6. Elige al profesional o centro que quieres que te atienda.
La atención al parto debería ser la misma e igual
de buena en todos los sitios.
Sin embargo, por desgracia, y de momento, en España esto no es así, lo que explica que los porcentajes de cesáreas, episiotomías o partos instrumentales (fórceps o ventosa) varíen tanto de una zona a otra, de un hospital a otro, de un profesional a otro, de unas fechas a otras (Navidades, puentes varios, etc.). Es importante que seas tú quien elija que atención al parto deseas tener y que busques información hablando con distintos profesionales y con otras mujeres, que indagues hasta que encuentres el lugar donde sientas que te atenderán el día del parto respetando tus peticiones y decisiones.
Sin embargo, por desgracia, y de momento, en España esto no es así, lo que explica que los porcentajes de cesáreas, episiotomías o partos instrumentales (fórceps o ventosa) varíen tanto de una zona a otra, de un hospital a otro, de un profesional a otro, de unas fechas a otras (Navidades, puentes varios, etc.). Es importante que seas tú quien elija que atención al parto deseas tener y que busques información hablando con distintos profesionales y con otras mujeres, que indagues hasta que encuentres el lugar donde sientas que te atenderán el día del parto respetando tus peticiones y decisiones.
En octubre de 2007, el Ministerio de Sanidad de
España elaboró la “Estrategia para la atención al Parto Normal” con
la participación de asociaciones de usuarios, entre otras, El Parto es Nuestro,
cuyo objetivo es conseguir que todos los centros y los sanitarios adecuen su
modo de actuar a las recomendaciones de la Organización Mundial de la
Salud a este respecto. Poco a poco, la atención al
parto está cambiando en nuestro país y se van abandonando prácticas
caducas y perjudiciales (enema, rasurado, rotura de bolsa, etc.) y adoptando
otras más respetuosas con la fisiología del parto (libertad de
movimientos, monitorización intermitente, etc.) Pero falta todavía mucho camino
por recorrer, mucho tiempo para que, el lugar donde demos a luz, el profesional
con el que demos a luz, dejen de ser factores determinantes en el devenir del
parto.
Porque solo se nace una vez, porque el parto es un
momento único e irrepetible, merece la pena buscar hasta dar con el sitio y con
el profesional que comprenda tus necesidades y respete tus derechos y
decisiones en un momento tan importante.
Más información:
7. No tengas miedo de expresarte.
Cuando vayas a consulta pregunta tus dudas, comenta
tus miedos, muestra tus deseos.
Un buen profesional te dedicará tiempo, atención y
no tendrá inconveniente en explicarte todo lo que necesites saber. Ante tus
dudas, te dará respuestas, sin tratarte con condescendencia; ante tus miedos,
te transmitirá tranquilidad, sin ridiculizarlos ni intentar que "lo dejes
todo en tus manos"; y ante tus deseos, te ofrecerá alternativas y
respetará tus decisiones.
Es bueno establecer una relación de confianza mutua con
tu médico o comadrona; el profesional tiene que demostrarte con sus
actitudes y comentarios que confía en ti, en tu cuerpo y en el proceso del
parto. Así tú podrás confiar en su criterio.
8. Elige un buen acompañante.
Tanto si das a luz en el
hospital como si lo haces en casa, probablemente necesitarás a tu lado un
rostro familiar que te transmita tranquilidad. Esto ayudará enormemente a que
el parto transcurra sin dificultades. La elección de esa persona es muy importante.
Debe ser alguien de confianza, que te transmita serenidad, que te conozca y
sepa cuáles son tus deseos, que te apoye en tus decisiones y que vele por ti y
tus derechos durante el parto, reivindicándolos en caso de que estén siendo
vulnerados. Esa persona puede ser tu pareja, tu madre, una amiga, tu hermana o
una doula.
Elige la persona que
consideres idónea, con la que creas que vas a estar más a gusto durante el
parto. Es posible que tu
elección no se ajuste a las convenciones sociales o que no satisfaga
determinadas expectativas personales, pero es prioritario que "tú"
decidas quien es el mejor acompañante posible para tu parto. Elegir
"no" estar acompañada es una opción legítima entre las opciones de
acompañamiento.
Más información aquí.
9. Después del parto, agradece o reclama.
Si tras el parto te
sientes mal, una de las posibles causas es que para ti, ésta no haya sido una
buena experiencia.
La mujer de parto es una
usuaria de un servicio (en este caso, de salud), y como tal, puede quedar
satisfecha, o no, con el servicio prestado. Si durante la atención al parto te
trataron con brusquedad, no te informaron, desatendieron tus peticiones y
contravinieron tus expresos deseos, hazlo saber. Tenemos derecho a
quejarnos y reclamar cuando el servicio que nos han prestado no ha sido el
adecuado.
Tu reclamación no te
devolverá tu parto. Puede que tampoco alivie el dolor que sientes, pero puede
contribuir a evitar que a otras mujeres les ocurra lo mismo que a ti. La
denuncia es un arma muy efectiva para lograr cambios y conseguir mejoras en la
prestación de un servicio.
De la misma manera, si estás
contenta con tu parto, los profesionales que te atendieron agradecerán
enormemente tus felicitaciones por la atención recibida. El agradecimiento a
estos profesionales es un reconocimiento a su labor y un impulso para que
continúen su trabajo en esa dirección. En ocasiones los profesionales
respetuosos, que siguen en la atención al parto las recomendaciones de la OMS
así como la Estrategia de Atención al Parto Normal, encuentran en el desempeño
de su trabajo obstáculos en sus propios centros que mantienen prácticas
obsoletas y al margen de esas recomendaciones. Un reconocimiento público a su
esfuerzo contribuye a que otras mujeres pueden ser igualmente bien atendidas en
sus partos.
10. Comparte tu experiencia con otras madres.
En nuestros
días, la mayoría de las mujeres no presenciamos más partos que los
propios. De ahí que los relatos
de parto permitan hacernos una idea de cómo es parir. Leer estos
relatos es pues una magnífica preparación al parto. Con ellos aprendemos
qué es normal y esperable en el parto, qué favorece su desarrollo, y
qué hay que tratar de evitar porque puede entorpecerlo.
Tanto si tu experiencia
de parto ha sido satisfactoria, como si no, contarla será algo muy positivo
para ti, y para todo el que quiera escucharte.
Si la experiencia no ha
sido positiva, si no te sientes satisfecha con tu parto, si no ha sido como te
lo imaginabas, por la razón que sea, poner palabras a estas vivencias puede
servirte de desahogo y ayudarte a comprender y superar, en la medida de lo
posible, lo que pasó. Contar tu historia facilita también, el camino a las
futuras madres que pueden aprender de esas experiencias y prepararse para
transitar este camino y afrontar dificultades que se les puedan presentar con
algunas posibles respuestas.
El silencio solo sirve
para ocultar las deficiencias del sistema, y contribuye a sostener una falsa
sensación de normalidad.
Si tu experiencia ha
sido satisfactoria, contarla también puede facilitar que las futuras madres
aprendan de tu experiencia y adquieran seguridad en sí mismas y confianza en el
proceso del parto. Contar que es posible el pvdc,
que se puede parir sin dolor, o explicar lo emocionante que es sentir al bebé
piel con piel nada más nacer, puede ayudar a que otra mujer visualice el parto
que quiere para ella, y el nacimiento que desea para su bebé, y luche por
conseguirlo.
Tus sentimientos y
sensaciones son válidos y respetables. Busca a quien esté dispuesto a
escucharte de corazón y seguro que encontrarás personas generosas que te
apoyarán y acompañarán en este recién estrenado camino de la maternidad.
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