Viernes
03 de enero de 2014 | 10:35
La
Fundación ICALMA brinda atención médica a quienes no tienen recursos o medios
para afrontar una enfermedad.
Por
Teresa Zolezzi | Fundación LA NACION
Adrián
Gadano y Mariela Bertolino, su mujer, tienen la misma profesión: los dos son
médicos. En 2010 atravesaron una difícil prueba en su camino al enfrentarse-
cada uno- a enfermedades graves, que ponían en riesgo sus vidas. Esto los
impulsó a buscar un proyecto en conjunto que los entusiasmara, que los llenara
de energía y que los motivara a seguir adelante. Por eso decidieron poner su
vocación y sus conocimientos al servicio de los más vulnerables y crearon la
Fundación ICALMA.
"Queríamos
hacer algo que nos gustara, vinculado a la salud porque nos dedicamos a eso y
también porque en ese momento la salud era justamente lo que nos estaba
faltando", recuerda Adrián. Así es como dieron nacimiento a esta ONG
-formada por trabajadores de la salud con trayectoria en sus especialidades de
origen: cuidados paliativos y enfermedades del hígado-, la cual se dedica, a
ayudar a todos aquellos que no tienen recursos o medios para transitar una
enfermedad.
El
nombre de la entidad no fue elegido al azar. ICALMA, en lengua mapuche,
significa "muy peñascoso" y alude al esfuerzo, a la dificultad. Su
sonido evoca serenidad y es también un lago, un camino y un paso fronterizo.
Precisamente este nombre revela la esencia del espíritu de la organización:
entender a las enfermedades como caminos transitables con distinto grado de
dificultad y sufrimiento, pero también como oportunidades. Caminos de la vida,
que asistidos, acompañados y cuidados, generan intensas experiencias, que
posibilitan un aprendizaje y crecimiento.
"Nuestro
objetivo al crear la fundación, fue el de poder ocuparnos de las personas más
vulnerables, estar en el lugar donde nos necesitan", confiesa Adrián. Para
lograrlo asisten principalmente a pacientes del Hospital Italiano y del Hospital
Tornú (donde Adrián y su mujer trabajan respectivamente), pero también atienden
a aquellos provenientes de otros sitios y provincias del interior del país.
"Hay
toda una tarea asistencial y social para ayudar a los pacientes que cuentan con
pocos recursos", comenta. Esto implica desde acompañarlos en su
tratamiento hasta conseguir gratis un remedio o un estudio médico que precisan,
facilitarles el traslado y encontrar un lugar donde sus familias puedan
hospedarse en Buenos Aires (en caso que provengan del interior). También
significa, muchas veces, concientizar e insistir a las personas sobre la
importancia de visitar al médico o realizar chequeos periódicos.
Verónica,
una paciente atendida por miembros de ICALMA en una Unidad de Cuidados
Paliativos de un hospital público, relata: "Hay cambios en nuestros
cuerpos que no podemos manejar y es en este espacio donde los cuidados
paliativos cumplen la más óptima de sus funciones"-señala y agrega:
"Hoy aprendemos entre todos que lo esencial, aunque invisible a los ojos,
se siente en el corazón: se alivian los síntomas, se va curando el alma y se
sostiene la mirada sonriente en momentos límites. Sabemos que al profesional
también le interesa la persona, hay un objetivo y ese objetivo se cumple."
Desde
el Hospital Italiano, se abocan a enfermedades del hígado como hepatitis y
cáncer de hígado. Realizan asistencia, prevención, formación e investigación en
este ámbito. Desde hace tres años llevan adelante una campaña anual de
controles gratuitos de hepatitis B y C. "Sacamos sangre a la gente y
llegamos a alrededor de 5000 personas. Por lo general, el 1% está infectada, es
decir que 50 personas pueden hacer una detección temprana de la enfermedad y
evitar así que desencadene en una cirrosis o cáncer de hígado", explica
Gadano.
Actualmente,
ICALMA está comenzando un proyecto en articulación con el Grupo Andando, una
ONG que brinda apoyo escolar a los chicos que viven en la villa 21-24. Hace
poco recorrieron juntos la villa con el objetivo de identificar las poblaciones
más vulnerables y hacer una tarea de prevención y asistencia en temas de salud.
La idea es detectar a las familias que necesitan atención médica con más
urgencia, para poder asistirlas.
Adrián
Gadano, fundador y presidente de ICALMA, -que cuenta con 80 voluntarios y
brinda atención directa a más de 1000 personas por año-, concluye: "Lo que
más disfruto es atender a alguien que no tiene nada y poder aportarle algo. Ver
que esa persona me da un abrazo o me sonríe y notar el agradecimiento me
emociona y me reafirma cada vez más el hecho de haber elegido ser médico".
Quienes
quieran sumarse como voluntarios de la Fundación o colaborar con la donación de
alimentos, medicamentos o ropa, pueden comunicarse por teléfono al (011) 4958-4398
o por mail a fundacionicalma@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!