martes, 24 de diciembre de 2013

Las dos Gabrielas

Sábado 14 de septiembre de 2013

Este sábado en el momento en que llegaba al hospital, en una mañana de mucho frío, miro hacia adelante y veo sentada a una mujer, en una actitud que me llamó mucho la atención, estaba sentada sobre una parecita cercana a la entrada del edificio, seguí caminando, me acerqué y me di cuenta que estaba en pleno trabajo de parto, junto a su marido, le pregunto-¿cómo te sentís?- solo me mira con cara de no estar bien. Le digo a los dos -vamos adentro!- mientras les digo-soy enfermera de Maternidad-, los acompaño hasta dentro, y la dejo en una silla de ruedas, en que la llevaron hacia la guardia, nos saludamos y les digo tal vez nos veamos luego.

Subo a tomar la guardia, en pocos minutos, viene un médico y me dice -te van a subir una madre-, le comento mi encuentro en la entrada y dice -debe ser porque la beba nació en la guardia-.


Llega la camilla y ahí está ella Gabriela y la saludo diciéndole- ¿sos vos la que estabas en la entrada?, y me saluda, diciendo si, -estabas por parir- le digo, me cuenta que cuando se sentó en la silla de ruedas se rompió la bolsa y ella pensó va a nacer ya, le digo, -¡si casi nace afuera!
Nació su beba, pocos minutos después de nuestro encuentro, sin peridural, ni episiotomía, ni inducción, un parto de un pujo. Lindo nacimiento para un sábado frío.




Diferente es la situación de otra madre, también llamada Gabriela, su embarazo gemelar de 32 semanas, se vio abruptamente interrumpido por contracciones que no se detuvieron, se rompió la bolsa, uno de los corazoncitos se dejó de escuchar, una cesárea de urgencia, nació un bebe, pequeño pero peleador y el otro varón no llegó, todo es duda, caras tristes, ojos enrojecidos, muchas preguntas. Miro a esta nueva familia, que está sufriendo mucho, trato de ser cuidadosa y ayudar a la madre a ir a Neonatología a ver a su hijo, para que se conecte con él, se la ve muy dolida, no tiene cara de madre. Pasan las horas de la guardia, atendiendo a las pacientes.
 
Gabriela y su marido van a Neo a ver a su hijo, vuelven contentos, el bebe está bastante bien, pero no veo la cara de madre en Gabriela. No vuelve a ir a Neo durante la guardia.

Llego el domingo al trabajo hace mucho, mucho frío y allí están las dos Gabrielas con sus realidades contrastables, va transcurriendo la mañana, tranquila.

Luego del mediodía Gabriela va Neonatología y está allí mucho tiempo casi dos horas cuando vuelve, las mejillas tienen color, está sonrosada y una sonrisa aparece en su cara, se ha convertido en madre.

Poder sostener a estas dos madres, me da una gran felicidad, no hay nada mejor que ayudar a otra persona, si es una madre mucho más, este es mi trabajo y no lo cambiaría por ningún otro. Muchas gracias a las dos Gabrielas, por dejarme ser parte de su vida un instante.



Les deseo la mayor de las felicidades.
Luisa Bengolea
Enfermera perinatal y asesora en amamantamiento.

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