viernes, 31 de enero de 2014

El parto en agua más bello que verás el día de hoy...


Este es el parto en agua, en casa de Hannah, es su cuarto bebé. 
Todos los demás niños la acompañan, las matronas y doulas son tiernas y
 demuestran a lo largo del video los distintos masajes en una mujer que labora y 
hasta le van tejiendo el gorrito al bebé a lo largo del trabajo de parto. 
El titulo le hace justicia a las imágenes definitivamente "bienvenido con amor". 
Fuente:  

jueves, 23 de enero de 2014

La deposición de recién nacido


Información perteneciente a la revista NUEVO COMIENZO, Vol. 16 Numero 3 Año 2004

En el útero, el feto bebe líquido amniótico permanentemente. Ese líquido tiene el olor y el gusto de lo que la madre come. Ya en el útero, el bebé percibe los olores y desarrolla el gusto. Sus riñones ya funcionan y orina en el líquido amniótico, líquido compuesto de agua y deshechos cutáneos provenientes de la descamación de la piel y digeridos del intestino. Desde los cuatro meses de gestación, el intestino se llena de una sustancia negra verdusca, producto del metabolismo en el hígado de residuos no asimilables: el meconio. No hay emisión de deposiciones durante la vida uterina, salvo en caso de sufrimiento fetal. Ese meconio negro, viscoso e inodoro es normalmente emitido en las primeras 24 horas, a veces minutos, que siguen al nacimiento.

Por su composición, el calostro es laxante, de manera que lactadas frecuentes ayudan a su expulsión. Esa expulsión rápida permitirá minimizar la importancia de la ictericia llamada fisiológica. En efecto, el meconio contiene bilirrubina, producto que proviene de la degradación de los glóbulos rojos y que da esa coloración amarillenta a la piel del recién nacido ictérico. Entre más rápido sea eliminado el meconio, será menor la posibilidad de que el intestino lo descomponga con una enzima para que el organismo lo reabsorba, de manera que el bebé tendrá menos opción de tener ictericia.

La transición entre el meconio y las deposiciones normales se hace en tres a cinco días y está relacionada con el número de lactadas eficientes que realice el bebé. Un retardo en esta evolución requiere de una evaluación precisa del desarrollo de la lactancia para asegurar que el bebé toma suficiente leche materna y que la lactancia está bien estimulada.

Una vez que la leche llega en abundancia (bajada o subida de la leche), lo cual sucede entre el tercer y séptimo día de vida del bebé, el recién nacido debería eliminar al menos dos o tres deposiciones en 24 horas. Estas deposiciones son amarillas, del color del huevo crudo batido o mostaza, excepcionalmente tirando al verde; son abundantes, blandas y hasta líquidas. No es diarrea. Y no bastan manchas sobre el pañal. A menudo el bebé expulsará deposiciones en cada comida a causa del reflejo gastro-cólico: cuando el estómago se llena y la digestión comienza, el intestino se contrae y se desocupa.

Es fácil en el día a día, vigilar que las “salidas” o deposiciones del bebé correspondan a “entradas”, es decir, a la cantidad de leche que bebe. Si toma mucha leche materna, naturalmente habrá muchas salidas (orina y deposiciones) y la curva de peso será ascendente. Esta vigilancia permite reaccionar rápidamente: si se constatan menos de cinco o seis pañales mojados con orina y menos de tres con deposiciones sólidas en 24 horas, podemos decir que el bebé no está recibiendo suficiente leche y una persona competente debe revisar la rutina de lactancia antes de que se dé el estancamiento o caída en la curva de crecimiento que confirmarían esa situación de riesgo.

En las primeras cuatro a seis semanas de vida del bebé sus deposiciones son frecuentes, muchas al día. Después de ese tiempo, de manera repentina, algunos bebés pueden presentar lo que se conoce como deposiciones escasas del bebé amamantado. Tienen su deposición cada tres, cuatro, ocho días y hasta más. Parece no haber explicación médica de esta circunstancia en el bebé exclusivamente amamantado.

Es así como este bebé amamantado exclusivamente, con más de un mes de nacido, se nota bien y tolera sin problema la ausencia de deposiciones. No tiene el vientre distendido, no vomita, y tiene gases, lo que demuestra que no tiene oclusión intestinal. Orina bien, como es frecuente en él, ya que tiene la costumbre de tomar la leche de su madre con frecuencia, continúa engordando y no se queja. Simplemente los días pasan y él no hace deposiciones. En general la inquietud de sus padres aumenta hasta el día en que se le “mueve el estómago” y en ese momento hay que alistar un baño total y un paquete de pañales porque estará untado de la cabeza a los pies. Es la abundancia de la deposición, que debe ser blanda, lo que confirma que la situación está bajo control. Y el hecho de que esa deposición sea voluminosa contradice la hipótesis que dice que el bebé absorbe todo lo que le da esa leche materna tan fácil de digerir.

Esa situación se puede repetir muchas veces y luego las deposiciones volverán a ser frecuentes, sin que sepamos por qué.

La mayoría de las veces no sirve para nada que las madres beban enormes cantidades de agua o de jugo de manzana o ciruela porque el bebé no está estreñido ni constipado; recuerde que sus deposiciones no son duras, ni deshidratadas. Están allí, líquidas, pero no salen. Inútil darle jugo de naranja, de ciruela o pitahaya o algún otro medicamento, porque el bebé no está constipado ni estreñido; simplemente tiene deposiciones escasas del bebé amamantado. Inútil perturbar su flora intestinal con un producto diferente a la leche materna! Más adelante el bebé no tendrá problemas intestinales ni de estreñimiento, el cual se define por deposiciones duras, en bolas, difíciles de eliminar y que pueden ser el origen de fisuras anales y sangrado local. En cambio, otros bebés alimentados con leche artificial en polvo fabricada a partir de la leche de vaca o de soya, pueden estar realmente constipados; ellos tienen deposiciones muy duras y les cuesta trabajo expulsarlas y requieren de una dieta particular provista por un especialista.

Sucede que algunos bebés con deposiciones escasas del bebé amamantado den al cabo de una semana la impresión de estar molestos. Es entonces indicado hacerles un pequeño masaje abdominal o hacer cosquilleo el ano con un copo de algodón humedecido en agua fría, por ejemplo. El termómetro puede causar heridas. Exámenes, lavados y hospitalización son estrictamente inútiles ya que la situación es pasajera según nos lo confirman las personas que acompañan a las madres que amamantan.

