Traducción por Lucy Lo Cascio
Artículo original: "A good birth experience is more than the baby being delivered alive", The Guardian, 16 de Octubre de 2013. La autora es Joanna Moorhead.
Una encuesta realizada por Mumsnet [algo así como “red de madres”. Mumnsnet es el portal para más grande de Gran Bretaña para madres y padres.] muestra que el impacto psicológico de un parto difícil afecta tanto al futuro bienestar del niño como de la madre.
“La organización Birthrights [algo así como “los derechos del nacimiento”] pide que se definan de nuevo qué es un parto bueno; no debería seguir valorándose solamente desde el punto de vista de salud física sino también desde el psicológico"
Escucha a cualquier grupo de padres novatos sobre su experiencia de parto y seguro que oirás decir: “al menos el bebé está bien; eso es todo lo que importa”. Alguien dirá ese comentario después de que alguien del grupo haya desgranado una historia que se queda muy lejos de ideal -una historia en la que ella cree que fue ignorada, no le escucharon, desempoderada, abandonada. Un parto que empezó bien como siempre, pero que se convirtió en una siniestra montaña rusa (a veces escalofriante), de la que sale la nueva familia tan aturdida que están simplemente agradecidos por seguir vivos aún.
Pero el hecho de que la madre y el bebé sigan con vida no es la única cosa que importa. Desde luego que no en el 2013, cuando parir es más seguro que nunca. Hoy en día, las posibilidades de que usted o su bebé no sobreviva son casi nulas. Entonces, ¿por qué establecemos estándares tan bajos para valorar lo que hace un buen parto? Y ¿cómo afecta eso a nuestros hijos?
Son en estas preguntas en las que se centra la campaña en pleno lanzamiento hoy, que pide revalorar qué es lo que más importa del parto en el mundo occidental del siglo 21. La organización Birthrights pide que se defina de nuevo qué es un parto bueno; no debería seguir valorándose solamente desde el punto de vista de salud física sino también desde el psicológico. Según una nueva encuesta llevado a cabo por Mumsnet para Birthrights, menos de la mitad de las mujeres en el Reino Unido consiguen parir como querían.
Las nuevas cifras, basadas en una encuesta realizada a 1.100 usuarios de Mumsnet que han tenido bebés en los últimos tres años, reveló que solamente el 68% de las embarazadas pudieron elegir dónde dar a luz, el 31% no se sintió en control de su parto, el 23% dijo que no se les dejó elegir dónde quería estar durante el parto, y el 18% no creía que los profesionales de la salud les habían escuchado. Un sorprendente 24% de las mujeres que habían tenido partos instrumentales dijeron que no habían dado su consentimiento para el procedimiento.
¿De verdad importa? Pues, sí. De hecho, la evidencia de esto crece, así que resulta absurdo para cualquiera que sepa algo sobre el desarrollo de los niños que aún se piense que todo lo que importa del nacimiento es la salud física de un bebé. La encuesta de Mumsnet ofrece una respuesta: la mayoría de las madres encuestadas dijeron que el nacimiento de su bebé afectó cómo se sentían sobre sí mismas; y el 41% consideró que el impacto fue negativo (llegando al 73% en mujeres que habían tenido partos instrumentales). Casi la mitad de las mujeres encuestadas pensaban que la experiencia del parto había afectado a su relación con su hijo; y el 22% que aquel impacto fue negativo, y de nuevo para aquellas mujeres que tuvieron partos instrumentales esa proporción aumentó de manera espectacular hasta el 59%.
La encuesta no ofreció cifras sobre los padres, pero está claro por otras investigaciones que el desarrollo de un parto afecta el vínculo temprano del padre con su hijo, además del futuro de su relación con su pareja. Y todo eso es de vital importancia para proporcionar al recién nacido un entorno lo más seguro posible, puesto que eso es lo que todo niño precisa en su edad temprana.
Pregunte a cualquier especialista en el desarrollo infantil y te dirán lo mismo: el mejor indicador del futuro bienestar de un niño, sus logros académicos, salud mental y felicidad, es la calidad del vínculo formado entre ese niño y sus cuidadores principales en las horas, días, meses y años después del nacimiento. Cuando una mujer comienza su maternidad con poca autoestima, insegura de lo que siente por su hijo e infeliz consigo misma, no será tan capaz de entregarse al proceso de vinculación como lo haría si comenzase la maternidad sintiéndose en control, empoderada y validada por la experiencia. Al darle confianza a una nueva madre, le estarás dando el mejor comienzo posible para el trabajo más duro del mundo. Y es también el mejor comienzo que puedas darle a su bebé. Dale un buen parto, y el camino estará al menos allanado o incluso cuesta abajo. Dale un parto traumático y le estarás haciendo subir una colina -y, por supuesto, tendrá que cargar con su bebé también. El nacimiento no consiste en que dos personas sigan respirando. Si pensamos así, le estaremos haciendo una gran injusticia a futuras generaciones.
Fotografía: Pascal Deloche / Godong / Corbis
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