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Miércoles 23 de abril de
2014 | 10:22
Expertos mundiales
explicaron a LA NACION los grandes avances médicos contra una enfermedad
silenciosa que afecta a 600.000 argentinos y que genera desde cirrosis hasta
cáncer de hígado
Por Víctor Ingrassia | LA NACION
Siempre que se habla de cura en cuestiones
médicas, resulta por lo demás sensible y hay que manejarlo con muchísima
precaución.
Pero esa palabra
"mágica" fue el común denominador de muchos médicos hepatólogos
durante el último Congreso Internacional de Enfermedades del Hígado (EASL
2014), que tuvo lugar en Londres este mes, al exponer los resultados de los
tratamientos que van a aprobarse este año en el mundo contra la hepatitis C .
Los nuevos estudios demostraron que las últimas drogas logran revertir los daños en el hígado y hasta eliminar el virus de la hepatitis C. Foto: Archivo |
"La única enfermedad
viral crónica que hoy tiene cura en la medicina es el virus de la hepatitis
C", afirmó a LA NACION el doctor Fernando Bessone, médico hepatólogo y
profesor adjunto de Gatroenterología de la Facultad de Medicina de Rosario ,
que participó del encuentro anual en Londres.
"Uno no deja de
impactarse con el resultado de las nuevas drogas que se han anunciado
recientemente. Los hepatólogos nos hemos venido acostumbrando a respuestas
exitosas a tratamientos del 50%, luego del 75% adoptando el triple esquema y
ahora tenemos medicamentos del 95% y hasta el 100%", sostuvo con
entusiasmo el especialista.
Según datos de la
Organización Mundial de la Salud , esta enfermedad infecciosa que afecta
principalmente al hígado y es causada por el virus de la hepatitis C (VHC), la
padecen más de 160 millones de personas en todo el mundo (cinco veces más que
el HIV), con casi tres millones de nuevos de contagios cada año.
El virus descubierto en
1989 y que recién en 1992 se lo pudo detectar masivamente mediante análisis de
sangre específicos, afecta aproximadamente a 600.000 argentinos (el 1,5% de la
población). De esa cifra, unas 240.000 personas padecerían cuadros avanzados de
una enfermedad que tarda entre 20 y 30 años en manifestarse en el hígado. Por
eso los expertos estiman que esta afección podría "explotar" en los
próximos años y que el número de enfermos se duplicaría para el final de esta
década.
"Se trata de una
infección por lo general asintomática, con una dinámica viral especial, ya que
cuando uno se infecta con hepatitis C, no te das cuenta que lo portás, ya que
se manifiesta a veces como una gripe o una infección cualquiera que luego pasa.
No es como la hepatitis A o B que te ponen amarillo (ictericia) y que hacés pis
oscuro, con fiebre alta", agregó Bessone.
Foto: LA NACION
Mientras que hoy existen
vacunas para la hepatitis A y B, que son gratuitas y forman parte del
Calendario Nacional de Vacunación , no existe una vacuna contra la hepatitis C
debido a la complejidad del virus, que en el peor de los casos llega a
convertirse en una infección hepática crónica con consecuencias directas de
cirrosis en un 30% de los casos y cáncer de hígado (5% de probabilidad cada
año).
"El virus de la
hepatitis C es muy particular dentro de las llamadas enfermedades del hígado,
además de ser el primer causante de trasplante hepático: entre el 20 % de
quienes lo contraen lo eliminan naturalmente. En el restante 80% el virus se
cronifica a lo largo de 20 o 30 años, pasando de una fibrosis hasta cirrosis o
cáncer de hígado. También en muchos casos la enfermedad es leve y no
progresiva. Pero nunca se sabe de qué manera afectará a cada uno en particular,
por ello es sumamente importante un examen de detección y también la aparición
de medicamentos nuevos sin efectos adversos, para que los afectados se sumen al
tratamiento y no arriesguen su vida", enfatizó el experto.
TRANSMISIÓN Y ALCANCE
Graham Foster, hepatólogo
de la Universidad Queen Mary de Londres , habló con LA NACION y explicó que
esta es una enfermedad que se transmite por sangre mediante una transfusión, un
accidente, un rasguño, una herida, pidiendo el cepillo de dientes o la
afeitadora equivocada, o simplemente yendo al dentista.