¿Será que los bebés quieren poner a prueba a las personas a las que usted habla de esas deposiciones escasas para ver si saben de lactancia o si tienen la costumbre de observar a los bebés amamantados?

Marie Courdent, Francia

* Marie Courdent es Líder de la Liga en Francia, pediatra y Consultora de Lactancia; hace parte del Departamento de Formación en Lactancia de la Liga de La Leche de Francia. El artículo fue traducido por María Cristina Sáenz de Allaiter Aujourd’hui de marzo de 2004, publicación de LLL de Francia.

Última modificación realizada el 12 de febrero de 2008 por mmm
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Parto: tránsito de nacimiento y muerte. Instante mágico

miércoles, 22 de enero de 2014

Desmontando la "polémica de la lactancia"


publicado a la(s) 3/9/2013 12:04 por Verónica Garea
  
Ah, la culpa de las madres que no pueden amamantar. La esclavitud de las que sí lo hacen. Los beneficios que se le arrogan a la lactancia y que no son tan así. Tantas cosas se dicen. En 2006, una revista publicó una nota muy crítica de la lactancia materna, su promoción y las organizaciones que promueven y apoyan, como la nuestra.
Una de nuestras voluntarias escribió esta respuesta, que nunca envió. Pese a los 7 años pasados, no pierde vigencia. La compartimos.



Imagen Petr Kratochvil publicdomainpictures.net

La nota remitida a su revista como reacción a la campaña de promoción de la lactancia materna del Ministerio de Salud de la Nación tiene algunos puntos interesantes que resultan opacados por muchos otros basados en información errónea y en enunciados sin fundamento y que contradicen la evidencia.

El comentario sobre la nota del equipo del Hospital Tornú, que fuera elaborada en respuesta a la experiencia de este grupo de profesionales durante el Congreso de Lactancia Materna organizado por la SAP en el año 2003 en Tucumán, peca de las mismas inexactitudes y prejuicios que la nota original a la hora de evaluar la contribución de la lactancia a la prevención de la desnutrición. El amamantamiento garantiza una nutrición óptima, con lo cual es una manera de combatir la desnutrición al menos en la etapa temprana de la vida. De acuerdo con la directora ejecutiva de Unicef, Carol Bellamy, "No existe mejor camino que el amamantamiento para asegurarse de que un niño tenga el mejor comienzo en la vida.” Por su parte, el Dr. Lee Jong-wook, Director-General de la Organización Mundial de la Salud, manifestó en el marco del lanzamiento de la Iniciativa Mundial de Alimentación Infantil (OMS-Unicef) que "La lactancia materna exclusiva en la primera mitad del primer año de vida combinada con la introducción de alimentos adecuados reduce el número de niños menores de cinco años que mueren por desnutrición”. La desnutrición está asociada con el 50% de las muertes de niños menores de cinco años.


La nota descalifica a la lactancia materna como método anticonceptivo. Sin embargo, la lactancia ES un método anticonceptivo. Para que sea efectivo, se deben cumplir ciertas condiciones: el bebé tiene menos de seis meses, la lactancia es exclusiva, la madre no menstrúa. En este caso, la efectividad del método (conocido como MELA o LAM en inglés) es del 98% (Labbok M, Cooney K, Coly S. Guidelines: Breastfeeding, Family Planning and the Lactational Amenorrhea Method-LAM. Washington, DC: Institute for Reproductive Health. 1994.) De acuerdo con este ensayo clínico, de un total de 1298 mujeres que usaron el MELA, menos del 1% quedó embarazada cuando se cumplieron los tres criterios. Por otro lado, la Dra. Marilyn Yalom[1], en su libro “Historia de la Esposa”, menciona en reiteradas ocasiones la ventaja del amamantamiento como recurso para espaciar los nacimientos entre las mujeres europeas y americanas de los siglos XVII, XVIII y XIX y el impacto del empleo de amas de leche o nodrizas en el número de hijos. Como ejemplo cita la diferencia en números de hijos entre las mujeres del nordeste y del Sur de EEUU. Las mujeres del norte se beneficiaban de amamantar a sus hijos mientras que las del sur dejaban el amamantamiento en manos de esclavas y por lo tanto tenían más hijos en menos tiempo (Marilyn Yalom, “Historia de la Esposa”, pág. 247, Ed. Salamandra, Barcelona, 2003).

Otro de los puntos que aborda la nota se refiere a la edad de destete, mencionando el impacto negativo de la lactancia hasta los dos años tal como recomiendan diversos organismos internacionales. Todos tenemos opiniones sobre cuándo debe ser destetado un niño. Ver a un niño que camina tomando el pecho se percibe como fuera de lo común. Sin embargo, en las raíces de nuestra cultura se encuentra una tradición de amamantamiento por varios años (Alan Berg, “The Nutrition Factor”, The Brookings Institute, Washington DC, 1973). En tiempos de los profetas de Israel, los niños no eran destetados antes de los dos años. En la familia real de Egipto se amamantaba por tres años. En la India se creía que cuanto más tiempo se amamantara a un niño, más larga iba a ser su vida, por lo que lactancias de siete años no eran desconocidas. Recién en el siglo XIX los escritos sobre cuidado infantil comenzaron a recomendar el destete al año (J.A. Ryerson, “Medical Advice on Child Rearing, 1550-1900” Harvard Educational Review, Vol.13, pags. 302-323, 1961). Fuera del mundo anglosajón, la lactancia prolongada se mantuvo como norma hasta bien entrado el siglo XX. Los Siriono de Bolivia raramente destetan antes de los 3 años y en ocasiones continúan hasta los 4 ó 5 años. En 1956 no era extraño para las madres de Tsinghai, China, amamantar 5 años. El Dr. Terry Brazelton dice que entre las poblaciones aisladas de los Zinacantecos, descendientes de los Mayas del estado de Chiapas, México, cuando nace un bebé, si la madre “tiene niños mayores, sigue amamantándolos con el pecho derecho, reservando el izquierdo para el bebé. A menudo un niño de dos años y el bebé toman el pecho al mismo tiempo”.

