El ritmo intestinal de un
bebé varía según su alimentación. Si el bebé toma leche materna exclusivamente
(sólo leche del pecho, no agua, no suero glucosado, no infusiones) la siguiente
tabla puede servir de guía para valorar el ritmo intestinal normal.
Edad
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Frecuencia de las “cacas”
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Aspecto de las
“cacas”
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1 día
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1
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Negra, como un puré pegajoso
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2-3 días
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2-3
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Verde primero más oscuro y poco a
poco más claro, como puré
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4-5 días
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4-5
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Verde-marrón-amarilla
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6-30 días
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1 por toma
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Amarillas, líquidas, con
“grumitos”, o marrones o verdes, de olor ácido. El color es variable y no es
importante.
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1-6 meses
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Muy variable: desde una al día
hasta una cada 20 días.
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Blanditas como una pomada, el color
es variable y no es importante
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A partir del primer mes,
muchos bebés con lactancia materna exclusiva no hacen "caca" todos
los días. Esto es así porque la leche materna se adapta tan perfectamente a sus
necesidades que prácticamente se aprovecha todo y hay poco que tirar.
Cuando empiezan a probar
otros alimentos además del pecho, el aspecto de las "cacas" cambia.
Algunos niños no hacen deposiciones durante unos días y éstas son más duras y
con un olor diferente.
Algunos bebés hace ruiditos
o como fuerza, aunque no hagan caca, lo que las madres pueden interpretar como
que están molestos. Sin embargo, lo que está haciendo es simplemente ayudar a
su bolo intestinal a moverse hacia abajo. "Está haciendo fuerza" para
mover la "caca" hacia abajo. Cuando haya suficiente cantidad en la
última parte del intestino grueso (el recto), entonces su cuerpo tendrá la
señal que necesita y al hacer fuerza, relajará el ano y saldrá la caca.
No es bueno estimular el ano
con el dedo, con el termómetro, con una ramita de perejil impregnada en aceite
o con una cerilla (por nombrar los métodos más comunes), ya que ello puede
hacer que el sistema nervioso del bebé se acostumbre a hacer "caca"
sólo con el estímulo. Tampoco es necesario dar zumos ni laxantes ni infusiones
"para el cólico". Esto no es bueno para su intestino que ya tiene lo
mejor, "la leche materna", y aumenta el riesgo de diarreas e
infecciones. Además puede disminuir la producción de leche, ya que el bebé
mamará menos y el pecho, en respuesta, fabricará menos leche.
Para asegurar que el bebé no
tenga problemas se le debe ofrecer el pecho a menudo, tomarlo mucho en brazos
(la fuerza de la gravedad ayuda al bolo intestinal), jugar con él y hacerle
masajes en el abdomen.
Todo esto le proporcionaré cariño, el mejor alimento,
las mejores bacterias intestinales (los famosos bífidus) y el ejercicio y
estímulo que necesita.
Cuándo
consultar con el pediatra: Si tu bebé no ha eliminado el meconio
(la primera caca negra) el primer día, o si a partir del 4º día y durante todo
el primer mes, no hace "cacas" todos los días día o estas tienen una
consistencia mayor que la de un puré.
En resumen:
Ofrecer el pecho a demanda
del bebé, tomarlo mucho en brazos, jugar con él y hacerle masajes son el mejor
método para asegurar que el bebé no esté estreñido y se críe sano y feliz.
A partir del primer mes,
muchos niños con lactancia materna exclusiva no hacen "caca" todos
los días, pero esto no es estreñimiento.
¿Los niños
alimentados al pecho pueden sufrir alergia o intolerancia a las proteínas de la
leche de vaca?
Al igual que otras muchas
sustancias, las proteínas de la leche de vaca pueden pasar a la leche de la
madre y llegar al niño. Algunos lactantes alimentados al pecho desarrollan
alergia o intolerancia a dichas proteínas por tratarse de sustancias antigénicas
extrañas ya que pertenecen a otro animal. En realidad, el alimento que más
alergias e intolerancias causa es la leche de vaca.
Se habla de Alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV)
cuando un individuo, tras la ingesta de lácteos manifiesta una respuesta
anormal (con síntomas que se pueden englobar dentro de las reacciones adversas
a alimentos) y en ese proceso hay un mecanismo inmunológico comprobado. Es un
cuadro más grave que la intolerancia. Se desencadena con pequeñas cantidades de
proteínas lácteas y puede producir urticaria y reacciones alérgicas
importantes. Son factores de riesgo para sufrir APLV los siguientes:
antecedentes familiares de alergia, administración precoz de sucedáneos de
leche con posterior lactancia materna (biberón en maternidades), administración
intermitente de leche artificial durante la lactancia materna.
En la
intolerancia los síntomas pueden ser eccemas, diarreas, fisuras
anales, llanto, cólicos y dolor abdominal.
Ambos cuadros (la alergia y
la intolerancia) pueden aparecer cuando al bebé amamantado se le da alguna toma
de fórmula artificial o bien cuando la madre toma lácteos.
En nuestra cultura se ha
sobrevalorado la importancia de la leche en la dieta, y muchas madres que
habitualmente toman muy pocos lácteos, cuando están dando el pecho reciben
insistentes mensajes de que "es importante tomar leche y derivados para
producir leche". El calcio puede obtenerse de muchos otros alimentos
(lentejas, soja, frutos secos, anchoas, sardinas en aceite, almejas, marisco,
calamares, pescado y carne) de modo que no es necesario tomar queso, ni yogur,
ni leche para fabricar mucha leche y para mantener los huesos fuertes.
Cuando se sospecha que un
niño alimentado al pecho tiene síntomas debidos a una intolerancia se puede
suprimir por completo las proteínas lácteas de la dieta materna (a veces
también todas las proteínas vacunas) y la mejoría suele ser espectacular. En la
mayoría de niños los síntomas repiten a la mínima introducción de lácteos en la
dieta de la madre, pero habitualmente hacia los 18 meses-2 años suelen
desaparecer.
Cuando se sospecha alergia
hay que realizar pruebas alérgicas. Si se comprueba clínicamente (síntomas más
o menos graves de sangrado intestinal o choque anafiláctico con
vómitos-palidez-malestar o urticaria-angioedema) con pruebas de alergia
positivas o negativas, el pediatra retirará la leche de vaca y sus derivados de
la dieta de la madre (a veces incluso la carne de vacuno).
La mejor forma de disminuir
el riesgo de enfermedades alérgicas (incluida la APLV y otras alergias
alimentarias) consiste en mantener la lactancia materna exclusiva 6 meses y
evitar la introducción de leche de vaca y derivados lácteos antes de los 12
meses de edad en niños de alto riesgo de alergia (antecedentes de alergia en
familiares de primer grado).
Autora: Susana Ares Segura
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