El experto hepatólogo Graham Foster encabeza una mesa de oradores en el último Congreso de Enfermedades del Hígado. Foto: Archivo |
"Se trata de una
enfermedad silenciosa, traicionera y con un proceso de deterioro lento en el
hígado pero continuo. En occidente la hepatitis C se multiplicó junto al
crecimiento de la drogadicción a partir de los 60 y 70, mediante el uso
compartido de jeringas. También en transfusiones de sangre y falta de
esterilización adecuada de los dentistas durante décadas pasadas", agregó
el Foster, presidente de la Asociación Británica para el Estudio del Hígado.
Este virus fue creciendo y
diversificándose durante muchos siglos hasta que se lo pudo detectar por
primera vez en 1989. Esa diversificación se la llama genotipos. El virus de la
hepatitis C tiene seis genotipos detectados, en el que el genotipo 1 es el más
preponderante en la Argentina y el continente americano.
"Si bien hay varios
genotipos y subtipos de virus, las drogas nuevas pueden atacar a cada uno de
ellos. Es una época muy interesante como médico para lidiar con pacientes con
Hepatitis C", apuntó el especialista británico.
El experto señaló que es
imprescindible realizarse exámenes de sangre específicos para detectarlo a
tiempo: "Me molesta que los exámenes de sangre sirvan sólo para detectar
colesterol o glucosa en sangre. Muchos pacientes me decían que no podían tener
hepatitis C porque se habían hecho un examen de sangre recientemente y estaba
todo normal. La respuesta es incorrecta. Uno debe buscar específicamente este
virus para encontrarlo".
En coincidencia con Foster,
el doctor Bessone explicó que el test de chequeo para hepatitis C en la
población es muy barato (no llega a los 100 pesos) y se puede pedir de rutina
en cualquier consultorio. "Un médico tiene la obligación de hacer un
análisis de enfermedades sistémicas y metabólicas. Uno con un hemograma, una
glicemia, una uremia, una transaminasas, colesterol, triglicéridos, ácido
úrico, virus y anticuerpos de hepatitis B y C, estás descartando una gran
cantidad de enfermedades", precisó Bessone.
DROGAS CONTRA LA HEPATITIS
C
Según datos de la OMS, casi
el 70% de los enfermos tiene el genotipo 1 que es el más difícil de tratar y
que en el mejor de los casos alcanza un 50% de curación. Y se cura más el
genotipo 1B que el 1A, con varios efectos adversos como la anemia, neutropenia,
depresión, síntomas neurológicos serios, síntomas gripales.
"Hace poco llegó una
nueva generación de drogas que agregó el telaprevir y el boceprevir, para
aplicar una triple terapia sobre la base de interferón y ribavirina que elevó
la tasa de curación del 40 al 70%, pero con una toxicidad importante y grandes
efectos colaterales, como fiebre, anemia, pérdida de peso, hipotiroidismo,
trastornos neuropsiquiátricos (cambios de carácter y alta depresión)",
precisó Bessone.
Finalmente, este año se
presentarán nuevos fármacos ante la autoridad médica regulatoria de EE.UU.
(FDA), que inhiben enzimas que el virus utiliza para replicarse (igual que las
drogas contra el VIH), son orales (pastillas) y pueden combinarse para evitar la
resistencia.
Algunos de ellos, como el
ABT-450/ritonavir, ombitasvir y dasabuvir fueron exitosamente probados y sus
estudios de Fase III Sapphire-I y II realizados en pacientes con hepatitis C
crónica, fueron presentados en la edición 2014 del Congreso Internacional del
Hígado. Inclusive, se difundió el estudio Turquoise II en pacientes adultos con
infección crónica por virus de la hepatitis C con genotipo 1.
Todos ellos, también
publicados en la prestigiosa revista médica The New England Journal of Medicine
, comprobaron tasas de curación del 95 hasta el 100% de los casos tratados.
UNA ALIANZA MUNDIAL
Charles Gore, ex paciente
de hepatitis C y presidente de la Alianza Mundial contra la Hepatitis, trabaja
desde hace años para concientizar a la gente de la importancia de luchar y
prevenir el virus de la hepatitis C.
Gore explicó a LA NACION
que a nivel mundial el virus de la hepatitis ha sido tratado hasta ahora con
una inexplicable negligencia.
"Para mí es difícil de
entender que un virus que mata la misma cantidad de personas que el HIV al año
y más que en personas que padecen tuberculosis y malaria juntas, no ha sido
priorizado porque ha sido dejado de lado de las metas mundiales de desarrollo
en el milenio", explicó Gore, que alienta a que cada vez más la gente se
comprometa frente a las enfermedades hepáticas y por ello promueve en cada
oportunidad que puede el Día Mundial de la Hepatitis, que es cada 28 de julio.
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