¿Por qué es tan necesario vacunar a los bebés y a los niños contra la gripe?
"Si bien esta enfermedad puede afectar a cualquiera, los bebés y niños que concurren a la guardería, al jardín de infantes o al colegio primario siempre están más expuestos a sufrir patologías infecciosas que el resto de los grupos", explica la doctora Liliana Vázquez, que integra la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica. Según estadísticas la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría, el público infantil se ve hasta cuatro veces más afectado por la gripe que el resto de la población.
Es así que, en tiempos de epidemia, los más pequeños llegan a picos de 42% mientras que la incidencia en mayores de edad varía del 5 al 10%. Además, son el grupo que más transmite el virus: un joven o adulto puede contagiar durante dos o tres días, mientras que los niños tienen potencial para hacerlo por más de una semana. Es fundamental la pronta consulta ante la aparición de los primeros síntomas que indiquen la presencia de la enfermedad: fiebre, escalofríos, tos seca, estornudos, goteo nasal, molestias en la garganta, lagrimeo, dolor de cabeza o dolores musculares. Es que la gripe puede tener distintas complicaciones, como por ejemplo otitis media aguda, sinusitis, laringitis y neumonía. Los menores de cinco años y las embarazadas están dentro de los grupos de riesgo que con más frecuencia pueden padecer estas complicaciones atribuibles a la gripe. La vacuna antigripal reduce hasta un 90% las posibilidades de contraer la enfermedad y, en caso de sufrirla, disminuye considerablemente el riesgo de que se transformen en una enfermedad más complicada. Eso enfatiza aún más la necesidad de la vacunación.
El Calendario Nacional del Ministerio de Salud recomienda la inmunización entre todos los que tienen alguna condición de salud que los hace más vulnerables a complicaciones y a todos los mayores de 65 años, embarazadas, niños de 6 a 24 meses, y padres de niños menores de 6 meses, tengan o no alguna condición especial de salud. Es acertado que los adultos (padres, familia, maestras, etc.) que entran en contacto con los más pequeños también se vacunen porque de esta manera generan una especie de barrera protectora que ayuda a disminuir o impedir la transmisión del virus.
La vacuna puede recibirse a partir de ahora y durante todo el invierno, afirma la doctora Carla Vizzotti, responsable del Area de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación. "El año pasado, hubo virus circulante hasta noviembre inclusive", agregó. La inmunidad que genera la vacuna antigripal es transitoria y dura muy poco tiempo. Es por eso, y porque los virus van cambiando temporada tras temporada, que debe aplicarse cada año, aunque se haya recibido la misma vacuna la temporada invernal anterior.
"La pauta general es de una sola dosis anual -afirma la doctora Vázquez- aunque en el caso de los chicos, si tienen menos de 9 años y es el primer año que se vacunan , se recomiendan dos dosis separadas con un mes de distancia entre cada dosis. Atención, eso sí, con la proporción que corresponde: los menores de 3 años deben recibir la mitad de la dosis que los mayores".
¿En qué casos está desaconsejada?
"La vacuna antigripal tiene muy pocas contraindicaciones -expresa la médica infectóloga- una de ellas es la alergia al huevo. En el caso de antecedentes de angioedema o edema de glotis, dificultad respiratoria, mareo o vómitos inmediatamente o luego de minutos u horas después de ingerir huevo, o el antecedente de haber tenido que recibir medicaciones especiales de rescate, como adrenalina u otras medidas médicas urgentes, deben consultar antes de aplicarse la vacuna. Tampoco se recomienda su aplicación a las personas que hayan tenido alergias graves con dosis anteriores de vacuna antigripal".
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