29 de abril de 2010 | 23:57 CET
Mireia Long
Editor en Bebesymas
Emilio Santos, ginecólogo |
Hoy compartimos con nuestros lectores la
segunda parte de la entrevista al doctor Emilio Santos, psiquiatra y
ginecólogo, especializado en la atención del parto natural y domiciliario, con
el que ya hicimos una primera conversación que publicamos en el pasado febrero.
En esta ocasión hemos hablado con él
sobre algunos aspectos que suscitan dudas a las mujeres, como son la
posibilidad del parto orgásmico, el dolor en el parto, los nacimientos
vaginales tras cesárea o en podálica y el parto natural para una mujer que
padezca miomas en el útero.
Has escrito dos libros ya, ¿tienes
intención de seguir publicando?
Yo quiero escribir dos libros más por lo
menos, uno sobre lo que oculta el patriarcado y el machismo y otro sobre el
parto normal en la especie humana.
¿Me explicas lo que es un parto
orgásmico?
El parto se parece mucho a la relación
sexual, desde el punto de vista hormonal, pues se presentan las mismas
substancias, la oxitocina y las endorfinas, y también desde el punto de vista
postural.
Cuando se presencian las imágenes de las
posturas, gestos y gemidos de una mujer pariendo libre es inevitable pensar que
en las mismas hay gran similitud con las posturas, gestos y actitudes y gemidos
de una mujer sexualmente excitada.
Hasta tal punto es así que podría
pensarse que el acto sexual en la mujer es una especie de ensayo para el parto.
Posiblemente el parto se encuadraría
mejor desde el punto de vista biológico como un punto culminante en la vida
sexual de la mujer. Claro, toda esta faceta queda anulada en un parto
medicalizado.
Pero la mayoría de las personas te dirían
que el parto duele y el acto sexual no.
Si, pero hace poco leí una estadística
según la cual hace cien años el 60% de las mujeres sentían dolor durante el
acto sexual, hoy damos por hecho que se debía a motivos culturales o de
represión sexual ¿no podría estar ocurriendo lo mismo con el parto hoy?
Sabemos que han existido culturas en las
que el parto no dolía; y por otro lado, todos los que asistimos partos en casa
somos testigos de que un porcentaje, es verdad bajo, de mujeres, sienten algo
muy parecido al orgasmo durante las últimas fases del parto.
¿No deberíamos pensar que el diseño que
la naturaleza tiene previsto para el proceso del parto sea bastante parecido al
del acto sexual como lo parece mostrar la similaritud del cóctel hormonal que
interviene en ambos procesos?
El dolor podría ser simplemente el
resultado del contexto emocional y cultural en nuestra sociedad. Quien relató
el “Génesis” de la Biblia describe que en un momento dado el parto no dolía y
que algo que cambió hizo que empezara a doler.
Yo soy testigo de partos en los que el
grado de dolor ha sido nulo. Sensaciones de mucho tipo y en global la
experiencia siempre ha sido gozosa.
Además de usar una bañera, ¿hay otros
modos de aliviar el dolor en un parto sin anestesia?
Lo importante en un parto no es eliminar
el dolor, sino el sufrimiento. Pongo un ejemplo en el que ocurre algo
equiparable. A un montañero, cuando un domingo de invierno está escalando las
cumbres, el granizo le duele en la cara, el frío le duele en las manos y el
rostro, los músculos y el corazón le duelen por el esfuerzo, pero el montañero
llega a casa, se ducha, y está deseando que vuelva el próximo domingo para
repetir su experiencia gozosa. Jamás se le ocurriría a un montañero como este
tratar de buscar formas para disminuir las sensaciones que experimenta. Algunas
de las sensaciones son dolorosas, pero su experiencia global es gozosa.
En
el parto pasa eso también, aunque duela, el parto natural siempre es una
experiencia de gozo.
Hay un porcentaje de mamás que durante la
experiencia del parto se han sentido sin fuerzas y han preferido continuar con
epidural, algunas por dolor y más número por cansancio; pero, entre las que han
terminado su parto en casa, no conozco a ninguna que me haya dicho: “para el
próximo con epidural”. ¿Por qué?; porque el parto en su conjunto cuando es con
respeto a la fisiología, es un experiencia de gozo. No solo para la madre,
también lo es para el bebé.
¿Qué recomendaciones darías a una mujer
que quiere intentar un parto vaginal tras una o dos cesáreas?
Hasta hace una década se consideraba que
tras cesárea, incluso tras solamente una, el parto siempre sería por cesárea.
