InformArte: ¿Qué hacer ante el bombardeo
de información sobre la "leche materna tóxica"?
Un pequeño aporte
para ayudar a aclarar la confusión.
Recientemente se han multiplicado las
noticias acerca de la presencia de sustancias químicas con efecto tóxico en la
leche de las madres. Estas noticias surgen de los comunicados de prensa que las
instituciones de investigación publican para difundir un artículo o trabajo
científico editado en alguna revista especializada o presentado en algún
congreso.
Estos comunicados de prensa se construyen
con extractos del artículo científico traducido a lenguaje “llano” y con citas
de palabras de alguno de los autores del trabajo. Para el autor de ese
comunicado de prensa, entonces, las fuentes son una fuente primaria (el trabajo
publicado) y una fuente autorizada (el científico). Ese comunicado de prensa es
enviado a medios de comunicación, donde periodistas científicos o no tanto
“levantan” la noticia y escriben una nota. La nota tiene que capturar la
atención del lector, casi siempre de internet. Es sabido que el intervalo de
atención del navegante internáutico no es muy amplio, por lo que las notas
tienen que ser breves, sencillas y consolidar la mayor cantidad de información
en la menor cantidad de texto posible. En general, la información que
consolidan suele ser simplemente un resumen de las conclusiones del trabajo
(que ya estaban resumidas en el comunicado de prensa) y algo de las palabras
del investigador (para agregarle color humano a la nota o para darle más
verosimilitud y autoridad). Es muy poco probable que los periodistas se tomen
el tiempo y el trabajo de buscar el artículo original y puedan leerlo y entenderlo.
En algunos casos los trabajos son herméticos y accesibles solamente a los
especialistas. Pero en muchos otros casos no son tan difíciles de leer y es
fácil, por ejemplo, entender la metodología y valorarla.
¿Qué hacemos nosotros, consejeros/asesores/consultores
de lactancia/madres/padres/ciudadanos preocupados, ante una nota periodística
que afirma que la leche de las madres está irremediablemente contaminada o,
peor aún, que es tóxica? Abrimos los ojos y la mente y habilitamos el centro de
lectura crítica para formar nuestra propia opinión.
1. Busquemos el artículo original. Muchas
veces viene como referencia o como enlace en la nota periodística, casi siempre
aparece en el comunicado de prensa original, que puede rastrearse con palabras
claves, el nombre de la institución donde se hizo el trabajo y el nombre de los
autores, sobre todo del que esté citado en la nota periodística.
2. Valoremos la metodología del trabajo
original. ¿Cuán grande es la muestra de madres? No es lo mismo una muestra de
unas pocas madres que una muestra de miles de madres. ¿Cómo se seleccionó la
muestra? ¿La selección de la muestra puede sesgar el resultado? En Argentina
hace unos años se publicó un trabajo que mostraba que había agroquímicos en la
leche de madres de Santa Fe, pero la muestra era de madres que almacenaban
agroquímicos en su casa. Esta semana apareció una nota sobre alta exposición a
PFAs a través de la leche en niños de las Islas Faroe, donde por ejemplo las
familias comen carne de ballena, con alta concentración de PFAs. ¿Se identifica
edad, grado de paridad, etapa de lactancia? ¿Se analizan las muestras por
separado o se hace “pool de muestras”? ¿Cómo se define “lactancia exclusiva”?
¿Qué método de detección de la sustancia química se utilizó? ¿Cuán confiable
es? ¿Da falsos positivos? La ausencia de información sobre estos puntos también
es un ítem a valorar.
3. Valoremos los resultados. ¿Qué
presenta el trabajo? ¿Se limita a mostrar presencia de la sustancia o la
relaciona con un efecto en la salud de los niños expuestos? ¿La relación es
causal o es simplemente una correlación? (Niños, repitan conmigo: correlación
no implica causalidad). ¿Se compara con el efecto por exposición por otra vía,
ya sea prenatal o por exposición directa al ambiente? ¿Qué pasa cuando se deja
de amamantar? ¿Persiste la concentración de la sustancia o se reduce? ¿Se
conocen los efectos de la sustancia sobre el cuerpo humano?
4. ¿Hay un riesgo genuino? Para que haya
un riesgo tiene que haber una relación con la presencia de un agente peligroso
(en este caso, una sustancia química) y un efecto. Si la sustancia está pero no
se registra un efecto, no se puede hablar de riesgo. Las decisiones
necesariamente tienen que estar basadas en una comparación de riesgos de las
alternativas. En este caso, amamantar vs no amamantar. Los riesgos de no
amamantar son conocidos. La leche de fórmula no está libre de sustancias
potencialmente tóxicas y a veces, como hace poco en Argentina, aparecen
partidas con contaminaciones bacterianas. La leche materna está diseñada
específicamente para los bebés. Tiene tantos compuestos y características que
se siguen descubriendo que su comportamiento como vector de sustancias químicas
exógenas (que no son propias de la leche) no está ni siquiera entendido superficialmente.
Se sabe que para algunos compuestos químicos, como el PCB, la lactancia reduce
los efectos neurológicos causados por la exposición durante la gestación, aun
cuando la leche tenga PCB. Lo mismo sucede con los efectos cognitivos de la
exposición a contaminantes atmosféricos: los niños amamantados tienen menos
secuelas que los niños no amamantados para la misma exposición prenatal.
Entonces lo que comparamos es el riesgo de amamantar ante presencia de una
sustancia exógena sin efecto registrado o con información de que para otras
sustancias la lactancia ayuda a reducir el riesgo con el riesgo conocido de la
alimentación con fórmula.
Estas noticias deben servir para generar
conciencia acerca del estado del medio ambiente, y deben ser tomadas como tal.
De ninguna manera deben ser interpretadas como valoraciones acerca de la
seguridad de la leche materna de las madres del mundo. Exijamos control a los
organismos que deben ejercerlo y tengamos en cuenta que todos tenemos carga
corporal de sustancias exógenas, incluidas las madres y sus bebés.
Si consumimos la información con esta
actitud crítica vamos a poder filtrar el sensacionalismo y sacar nuestras
propias conclusiones acerca de las noticias sobre la presencia de sustancias en
la leche de las madres. Y otras información relacionadas con trabajos
científicos también.
V. Garea, Ing. Nuclear, PhD Eng Phys, IBCLC
Imagen
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