Hasta la Revolución Industrial, en las sociedades occidentales se reconocían y valoraban las relaciones interdependientes entre individuos y familias. Las madres y sus hijos se consideraban interdependientes, por este motivo la intervención cultural o manipulación de la gestación y lactancia era escasa o nula. Esta falta de intervención cultural resultaba en una lactancia prolongada, de 2.5 a 4 años de duración, que resultaba en un mayor espaciamiento de los hijos (Heather McIlvaine-Newsad, Ph.D. , “Culture and Family Planning: An Anthropological Perspective on Family Planning and Abortion”, Illinois Institute for Rural Affairs, Western Illinois University). Por lo tanto, se puede afirmar que la lactancia hasta los dos años no es una rareza en la perspectiva histórica y evolutiva, ni es perjudicial para los seres humanos.

La nota también menciona a la lactancia como una actividad que interfiere con la relación de pareja. El amamantamiento no es una interferencia en la relación de pareja más allá de lo que representa el nacimiento de un niño en la misma. En un grupo de 153 familias brasileñas con bebés de cuatro meses de edad (51 casos – destetados – y 102 en grupo control – continuaban amamantando) se estudió si la lactancia afectaba negativamente la relación de pareja. A través de entrevistas clínicas usando las escalas “Global Assessment of Relational Functioning” y “Beavers-Timberlawn” se concluyó que la calidad de la relación no estaba asociada con la interrupción de la lactancia antes de los cuatro meses. Sí se encontró que una buena relación de pareja se asociaba con el apoyo a la lactancia por parte del padre y su participación en el cuidado del bebé (Olga García Falceto, Elsa R. J. Giugliani, Carmen Luiza C. Fernandes, “Couples’ Relationships and Breastfeeding: is There an Association?”, J Hum Lact. 20(1):46-55, 2004)

En cuanto a la supuesta interferencia con la autonomía e individuación del niño, hay estudios que no han encontrado evidencia que sugiera que el amamantamiento tenga una contribución importante a la posterior adaptación social del niño (Fergusson DM, Horwood LJ, Shannon FT, “Breastfeeding and subsequent social adjustment in six- to eight-year-old children”, J Child Psychol Psychiatry. 1987 May;28 (3):379-86).

También se adjudica una intención de perpetuación de la pobreza a la promoción de la lactancia y postula que el impacto en el costo social de salud se limita a los países en desarrollo. Esto contradice estudios que muestran que el efecto positivo de la lactancia en la salud de los niños es independiente del nivel socioeconómico de la familia (Coulibaly R, Seguin L, Zunzunegui MV, Gauvin L., “Links Between Maternal Breast-Feeding Duration and Quebec Infants' Health: A Population-Based Study. Are the Effects Different for Poor Children?”, Matern Child Health J. 2006 Jul 12; ). Paradójicamente, son las madres de menor nivel socioeconómico y menor nivel de educación quienes menos amamantan (Heck KE, Braveman P, Cubbin C, Chavez GF, Kiely JL., “Socioeconomic status and breastfeeding initiation among California mothers” Public Health Rep. 2006 Jan-Feb;121(1):51-9; Khoury AJ, Moazzem SW, Jarjoura CM, Carothers C, Hinton A. “Breast-feeding initiation in low-income women: Role of attitudes, support, and perceived control”, Womens Health Issues. 2005 Mar-Apr;15(2):64-72, Williams PL, Innis SM, Vogel AM, “Breastfeeding and weaning practices in Vancouver” Can J Public Health. 1996 Jul-Aug;87(4):231-6).

Resultaría razonable pensar que un gobierno quisiera, en primer lugar, reducir el gasto de salud en su propio país antes de promover estrategias para reducir al gasto en otros países. Sin embargo, la prevalencia de lactancia es extremadamente baja en los Estados Unidos, donde solamente el 36.2% de los bebés reciben lactancia mixta a los seis meses de edad y sólo el 14.2% recibe lactancia exclusiva, mientras que el 17.2% es amamantado al año y el 5.7% a los 18 meses (Li R, Zhao Z, Mokdad A, Barker L, Grummer-Strawn L. “Prevalence of breastfeeding in the United States: the 2001 National Immunization Survey”, Pediatrics 2003 May;111(5 Part 2):1198-201). En países con sistemas de salud socializados donde el énfasis en la salud pública es mayor que en los Estados Unidos (con un sistema de salud en su mayoría privatizado y costos de cuidado médico mucho más elevados que en otros países industrializados), la prevalencia de lactancia es mucho mayor. En Suecia, el 72% de los niños nacidos en 2000 eran amamantados a los 6 meses (40% exclusivamente amamantados, Amning av barn födda 2000, HÄLSA OCH SJUKDOMAR 2002:7, http://www.sos.se/FULLTEXT/42/2002-42-7/2002-42-7.pdf). En Australia en 2001, 48% de los niños eran amamantados a los seis mese de edad, 23% al año (Breastfeeding in Australia, Australian Bureau of Statistics,http://www.abs.gov.au/Ausstats/abs@.nsf/525a1b9402141235ca25682000146abc/8e65d6253e10f802ca256da40003a07c!OpenDocument#2.%20BREASTFEEDING%20PRACTICES%20IN%20AUS).

La promoción de la lactancia materna en los EEUU no es patrimonio de la “extrema derecha” , como implica la nota. De hecho, en ambientes conservadores se considera que amamantar en público es “exhibición obscena”. Y las acciones de la derecha extrema están muy lejos de las de grupos promotores de la lactancia que reivindican el derecho de las madres, cualquiera sea su situación en la vida (casadas, solteras, empleadas, no empleadas, jóvenes, mayores, de cualquier orientación sexual) a amamantar a su bebé donde sea y cuando sea. Basta para ver cuán lejos de la derecha americana están algunos promotores de la lactancia visitar sitios web como el de IBFAN (www.ibfan.org), Baby Milk Action (www.babymilkaction.com) o la revista Mothering (www.mothering.com).

martes, 21 de enero de 2014

Historias que inspiran: Emilia Williams

Sábado 06 de julio de 2013 | Publicado en edición impresa
Un regalo que cambió sus vidas
Esta joven decidió obsequiarle a su madre para su cumpleaños, la puesta en marcha del proyecto Escuchando Latidos, que tiene como objetivo la compra de equipamiento médico para el hospital Rivadavia que es donde ella trabaja
Por Leandro Milán  | Para LA NACION

Al entrar a su casa, la médica obstetra Julia Isabel Alduncin vio a toda su familia parada en el living mirándola fijamente. Instintivamente, su cabeza recordó que la última vez que todos se habían reunido de aquella manera había sido para anunciarle que una de sus hijas se iba a vivir al exterior. "¿Se van a vivir afuera?", preguntó sin poder contener las lágrimas.



