La Retinopatía del Prematuro (ROP) es una
enfermedad que afecta a bebés que nacen de forma prematura, y consiste en un
desarrollo anormal de los vasos sanguíneos en la retina. Es la principal causa
de ceguera en la infancia.
El nacimiento prematuro frena el
desarrollo normal de la retina, una de las capas fundamentales del ojo
necesaria para la visión. La retina completa su formación a partir de la semana
36. Si el niño nace antes de ese momento, la retina continuará desarrollándose,
pero con cierto riesgo de hacerlo en forma anormal. A menor peso y edad
gestacional, los prematuros tienen mayor riesgo de presentar la enfermedad.
Por otro lado, los niños prematuros nacen
con sus pulmones inmaduros, por lo que es muy frecuente que sea necesario
administrarles oxígeno. Las altas concentraciones de oxígeno aumentan el riesgo
de padecer retinopatía del prematuro, por lo que el control del oxígeno en la
unidad de neonatología es esencial.
¿Cómo se diagnostica?
Todos los bebés nacidos antes de la
semana 32 y/o menores a 1.500 gramos de peso al nacer deben ser controlados. Es
importante que los prematuros sean controlados precoz y periódicamente por
oftalmólogos capacitados. El oftalmólogo debe realizar evaluación del fondo de
ojo de los bebés en la unidad de cuidados intensivos neonatales, en la cuarta
semana de la vida posnatal y no más allá de la 32ª semana.
¿En qué consiste el seguimiento?
El seguimiento de la enfermedad dependerá
del criterio del médico, de la localización de la retinopatía misma dentro del ojo
y de la edad corregida del paciente. Deberá incluir un examen hasta al año de
vida para descartar secuelas.
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