martes, 16 de diciembre de 2014

La importancia de no bañar al recién nacido

 Viernes, 5 de diciembre de 2014

En la mayoría de los países, es práctica común de los hospitales bañar o limpiar exhaustivamente a los recién nacidos. Sin embargo, los últimos estudios muestran que esta práctica no sería conveniente.


La mayoría de los bebés nacen cubiertos de una sustancia blanca y grasosa, llamada vérnix caseoso (del latín: "barniz de queso"). Consiste en una mezcla de secreciones grasas procedentes de las glándulas sebáceas fetales y de células epidérmicas muertas. Su composición es: 80% agua, 10% grasa, y 10% proteínas. Se produce durante el tercer trimestre del embarazo (alrededor de la semana 26 o 27), coincidiendo con la etapa en que se comienza a formar la capa más superficial de la piel. Proporciona una barrera temporal contra el ambiente acuoso del útero, para mantener la piel hidratada.


El vérnix es beneficioso antes, durante y después del parto.
Durante el tercer trimestre de embarazo:
- Facilita la formación de la capa definitiva de la piel dentro del útero (esta capa necesita de un ambiente seco para formarse, y el vérnix provee esa barrera).
- Protege la piel contra el agua (es altamente impermeable).
- Protege al feto contra infecciones intrauterinas.

Durante el parto, el vérnix actúa como un lubricante y ayuda a descender a través del canal de parto, reduciendo la fricción del cuerpo del bebé.

Después del nacimiento: 
- Tiene propiedades hidratantes y aumenta la plasticidad de la piel del bebé (dado su alto contenido en agua).
- Tiene propiedades antioxidantes (ya que contiene vitamina E).
- Ayuda a regular la temperatura.
- Contiene proteínas que se adhieren a las bacterias, virus y hongos, bloqueando su adhesión a los tejidos.
- Contiene melanina, que protege frente a las radiaciones ultravioletas de la luz solar.
- Limpia naturalmente la piel.
- Actúa como regenerador en caso de que se produzcan lesiones (ya que aumenta el metabolismo de la piel).

Puesto que no tenemos control sobre el vérnix durante el embarazo y el parto, es importante discutir su importancia postnatal, donde si tenemos control. Habiendo demostrado tener tan grandes beneficios tras el nacimiento, hay que replantearse por qué en algunos hospitales pareciera haber tanto apuro en dar los recién nacidos su primer baño, eliminando el vérnix como si fuera algo sucio.
La ciencia moderna y la medicina occidental reconocen sus beneficios. Un estudio publicado en la revista Americana de Obstetricia y Ginecología titulado "Las propiedades antimicrobianas del líquido amniótico y vérnix caseoso son similares a las encontradas en la leche materna", reveló que una serie de sustancias inmunes estaban presentes tanto en el líquido amniótico como en el vérnix.

Demostraron que estas sustancias eran eficaces para evitar el crecimiento de patógenos perinatales comunes: B. Streptococcus, K. pneumoniae, L. monocytogenes, C. albicans y E. coli. El retraso en el baño y mantener al recién nacido junto con su madre hasta que se establezca la lactancia materna puede prevenir algunos casos de infecciones devastadoras causadas por estas bacterias.

La cantidad de vérnix con que nace un bebé disminuye con el paso de las semanas. Un bebé prematuro, de 32-33 semanas de gestación, nace completamente cubierto. Por el contrario, un bebé que nace a las 41 o 42 semanas, lo ha perdido casi por completo, y nacen con su piel más arrugada, al haber tenido un contacto más directo con el líquido amniótico. Esto sugiere que los bebés que nacen a término completo no necesitarían tanta protección como un bebé que nace prematuro o a término temprano, y que los bebés prematuros, que estén estables y sanos, obtienen mayor beneficio al no ser lavados y permanecer con sus madres durante el período neonatal inmediato.

Finalmente, el estudio ilustra cómo la fisiología normal del embarazo y el desarrollo fetal es parte de un continuo, que se extiende más allá del nacimiento: Las similitudes inmunológicas entre el líquido amniótico, el vérnix caseoso, y la leche materna proporcionan una prueba más de que el inicio exitoso de la lactancia materna es una parte crítica del proceso de parto normal.

Según Marty Visscher, director ejecutivo del Instituto de Ciencias de la Piel del Hospital de Niños de Cincinatti (Ohio), el vernix que las matronas tratan de lavar apenas nace el niño, vale oro. Es la mejor crema para la piel que nunca más el niño va a tener. No sólo la protege del contacto con el agua, sino que mantiene la piel hidratada, con un pH balanceado, al mismo tiempo que la protege de infecciones y daños hasta el momento del parto. (New Scientist, Enero 17, pág. 40, 2004).

Estos estudios han puesto en tela de juicio las prácticas comúnmente utilizadas en el tratamiento de los recién nacidos, y sugieren que el primer baño del bebé se retrasase hasta, por lo menos, 24 horas después del nacimiento, para permitir que el vérnix sea absorbido por la piel. En vez de limpiarlo, sería más recomendable extenderlo suavemente por toda la piel del bebé, que lo absorberá de forma natural.

La Asociación Mundial de la Salud ha establecido un protocolo para los recién nacidos, en cuya sección relativa al exhaustivo secado inmediato del bebé (0-3 minutos después del nacimiento) dice: "NO limpiar el vérmix" y "NO bañar al recién nacido."
Fuentes:

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