Emilia Williams, la tercera de sus cuatro hijas, se adelantó y la abrazó tiernamente.

"No mamá, y tampoco estoy embarazada. Tomá, éste es tu regalo de cumpleaños", dijo extendiéndole una carpeta roja y blanca con un corazón dibujado en su portada.

- "¿Qué es?", preguntó, todavía con los ojos llenos de lágrimas la Dra. Alduncin "¡Leé vos, que yo estoy llorando y no puedo leer!"

Emilia se paró a su lado, abrió la carpeta y comenzó a leer:

- "Escuchando Latidos: programa de recaudación de fondos para la compra de equipamiento médico para el Servicio de Obstetricia del hospital Rivadavia. Inspirado en la labor y dedicación de la Dra. Julia Isabel Alduncin".

Toda la familia se unió al llanto de Julia, que no dejaba de preguntar si todo eso era real. Dentro de la carpeta, los dibujos de sus nietas de 4 y 5 años decían ¡Yo también ayudo! entre los comprobantes de las primeras donaciones que habían hecho Emilia y una de sus hermanas.

- "No lo puedo creer", repetía llorando de la emoción la doctora.

Emilia abrió su computadora, entró a Facebook y presionó el botón de publicar en la Fanpage del proyecto.

- "Ya está mamá, es oficial, acaba de nacer Escuchando Latidos."

"No tengo hijos, y para mis tres hermanas y para mí, nuestros padres son lo más importante que tenemos", empieza Emilia. Lo que se asemeja al comienzo de una historia familiar, es en realidad el puntapié para lo que fue el proyecto solidario Escuchando Latidos, del cual Emilia está a cargo.

Sucede que su mamá, la Dra. Julia Alduncin, es médica obstetra del hospital Rivadavia, y este 7 de mayo fue su cumpleaños número 60. La Dra. Alduncin siempre transmitió en su casa el amor por su vocación (como médica y también como docente de la Facultad de Medicina en la UBA), y durante la última Semana Santa, mientras toda la familia pensaba qué podía obsequiarle para su cumpleaños, ella no dejó de estar pendiente de una paciente que se encontraba con problemas de salud. "No queríamos regalarle una cartera o unos zapatos, sino algo más original y adecuado a su personalidad. Y ese fin de semana hice el clic", explica Emilia, que tiene 30 años, estudió Economía y Administración Agraria en la Fauba y se especializó en agroindustrias y negociaciones internacionales de Minagri y Fauba.

Chupete: ventajas y desventajas

Dra. Marisa Gandsas
Chupete: ventajas y desventajas El chupete es uno de los componentes que no suele faltar en el bolso o equipaje del bebé, pero, ¿es bueno para él?, ¿cuáles son sus ventajas y desventajas?

El chupete es uno de los componentes que no suele faltar en el bolso o equipaje del recién nacido, y por lo general se estrena en los primeros días.  Los bebés recién nacidos presentan ya en la panza de la mamá dos tipos de succión:

 1)  La alimenticia: que es la que le permite succionar y tragar, es decir la que cumple la función de alimentarlo y calmarle la sensación de hambre

2)  La succión no nutritiva: que es sólo hecho de succionar por placer y para calmarse sólo. Esta succión se lleva a cabo a través de "succionarse" los dedos, chupete y otros objetos no relacionados con la ingesta de nutrientes. Se considera una actividad normal en el desarrollo fetal y neonatal.

En general el 85% de los bebés usan chupetes y el 15% restante se chupan el dedo o nada, su uso va disminuyendo con la edad y debiera suspenderse su uso alrededor de los 2 años; 2 años y medio.

En esta edad el niño ya no necesita succionar y su uso va en contra del desarrollo dentario.

En los primeros días de vida se aconseja amamantar al bebé a autodemanda y no ofrecerle el chupete. El pequeño tiene la necesidad de repetir con frecuencia la succión del pezón materno, ya que está aprendiendo a alimentarse y necesita del contacto y del calor materno. Si ofrecemos en esta etapa el chupete, puede ocurrir que se produzca la "confusión del pezón" ya que la manera de succionar el pecho materno y el chupete o tetina de mamadera es diferente y puede retrasar la lactancia.

Cómo enfrentar el delicado período después del parto


 29th noviembre, 2011
 El parto no es solo el nacimiento de un niño o niña, sino que también el nacimiento del ser madre.

Es un momento de profundos cambios tanto físicos como psicológicos en la mujer, en el cual ella debe incorporar a su identidad, a su sentido de sí misma, esta nueva dimensión que es el ser mamá. Esta adaptación implica una reacomodación en términos emocionales. La mujer entra en la marea de la maternidad, a un modo de funcionamiento muy distinto al del mundo externo y mucho más parecido al mundo del bebé. A pesar de que el parto conlleva una separación física entre madre e hijo/a, emocionalmente están muy unidos, por eso hablamos de díadas “mamabebé”.
Algunos hablan de que estar en puerperio (la etapa que va desde el nacimiento hasta que los niño/as comienzan a caminar e independizarse más de los padres) es como volverse un poco loca.

Es que pasar de una situación en la cual la mujer tiene el control de su vida -de poder planificarse, de organizar su día- a la pérdida de control que implica estar al cuidado de un recién nacido/a -que no tiene horarios y que tiene múltiples necesidades, todas urgentes- puede ser una experiencia bien extrema, ante la cual, si no se está preparada y apoyada por el entorno familiar, se puede sentir mucha angustia.

En nuestro país, especialmente en las grandes ciudades, el puerperio es una etapa vivida de manera muy solitaria, sin que existan muchos espacios para que las mujeres puedan compartir estas vivencias y encontrar apoyo y contención afectiva. Tampoco se habla mucho de lo difícil que pueden ser las primeras semanas con un bebé en casa, las revistas nos muestran imágenes de madres bellas y felices, con bebés sonrientes, por lo que las mujeres que no lo viven así quedan muy excluidas, con la sensación de que lo que les pasa es raro.