La evidencia científica demostró que intentar un parto vaginal no supone más
riesgo. Cuando había dos cesáreas previas se seguía recomendando que el tercero
fuera por cesárea. Pues bien, recientemente se ha publicado una evidencia
científica que demuestra que tras dos cesáreas el riesgo es similar a una sola
y que también se debe ofrecer a la mujer la opción si lo desea de un parto
vaginal.
¿Qué riesgo hay entonces al hacer un
parto vaginal tras cesárea?
El riesgo temido es la rotura de útero,
que puede llevar a la muerte de un bebé y una gran hemorragia con necesidad de
transfusión y cirugía urgente para la madre. Lo que muestra la evidencia
científica de nuevo es que cuando el parto se atiende de manera no
medicalizada, sin medicación, y en postura libre, este riesgo es casi
inexistente.
¿Se puede asistir un parto vaginal si el
bebé está de nalgas?
Es cierto que en el año 2000 se realizó
un estudio multicéntrico (en muchos países del mundo de manera simultánea)
comparando la opción de planificar un parto vaginal con planificar una cesárea
en embarazadas con bebés en presentación de nalgas. Se conoce por el apellido
de su investigadora principal: estudio de Hannah. Este estudio demostró hay una
diferencia apreciable de riesgo y que, por tanto, es preferible la cesárea. La
madre es quien, informada, debe tomar la decisión.
A mi juicio, una opción razonable se se
opta por la cesárea es no programarla, sino esperar a realizarla cuando
comiencen las contracciones de parto, respetando el momento elegido pero la
fisiología del bebé.
¿Los datos serían diferentes si los
partos en podálica no fueran medicalizados?
Ese es el quid de la cuestión. Lo que ocurre
con el estudio de Hannah es que se realizó en centros hospitalarios de parto
altamente medicalizado, en casi todos los casos con la mujer en horizontal, con
monitorización continua, con oxitocina intravenosa y epidural; en muchos casos,
incluso con inducción del parto. Por tanto la conclusión científica de este
estudio es: “tras una cesárea, si el parto va a ser medicalizado, es mejor otra
cesárea”.
Bajo mi punto de vista, haría falta un
estudio científico similar pero que incluyera la posibilidad de un parto de
nalgas en postura libre y sin medicalizar, con protocolo de realizar una
cesárea ante la más mínima sospecha de complicación. Mi experiencia me hace
intuir que este estudio resultaría favorable para la opción vaginal.
¿Has atendido partos vaginales con el
bebé en podálica o nalgas?
Sí. En mi experiencia, en estos partos la
mujer tiende a elegir, por instinto, la postura a cuatro patas, en la cual se
elimina la necesidad de que quien asiste el parto realice maniobras especiales.
Mi experiencia personal y profesional es que los partos de nalgas en su mayoría
son más rápidos e igual de seguros que los partos en presentación cefálica.
Probablemente, y así lo difunde el científico Michel Odent, en un parto de
nalgas es un buen criterio utilizar la cesárea en caso de que el proceso
transcurra de una forma lenta o no fluida.
¿Puede asumir el embarazo una mujer con
un mioma en el útero?
Depende del mioma, pero en general sí. La
mayoría de los miomas son subserosos, es decir, están situados en la capa más externa
del músculo uterino y además suelen estar en la parte más alta del útero. Los
miomas que pueden presentar una obstrucción al proceso del parto son aquellos
situados en la parte inferior del útero. Por supuesto, durante el parto se
puede detectar la necesidad de realizar una cesárea que, en este caso, no
supondría una gran emergencia. Por tanto en una mujer con miomas uterinos se
puede planificar igual que en cualquier mujer sin factores de riesgo un parto
natural.
En cualquiera de los dos casos no se debe
realizar ninguna actitud especial en el embarazo ni el parto de antemano, pero
sí hay que saber que a menudo los miomas crecen durante el embarazo y, en este
crecimiento, pueden llegar a resultar muy dolorosos. Además hay miomas que
pueden representar un mayor riesgo de aborto: son aquellos llamado submucosos,
situados en la parte interna de la cavidad uterina, o cercanos al cuello.
Esperamos que esta entrevista al doctor
Emilio Santos os resulte tan esperanzadora y reveladora como para nosotros y os
animo a esperar una próxima entrega, pues, debo confesaros que esta
conversación me llevaba a nuevas preguntas y temas en los que profundizar de la
mano de un hombre tan conocedor de lo que es el hecho de parir en la especie
humana y dotado de tanta sensibilidad para explicarlo.
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