viernes, 17 de mayo de 2013

25 de mayo de 2010 Bicentenario del Primer Gobierno Patrio

Felicitas Guerrero, hermana de mi bisabuelo materno José Guerrero

En el año del Bicentanario del Primer Gobierno Patrio les dejo algo sobre mi familia materna, que llegó a la Argentina antes del año 1837, y mi familia paterna Bengolea llegó en el  año 1700.

Mi madre Margarita María Guerrero de Bengolea era nieta de José Guerrero, hermano menor de Felicitas.

Diario de viaje: de Felicitas a Victoria
¿Conocen la historia de Felicitas Guerrero de Álzaga?
 ¿ Y la de Victoria Ocampo? Esa curiosidad por saber de ambas mujeres me llevó la semana pasada por los lugares que signaron sus existencias.

En el caso de Victoria Ocampo, sus propiedades: la mansión de San Isidro (hoy a cargo de la UNESCO), y la casa de verano de Mar del Plata, ubicada muy cerca del exclusivo barrio Los Troncos.

Para reconstruír la historia de Felicitas fui a la Iglesia Santa Felicitas, ubicada en el barrio de Barracas, en la Capital Federal, la sede de la Sociedad Argentina de Escritores (México al 500, al lado de la vieja Biblioteca Nacional,que fuera su casa natal), y el castillo Guerrero, en el pueblo bonaerense de Domselaar, a unos 58 kilómetros de la Capital Federal, con rumbo sur, cerca de Brandsen.

¿Por qué hice todo esto? En principio porque se trata de dos mujeres argentinas emblemáticas y pertenecientes a dos siglos distintos: Felicitas vivió en los tiempos de Rosas, Mitre y Sarmiento, y Victoria nació en la "bélle epoque", a principios del siglo XX y murió a los 85 años en 1979.

Ambas fueron de alguna manera, la avanzada feminista en el país. Es cierto que en el caso de Victoria es indudable; Felicitas no tanto, pero pese a que desde su adolescencia padeció el mandato familiar que la llevó a aceptar un marido que le eligieron sus padres, antes de morir se plantó y le dijo que no a otro hombre, cosa que no era muy común en aquellos tiempos. Sobre todo si era su prometido.

En caso es que fue un placer hacer esta recorrida biográfica. Mar del Plata estaba fantástica en otoño, la mansión Ocampo estaba bellísima y Mirta, mi guía, fue una anfitriona buenísima relatando la historia de Victoria,sus estadías en Mar del Plata -ciudad que amaba-, sus amores y sus rebeldías.

La casa vale la pena conocerla: prefabricada en Inglaterra, es una típica casa de campo de madera que parece un palacete y que está en medio de un parque que antiguamente era gigantesco; ahora quedó reducido por el loteo, pero siguen, firmes y verticales los árboles que plantó Victoria de niña. El palacio de San Isidro es otra cosa. Sólido, fuerte, cerca de las barrancas del río, ha sido enteramente restaurado y fue el lugar donde Victoria pasó la mayor parte de su vida,y donde recibió a los grandes escritores, actores, pensadores, arquitectos, y, en fin, hombres y mujeres de la cultura que pasaron por Argentina gracias a ella. O sea, fue lo que se dice, un mecenas.

Los responsables de ese palacio me dijeron en San Isidro: "Victoria hizo más por la cultura que cualquier gobierno argentino en cualquier época". Y es cierto, fue una gran promotora de los escritores argentinos y latinoamericanos en el resto del mundo. Borges le debe mucho de su fama universal, nada menos.

Fundadora de la revista "Sur", que salió durante unos 40 años con notas de cultura, ensayos y cuentos,hasta su cierre, en 1972, Victoria era una mujer adinerada de cuna, pero que invirtió su fortuna ("Te vas a fundir", le advirtió su padre cuando le anunció que iba a sacar una revista) en promover la cultura.

Felicitas también tuvo plata, y mucha. A los 15 años, su padre la entregó -y no crean que es atrevido el término- a un señor que tenía casi 60 años y a quien no conocía. Perdió dos hijos: uno, a los tres años, por la fiebre amarilla, otro, al nacer. Martín de Álzaga, su marido, murió por la gran depresión y su abuela materna siguió la cuenta. En menos de ocho meses, Felicitas enterró a cuatro personas fundamentales de su vida. Heredó una gran fortuna -ahí está la explicación de por qué su padre la obligó a casarse con Álzaga- y, para que se den una idea: tenía tantos campos que sus propiedades iban desde el río Salado, desde la zona de Chascomús hasta la costa. O sea, era dueña de lo que hoy es Pinamar, Ostende, Valeria del Mar y Cariló.