Se considera que el puerperio dura aproximadamente hasta los dos años del niño/a, edad en la cual ha alcanzado una relativa independencia emocional de la madre. Pero no todo este tiempo es igual en términos de funcionamiento y necesidades de la díada. Las primeras seis semanas suelen ser las de mayor demanda ya que se establece la lactancia y el bebé está regulando sus ciclos de sueño/vigilia y de alimentación. Además los padres se deben acostumbrar a la falta de sueño y a los cambios en las rutinas y funcionamiento familiar. Es frecuente que los padres se sientan sobrepasados y que haya momentos de angustia. Es recomendable entonces que los padres pidan toda la ayuda que necesiten, y que las personas alrededor de ellos la ofrezcan, especialmente lo que les ayude a liberarse de tareas anexas a la crianza, dejándoles toda la energía para cuidar a su bebé.

Luego de las seis semanas y hasta los tres meses viene un período de menor demanda, en parte debido a que los padres ya se han acostumbrado a la nueva rutina (y a la falta de sueño), y a que el bebé empieza lentamente a ordenarse en sus ciclos. Luego de los tres meses tiende a ser más fácil y grato, y es el momento en que gran parte de las madres y padres señalan empezar a disfrutar realmente de su mater (pater) nidad.

El lenguaje del niño en el primer año de vida



Del llanto a la palabra mamá, pasando por el ajó y el pa - pa: un camino a recorrer por el bebé para demandar y obtener la atención de quién más necesita y quiere

Características del desarrollo del lenguaje en el primer año de vida

Desde su nacimiento el bebé va adquiriendo capacidades cada vez más complejas para poder comprender y expresarse Percibe los sentimientos y emociones de sus padres por la expresión de sus rostros, sus voces y la manera que emplean para alzarlo, sostenerlo o acariciarlo y adopta la emoción que ellos le demuestran

Del nacimiento hasta los 6 meses

Reacciona con manifestaciones de tensión y distensión muscular, movimientos corporales y faciales al oír variaciones de entonación de las voces humanas.

Discrimina voces conocidas, particularmente la de la madre, muy precozmente. También la del padre y hermanos

Modula su llanto progresivamente, con matices sonoros diferentes, según sus estados emocionales.

Produce un amplio repertorio de emisiones sonoras (gorjeo, gritos)

Manifiesta preferencia por voces y palabras respecto a otros ruidos o el silencio.

Responde con vocalizaciones a quien le habla con intencionalidad

De los 6 a los 12 meses

Comienza a balbucear combinando una consonante con una vocal y progresivamente le imprime melodías diferentes.

Comienza a participar de la alternancia de turnos, uno para hablar y otro para escuchar, conformando la matriz de la situación de diálogo.

Comprende palabras que hacen referencia a objetos, acciones y la forma "no".

Usa gestos con valor expresivo y significativo.

La ausencia o retraso importante en la adquisición de estas habilidades deberá alertar a los padres siendo necesario que se lo transmitan al pediatra en la consulta de control de salud

Para entender "las palabras" del bebé

En el bebé, el llanto, el grito, las manifestaciones corporales de tensión, irritación, relajación y movimientos diversos son un modo posible de "decir" lo que le da placer, lo que le da malestar o displacer y de dar a entender sus necesidades

lunes, 20 de enero de 2014

Ser o no ser rebelde

lanacion.com |Revista Domingo 19 de enero de 2014 | Publicado en edición impresa

Transgreden convenciones sociales: no usan dinero, educan a los chicos en su casa, eligen estar desconectados; no quieren cambiar el mundo, sólo sentirse más libres. ¿Se puede vivir fuera del sistema?
Por María Luján Francos  | Para LA NACION
 
Mago Marruen.
 Foto: LA NACION / Dafne Gentinetta

Un freegano que se alimenta de las frutas que separa el verdulero porque a pesar de estar en perfectas condiciones no son aptas para su vidriera. Un matrimonio cuyos cinco hijos prácticamente desconocen un uniforme escolar y los nervios de un examen, porque hicieron la escuela en casa. Un hombre que vive en una ecovilla donde todo lo que se consume proviene de la energía eólica y solar. Un escritor que escribe todo a mano y es fanático del teléfono de línea, y que no fue ni siquiera a su propio casamiento. Y una mamá que eligió no vacunar a sus hijos. Todos ellos rompieron algún tipo de paradigma. Con todo lo que eso implica.

Pensar y elegir con un amplio nivel de conciencia parece ser el común denominador de las personas que eligen vivir de un modo diferente al tradicional, al menos en alguno de los tantos aspectos posibles de la existencia.

Si bien cuando uno piensa en rebeldía, lo primero que aparece en el imaginario colectivo es un viaje en el tiempo a los años 60, el libro Los nuevos rebeldes (Debate, 2013), del filósofo Luis Diego Fernández, hace referencia a quienes buscan su libertad en lo cotidiano a través de diferentes maneras de resistir. Dejando de lado las grandes revoluciones, parece que la posibilidad de elegir las cosas de todos los días plantea una vida a priori más libre.

"Me percibo imbuido en estas visiones donde la libertad es algo a producir en lo pequeño y vincular, en la vida cotidiana. No encuentro que sea viable la filosofía libertaria de mercado (nunca lo fue históricamente) en un plano de gran escala, a nivel país, incluso es contradictorio plantearlo de ese modo, ya que es una matriz fuertemente antipolítica y crítica de toda gran estructura. La concepción libertaria en la que deposito mis esperanzas tiene dos ejes capitales: la educación y la ética", se puede leer entre sus páginas.

Para el filósofo Darío Sztajnszrajber, cualquier análisis de rebeldías sociales se tiene que poder comparar con los 60, cuando las grandes rebeldías fracasaron. Entonces, frente a la frustración de propuestas revolucionarias se puede elegir no hacer nada por cambiar al mundo o generar pequeñas transformaciones. "Pequeñas transformaciones localizadas pueden generar cambios concretos en las condiciones de vida de quienes las ejercen. La historia cambió por los que se van animando a transformarla -sostiene el docente de Filosofía de Flacso y la UBA-. Me parece celebrable que haya gente que plantea pequeñas revoluciones en sus condiciones de existencia. Suele ser incomprendida."

