La presidenta Bachelet hizo el anuncio en su mensaje del miércoles y ayer salió a defenderlo. |
La presidenta dijo que enviará un
proyecto de ley para despenalizar el aborto en casos de violación, fetos
inviables o riesgo de vida para la mujer. “No debe haber temas tabú”, dijo
Bachelet al explicar la decisión tras las críticas de la Iglesia y la derecha.
Mujeres o niñas embarazadas tras una
violación, con fetos inviables o en riesgo vital por complicaciones en su
embarazo no pueden abortar legalmente en Chile: la presidenta Michelle Bachelet
quiere reabrir el debate para despenalizar la interrupción del embarazo en esos
casos. “Yo respeto todas las opiniones, soy pediatra y amo a los niños. Sin
embargo, esto es un tema tabú y a mí me parece que no debe haber temas tabú,
que eso es antidemocrático”, dijo ayer la mandataria al explicar su iniciativa,
criticada con dureza desde la Iglesia Católica y la derecha.
El aborto terapéutico en casos de
inviabilidad del feto o de peligro de vida de la madre era permitido, pero casi
en el final de la dictadura de Augusto Pinochet, en 1989, fue prohibido.
Hace dos semanas, una joven de 17 años
llegó a un hospital público de Santiago en riesgo vital por una hemorragia. Un
médico llamó a la policía para notificar que la chica había abortado, un delito
ante la ley chilena. La policía registró su casa e informó que encontró su ropa
interior ensangrentada. Según un informe de la Defensoría Penal Pública,
afronta una pena de tres años y un día, hasta cinco años de presidio.
En los últimos años, casos como éste o el
de Belén, una niña de once años que quedó embarazada por la violación de su
padrastro, o de Mónica Pérez, una reconocida periodista que tuvo que seguir con
un embarazo de un bebé que sabía desde el principio que no viviría, sacudieron
la sociedad chilena.
Bachelet se decidió a reabrir el debate
sobre la despenalización del aborto. El país es uno de los pocos del mundo
donde no está permitido en ninguna circunstancia. “Chile debe enfrentar en una
discusión madura, informada y propositiva esta realidad, debatiendo en el
Parlamento un proyecto de ley que despenalice la interrupción voluntaria del
embarazo en casos de riesgo de vida de la madre, violación e inviabilidad del
feto”, anunció la mandataria en su primer informe público. “Yo nunca he estado
por imponer nada a nadie; el Estado debe dar opciones para estos temas”, señaló
la presidenta, quien lamentó que todos los meses mueran mujeres por culpa de
abortos ilegales realizados sin las condiciones médicas adecuadas.
La propuesta de Bachelet “se hace cargo
de tres supuestos muy excepcionales que la mayoría de legislaciones a nivel
internacional ya contemplan”, explicó el analista de la Universidad Adolfo
Ibáñez, Cristóbal Bellolio. El aborto es una realidad en Chile: informes del
Ministerio de Salud estiman que se realizan unos 150.000 abortos al año, la mayoría
clandestinos. “Cada mes tenemos tres o cuatro muertes por aborto”, aseguró
Bachelet.
La mayoría de mujeres optan por el
misoprostol, que se puede conseguir fácilmente por Internet. “El Estado tiene
que parar este mercado negro y debatir el aborto terapéutico, porque no
queremos más casos fatales y más desinformación”, aseguró en un comunicado
Anita Román, presidenta del gremio de Matronas.
La Iglesia, por décadas un potente actor
en la política chilena, pero que hoy está perdiendo progresivamente fieles e
influencia, se indignó con las palabras de la mandataria. El arzobispo de
Santiago, Ricardo Ezzati, aseguró que Bachelet prefería proteger la vida de los
animales, en alusión a un proyecto de ley de cuidado de mascotas, frente a la
vida de los fetos, afirmación que repitió más recientemente el ex presidente
Sebastián Piñera.
El gobierno anunció ayer que el debate se
iniciará en el segundo semestre de 2014 con el envío de un proyecto de ley
“para que en el Parlamento se dé una discusión y un debate nacional”.
“La sociedad chilena ha evolucionado en
temas valóricos (de valores). Se trata de una sociedad más educada, que maneja
más información y que es más celosa de la libertad individual”, afirma
Bellolio. Dos años atrás, el Congreso rechazó, con los votos de la derecha y la
entonces opositora Democracia Cristiana (DC), la idea de debatirlo, una puerta
que ahora se podría abrir gracias a la mayoría parlamentaria de Bachelet.
La Democracia Cristiana se allanó por
primera vez a debatir sobre el aborto en casos de feto inviable o riesgo de la
madre, pero podría oponerse a los casos de violación. La DC agrupa a 7 de los
21 senadores del bloque oficialista y a 20 de los 68 diputados.
En su primer gobierno, la mandataria
protagonizó una férrea lucha para conseguir garantizar el acceso a la “píldora
del día después”, que le costó impugnaciones ante el Tribunal Constitucional, y
que todavía hoy es difícil conseguir. Un escenario que podría repetirse con la
despenalización del aborto.
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