miércoles, 13 de abril de 2016

La OMS lo hace oficial: recomienda dar pecho a los bebés mientras reciben las vacunas

14 Noviembre 2015



Es una cuestión que nos preocupa muchísimo a los padres y la Organización Mundial de la Salud tenía que posicionarse sobre la reducción del dolor que causa la vacunación. Por primera vez la OMS elabora un documento sobre este tema del que tantas veces hemos hablado en el blog y es claro en este aspecto: es conveniente dar el pecho a los lactantes durante la vacunación o inmediatamente después.

Es decir, de alguna manera se hace "oficial" la tetanalgesia o el efecto calmante que les produce a los bebés ser amamantados, un concepto defendido por muchos pediatras y por supuesto por muchas madres que hemos comprobado su efectividad.
En concreto, ha sido el Grupo de Expertos de la OMS en asesoramiento estratégico en materia de inmunización (SAGE) el que estudió la posibilidad de adaptar las directrices para la práctica clínica vigentes en el Canadá para reducir el dolor y el miedo que causa la vacunación. Es una cuestión importante, ya que el temor a las inyecciones y el dolor que causan durante la vacunación es uno de los muchos factores que pueden inducir a retrasarla o evitarla.

Basándose en el examen exhaustivo realizado por el SAGE, la OMS ha publicado recientemente el documento de posición Reducción del dolor que causa la vacunación, con las siguientes medidas generales que se recomienda incluir en los programas nacionales de vacunación (aplicables a todos los países y grupos de edad):

  • El personal que lleva a cabo la vacunación debe estar bien informado y tener una actitud calmada y cooperativa. Es preferible utilizar expresiones neutras; por ejemplo, "ahora se la voy a poner" que "ahora le voy a pinchar".
  • Es importante tener en cuenta la edad del paciente para colocarlo correctamente. Si se trata de un lactante o niño pequeño, es conveniente que les sostenga la persona que les cuida; para el resto de pacientes, lo más adecuado es sentarse con la espalda recta.
  • No se recomienda la aspiración (tirar hacia atrás del émbolo de la jeringa) durante las inyecciones intramusculares, ya que se puede aumentar el dolor.
  • Cuando se inyecten varias vacunas de forma secuencial en la misma visita, deben administrarse de menor a mayor posibilidad de causar dolor.
Además de las medidas generales, se recomiendan otras medidas específicas para los lactantes y niños pequeños, entre la que se encuentra la que ha dado lugar a este artículo:
  • La persona que cuida del niño debe estar siempre presente durante y después de la inyección (se adhiere a la Carta de derechos del Niño Hospitalizado, aunque no se trate de un ingreso pero sí es una intervención médica y además es dolorosa).
  • Es conveniente dar el pecho a los lactantes durante la vacunación o inmediatamente después, siempre que no resulte contrario a las costumbres locales (suponemos que se trata de algunos países o culturas en las que amamantar en público esté prohibido o sea un tabú; lo cual, por desgracia, no es tan lejano como podría parecernos).
  • Se recomienda distraer a los niños menores de seis años con un juguete, un vídeo o música (ya sabéis, a llevar su muñeco favorito o su canción preferida en el móvil).
En fin, esperamos que esta manera de hacer oficial el derecho de los niños a ser amamantados para reducir el dolor mientras se le administra una vacuna haga que más madres y profesionales acepten este hecho como natural y se facilite el modo de llevarlo a cabo. Además, es una manera de disipar dudas y animar a más familias a poner las vacunas, ya que, como hemos dicho, el temor al dolor es una de las excusas para no ponerlas.

Vía | OMS
Foto | Thinkstock

Consejos para prevenir y aliviar los gases del bebé

26 Diciembre 2015

Los eructos y la expulsión de gases del bebé es una cuestión que preocupa a muchos padres y es que cuando el bebé realiza las tomas de leche, succiona el chupete o al llorar ingiere aire que si se acumula en el estómago puede provocarle molestias. Estos consejos pueden ayudar a evitar y aliviar los gases del bebé.


En cualquier caso, hay que tener en cuenta que si los gases son muy persistentes, se acompañan de otros síntomas o notamos que el bebé está muy molesto y no tenemos claro que la causa sean esos gases, hay que consultar con el pediatra.