"Para ser freegano puro, hay que vivir fuera del sistema", dice Mago, de 43 años, que optó por esta forma de vida hace más de 20, aunque conoció el término en los últimos tiempos. Vivir casi al margen del mercado no parece algo posible, sin embargo él casi lo logra en su día a día. Se traslada en bicicleta todo lo que puede y no incluye en su vida nada vinculado con el maltrato animal, desde la alimentación hasta las opciones para el entretenimiento, donde quedan descartados lugares como circos, zoológicos, delfinarios y carreras de caballos. Incluso en el aseo personal y en su vida en general deja de lado las marcas que prueban sus productos en animales. Y en la vestimenta, no se permite usar plumas, cuero ni lana.

sábado, 18 de enero de 2014

Un médico diferente


“El niño necesita ser acabado con caricias
y ternura en el abrazo materno amamantado”.

El Dr. Díaz Walker es un médico diferente. Te recibe sin guardapolvo blanco: “Sin disfraz”. En un consultorio donde no hay camilla: “La mejor camilla es el regazo de mamá”. Si el niño hace una rabieta con los chiches durante la consulta, no se pone nervioso: “Si no saben qué hacer, abracen. El abrazo contiene y limita”, dice.
Díaz Walker es un libro abierto. Un hombre que sabe anticiparse a los miedos de todo padre con una naturalidad formidable, haciendo a un lado los “mitos” de antaño, esos que condicionan la mente y enferman el cuerpo.
Autor del libro “Nacer en Casa” y “El Bebé vegetariano” y de artículos como “Desafío Dañoniño”, “Qué mala leche, la bronquioilitis!” y “Sin miedo a la ternura”, entre otros. Organizó el Servicio de Pediatría y el de Asistencia Materno-Infantil en Santa Cruz y creó Ñuñu, en 1974.
Una entrevista sin nebulizadores ni antibióticos, sin leche de vaca ni vacunas, que va a abrirte nuevas puertas para el bienestar y salud de tu familia.

Por Gonzalo Bosch y Natalia Ríos
Producción: Pedro Marano

SMS: ¿Qué es el parto natural?
JDW: Es parir, así de fácil. El ser humano es el único que es parido. Los griegos decían que el ser humano nacía sin terminar y necesitaba ser acabado con caricias y ternura. Lo que nos caracteriza a los humanos es el tamaño de la cabeza, lo cual anticipa el parto 2 años. Es decir, la gestación duraría 33 meses, igual que la edad de Cristo. Todo lo que es deidad, religión, coincide con la concepción. El niño necesita ser acabado con caricias y ternura en el abrazo materno amamantado.

SMS: ¿Por qué recomienda el parto natural?
JDW: No lo recomiendo, simplemente está ahí. Uno va encontrando cosas. Cuando hacen cesárea, arrancan al niño. “Cesárea” no se llama por César, sino César se llamó así porque nació por cesárea: moría la mujer, y arrancaban al chico porque “cesaba” la vida de la madre. Lo mismo se hace ahora: arrancan al chico. El bebé se pierde el primer abrazo que recibe. El primer abrazo es de la vagina.

SMS: ¿Cómo concibe una mujer estas polaridades de tener que, como indica su biología, amamantar a su hijo y una sociedad consumista que no le permite cumplir con ese ritmo?
JDW: La responsabilidad empresaria sería dar un trabajo digno y dignificante para la familia. Dar protección de dos años, que es lo que están haciendo en países muy desarrollados como Noruega. Es la pelea que tengo con todos. En el año 70 llegué a una bibliografía de excelencia donde encontré las técnicas de amamantar que rescata un médico charlando con las madres. Todo el mundo sabía qué había que hacer y cómo. A mí me echaron de la Sociedad Argentina de Pediatría porque, en una entrevista que me hizo La Nación, se me ocurrió decir que la pediatría era un invento de Nestlé para sacarle la teta a los chicos. Estuvieron dos meses cartas van, cartas vienen.



SMS: ¿Qué efecto tiene en la carrera de un médico que lo echen de la Sociedad de Pediatría?
JDW: ¡Bárbaro! Me liberé. Salí de una corporación. La peleé y seguí. La sigo peleando. Ñuñu tiene 37 años.

SMS: ¿Qué es Ñuñu?
JDW: Es un grupo femenino que apoya el amamantamiento y que, desde el amamantamiento, empieza a tomar todo lo natural. En el 74’ nace Ñuñu, y en el 76’ se hace una campaña contra Nestlé, armada por la Organización Internacional de Consumidores. Se organiza con la desaparición de comunidades enteras de África y de Laponia, Groenlandia, por la introducción de Nestlé. Ñuñu es una entidad de consumidores, de buen consumo. Es un despelote hacerle propaganda, porque tenés que convencer a la gente de que lo que tiene, lo use.

SMS: En 2001 ¿lo premiaron mejor Médico del año?
JDW: Si, nadie lo sabe porque fue en Noviembre, y después se vino el quilombo en Diciembre.

SMS: No es amigo de las estadísticas: “a los 2 meses el bebé tal cosa, a los 3 meses tal otra”…
JDW: La cría humana es un feto durante dos años. A los dos años termina la lactancia, o sea, “el cableado” en la cuestión neurológica y de aprendizaje. Aparecen más fonemas y se usan otras marchas. El ser humano, desde que nace, aprende. El primer modo de aprendizaje es la impresión. Después la imitación, el chico imita hasta los 11 años. Luego aparece la reflexión. Por eso, toda la explicación que le das, no sirve. Si lo que el padre quiere es que su hijo sea un duque, él mismo tiene que ser un duque.

SMS: ¿Qué pasa con las vacunas?
JDW: Necesitan una mayor evolución. Cuando tenés una computadora y la cargás mucho, parece que se vuelve loca. Está fragmentada. Lo mismo pasa con las vacunas: cada una, para decirlo de un groso modo, tiene 10 elementos. Hay más de 20 vacunas programadas en los dos primeros años de vida, donde la cría ya tiene su dificultad inmunológica. Lo único que está programado en ese tiempo es el amamantamiento. El bebé viene preparado para pelear con la madre, porque la madre tiene otro esquema genético, otro ADN. Durante esos dos años, habría que esperar, y luego seleccionarlas. Hay que hacer un producto genético más puro, ahora las vacunas son una mezcla de elementos.

