Se negó a que el
hospital de La Vila le provocara el parto un mes antes de que el feto estuviera
maduro
Dunia, completamente recuperada del parto,con su marido y su hijo, de apenas un mes.
Fotos de la noticiaDavid Revenga
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RAQUEL LÓPEZ A este
ritmo llegará un momento en que el cuerpo de la mujer haya olvidado por
completo que durante siglos fue capaz de dar a luz de forma natural. Bien
porque su centro hospitalario opte -a veces en demasiados casos- por intervenir
mediante cesárea; bien porque el parto es provocado con medicación y anestesia
que hacen que la intervención no fluya igual, el caso es que las mujeres ya no
paren como antes. Por eso ya hay ginecólogos y matronas que crean asociaciones
y foros donde ofrecen información y atención para invertir esta tendencia. Las
madres que prueban a serlo como antaño también se han sumado a esta causa.
Dunia es una de ellas.
Con 36 años, esta
española residente en l'Alfàs del Pi dio a luz hace un mes en su casa, de pie,
y asistida por una matrona, a su hijo Ian, un bebé macrosómico (de gran tamaño)
que pesó 4,9 kilos. El parto fue, según madre y matrona, muy bueno. Tanto que
Dunia no solo volvería a hacerlo sino que quiere que su ejemplo sirva para
otras mujeres.
Era su segundo parto. En
el primero, provocado y en hospital, lo pasó mal. Esta vez se informó mejor y
se topó con mucha documentación sobre partos naturales, así como con informes
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que alertan de todos los graves
riesgos que tienen las cesáreas tanto para el niño como para la madre. En esas
circunstancias, estaba cuando la citaron en el hospital de La Vila Joiosa a
monitores, en la semana 36, momento en que arranca la cuenta atrás de las
semanas previas al parto. Viendo que el niño llegaba grande le indicaron que lo
mejor era que regresara a los cuatro días para una inducción al parto, pese a
que no padecía ninguna patología.
Pero Dunia no regresó.
Pidió segundas opiniones y en base a estas decidió esperar a que el momento
llegara solo, y no tuviera que realizar una cesárea. "Algo que cada vez se
hace más pese a los riesgos que conlleva para madre e hija, como alerta también
la OMS".
Al mes notó los
síntomas, llamó a su matrona y, tras una noche de contracciones en casa
"en la postura y con la luz que me relajaba más", nació Ian con ella
de pie, agarrada a la barra de la ducha. "Nació cuando debía, antes
hubiera salido grande, pero inmaduro", afirma. Reconoce que sin epidural
hay más dolor, pero también que se pasa mejor durante el tiempo de las
contracciones.
Gema Méndez, la matrona
que la atendió, explica esta cuestión. "Mucha gente confunde el parto
natural con vaginal y no es lo mismo. En el hospital se suele poner a la mujer
la oxitocina, la hormona que provoca el parto, pero no es la propia de la
mujer, sino una oxitocina estándar que a veces genera demasiadas contracciones
o a un ritmo que no es adecuado ni para la madre ni para el bebé". En
cuanto a la falta de anestesia epidural, Méndez defiende que evita que la mujer
sienta y viva el proceso del nacimiento del hijo de forma más consciente, y
recuerda que se empezó a poner desde el momento en que se empezó a dar a luz en
hospitales en donde obligan a la mujer a parir en una postura poco natural,
como es estar tumbada boca arriba.
Méndez, sin embargo, no
reniega de los hospitales, en donde ha de hacerse el seguimiento del embarazo.
"Si en algún momento hubiera visto que el parto fuera a dar problemas la
hubiera trasladado al hospital". Dice que tal circunstancia no es
frecuente. Y es que el parto de Dunia no es el único que ha realizado en el
último año en la provincia de Alicante. Ella y otros ginecólogos y matrona
atienden a mujeres que quieran dar a luz de forma natural en la Comunidad
Valenciana, atendiendo entre uno y dos casos al mes. "Asistimos partos en
casa o bien estamos con ellos durante todo el proceso de dilatación en su casa,
y cuando ya vemos que va a llegar, vamos al hospital para evitar la cesárea u
intervenciones".
El coste de este
servicio oscila entre los 1.800 y los 2.500 euros, y atienden a la mujer desde
la semana 36 hasta la 42, estando de guardia y controlando toda la evolución,
además de dar pautas de cara a la recuperación postparto. En otros países
europeos la opción de dar a luz asistido en casa por una matrona está cubierto
por la Seguridad Social. En sus servicios preparan también a la mujer
trabajando "el miedo, mostrando cómo enfrentarse al parto fisiológico,
haciendo que las mujeres entiendan que el cuerpo va a funcionar, más de lo que
ellas piensan. Tienen que sentirse seguras para no bloquearse, lo que ocurre
con frecuencia, sobre todo cuando les provocan el parto".
Dos datos: El primero es
que según los últimos informes hechos públicos por la Conselleria de Sanidad
sobre estudios del seguimiento del embarazo, de la mitad de los partos
asistidos en hospitales de la Comunidad, un 55,8%, no fueron
"normales" en 2011, frente a un 44,2% que si lo fueron.
El segundo: Un estudio
de la Universidad de Alicante que compara el índice de mortalidad perinatal
entre partos asistidos en casa o en centros sanitarios de 1995 a 2009 refleja
que el porcentaje apenas difiere entre ambos casos. En ese tiempo hubo 23
muertes del feto o recién nacido (hasta las primeras 24 horas de vida) sobre un
total de 14.614 partos únicos asistidos en domicilio particular (1,57 muertes
cada mil partos). El número en centros fue de 7.548 sobre un total de 4.716.956
partos (1,60 muertes cada mil partos).
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