Naomi Aldort es asesora familiar,
escritora y conferenciante. Es americana, está casada y es madre de tres hijos.
Ha escrito numerosos libros acerca de educación infantil y tiene una web propia
www.naomialdort.com, a través de la cual asesora a padres y madres de todo el
mundo. Incluso podemos ver algunas de sus charlas en YouTube. Además de
numerosos libros, la autora publica artículos en revistas de educación de
varios países.
Naomi Aldort participará en el XI
Congreso FEDALMA 2014 que bajo el lema “Lactancia Materna, sin fecha de
caducidad” tendrá lugar los próximos días 30 y 31 de mayo en Miranda de Ebro
(Burgos) siendo AMAMANTO el grupo anfitrión. A su cargo estará la Conferencia
Inaugural bajo el título “Crianza y Lactancia Materna”.
El Grupo Anfitrión del Congreso ha
querido conocer un poco mejor a Naomi Aldort y la ha entrevistado. Aquí os
incluimos la entrevista que la compañeras de AMAMANTO han sido tan amables de
compartir, esperamos que os parezca interesante.
Desde tu experiencia personal, ¿cómo
transmites la importancia de la lactancia en niños mayores de dos años?
Todavía no he conocido a ningún niño de 2
años que en condiciones naturales quiera dejar de mamar. También observo que
cuando las madres se sienten libres para seguir el dictado de sus corazones,
ellas tampoco quieren pasar por el dolor de forzar a un niño a dejar de mamar,
ni quieren perder esa experiencia de vínculo mágico.
He visto biberones o chupetes y otras
circunstancias especiales inducir un destete temprano, pero nunca bajo
condiciones normales de amamantamiento receptivo y colecho. Aún así, no es nunca
motivo para que la madre se sienta culpable o con remordimientos. Todas las
madres lo hacen lo mejor que pueden con lo que saben. La sociedad ha estado
confundiéndonos a todos y es fantástico que estemos volviendo al camino natural
de criar a los niños.
La naturaleza no comete errores. Lleva
perfeccionándose durante millones de años para darnos el sistema óptimo de
cuidar a un niño. Las elecciones primitivas de un niño son las mejores. El niño
tiene razón porque la naturaleza no mete la pata y no necesita que luchemos
contra ella.
Mis muchos años amamantando a tres niños,
hasta que mi hijo pequeño tuvo casi cinco años, son seguramente los mejores
años de mi vida. El hecho de que la experiencia sea tan agradable es otra
indicación de su idoneidad (de nuevo, sin contar con los problemas especiales
de las madres actuales que ocasionalmente dificultan esta experiencia natural y
no es culpa suya). Amamantar es el camino natural. Te sientes bien, resuelve
problemas, es fácil de usar, y es óptimo para el desarrollo de la salud
intelectual y emocional. Cuando una madre entiende las ventajas de continuar
amamantando y está libre de presiones que la confunden, querrá continuar
amamantando.
¿Cómo podemos promocionar la imagen de
que la lactancia es SIEMPRE buena, y no sólo durante los seis primeros meses de
vida de un bebé?
La recomendación médica sobre los 6 meses
lo demuestra. Es el momento en que es más fácil destetar porque el bebé todavía
no es lo suficientemente consciente como para resistir y afirmarse a sí mismo.
Es como “escabullirse” antes de que el bebé lo note. Cuando el niño es
consciente, no tiene el deseo de destetarse porque no es natural; todavía se
está beneficiando de ello de muchas formas. Para ayudar a las madres a seguir
el dictado de la naturaleza hay que ofrecerles educación.
Lo que yo ofrezco a las madres es una
forma de recuperar su libertad interior. Cuando es emocionalmente libre para
atender a su bebé o niño desde su corazón, una madre no tiene deseos de
destetar. La idea de destetar es aprendida. Está enraizada en el miedo a la
intimidad y la percepción del maravilloso vínculo madre-hijo como una amenaza.
Será necesario que un par de generaciones de niños criados con respeto se
conviertan en adultos para abolir esta idea de limitar la duración de la
lactancia.
Crianza respetuosa y lactancia, ¿dos
ingredientes fundamentales para establecer un vínculo adecuado con nuestros/as
hijos/as?
Estos dos conceptos no son el origen sino
el resultado de un vínculo adecuado. Confiar en el niño y en una misma sí son
los ingredientes fundamentales que permiten una crianza respetuosa y una
lactancia sin fecha de caducidad.
¿Qué beneficios, según tu opinión,
obtiene un/a niño/a que es amamantado sin fecha de caducidad en relación a su
crianza? ¿Y una mamá? ¿Pueden ser extensibles a la familia: papá, hermanos…?