Después del riguroso luto, Felicitas era pretendida por los vecinos más caracterizados de Buenos Aires. "Era la mujer mas hermosa de la República" dijo de ella el poeta Carlos Guido y Spano.

Enrique Ocampo, hombre bien plantado, seductor, aunque autoritario le conquistó el corazón. Pero, por las habladurías de que se trataba de un cazafortunas decidió ir a Europa un tiempo para rehacer la maltrecha fortuna familiar, de manera que nadie podría decir que se trataba de un aprovechador. Claro, ir a Europa, hacer fortuna y volver no era una tarea fácil. No sé de qué manera iba a hacer fortuna, eso me lo contó Josefina Guerrero, una mujer refinadísima que habita aún hoy el palacio de Domselaar. Ella tampoco lo sabe, pero era algo que se trasmitió de generación en generación. Josefina es sobrina nieta de Felicitas.

Ella al principio esperó a su novio Ocampo, pero pasaron dos años... Y en el medio, una noche de tormenta, con el carruaje empantanado en las proximidades de una de sus estancias se encontró con un oportuno auxilio: Samuel Saénz Valiente, un gentilhombre que la conquistó desde que se sacó el poncho que llevaba y lo tiró al suelo pantanoso para que Felicitas se baje sin ensuciarse.

¿Vieron que en Barracas hay una Iglesia que se llama Santa Felicitas? Allí vivía ella, allí la asesinaron y allí sus padres mandaron edificar la primera capilla privada de la Capital Federal, que hoy pertenece al Gobierno de la Ciudad.

Pero déjenme que les cuente algo de Victoria. Ella era feminista en serio. Se atrevó a manejar autos, a tener amantes y llevar su dinero y gastarlo como ella quisiera sin importarle el qué dirán.

Enfrentada al gobierno de Juan Perón en los años 50, el general la mandó presa al responsabilizarla por un atentado que hubo en la Plaza de Mayo. ¿Se imaginan? Victoria estuvo privada de su libertad 23 días en la cárcel del Buen Pastor. En fin, Borges dijo de ellla, cuando murió: "Victoria fue un individuo en tiempos en que ser mujer era algo genérico".

¿Cómo siguió la vida de Felicitas? Parecía que bien, pero Enrique Ocampo volvió de Europa y se encontró con la novedad de que su novia se había comprometido para casarse con Samuel Saénz Valiente.

Le pidió explicaciones en una reunión privada a lo que Felicitas accedió. El hombre, ya se dijo, era un autoritario. Le había advertido al padre de Felicitas, "Si ella no es mía no lo será de nadie."

El padre no le creyó, y Felicitas era toda una mujer, a esa altura de sus desgracias, independiente. Lo recibió, y lo pagó caro. Ocampo sacó un pistolón y descerrajó dos tiros sobre la hermosa Felicitas, que agonizó 48 horas antes de morir. ¿Y Ocampo? Detrás de una puerta, en la amplia casa de Felicitas, estaba el joven Cristian De María,un primo que la amaba en secreto. Después de los disparos entró, forcejeó con Ocampo, le sacó el revólver y lo mató de un tiro en la cara.

Hay otras versiones de esta tragedia, claro. Pero ésta, a grandes rasgos, me la contaron en el castillo de Domselaar. Vaya, visítelo: Josefina lo estará esperando los domingos. Nadie cuenta este drama como ella. Conserva ropa de Felicitas y un retrato donde se puede comprobar lo linda que era.

¿Y el vínculo con Victoria Ocampo? No se conocieron, pero el novio despechado, Enrique, el matador de Felicitas, era un tío abuelo de Victoria. Victoria dedicó dos páginas de su autobiografía a este episodio, donde cuenta que del matador nunca se volvió a hablar en la familia.

Fuente TN programa En el camino de Mario Markic, fue emitido  el 3 de mayo a las 23 horas.

1 comentario:

  1. Luisa! Qué maravilloso relato!!!
    Desde siempre adoré estas historias de mujeres avasallantes, que perduraron en el tiempo por haber sabido plantarse y defender sus derechos.

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