Publicado en la
comunidad Embarazo Semana a Semana
La colestasis
intrahepática del embarazo, denominada también ictericia recurrente del
embarazo, hepatosis colestásica o ictericia gravídica, es una complicación que
afecta al hígado de la mujer embarazada. Interfiere en la eliminación de bilis,
acumulando de esta forma sales biliares en sangre lo que produce picazón
(prurito), el síntoma más característico de esta enfermedad.
La colestasis del embarazo aparece
generalmente en el tercer trimestre del embarazo aunque puede aparecer en el
segundo. El cuadro remite en forma espontánea antes de las dos semanas después
del parto.
Generalmente se presenta
en 1 de cada 1.000 mujeres y su aparición es más frecuente si ya se tuvo esta
complicación anteriormente, si existen antecedentes familiares, o bien, si se trata
de un embarazo múltiple.
¿Por qué se produce?
Se produce cuando un obstáculo dificulta o
impide la secreción normal de bilis de la vesícula biliar. Se sospecha también
que las hormonas del embarazo influyen en la función de la vesícula biliar, reduciendo
o hasta deteniendo totalmente el flujo de bilis. Debido a esto se produce en la
mujer una acumulación intrahepática de ácidos biliares, que difunden al
torrente sanguíneo, lo que genera prurito. Asimismo, cuando los niveles de
bilirrubina aumentan más allá de lo normal puede producirse ictericia (color
amarillento en la piel, ojos y mucosas).
Ésta aparece generalmente al cabo de 2 semanas luego de la aparición del
prurito y estos niveles de bilirrubina pueden llegar a ser tóxicos para el
feto. Asimismo, se incrementan las enzimas hepáticas, confirmando la congestión
existente en este órgano y alteraciones de los factores de coagulación
producidos en él.
¿Qué complicaciones
puede traer al embarazo?
La colestasis del
embarazo está asociada a sufrimiento fetal, parto prematuro o muerte fetal
intrauterina. Se cree que ésta última está asociada con el pasaje hacia la
placenta de ácidos biliares que son
tóxicos para el bebé. Además puede aumentar el riesgo en la mujer de hemorragia
intra y postparto por alteraciones de la coagulación.
¿Cuáles son los
síntomas?
El síntoma más
característico es una picazón generalizada constante y a veces intolerable en
la piel. Aparece frecuentemente por las noches, generando en consecuencia
insomnio y dificultad para conciliar el sueño. Generalmente comienza en las
palmas de las manos o en las plantas de los pies y luego se extiende a todo el
cuerpo. Sin embargo, la picazón no es el único síntoma que la caracteriza, ya
que también el prurito está asociado al estiramiento de la piel durante el
embarazo.
Otros síntomas
relacionados son la coloración oscura de la orina (coluria), la coloración
clara de la materia fecal (acolia) y coloración amarillenta de la piel, los
ojos y las mucosas (ictericia). Además, la embarazada puede presentar náuseas,
vómitos frecuentes, malestar o dolor abdominal y pérdida del apetito.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico final se
realiza mediante análisis de sangre para evaluar la función hepática, los
ácidos biliares, la bilirrubina y los factores de coagulación producidos en el
hígado.
Los diagnósticos
diferenciales principales son las obstrucciones extrahepáticas de la vía biliar
por cálculos o tumores (que se descartan por ecografía) y los procesos de
alergia cutánea, donde el análisis de las enzimas hepáticas es normal.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento consiste
en prevenir las complicaciones materno-fetales y aliviar la picazón. Para
aliviar la picazón generalmente se utilizan medicamentos tópicos como el talco mentolado y antihistamínicos
orales. El ácido ursodesoxicólico contribuye a mejorar la eliminación de ácidos
biliares disminuyendo la congestión hepática. Asimismo, si los factores de
coagulación de la sangre son anormales, puede recomendarse la administración
oral de vitamina K para evitar hemorragias luego del parto.
De todas formas el
objetivo principal del tratamiento es eliminar el riesgo de muerte fetal, que
se logra induciendo el parto cuando el bebé tenga los pulmones lo
suficientemente maduros como para poder sobrevivir fuera del útero. Esto ocurre
a partir de la semana 37 del embarazo.
Luego del parto se le
aplicará al bebé vitamina K para protegerlo de posibles hemorragias. Además, se
te realizará un control del funcionamiento hepático, a fin de asegurar que el
hígado no tiene secuelas. Si el problema continúa te derivarán a un
especialista en busca de otros problemas hepáticos.
El presente artículo fue
elaborado y corregido por el comité asesor de www.bebesencamino.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!