Sí, toda la familia se beneficia, por
supuesto incluyendo la salud de la madre, pero esto sería muy largo de explicar
en una entrevista. De momento, permíteme mencionar algunos beneficios para el
niño que no son normalmente señalados:
A los 6 meses, el bebé no tiene memoria
consciente de estar siendo amamantado. A los 2 años sí la tiene y por lo tanto,
se puede beneficiar no solo de la leche y la cercanía sino también de la
relación en sí misma que fortalece su autoestima.
El niño asume firmemente que sus
necesidades primarias son correctas. Cuando nosotras respondemos, su percepción
es reforzada y confía en sí mismo completamente, “Lo que siento es correcto”.
Por lo tanto, incluso antes de fijarnos en los beneficios físicos, emocionales
e intelectuales, el simple hecho de que el niño vea su voz interior validada
por la respuesta de su madre, es algo que no tiene precio. Seguridad en sí
mismo e independencia es el resultado de esta experiencia, “Lo que siento es
correcto y tiene impacto en mi madre que responde de acuerdo a mi voz interior…
puedo confiar en mí mismo”. Si queremos criar seres humanos que no caigan presa
de manipulaciones sociales, comerciales o sexuales, presión de grupo, drogas y
modas, debemos empezar por mostrar respeto a su voz interior.
Por el contrario, cuando destetamos a un
bebé, en esencia le estamos diciendo: “Lo que sientes dentro no es correcto y
no debes confiar en ello”. Le decimos que haga lo que otros deciden en vez de
escucharse a sí mismo. Le preparamos para sentirse dependiente, buscar
aprobación externa, y por lo tanto inseguro. El niño se pregunta, “Cómo mi
querida mamá me priva de lo que necesito? Mi propio instinto debe estar
equivocado…”
El niño que continua mamando confía en sí
mismo. No solo llega a ser autosuficiente e independiente, sino que también
aprende a confiar en su madre y en otros cuidadores. Ha vivido una experiencia
vinculante y la reproducirá el resto de su vida en todas sus relaciones.
¿Qué le dirías a una madre que quiere
seguir amamantando a su hijo/a de más de dos años, pero se siente presionada
por su familia, amigos, sociedad en general… y no tiene ningún apoyo?
El trabajo de una madre no es satisfacer
a la familia sino satisfacer las necesidades de su hijo. Está ahí para proteger
al niño de cualquiera que vaya contra sus necesidades primarias. Muchas madres
han sido criadas sin un sano amor incondicional y por lo tanto les resulta
difícil confiar en sí mismas con seguridad. Aquí es dónde mi trabajo es más
efectivo; ayudo a las madres a recuperar esta necesaria libertad para confiar y
fluir con el niño.
En sesiones telefónicas, de Skype y en
mis talleres, ofrezco un proceso que fomenta la habilidad de la madre a
permanecer arraigada en sí misma y a escuchar a su hijo. Este proceso la libera
de buscar aprobación de cualquier otra persona. Cuando se libera de la
necesidad de aprobación de la familia, amigos y otros, realmente consigue una
conexión más cercana y verdadera con ellos, mientras actúa libremente con su
hijo, basándose en sus propias señales y en las de su hijo.
Sabemos que la lactancia materna ayuda a
establecer un vínculo afectivo con los/as hijos/as, pero ¿qué ocurre cuando
hablamos de lactancia artificial? ¿Se produce el mismo tipo de vínculo? ¿Es
diferente la relación de apego que pueda establecer un niño alimentado con
lactancia materna que uno alimentado con lactancia artificial?
Me preocupa este tipo de preguntas porque
es casi una trampa para culpabilizar. Quiero asegurarme que ninguna madre que
lea esto se siente criticada. Todas las madres lo hacen lo mejor que pueden con
lo que saben y si una madre da el biberón, debería saber que el amor es mucho
más importante que los métodos. Obviamente, dos cosas distintas no pueden ser
lo mismo. El vínculo que se crea a través del contacto corporal directo no es
el mismo que el que se crea siendo sostenido y alimentado. Además el impacto
hormonal del amamantamiento en la madre afecta a su grado de respuesta. Aun
así, hay otros tantísimos factores que entran en juego en la crianza de un
hijo, que aislar pecho o biberón como causa de cualquier cosa es prácticamente
imposible. A la gente le gusta estos debates pero nos divide y yo estoy por la
unidad, el reconocimiento y el amor. Llevo más de 20 años ayudando a padres de
todo el mundo, principalmente a padres respetuosos pero no en exclusiva. He
visto niños amamantados que no van bien debido a muchos otros problemas en la
familia, y también he visto niños de biberón crecer magníficamente. Debemos aceptar
nuestros caminos de aprendizaje con inclusión y perdón. En general veo muchas
familias que amamantan sin límite donde los niños se comportan bien, están
felices, receptivos y satisfechos. Pero también conozco niños así que han sido
alimentados con biberón. Mi hermano y yo fuimos alimentados con biberón y,
puedo asegurar que mi hermano es una de las personas más asombrosas que
conozco, con un buen vínculo, en un matrimonio genial, un padre increíble,
conectado, amoroso y sabio. Solo enseño AMOR, no dogma. Los padres siempre lo
hacen lo mejor que pueden y los niños humanos reconocen el amor cuando lo
sienten. Creo que cualquier madre preferiría amamantar si fuera emocionalmente
libre para hacerlo. Esta generación sufre de dependencia emocional de aprobación
mientras que la industria y los sistemas políticos se benefician de esta
debilidad. Leche materna gratuita competiría ciertamente con una industria de
biberones y leches de formula. Estoy comprometida a ayudar a las madres a
volver a sí mismas y confiar en sus hijos. Cuando lo hagan, y puedan,
continuaran amamantando. Pero si no lo hacen, y dan el biberón con amor,
sosteniendo y dando amor incondicional, les ayudaré a sentirse bien consigo
mismas, no culpables, y encantadas del camino que han empezado. El amor es el
único camino.