SMS: ¿Usted las recomienda? ¿Una persona está preparada para moverse en esta sociedad sin vacunas?
JDW: No las recomiendo. La persona no está preparada por un problema reglamentario. Médicamente no pasa nada.

SMS: ¿Cómo se hace para no darle las vacunas a un niño?
JDW: Optás por no vacunar.

SMS: ¿Qué es “L -Casei Defensis”?
JDW: Es un bacilo láctico que inventaron. “Defensis” es porque lo sacó un laboratorio de la calle Defensa (risas).

SMS: ¿Qué beneficio le aporta a un niño consumir eso?
JDW: Ninguno.

SMS: ¿Ud. es ovo-vegetariano?
JDW: Si, desde hace 40 años casi.

SMS: ¿Por qué es vegetariano?
JDW: Había dejado de fumar hacía un año. De a poco, me fue dejando de gustar la carne y la dejé. Tiene muchos beneficios ser vegetariano. Se evita la caída del pelo, mejora la piel, etc.

SMS: ¿No es como dicen algunas abuelas, que “si no comés carne no vas a tener hierro y si no tomás leche te vas a descalcificar”?
JDW: ¿Y de dónde saca todo eso la vaca? El desarrollo cerebral no viene de comer carne, viene de la mezcla de razas. El problema de los argentinos es que somos más evolucionados que desarrollados. Tres Nobeles de Ciencias, ningún país hispanoamericano tiene tantos. Eso es por la mezcla de razas.

Consultorio en verano




Hola madres les cuento que el consultorio sigue en funcionamiento y durante el mes de enero estará funcionando todos los días para las que tengan sus bebes en verano, o simplemente las que quieran realizar una consulta.

Para comunicarse por teléfono al 011-4821-4855 o por correo electrónico a mtmluisabengolea@hotmail.com       




Si estás embarazada o ya nació tu bebe, 
tenés dudas y necesitas ayuda, hace tu consulta, 
siempre amamantar es al mejor decisión.

viernes, 17 de enero de 2014

Los bebés que duermen con sus padres son amamantados durante más tiempo, dice un nuevo estudio

26 de septiembre de 2013



Dormir con los bebés, lo que se conoce como colechar con ellos, es una de las prácticas que más se lleva a cabo en el mundo que más críticas suscita en el mundo occidental, donde no está demasiado bien visto, al contar con camas individuales y habitaciones individuales y existir la creencia de que los niños están mejor durmiendo solos o que corren menos peligro.

Sobre el peligro, normalmente centrado en el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL), faltan aún muchos datos. Hay estudios que han sugerido que dormir con los niños aumenta el riesgo de SMSL, sin embargo hay otros estudios que concluyen que existe un factor protector, sobretodo si se hace de un modo seguro (ya que si se hace sin tener unas mínimas medidas de seguridad el riesgo es mayor que si duermen solos).

Esta llegada de estudios contrarios constante hace que muchos profesionales de la salud sean cautos a la hora de recomendar el colecho a los padres, porque una cosa es contar con ello como opción de los padres que quieran hacerlo, y otra es decirles a unos padres “duerma con su bebé, que será mejor para todos”. Ahora, sin embargo, un estudio reciente echa un poco más de leña al fuego al concluir que los bebés que duermen con sus padres son amamantados durante más tiempo.

Lo recomendable es que los niños sean amamantados hasta al menos dos años
Habrá quien se pregunte “¿Y para qué quiere una madre amamantar durante más tiempo, si con seis meses ya es suficiente?”. Bien, seis meses de lactancia exclusiva es lo que se recomienda para todos los bebés, y ni siquiera con esa recomendación que todo el mundo conoce se logra, ya que sólo el 38% de los bebés del mundo llegan a cumplir esa recomendación (bueno, el bebé no, sus madres).

Pero es que la recomendación no acaba ahí. Lo que se dice es que tomen leche materna de manera exclusiva durante seis meses y que a partir de ese momento el niño empiece a comer otras cosas, pero que siga mamando siendo la leche materna el alimento principal hasta el año (que no el único), entonces, a partir del año, el alimento principal del niño será una dieta equilibrada, pasando la leche materna a ser un alimento más, además de consuelo y además de seguir siendo una importante fuente de defensas (que de hecho es casi más importante que lo buen alimento que pueda llegar a ser).

O sea, que la cosa queda en algo así como “si quiere hacer lo que el cuerpo de su bebé espera para desarrollarse con normalidad, dele leche materna al menos hasta los dos años, y después siga si así lo desea, dejándolo cuando la madre o el bebé quieran dejarlo”.

Hoy hace mucho calor

Los riesgos en los días de mucho calor!!!

El verano suele ser esperado por los niños y jóvenes con gran entusiasmo por las vacaciones, el tiempo libre, las salidas y los juegos al aire libre
Los días de alta temperatura y humedad (ola de calor) pueden transformarse en un gran riesgo para la salud por lo que debemos informarnos, estar atentos y tomar las medidas necesarias de prevención
Cuando hace calor
  • El cuerpo trata de disipar el calor que genera, a través de la sudoración (por evaporación)
  • También aumenta la circulación de la piel para perder calor (por radiación) aunque este mecanismo no es muy útil en los días calurosos
  • Si la edad del niño le posibilita hacerlo solo: se desabriga, busca lugares frescos y ventilados e ingiere más agua (los bebés y niños pequeños dependen de la ayuda de un adulto)
Cuando hace mucho calor

  •  El cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura y ésta puede elevarse (más de 37° medida en la axila) por deshidratación, agotamiento del mecanismo natural del sudor y desajuste del centro cerebral que controla la temperatura corporal
  • Si esto ocurre sobreviene el agotamiento por calor y de persistir, más grave aún, el golpe de calor
El agotamiento por calor se manifiesta con estos síntomas:
  • Sudoración excesiva
  •  En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina)
  • Piel pálida y fresca
  • Sensación de calor sofocante
  • Sed intensa y sequedad en la boca
  • Calambres musculares
  • Agotamiento, cansancio o debilidad
  • Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos
  • Dolores de cabeza
  • Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños)
  • Mareos o desmayo
Qué debemos hacer?
  • Ofrecerle agua fresca (también agua + sal: ½ cucharita en 1 litro)
  • Ofrecerle con más frecuencia el pecho a los lactantes
  • Trasladarlo a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado frío
  • Desvestirlo
  • Ducharlo o mojarlo en todo el cuerpo con agua fresca
  • Aquietarlo y ponerlo a descansar
  • Consultar a su pediatra o a un Centro de Salud

jueves, 16 de enero de 2014

Aprendiendo a ser mamíferos de nuevo

Pocas mujeres dan a sus bebés el pecho pese a las políticas públicas de fomento de la lactancia materna - Pesan la cultura del biberón y la falta de formación y apoyo de los profesionales
CECILIA JAN 4 AGO 2010