  • Intenta que expulse los gases después de cada toma. Para ello existen varia posturas, como con el bebé incorporado sobre el hombro y dándole unos golpecitos suave en la espalda. También podemos poner al bebé sentado sobre nuestras piernas durante unos minutos para favorecer el eructo. Muchos bebés no expulsarán los gases y no habrá eructo, pero puede que estén tranquilos, por lo que tampoco hay que insistir.
  • Si a mitad de la toma notamos que el bebé deja de mamar inquieto, hemos de tratar de que expulse los gases, haciendo una pausa y poniendo en práctica las "técnicas" vistas en el punto anterior. Es probable que después de eructar siga mamando tranquilamente.
  • En ocasiones notamos que la leche sale muy deprisa o a chorro del pecho y el bebé "no da abasto", por lo que es mejor dejar que fluya un poco para evitar que el bebé tenga que tragar con rapidez y trague mucho más aire.
  • Ten en cuenta que, en los primeros meses de vida del bebé, junto al eructo son frecuentes las regurgitaciones o pequeños vómitos de leche. No han de preocuparnos si no afectan a la ganancia de peso del bebé y no vemos que les duela. Eso sí, mejor ir bien pertrechados de baberos o gasas para evitar que vayan y vayamos manchados continuamente.
  • En ningún caso hay que dejar llorar prolongadamente al bebé, ya que nos está pidiendo ayuda de esa manera. Pero es que, también, al llorar traga aire y se le pueden acumular gases.
  • Si crees que el bebé tiene molestias por los gases, podemos aliviarlas haciendo ciertos "ejercicios" moviéndole las piernecitas como si pedaleara, o hacer masajes abdominales suaves y circulares, en el sentido de las agujas del reloj. Aquí os explicamos todo acerca de los masajes para aliviar las molestias digestivas del bebé.
Además de todos estos consejos para prevenir o aliviar los gases del bebé recuerda no darle infusiones, que pueden ser peligrosas para el bebé, ni bebidas azucaradas, ni medicamentos sin consultar al pediatra.
Foto | Nathan Walker en Flickr-CC


jueves, 7 de abril de 2016

Consultorio


Afianzamiento espontáneo: otra oportunidad al lactante que se agarra mal al pecho

3 Febrero 2011 @armando_bastida

Hace unas semanas explicamos por qué algunos bebés no logran un buen agarre al pecho, siendo las causas más comunes la falta de contacto piel con piel nada más nacer, que permitiría que se llevara a cabo la primera toma antes de separar al bebé de su madre, la sedación en el bebé secundaria a la administración de medicación en la madre durante el parto y la administración de algún biberón o chupete los primeros días que podría originar confusión en el bebé.

Sea cual sea la causa, una vez que el bebé se agarra mal puede ser difícil corregir la posición y suele suceder que a la madre se le hacen grietas, que normalmente son muy dolorosas, que el bebé no mame bien y que no saque suficiente leche, que llegue incluso a llorar de hambre y que la madre acabe llorando también de dolor, por ver llorar a su hijo y por darse cuenta de que no está disfrutando de algo que debería ser precioso (me he puesto en el peor de los casos, que no siempre sucede, pero que es común… algunos bebés engordan perfectamente sin quejarse demasiado y sin embargo la madre sufre dolor por una mala posición).

Cuando esto sucede hay una técnica que se utiliza mucho y que me encanta, porque no la lleva a cabo ni el profesional, ni la madre, sino el bebé, que se conoce como afianzamiento espontáneo y que viene a ser la manera de decirle al bebé: “mama tranquilo, poco a poco, con calma, y hazlo como sólo tú sabes”.

Los bebés nacen sabiendo mamar

Los bebés nacen sabiendo mamar perfectamente. Tanto es así que no sólo son capaces de abrir la boca y succionar para conseguir su alimento, sino que tienen la capacidad de reptar y moverse sobre el abdomen y el pecho de su madre para llegar al pezón, guiados sobretodo por el olor y un poco por el color oscuro que contrasta con el resto de la piel (para eso se oscurecen los pezones durante el embarazo).


Una imagen vale más que mil palabras, así que mirad este vídeo y lo comprenderéis:


Bien, pues ese instinto de succión con el que vienen equipados les dura unos 3 ó 4 meses, tiempo que puede ser aprovechado si en algún momento algo se ha hecho mal y el bebé ha aprendido a mamar de otra manera por la razón que sea.

