Preocupa un abrupto crecimiento de casos entre los más pequeños. Los traumatismos lideran el ranking.
Ollas de agua hirviendo, tijeras, tomacorrientes, fármacos, escaleras y balcones... para los más chicos, la casa puede ser eventualmente una trampa. Y de hecho así lo es para más de 40 niños al día en La Plata, donde sólo en el Hospital de Niños se atendieron el año pasado unos 15.200 casos.
Aunque a menudo subestimados, los accidentes hogareños se cobran la vida de un chico casi a diario en nuestro país y se han convertido hoy en la segunda causa de muerte infantil, después de los accidentes viales.
Hablar de "accidentes" en estos casos no es sin embargo lo más apropiado. En la gran mayoría de ellos existe un claro trasfondo de descuido o falta de preparación por parte de las personas a cargo, aseguran en las guardias médicas.
El lugar que tienen los adultos en este tipo de episodios aparece especialmente resaltado en un dato que surge del propio Hospital de Niños de La Plata. Los accidentes domésticos que más han crecido son aquellos que involucran a chicos de entre uno y dos años; una edad en la cual se requieren los mayores cuidados paternos.
"Pasamos de tener unos 800 casos anuales a cerca de 1900 en apenas ocho años", cuenta la pediatra Rosario Merlino, quien se ha dedicado a reunir y analizar las consultas por accidentes domésticos atendidas en la guardia del Hospital de Niños a lo largo de la última década.
"Creo que está asociado con la crisis social -dice la médica-. Evidentemente hay algo en la estructura de los vínculos familiares que ha cambiado mucho a partir del año 2000 y de lo cual la salud pública debería ocuparse. Es que no sólo genera un montón de daño, sino un enorme gasto en atención".
Aunque Merlino reconoce no haber podido dedicarse aún a investigar este fenómeno en profundidad, otra médica, María Eugenia Cobas -titular de la Sociedad Argentina de Pediatría en La Plata- dice reconocerlo en la práctica diaria.
Que hayan aumentado las lesiones hogareñas entre los más pequeños "es producto de la vida que hoy está obligada a llevar una enorme cantidad de familias: papá y mamá trabajan casi todo el día fuera de casa y los chicos quedan muchas veces al cuidado de alguien, o de sus hermanitos mayores", señala la médica.
De ahí que Cobas prefiere no hablar de "accidentes domésticos", sino de lesiones involuntarias producidas en el hogar. Porque "lo cierto -dice- es que estos casos son consecuencia de una cadena de eventos y circunstancias en la que los adultos siempre pueden intervenir para evitar o mitigar las consecuencias".
TRAUMATISMOS, A LA CABEZA
Accidentes o lesiones involuntarias, el fenómeno -aunque viene creciendo entre los mas pequeños- tiene su mayor incidencia entre los niños mayores, en especial varones. Según los datos que la doctora Merlino ha logrado reunir a lo largo de ocho años de trabajo, el grueso de los casos se da entre los 4 y 14 años de edad.
De los cerca de 15.200 consultas atendidas durante 2008 en la guardia del Hospital de Niños, sólo unas 2.800 correspondieron a menores de 2 años de edad. Las restantes involucraron a chicos de entre 2 y 14 años.
En el ranking de accidentes hogareños, "los traumatismos están lejos en primer lugar, seguidos por las quemaduras e intoxicaciones. Pero las formas en que un chico puede lastimarse dentro de su casa son miles", señala la pediatra.
Acaso por ser tan diversas resulta común que los padres no alcancen muchas veces a visualizarlas o dimensionar el riesgo que implican. Pero lo cierto es que los chicos, con su curiosidad natural, casi salen a veces a buscarlas. Conscientes de ello, las autoridades de la Sociedad Argentina de Pediatría le han dedicado todo un manual a identificarlas y concientizar a los adultos. Ese manual tiene una versión en internet que se puede encontrar en el sitio www.sap.org.ar.
BALCON
El problema de los accidentes domésticos en la infancia se instaló con fuerza a comienzos de esta semana, cuando un niño de seis años cayó desde el balcón de un octavo piso de un edificio del barrio porteño de Almagro y salvó su vida al amortiguar su caída en las ramas de un árbol e impactar luego en el techo de un automóvil
Los tres accidentes domésticos más comunes en chicos
Por: Paula Cipriani
A continuación, una lista de objetos y situaciones para considerar de antemano:
Las escaleras pueden resultar muy riesgosas y son como un imán para muchos chicos. Por eso, quienes vacacionen en una casa con planta alta deben asegurarse de que tenga puerta con traba y de no se así, tranqueras protectoras que se compran en los supermercados.
No es el único aspecto a tener en cuenta. Muchas veces, por estética, tienen pasamano, pero no baranda y un pequeño puede caer de un piso alto directamente al vacío, sin necesidad de rodar.
Hay que prestar especial atención a la ingesta de elementos tóxicos (productos de limpieza) y elegir lugares altos para guardarlos, aunque resulten incómodos o no haya demasiado espacio. El mismo consejo es válido para los medicamentos.
Las quemaduras son otro clásico. Por eso hay que cocinar siempre en las hornallas traseras, cuidar el horno (a muchos niños les llama la atención y abren la tapa para usarla de banco) y no dejar termos u ollas a mano.
En caso de vacacionar en lugares con pileta, se recomienda tener en cuenta que esté cercada. Además los chicos pequeños deben tener siempre un adulto al lado. Es importante saber que pueden ahogarse en pocos centímetros de agua.
Evitar dejar a menores al cuidado de otros más pequeños puede disminuir mucho los riesgos. La Asociación Argentina de Pediatría tiene una enumeración pormenorizada de precauciones que recorre uno a uno los ambientes del hogar.
No se trata de volvernos paranoicos, pero como dice el conocido slogan: Si se puede evitar, no es accidente.