Una de las experiencias más agobiantes para una madre primeriza es intentar que el bebé llorón y hambriento que acaba de revolucionar su mundo se enganche al pezón, dolorido por las grietas, mientras su suegra repite: "Dale un biberón, se crían igual de bien". Y es que cualquier conversación de madres, un vistazo a los foros de Internet, o la cantidad de artilugios inventados para facilitar la lactancia materna parecen indicar que somos unos extraños mamíferos que ya no sabemos alimentar a nuestros bebés, y que nos extinguiríamos si no existieran los biberones.

¿Por qué algo en teoría natural resulta tan difícil hoy en día, hasta el punto de que muchas madres deciden no dar a sus bebés leche materna, pese a sus incontables beneficios, tanto para la salud como para la vinculación afectiva? La Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan amamantar de forma exclusiva (sin agua, zumos, infusiones, ni leche artificial) hasta los seis meses de vida, y seguir con la lactancia, junto con otros alimentos, hasta los dos años o más.

Pero la realidad es muy distinta: aunque a la salida del hospital, la mayoría de las madres (80%) dan el pecho, a los tres meses solo el 52,5% de los niños toman leche materna en exclusiva, y a los seis, el 36%, según los datos que dio el lunes, comienzo de la semana mundial por la lactancia, la AEP.

Una mezcla de falta de formación y de apoyo coordinado de los profesionales, junto con la información insuficiente de la futura madre, sometida a un bombardeo de falsos mitos y presiones familiares y sociales, dificultan que se cumplan las recomendaciones sanitarias y los deseos de muchas mujeres de prolongar la lactancia. Subyace la pérdida de referentes culturales, tras décadas en las que no hemos podido aprender a amamantar observando a otras mujeres pues el biberón se ha convertido en la norma, en gran parte por la mercadotecnia agresiva de los fabricantes, que han logrado que se vea como positivo alimentar a los bebés con leche de otra especie -la vaca- en la que hay que eliminar y añadir componentes para imitar a la leche materna. Si se suman las raquíticas políticas para compaginar lactancia y trabajo, como la baja maternal de 16 semanas, el resultado es obvio.

La vivencia de Mónica Cuello, de 31 años, es un ejemplo de esta conjunción de factores. No pensaba amamantar -"mi madre no pudo", dice, algo de lo que están convencidas muchas mujeres que dieron a luz en la segunda mitad del siglo XX-, pero tras las clases de preparación al parto, decidió hacerlo. "El problema es que te dicen que es importante dar el pecho, pero no cómo ni qué esperar", opina esta mujer trabajadora. "No me informé más pues creía que era algo natural".

Cuando nació Alejandro, hace 15 meses, se dio de bruces con la realidad. "El primer día ni me preguntaron cómo me iba. Sólo me dijeron que me lo pusiera 10 minutos a cada pecho cada tres horas". Cuello pensaba que mamaba bien, pero al día siguiente había perdido el 7% de peso, y le dieron un biberón de leche de fórmula. Cuando al fin una matrona le ayudó a colocarse al niño al pecho, le dolió mucho. "Me dijo que tenía que doler". Esta madre abandonó la lactancia antes de salir del hospital. "Del dolor tan fuerte me deprimía y no me permitía estar bien con el bebé".

"El mayor error es que las madres lleguen pensando que dar el pecho es fácil", opina Jesús Martín-Calama, coordinador nacional de la Iniciativa para la Humanización de laAsistencia al Nacimiento y la Lactancia. Lanzada por la OMS y Unicef, acredita a los hospitales que cumplen una docena de pasos con el sello IHAN, que en muchos países se identifica con una atención de calidad. "En el 50% de los casos, hay problemas", dice Martín-Calama. "Los bebés se tienen que adaptar al pecho de su madre, y para eso, necesitan paz, tranquilidad, tiempo para ponerse en contacto y acoplarse", explica. "Que quede claro que los primeros 10 días no es fácil, no es lo bonito que vendrá luego. Pero como no ayudes a la madre esos primeros 10 días, se quedará sin vivir esa experiencia".

Para Martín-Calama, "lo que distorsiona todo es la gran facilidad para solucionar cualquier problema con un biberón, lo que no sucede en la naturaleza. Al mínimo contratiempo, se tira la toalla", afirma. "El mundo sanitario sigue sin confiar en que la madre produzca suficiente leche, lo que hace que muchas abandonen en los primeros meses", critica Gema Cárcamo, presidenta de Multilacta, una asociación madrileña de apoyo a la lactancia.

"Ni para ser médico ni pediatra me enseñaron nada sobre lactancia", dice Carlos González, autor de Un regalo para toda la vida. Guía de la lactancia materna. "Ahora sí se hace, pero los médicos que llevan más años necesitan un reciclaje". Es un problema común en los países desarrollados. "Con demasiada frecuencia, cuando hay dificultades, los profesionales de la salud suplementan con biberones, por falta de las destrezas o la experiencia necesarias", dice Bernadette Daelmans, médica del equipo de salud y desarrollo de recién nacidos y niños de la OMS.

Josefa Aguayo, miembro del comité de lactancia materna de la AEP y jefa de sección de Neonatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla va más allá: "Hay muchas interferencias. Empieza desde la medicalización del parto, lo que se ha extrapolado a la lactancia y la crianza", opina. "Aún hace falta mucha formación", afirma Aguayo, para la que es fundamental que los profesionales, desde atención primaria, transmitan un "único mensaje" a la mujer. Coincide Concepción Martínez, vicepresidenta de la Federación de Asociacionesde Matronas de España, quien añade: "Se ha perdido el instinto. Un recién nacido, si lo dejas sobre su madre, piel con piel, a los 70 minutos como máximo empieza a mamar".

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