Viernes, 5 de diciembre de
2014
En la mayoría de los
países, es práctica común de los hospitales bañar o limpiar exhaustivamente a
los recién nacidos. Sin embargo, los últimos estudios muestran que esta
práctica no sería conveniente.
La mayoría de los bebés
nacen cubiertos de una sustancia blanca y grasosa, llamada vérnix caseoso (del
latín: "barniz de queso"). Consiste en una mezcla de secreciones
grasas procedentes de las glándulas sebáceas fetales y de células epidérmicas
muertas. Su composición es: 80% agua, 10% grasa, y 10% proteínas. Se produce
durante el tercer trimestre del embarazo (alrededor de la semana 26 o 27),
coincidiendo con la etapa en que se comienza a formar la capa más superficial
de la piel. Proporciona una barrera temporal contra el ambiente acuoso del
útero, para mantener la piel hidratada.
El vérnix es beneficioso
antes, durante y después del parto.
Durante el tercer trimestre
de embarazo:
- Facilita la formación de
la capa definitiva de la piel dentro del útero (esta capa necesita de un
ambiente seco para formarse, y el vérnix provee esa barrera).
- Protege la piel contra el
agua (es altamente impermeable).
- Protege al feto contra
infecciones intrauterinas.
Durante el parto, el vérnix
actúa como un lubricante y ayuda a descender a través del canal de parto, reduciendo
la fricción del cuerpo del bebé.
Después del
nacimiento:
- Tiene propiedades
hidratantes y aumenta la plasticidad de la piel del bebé (dado su alto
contenido en agua).
- Tiene propiedades
antioxidantes (ya que contiene vitamina E).
- Ayuda a regular la
temperatura.
- Contiene proteínas que se
adhieren a las bacterias, virus y hongos, bloqueando su adhesión a los tejidos.
- Contiene melanina, que
protege frente a las radiaciones ultravioletas de la luz solar.
- Limpia naturalmente la
piel.
- Actúa como regenerador en
caso de que se produzcan lesiones (ya que aumenta el metabolismo de la piel).
Puesto que no tenemos
control sobre el vérnix durante el embarazo y el parto, es importante discutir
su importancia postnatal, donde si tenemos control. Habiendo demostrado tener
tan grandes beneficios tras el nacimiento, hay que replantearse por qué en
algunos hospitales pareciera haber tanto apuro en dar los recién nacidos su
primer baño, eliminando el vérnix como si fuera algo sucio.
La ciencia moderna y la
medicina occidental reconocen sus beneficios. Un estudio publicado en la
revista Americana de Obstetricia y Ginecología titulado "Las propiedades
antimicrobianas del líquido amniótico y vérnix caseoso son similares a las
encontradas en la leche materna", reveló que una serie de sustancias
inmunes estaban presentes tanto en el líquido amniótico como en el vérnix.
Demostraron que estas
sustancias eran eficaces para evitar el crecimiento de patógenos perinatales
comunes: B. Streptococcus, K. pneumoniae, L. monocytogenes, C. albicans y E.
coli. El retraso en el baño y mantener al recién nacido junto con su madre
hasta que se establezca la lactancia materna puede prevenir algunos casos de
infecciones devastadoras causadas por estas bacterias.
La cantidad de vérnix con
que nace un bebé disminuye con el paso de las semanas. Un bebé prematuro, de
32-33 semanas de gestación, nace completamente cubierto. Por el contrario, un
bebé que nace a las 41 o 42 semanas, lo ha perdido casi por completo, y nacen
con su piel más arrugada, al haber tenido un contacto más directo con el
líquido amniótico. Esto sugiere que los bebés que nacen a término completo no
necesitarían tanta protección como un bebé que nace prematuro o a término
temprano, y que los bebés prematuros, que estén estables y sanos, obtienen
mayor beneficio al no ser lavados y permanecer con sus madres durante el
período neonatal inmediato.
Finalmente, el estudio
ilustra cómo la fisiología normal del embarazo y el desarrollo fetal es parte
de un continuo, que se extiende más allá del nacimiento: Las similitudes
inmunológicas entre el líquido amniótico, el vérnix caseoso, y la leche materna
proporcionan una prueba más de que el inicio exitoso de la lactancia materna es
una parte crítica del proceso de parto normal.
Según Marty Visscher,
director ejecutivo del Instituto de Ciencias de la Piel del Hospital de Niños
de Cincinatti (Ohio), el vernix que las matronas tratan de lavar apenas nace el
niño, vale oro. Es la mejor crema para la piel que nunca más el niño va a tener.
No sólo la protege del contacto con el agua, sino que mantiene la piel
hidratada, con un pH balanceado, al mismo tiempo que la protege de infecciones
y daños hasta el momento del parto. (New Scientist, Enero 17, pág. 40, 2004).
Estos estudios han puesto
en tela de juicio las prácticas comúnmente utilizadas en el tratamiento de los
recién nacidos, y sugieren que el primer baño del bebé se retrasase hasta, por
lo menos, 24 horas después del nacimiento, para permitir que el vérnix sea
absorbido por la piel. En vez de limpiarlo, sería más recomendable extenderlo
suavemente por toda la piel del bebé, que lo absorberá de forma natural.
La Asociación Mundial de la
Salud ha establecido un protocolo para los recién nacidos, en cuya sección
relativa al exhaustivo secado inmediato del bebé (0-3 minutos después del
nacimiento) dice: "NO limpiar el vérmix" y "NO bañar al recién
nacido."
Fuentes:
http://tmcforchildren.com/2014/07/22/the-power-of-vernix-why-baby-isnt-getting-a-bath-straight-away/
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