Entre el 2 y el 4 por ciento de las mujeres padecen
mastitis. Debe tratarse sin demoras para evitar que el bebe deje el pecho
miércoles 28 de abril de 1999
La
lactancia suele ser una experiencia muy placentera para la mayoría de las
mujeres. Es un vínculo insustituible entre la mamá y el hijo, además de la base
de la salud y de un perfecto desarrollo del bebe. Sin embargo, entre un dos y
un cuatro por ciento de mujeres que amamantan desarrolla mastitis, un proceso
infeccioso que sin el correcto asesoramiento y tratamiento complica las cosas y
desalienta a la madre en una de sus funciones más importantes: la de alimentar
con su propia leche a su bebe.
La
mastitis intramamaria o intraductal es un proceso infeccioso de la mama que
produce dolor, rubor y calor locales -pues el tejido glandular de la mama se
inflama-, junto con reacciones generales como fiebre, malestar y a veces náusea
y vómitos. Se trata de una infección que puede ocurrir en cualquier momento
durante el transcurso de la lactancia, pero que es más frecuente a partir del
quinto día después del parto y dentro del primer mes de vida del bebe. A veces
se da cuando se produce un destete brusco, al saltearse una o varias mamadas o
cuando el niño comienza de repente a dormir toda la noche.
El taponamiento
Todo
comienza con un taponamiento de conductos, advertido por la madre como durezas
en alguna parte del pecho. "En el taponamiento queda leche retenida en un
conducto por mal drenaje", explica el doctor Carlos Beccar Varela, médico
pediatra, asesor de la filial argentina de la Liga Internacional de la Leche y
autor de los libros El arte de amamantar a su hijo y Lactancia Feliz, entre
otros.
"Esto
quiere decir que uno de los conductos en alguna parte del pecho no se vacía
bien. Pero os alveolos siguen produciendo leche. Así, se produce estancamiento
y contaminación con gérmenes", agrega. Y explica que normalmente los
gérmenes suelen entrar por los orificios del pezón, pero que el flujo rápido de
leche no les da tiempo a desarrollarse, además de ser combatidos por los
factores antiinfecciosos de la leche, que los mata. Pero en el caso del
taponamiento, como la leche se encuentra estancada, los mismos factores pierden
vitalidad y los gérmenes hacen de las suyas. "Entonces no sólo hay
infección intraductal, sino que se transmite a los alveolos y al tejido
intersticial entre los conductos y los alveolos, por lo que se produce una
infección generalizada de toda la estructura de la mama en un lugar
localizado", detalla el especialista.
El
taponamiento del conducto precede a la mastitis intramamaria. Ya instalada la
mastitis, lo primero que nota la madre es que una parte de su pecho se torna
dolorosa, sensible y dura, y que la piel subyacente está enrojecida. Además,
comienza con fiebre alta y dolores musculares.
La clave
El
doctor Jorge Díaz Walker, socio fundador y asesor de la asociación de ayuda
materna ÑuÑu -que en quechua significa amamantar-, sostiene que "la
mastitis relacionada con el amamantamiento se produce por no seguir el curso
natural de los hechos". Pues, para él, "lo normal sería alimentar a
total libre demanda, una cantidad de tiempo indeterminada y no producir
alteraciones en la bajada de la leche, pues ésta deprime la respuesta del niño
debilitándolo y alterándole la succión normal". La lactancia no
interferida, según el especialista, permitiría que los pechos estuvieran
siempre vacíos y no habría congestión mamaria.
Beccar
Varela es más específico, y aclara que lo mismo que sirve para prevenir la
mastitis sirve para curarla. "Si el bebe se amamanta con una buena
adhesión boca-pecho, se lo coloca en diferentes posiciones y además se lo
alimenta con frecuencia, habrá un buen vaciamiento y los conductos no se
taponarán", dice. La idea de lograr una correcta adhesión boca- pecho (el
bebe no toma sólo el pezón con las encías sino que abarca toda la areola) es
que simultáneamente comprima con la mandíbula, exprima con la lengua y
finalmente succione la leche materna vaciando bien el pecho. De esta manera,
las lastimosas grietas del pezón son también menos frecuentes, y aquellas
mastitis menos habituales pero producidas por la presencia de grietas, lo serán
también.
