Un espacio para las madres que amamantan
en el Hospital San Martín, de La Plata.
Imagen: Guadalupe Lombardo
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Son ámbitos donde las trabajadoras que
amamantan tienen privacidad y una heladera para sacarse con tranquilidad la
leche que producen durante sus horas de trabajo y guardarla para su bebé. Es
una medida que impulsa la Ley de Promoción de la Lactancia Materna.
Por Pedro Lipcovich
Comenzaron a implementarse los “espacios
amigos de la lactancia” en empresas e instituciones: son lugares donde las
trabajadoras que amamantan disponen de privacidad, tranquilidad y una
heladerita para sacarse la leche que producen durante sus horas de trabajo y
guardarla para su bebé. Los promueve el Ministerio de Salud de la Nación, de
acuerdo con recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud, y
sugiere su inclusión en las tratativas paritarias. Es la medida más novedosa de
las que se impulsan a partir de la reglamentación de la Ley de Promoción de la
Lactancia Materna. Otro instrumento a desarrollar es el de los bancos de leche
materna, que funcionan en maternidades y recolectan leche de mujeres donantes
destinada a bebés prematuros: hay cinco en la Argentina, que proveen a las
ciudades de Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Mendoza y Chaco; falta el resto
del país. Por otra parte, hay inquietud en la Sociedad de Pediatría ante la
persistencia de la publicidad de leches “maternizadas”, que “no deben
anunciarse y deberían venderse sólo bajo receta médica”.
La Ley 26.873, de Promoción y
Concientización Pública sobre la Lactancia Materna, promueve la creación de
centros de lactancia materna, “cuya función será recolectar, conservar y
administrar leche de la madre al propio hijo”. Su reglamentación, efectuada por
el Ministerio de Salud, impulsa los Espacios Amigos de la Lactancia Materna.
Cada uno de ellos debe ser “un local o área con privacidad, dotado de las comodidades
necesarias para que las mamás puedan extraerse leche y conservarla a la
temperatura adecuada hasta su horario de salida, de forma que la persona que
cuida a su bebé pueda administrársela al día siguiente durante su ausencia”.
Nicolás Kreplak, subsecretario de
Medicina Comunitaria, Maternidad e Infancia del Ministerio, observó que “muchas
mujeres se extraen leche durante su horario de trabajo pero suelen hacerlo en
el baño, que no es el lugar más adecuado en términos higiénicos. Proponemos
espacios que ofrezcan condiciones de intimidad y tranquilidad, lo cual previene
que la actividad del sistema nervioso simpático corte la producción de leche.
Debería haber una heladera, mejor si está destinada sólo a la leche materna”.
“Las empresas que establezcan estos
Espacios Amigos –argumentó Kreplak–, con una inversión muy reducida conseguirán
disminuir el ausentismo de las mamás, generarán en ellas un importante
bienestar y obtendrán mayor colaboración y lealtad.”
Antonio Morilla, titular de la
Subcomisión de Lactancia Materna de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP),
señaló que el empleador debería estar dispuesto a ofrecer estas facilidades “en
todo lugar donde trabajen mujeres en edad fértil”, y fue más allá: “Ya en la
década de 1950 se había legislado que, en todo lugar donde trabajen más de 30
mujeres, debe haber guarderías infantiles para que la madre pueda dejar a su
hijo y amamantarlo las veces que quiera”. El especialista precisó que “la leche
humana se puede mantener hasta ocho horas a una temperatura ambiente de hasta
27 grados; dura hasta tres días en heladera y hasta seis meses en freezer”.
Ya algunas empresas comenzaron a
implementar los Espacios Amigos. El año pasado, el Ministerio de Salud entregó
plaquetas de reconocimiento a varias, entre ellas Banco Galicia, Danone, Elea,
Molinos, Nucleoeléctrica Argentina y Philips.
Mamás que bancan
En cuanto a los bancos de leche materna,
en la Argentina hay cinco: en la porteña maternidad Sardá, en el Policlínico
General San Martín de La Plata, en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, en
el Hospital Lagomaggiore de Mendoza y en el Hospital Perrando de Resistencia,
Chaco. “Son espacios donde, bajo condiciones de seguridad, se recibe la leche
de las donantes para destinarla a bebés de alto riesgo internados en
neonatología”, explicó Kreplak. Las donantes son “mujeres que están
amamantando, que tienen tiempo y disposición a donar y que producen leche en
cantidad superior a las necesidades de su bebé; es cierto que, a más
estimulación, más producción de leche”.
Morilla señaló que “en el Policlínico San
Martín se verificó una disminución drástica de los casos de enterocolitis
necrotizante, que es grave en los prematuros, gracias al banco de leche
materna” y comentó que “todavía hay que recorrer un largo camino para
garantizar esta promoción en todo el país”.
Kreplak admitió que “por ahora los bancos
están concentrados en algunas áreas del país, y la idea es contar con este
abastecimiento en los principales centros urbanos, siempre en relación con las
maternidades de alta complejidad”.
Para terneros
Sigue pendiente el cese de la publicidad
y promoción de las leches llamadas maternizadas: “Son, todas, leches de vaca
para terneros, no para niños humanos –advirtió Morilla–: están adaptadas,
preparadas, pero nunca igualan a la leche materna y son causa de mortalidad
infantil porque presentan mayor riesgo de diarrea, desnutrición y sobrecarga
renal”. El representante de la SAP deploró “la violenta promoción de estos
productos que lleva a cabo la industria; apelan a mensajes engañosos como decir
que su fórmula tiene omega 3, como si la leche humana no la tuviera; hacen que
la madre llegue a dudar de su propia leche. Anuncian por TV, entregan muestras
en las playas, con lo cual violan el Código Internacional de Sucedáneos de la
Leche Materna: estos productos no deben publicitarse al público y deberían
venderse por indicación médica y bajo receta médica”.
Kreplak señaló que “las autoridades
regulatorias correspondientes son la Afsca y la Anmat”, destacó que “la
lactancia materna debería ser exclusiva durante los primeros seis meses y
continuar durante los primeros dos años de vida” y advirtió que “no existen
‘leches maternizadas’; esas son leches de fórmula”.
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