En 2009 se publicó en España el libro de
Naomi Aldort, Aprender a educar sin gritos, amenazas ni castigos. Barcelona.
Ediciones Medici:
Cuando los niños perciben que pueden mostrarse
como son, que pueden sentir lo que sienten y cuando se dan cuenta de que nos
importa su punto de vista, suelen crear la solución a su propio problema, o
hacer las paces con la realidad. Por el contrario, cuando los sentimientos del
niño se niegan, suelen verse incapaces de resolver sus propios problemas.
Las palabras que elegimos en nuestras
interacciones con los niños tienen el poder de sanar o herir, de ignorar los
sentimientos o de abrir el corazón. Pero, normalmente, nuestra forma de hablar
con los niños niega cada uno de sus pronunciamientos. Muchas veces, ante una
situación en la que el niño está estresado o sufre (una caída, por ejemplo) lo
solucionamos con un simple no pasa nada, pero sí pasa algo.
Cuando entendemos y respetamos lo que le
pasa en ese momento, validamos su estado. A partir de ahora, el niño se siente
seguro sintiendo sus sentimientos y expresándolos plenamente. Cuando un niño
llora, y validamos lo que expresa, probablemente llora con más fuerza porque la
validación le da permiso para expresar sus sentimientos más profundos. Y así
pueden avanzar sin restos de malos sentimientos.
La fórmula: A.P.E.G.O.
Una herramienta o estrategia sencilla
para pasar de la negación de los sentimientos del niño a la validación de los
mismos es la Fórmula APEGO.
A. Aislarse del comportamiento y
emociones del niño hablando en silencio con uno mismo.
Naomi nos compara con un ordenador del
que automáticamente emerge una ventana de texto; si lo leemos en voz alta, tal
cual, saldrán de nosotros ideas que vienen del pasado, de situaciones similares
que hemos vivido como niños. Haykid screaming que pararse, escucharte
interiormente pero no comunicar esos mensajes. Porque si exponemos todo lo que
pasa por nuestra mente en ese mismo instante, podemos herir al niño. Lo que
sentimos pertenece al pasado y no refleja la persona que somo en este momento.
Dicen que la mejor forma de sobrellevar
un golpe con otro coche en la carretera, sea de quien sea la culpa, es desde la
escucha del otro, desde la tranquilidad. Porque dejar estallar la tensión que
acumulamos en estas situaciones frente al otro nunca es una buena solución.
Mirar, ver, observar, cerrar los ojos y
tragar despacio, escuchándonos a nosotros desde el interior, que seamos capaces
de retener la explosión dentro.
P. Prestar atención al niño.
Dirigir la atención y el monólogo
interior al niño. Él es el protagonista, debemos escucharle.
E. Escuchar lo que el niño dice o lo que
sus acciones nos dicen.
Hacerle ver que lo estamos escuchando y
entendemos (aunque no necesariamente compartamos) sus sentimientos. Hacerle
preguntas que le den la oportunidad de comunicar lo que le sucede o que le
muestren que nosotros (el adulto) le comprende. Pero estas preguntas nunca deben
negar o juzgar lo que le pasa. A veces solo necesitamos un cruce de miradas, de
gestos o de muecas para comunicarnos con ellos.
G. Garantizar la validación de los
sentimientos del niño
Mostrarle que respetamos lo que le está
sucediendo. Observamos el contexto y le entendemos, sin dramatizar ni añadir
nada.
O. Otorgar confianza al niño
Confiar en su capacidad de resolución,
demostrarle que confiamos en él, en sus recursos, ser paciente, no intervenir
en sus mensajes, no restarle importancia a lo que dice.
Si hemos conseguido llegar a la
validación desde la negación, dejaremos que los niños avancen por su camino,
que se sientan capaces de escalar montañas o de superar obstáculos sin la necesidad
de que el adulto les levante y coloque al otro lado. Ahora somos pequeños
bastones que les ayudan a sentirse en la realidad.
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