Aparecen los problemas con la lactancia

Digamos que alguien le puso un chupete o un biberón, o una sonda por la boquita y el bebé aprendió que lo que entra por la boca no es como esperaba, cambiando su manera de succionar. Digamos que simplemente estuvo tanto tiempo separado de su madre que se quedó dormido y tardó en mamar el tiempo suficiente como para hacer un agarre diferente al esperado, aprendiendo a hacerlo mal desde el principio.

Llegan las grietas, el dolor, el malestar físico y emocional, la falta de confianza en una misma, las dudas, los consejos de todo el mundo que lejos de ayudar se convierten en lanzas irritables que la madre no quiere escuchar e incluso llega ese momento en que la madre empieza a odiar el reloj porque ve que se acerca el momento de darle el pecho a su hijo.

Aparecen las soluciones

Entonces empiezan a aparecer soluciones como suplementos, pezoneras, leche artificial o destete y junto a ellas los comentarios de apoyo y de rechazo ante cada nueva decisión.

En esa oleada de ideas que pueden o no funcionar aparece una poco utilizada (cada vez más, sobre todo en los grupos de apoyo) que sorprende porque, como he dicho, no la lleva a cabo el profesional o la asesora, ni siquiera la madre. Es el bebé el que da la solución: el afianzamiento espontáneo.

La técnica de la no técnica (TNT)

Hace tres años, cuando hice el curso de asesoras de lactancia nos explicaron la técnica del afianzamiento espontáneo con mucha ilusión, ya que se trataba de algo muy desconocido en nuestro país que se estaba empezando a utilizar en los grupos de apoyo.

Nos mostraron vídeos y nos explicaron de qué se trataba y todos los que ahí estábamos nos quedamos ojipláticos (o ojillorosos), al ver a bebés cuyas madres ya habían casi tirado la toalla (o que ya la habían tirado) cogiéndose de repente al pecho y mamando como si lo hubieran hecho siempre.

En ese momento le llamaron la técnica de la no técnica (TNT), porque era un método en el que, por primera vez, nadie tenía que hacer nada. Fuera manos, nada de tocar al bebé, ni su cabeza, ni sus labios para que los abra, ni ponlo así ni ponlo asá. El bebé sólo ante el pecho de su madre invitado a mamar. ¿Lo más sorprendente? Que funciona.

Tiempo después el nombre cambió a afianzamiento espontáneo, más técnico y definitorio que el anterior y así se sigue conociendo hoy en día.

En qué consiste el afianzamiento espontáneo

El afianzamiento espontáneo consiste en decirle al bebé, con nuestros actos, que puede volver a sus orígenes. Que olvide lo que ha aprendido el tiempo que ha estado afuera y que lo sentimos mucho, pero no hemos sido capaces de enseñarle bien, así que debe ser él quien tome las riendas y se coja al pecho tal y como ya sabía al nacer. Yo suelo decir a las madres que es como hacer un “Reset” a lo que el bebé ha aprendido con respecto a la lactancia para decirle “empieza de nuevo”.

Para volver a los instintos más mamíferos del bebé es necesario actuar como tal, así que lo ideal es que la mamá se quite la ropa de cintura para arriba y que se la quite también a su bebé (dejando el pañal, que tampoco es plan que correr riesgos innecesarios).

La mamá se sienta cómoda inclinada unos 45º (posición de semisentada) y se pone al bebé encima bocabajo, del mismo modo que las madres de los prematuros realizan el Método Madre Canguro.

Debe hacerse en un momento en que el bebé no tenga hambre, porque de ser así no funcionará.

En esa posición la madre debe olvidar casi el objetivo y dedicarse, simplemente, a disfrutar del contacto con su bebé. Acariciarle, susurrarle… amarle.

Pasado un rato, quizás diez minutos, quizás una hora, el bebé empieza a notar hambre y conocedor de la posición en que se encuentra empezará a moverse en busca del pecho. Estando en el centro tiene dos donde elegir, así que él mismo se dejará caer hacia uno de ellos. Este es el único momento en el que la madre debe intervenir activamente, no para guiarlo, sino simplemente para evitar que el bebé se caiga, parándolo con los brazos.

Entonces el bebé empezará a hacer movimientos con su cuerpo y sus piernas para deslizarse a través del cuerpo de su madre en busca del pezón.
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