejor otra cesárea”.

Bajo mi punto de vista, haría falta un estudio científico similar pero que incluyera la posibilidad de un parto de nalgas en postura libre y sin medicalizar, con protocolo de realizar una cesárea ante la más mínima sospecha de complicación. Mi experiencia me hace intuir que este estudio resultaría favorable para la opción vaginal.

¿Has atendido partos vaginales con el bebé en podálica o nalgas?
Sí. En mi experiencia, en estos partos la mujer tiende a elegir, por instinto, la postura a cuatro patas, en la cual se elimina la necesidad de que quien asiste el parto realice maniobras especiales. Mi experiencia personal y profesional es que los partos de nalgas en su mayoría son más rápidos e igual de seguros que los partos en presentación cefálica. Probablemente, y así lo difunde el científico Michel Odent, en un parto de nalgas es un buen criterio utilizar la cesárea en caso de que el proceso transcurra de una forma lenta o no fluida.

¿Puede asumir el embarazo una mujer con un mioma en el útero?
Depende del mioma, pero en general sí. La mayoría de los miomas son subserosos, es decir, están situados en la capa más externa del músculo uterino y además suelen estar en la parte más alta del útero. Los miomas que pueden presentar una obstrucción al proceso del parto son aquellos situados en la parte inferior del útero. Por supuesto, durante el parto se puede detectar la necesidad de realizar una cesárea que, en este caso, no supondría una gran emergencia. Por tanto en una mujer con miomas uterinos se puede planificar igual que en cualquier mujer sin factores de riesgo un parto natural.

En cualquiera de los dos casos no se debe realizar ninguna actitud especial en el embarazo ni el parto de antemano, pero sí hay que saber que a menudo los miomas crecen durante el embarazo y, en este crecimiento, pueden llegar a resultar muy dolorosos. Además hay miomas que pueden representar un mayor riesgo de aborto: son aquellos llamado submucosos, situados en la parte interna de la cavidad uterina, o cercanos al cuello.

Esperamos que esta entrevista al doctor Emilio Santos os resulte tan esperanzadora y reveladora como para nosotros y os animo a esperar una próxima entrega, pues, debo confesaros que esta conversación me llevaba a nuevas preguntas y temas en los que profundizar de la mano de un hombre tan conocedor de lo que es el hecho de parir en la especie humana y dotado de tanta sensibilidad para explicarlo.

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