POR VALERIA ROMÁN
Con sus datos, los
médicos esperan bajar los casos y sus complicaciones. Advierten que la
prevención es vital.
Accesible.
El peligro al
alcance de las manos de los chicos.
Salud
10/01/13
Había sido un encuentro
tranquilo entre las dos hermanas y sus hijos. Ellas charlaron en la cocina de
la casa en Quilmes, mientras que de a ratos miraban cómo los chicos jugaban en
el patio. Pero cuatro semanas después uno de los nenes, Matías, de 6 años,
deambulaba por un hospital con agitaciones y tos por algo que había pasado en
aquel momento. El nene padecía neumonía y tomaba medicamentos pero el cuadro no
paraba. Hasta que los médicos lo examinaron más y detectaron que una semilla de
girasol estaba en su tráquea.
Al extraer la semilla en
el quirófano, la infección empezó a cesar.
El caso de Matías forma
parte del primer registro de cuerpos extraños que los chicos se introducen o
aspiran, y que les pueden producir dolor, asfixia, tos, sangrados,
perforaciones, infecciones y hasta la muerte. Es un proyecto en colaboración
entre especialistas médicos del Hospital de Pediatría Juan Garrahan, y el
Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, que están en Capital Federal, y del
Hospital de Niños “Dr. Orlando Alassia”, de Santa Fe, con apoyo de la Embajada
de Italia en Buenos Aires.
El registro (que forma
parte de una iniciativa mundial llamada SusySafe) ya tiene 500 casos de chicos
que sufrieron problemas por ingerir o aspirar monedas, semillas, piedras,
bolitas, juguetes, capuchones de lapiceras, huesos de pollo, porotos, pilas,
entre otros cuerpos extraños.
Con el proyecto en
marcha, los especialistas cuentan ya con un mejor panorama del problema de la
introducción de los cuerpos extraños en la Argentina. “Queremos tener
información para también bajar la cantidad de casos y sus complicaciones”, dijo
a Clarín Hugo Rodríguez, jefe del servicio de endoscopia respiratoria del
Garrahan. “La aspiración de cuerpos extraños no es un accidente, ya que puede
ser prevenida. Los adultos, incluyendo a los padres, los cuidadores, los
docentes y los médicos, pueden hacer mucho para prevenir el problema o para
detectarlo tempranamente”.
Si no se actúa rápido,
el caso puede ser fatal, como ocurrió con Siamara Jorge, una nena de 4 años, de
La Rioja. Se había atragantado con un carozo de aceituna. La llevaron a una
guardia médica, pero no llegaron a identificar la causa del problema, y la nena
murió en abril pasado.
A través de la
compilación de casos de los tres hospitales pediátricos, se reveló que los
chicos estaban con algún adulto cerca en el 80% de los casos. “Evidentemente,
la sola presencia de un adulto no asegura la calidad del cuidado”, afirmó
Alberto Chinski, que es profesor de otorrinolaringología de la UBA y trabaja en
el Hospital Gutiérrez.
“Se necesita estar con
los chicos en una postura de supervisión activa”, agregó el doctor Rodríguez.
A veces los chicos se
atragantan y empiezan a toser y asfixiarse como puede ocurrir con un hueso de
carne. Pero otras veces la aspiración del cuerpo extraño no produce un síntoma
inmediato muy notable y los adultos no se dan cuenta del problema. Hasta que
días después aparece mal olor (como en los casos en que los chicos se colocan
goma espuma en la nariz), y se desarrollan infecciones o hay sangrados y
dolores, entre otros síntomas. Estos casos son más difíciles de detectar: el
16% de los pacientes son diagnosticados 15 días después de la aspiración o la
ingestión del cuerpo extraño.
“En muchos casos, los
adultos no ven que el niño aspiró un cuerpo extraño. Y como no se presentan
síntomas, no lo llevan a la consulta médica rápidamente. Esto puede retrasar el
diagnóstico. Además, se suma a que algunos médicos minimizan la posibilidad de
que haya un cuerpo extraño por la ausencia de síntomas y tampoco diagnostican a
tiempo”, resaltó Rodríguez. Sólo en el 35% de los casos se extrajo el cuerpo
extraño dentro de las 24 horas posteriores a la aspiración.
“Hay que recordar que
los chicos conocen el mundo al llevarse objetos a la boca. Pero es importante
que los adultos siempre los supervisen. Por ejemplo, cuando se sientan a comer,
sólo deben comer y no dejar que jueguen o corran”, recomendó Hugo Botto,
especialista en endoscopia respiratoria del Hospital Garrahan y consultor en el
servicio de pediatría del Hospital Británico.
En los más chiquitos,
hay aún una falta de capacidad para distinguir cuerpos que son alimentos de
aquello que no lo son.
Botto también sugirió
enseñar a consumir lentamente los alimentos, y no darles maníes, semillas de
girasol, porotos, nueces, garrapiñadas, y aceitunas a los menores de 3 años. La
aspiración de cuerpos extraños se da más en varones menores de 3 años. Las
monedas y las semillas son los cuerpos más frecuentes. Los médicos aconsejan no
darles porotos a los chicos, porque aumentan su tamaño cuando entran en el
organismo y se producen obstrucciones. También advierten que el consumo de
salchichas puede producir asfixia. “Las pilas botón que hay en controles
remotos, juguetes y otros dispositivos pueden aspirarse y provocar lesiones
graves. Requiere –insiste el doctor Rodríguez– la consulta urgente al médico”.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Crean-registro-objetos-tragan-chicos_0_844715601.html
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