Eduardo
Vainstein, Médico especialista en pediatría del Hospital de Niños Dr. Ricardo
Gutiérrez
Para La Nación,
sábado 25 de junio de 2016
Comienzan las clases, llega el
invierno y aumentan las enfermedades en los niños. Y en simultáneo aumenta la
preocupación de los padres. Antes de que cunda el pánico cada vez que nos
enteramos de que la mitad de la salita o del aula está en reposo, es necesario
revisar algunos factores de riesgo, chequear el carnet de vacunación y
contemplar si es atinado realizar una consulta con el pediatra.
En principio hay que prestarle
atención a las enfermedades más comunes en esta época, es decir, las
respiratorias: resfríos, gripe, neumonías, bronquiolitis con sus síntomas de
fiebre, tos, estornudos y secreciones. Los más afectados por este tipo de
afecciones son los niños de entre un mes y 4 años, que por lo general concurren
a jardines maternales o de infantes.
Las enfermedades respiratorias se
transmiten de persona a persona mediante estornudos y tos, ya que las gotitas
expulsadas están cargadas de virus. Estas gotitas, de hecho, impactan en las
personas cercanas y quedan depositadas en las manos y los objetos que tocan los
chicos, como por ejemplo, juguetes, cuentos y chupetes. Ahora bien, hay
conductas básicas que no modifican nuestra rutina, pero que pueden convertirse
en grandes aliados:
Taparse con el pliegue del codo al toser o al
estornudar.
Lavarse las manos con agua y jabón e
higienizarse con alcohol en gel ayuda disminuir el contagio.
Limpiar y
ventilar las habitaciones diariamente colabora a disminuir la carga viralsuspendida en los ambientes.
Cubrir la
nariz y la boca con una bufanda durante 10 o 15 minutos al salir de ambientes calefaccionados adapta las defensas del aparato respiratorio y no las paraliza.
Promover la lactancia materna y si es posible
prolongarla durante el invierno.
Una alimentación variada tiene todos los
nutrientes y las vitaminas necesarias para mejorar sus defensas inmunológicas.
La mayoría de las enfermedades
graves de la infancia -gripe, neumonía, tos convulsa, meningitis- son
prevenibles con vacunas. Por lo tanto es
indispensable vacunar a los chicos y a su entorno familiar; más personas
vacunadas, menos transmisión y menos enfermos.
También es importante no automedicarse. Ante los primeros
síntomas, consultar con el pediatra y en caso de enfermedad, informar al jardín
o al colegio cuál es el diagnóstico. Además es menester respetar los períodos
de contagio y recuperación: los niños con fiebre no deben asistir a clases y
pueden reincorporarse 48 horas después de que baje la temperatura.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1912296-hay-que-respetar-los-periodos-de-contagio-y-de-recuperacion
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