viernes, 17 de enero de 2014

Los bebés que duermen con sus padres son amamantados durante más tiempo, dice un nuevo estudio

26 de septiembre de 2013



Dormir con los bebés, lo que se conoce como colechar con ellos, es una de las prácticas que más se lleva a cabo en el mundo que más críticas suscita en el mundo occidental, donde no está demasiado bien visto, al contar con camas individuales y habitaciones individuales y existir la creencia de que los niños están mejor durmiendo solos o que corren menos peligro.

Sobre el peligro, normalmente centrado en el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL), faltan aún muchos datos. Hay estudios que han sugerido que dormir con los niños aumenta el riesgo de SMSL, sin embargo hay otros estudios que concluyen que existe un factor protector, sobretodo si se hace de un modo seguro (ya que si se hace sin tener unas mínimas medidas de seguridad el riesgo es mayor que si duermen solos).

Esta llegada de estudios contrarios constante hace que muchos profesionales de la salud sean cautos a la hora de recomendar el colecho a los padres, porque una cosa es contar con ello como opción de los padres que quieran hacerlo, y otra es decirles a unos padres “duerma con su bebé, que será mejor para todos”. Ahora, sin embargo, un estudio reciente echa un poco más de leña al fuego al concluir que los bebés que duermen con sus padres son amamantados durante más tiempo.

Lo recomendable es que los niños sean amamantados hasta al menos dos años
Habrá quien se pregunte “¿Y para qué quiere una madre amamantar durante más tiempo, si con seis meses ya es suficiente?”. Bien, seis meses de lactancia exclusiva es lo que se recomienda para todos los bebés, y ni siquiera con esa recomendación que todo el mundo conoce se logra, ya que sólo el 38% de los bebés del mundo llegan a cumplir esa recomendación (bueno, el bebé no, sus madres).

Pero es que la recomendación no acaba ahí. Lo que se dice es que tomen leche materna de manera exclusiva durante seis meses y que a partir de ese momento el niño empiece a comer otras cosas, pero que siga mamando siendo la leche materna el alimento principal hasta el año (que no el único), entonces, a partir del año, el alimento principal del niño será una dieta equilibrada, pasando la leche materna a ser un alimento más, además de consuelo y además de seguir siendo una importante fuente de defensas (que de hecho es casi más importante que lo buen alimento que pueda llegar a ser).

O sea, que la cosa queda en algo así como “si quiere hacer lo que el cuerpo de su bebé espera para desarrollarse con normalidad, dele leche materna al menos hasta los dos años, y después siga si así lo desea, dejándolo cuando la madre o el bebé quieran dejarlo”.


¿Por qué dos años?
Porque el sistema inmunitario de los bebés y los niños es muy pobre, está en desarrollo, es inmaduro, y cualquier aporte de defensas que pueda venir desde el exterior le irá de perlas. Como el único aporte de defensas es la leche materna, pues no hay más que decir. En otras ocasiones lo hemos explicado, pero lo repetimos de nuevo: el cuerpo del bebé nace tremendamente inmaduro en muchos sentidos, es un animal completamente indefenso, y entre su inmadurez se encuentra el tener un sistema inmunológico bastante incapaz, que debe fortalecerse desde el exterior.

La naturaleza, sabia, decidió que la leche que iba a alimentar al bebé tuviera esas defensas que el bebé no tiene, por eso el cuerpo de un bebé espera recibir leche materna como ayuda hasta que sea capaz de defenderse por sí mismo, cosa que sucede en algún momento entre los dos y los seis años.

Datos acerca del estudio


Todo esto sirve para explicar por qué es importante este estudio y por qué es relevante el hecho de que dormir con los bebés haga que puedan mamar por más tiempo. Los profesionales no hacemos más que rompernos los cuernos para intentar dar información a las madres para que sepan por qué se recomienda que amamanten a sus bebés durante dos años o más. Como veis, no lo estamos consiguiendo, vistas las cifras, y en gran parte por culpa de que muchos profesionales ni se rompen los cuernos, ni tienen cuernos que romperse, básicamente porque, o no dan la información, o la dan mal, logrando precisamente lo contrario, que las madres desteten antes de tiempo.

A lo que iba, el estudio que comento, publicado por JAMA Pediatrics y realizado en la Universidad de Maryland, en EE.UU., se llevó a cabo con 1846 madres que contestaron un cuestionario sobre las costumbres familiares desde que estaban embarazadas hasta el primer año de vida del bebé. Los cuestionarios se les enviaron desde el primer al sexto mes (cada mes) y luego a los 7, 9, 10 y 12 meses de edad del pequeño.

Se consideró colecho el hecho de que la madre permaneciera tumbada junto al bebé o durmiera con él en la misma cama o en otra superficie durante toda la noche o durante la mayor parte del tiempo. El objetivo del estudio era saber cómo afectaba el hecho de que las madres compartieran espacio con los bebés en la lactancia.
Los investigadores vieron que los bebés que dormían con sus madres eran amamantados durante más tiempo, aunque no encontraron asociación entre dónde dormían los bebés y el momento en que empezaban a comer otras cosas, es decir, la lactancia materna exclusiva no era más prolongada en las madres que colechaban. No tenemos datos al respecto, ya que sólo podemos leer el abstract del estudio, pero sería interesante saber en qué momento dejaba la lactancia de ser exclusiva, porque claro, si esto sucedía a los seis meses, es absurdo pretender que unas lo alargaran más que las otras, ya que es el momento en que se recomienda que deje de ser exclusiva.

Además, observaron que las madres amamantaban durante más tiempo cuando tenían una mejor educación (imagino que niveles de estudios más altos), cuando eran blancas, si habían dado el pecho previamente a otro bebé, si habían planeado amamantar a su bebé y si no habían tenido que volver a trabajar en el primer año tras el parto. Obviamente, cruzando todas estas variables, vieron que el colecho seguía siendo uno de los factores que ayudaban a que los bebés mamaran por más tiempo.

¿Y qué hacemos, si el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita sigue ahí?
Pues yo que sé. Cada padre o madre que haga lo que considere mejor, o mejor dicho, lo que su hijo considere mejor. Hay niños que no tienen ningún problema por dormir separados de la madre, pues oye, si te da miedo dormir con él o no estás a gusto, siempre puedes poner una cuna al lado de la cama y, si pide, cogerle, darle el pecho y cuando acabe volverlo a poner en ella. O incluso poner una cuna unida a la cama, que al parecer se considera menos peligroso.


Si en cambio el niño pide mucho contacto, ya sea mamando, ya sea poniéndote el brazo encima o el pie en la cara, que esto también pasa, pues duerme con él, léete las recomendaciones para hacerlo de manera segura, los estudios que dicen que el colecho disminuye el riesgo de SMSL (este libro de McKenna es fantástico) y quítate así la etiqueta de mala madre o mal padre, para hacerlo de manera responsable y segura, y disfrutar de ello.

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