Por
otra parte, rotando las posiciones de amamantamiento de mamada a mamada
-sentada clásica, sentada inversa y acostados frente a frente- se vacía el
pecho en distintos lugares y conductos, además de prevenir nuevamente las
grietas de pezón. Finalmente, los conductos tampoco se taponan si se coloca al
chico al pecho con frecuencia- entre 8 y 18 veces al día durante el primer mes,
según el tamaño y las necesidades del bebe- porque los pechos se vacían bien.
"Además,
enseño a las madres que cuando terminen de dar de mamar se toquen la mama para
ver si les quedó alguna parte dura. Si es así, la próxima vez deben colocar al
bebe en la posición que corresponde para vaciar esa zona, además de masajear
suavemente el conducto en dirección hacia el pezón donde está endurecido cuando
el chico está mamando, lo que facilita el vaciado", dice el doctor Beccar
Varela.
No suspender el amamantamiento
Según
la Guía Práctica para una Buena Lactancia, de Felicitas King y Elizabeth
Helsing, anteriormente se consideraba que el problema primario en la mastitis
era la infección; se suspendía la lactancia, se manejaba lo menos posible la
mama y no se le sacaba la leche. Ahora sabemos que la infección es secundaria a
la congestión y estancamiento de leche en los pechos y entonces la leche debe
sacarse. Por lo tanto, hay que continuar amamantando o, si no, extraer la
leche.
Es
fundamental continuar amamantando con ambos pechos, sin temores a infectar al
bebe pues es muy raro que esto ocurra. Los recursos de drenaje explicados por
el doctor Beccar Varela alivian sobremanera el dolor que puede provocar la
mastitis en el pecho infectado, además de facilitar que el bebe se prenda mejor
y el amamantamiento duela menos: "La mamá debe sentarse debajo de la ducha
tibia o inclinarse sobre la bañera con el torso desnudo y aplicar el duchador
manual en los pechos dos o tres veces al día para sacarse la leche con la mano
-si no duele- o con una bomba sacaleches manual. Por una parte, la ducha tiene
el efecto de estimular la expulsión de la leche, por otra, el calor relaja,
abre los conductos y la leche sale más fácil", dice. Parece que también
sacándose un poco de leche antes de poner al bebe a mamar se ablanda la zona de
la areola, ésta se hace menos abombada y el lactante se puede prender mejor. En
cambio, en un pecho lleno y duro el bebe sólo comprime el pezón, resultando eso
muy doloroso para la madre.
En
el manejo de la mastitis, se debe intentar detener la infección antes de que
evolucione hacia un absceso mamario -bolsa de pus-. Es mayor el riesgo en las
madres que dejan de amamantar. Esta es una posible, pero excepcional
complicación de la mastitis, provocada normalmente por un tratamiento
inadecuado o tardío, y en general requiere drenaje quirúrgico.
Constanza
Gechter
El tratamiento adecuado
Cuando
se inicia rápidamente un tratamiento adecuado, el curso de la enfermedad suele
ser breve. Si no, pueden necesitarse antibióticos durante mucho tiempo. Estos 7
pasos resumen una guía eficaz.
1)
Continuar amamantando con ambos pechos, comenzando por el lado sano, pero
asegurándose de que el lado enfermo se vacíe completamente por la succión o con
un sacaleche.
2)
Insistir con el reposo en cama.
3)
Elegir un antibiótico tolerado por el niño y por la madre, que se debe
administrar durante 10 a 14 días por lo menos, independientemente del curso de
la enfermedad.
4)
Aplicar bolsas de hielo o de agua caliente, lo que más alivie el dolor. La
experiencia indica que el calor alivia el dolor y facilita el drenaje.
5)
Beber abundantes líquidos.
6)
Administrar analgésicos.
7)
Usar un corpiño que sujete, pero sin causar presión o dolores.
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