Respuesta de Carlos González, pediatra y
escritor, a un padre que consulta sobre los llantos desconsolados de su hija de
20 días:
“Si quieres decir que tu hija
especialmente por las tardes, pide brazos y pecho casi
constantemente, y que
tenerla en brazos y pasearla arriba y abajo es la única manera de que esté
tranquila, y que si la dejas un momento en la cuna se pone a llorar, entonces
es totalmente normal. Puedes llamarle cólico o como quieras, pero es normal.
Los niños necesitan estar en brazos 24 horas al día, y más aún si han estado
ingresados al nacer. Y no hay que buscarle ninguna solución, porque ya está
solucionado: en brazos no llora (casi).
Si lo que quieres decir es que, a pesar
de estar toda la tarde y casi toda la mañana en brazos, a pesar de dormir con
su madre y tomar el pecho a demanda, a pesar de cantarle y acariciarla y
pasearla y hacerle cosquillitas en la barriga, se pasa la tarde llorando (no
llorar un poco o protestar, todos los niños lloran, sino llorar a todo pulmón
durante tres horas de reloj seguidas, sin que nada de lo que hagáis pueda
consolarla), entonces sí que le llamo yo “cólico”, y habría que pensar en
alergias o en otros problemas.
Pero lo otro es normal, y no hay motivo
para pensar en alergias ni en ninguna otra enfermedad. En todo caso, si fuera
alergia no sería a la leche de vaca, porque entonces, al tomar biberón se
pondría muchísimo peor que al mamar.
La principal causa del “cólico”, del
llanto excesivo en la infancia, no es orgánica, sino psicológica. Es la falta
de contacto físico, la ausencia de la madre, la soledad, la falta de respuesta
a las necesidades. Los pueblos que llevan a los bebés colgados a la espalda
todo el día ni siquiera tienen una palabra para hablar del “cólico”.
No me parece bien dar medicamentos a los
niños sanos. Ni medicamentos de la farmacia, son sólo para los enfermos.
Los cientos de medicamentos que a lo
largo de la historia se han recomendado para el cólico se han basado en la
creencia de que existe una enfermedad subyacente, y según cuál creas que es esa
enfermedad, así es el medicamento.
Los que creen que el cólico se debe a los
gases, antes mandaban “carminativos”, substancias a las que se atribuía la
propiedad de eliminar o expulsar los gases, y más modernamente mandan
antiespumantes (tipo aerored).
Los que creen que al niño le duele algo,
mandan analgésicos. Los que creen que lo que tiene es cuento y ganas de
fastidiar, mandan sedantes o somníferos: barbitúricos, valium, alcohol, anís,
tila, hinojo, opio, alimemazina (un antipsicótico, muy usado en España para el
cólico…).
Los barbitúricos para el cólico
estuvieron en el mercado en España hasta finales de los 80, y desde luego iban
de fábula. El opio es un remedio popular desde hace dos siglos. El alcohol
todavía lo he visto recomendado en libros americanos serios. El anís, hinojo y
comino actúan mediante su principio activo anetol, un depresor neurológico, que
produce según la dosis somnolencia, convulsiones y coma. Se han visto muchos
casos de intoxicación en bebés, incluso un par de casos en que era la madre la que
lo tomaba. En esos casos, lógicamente se intoxicaron también las madres. Porque
es imposible tratar a un niño dándole el medicamento a la madre que lacta, a
menos que a la madre le des una dosis muy superior a la normal para un adulto.
Ignoro qué composición tiene el Colikind
ese homeopático y cuál es su pretendido mecanismo de acción. En todo caso: a)
me juego un café a que no hay ningún estudio científico decente que demuestre
su eficacia; b) no es verdaderamente homeopático, puesto que los homeópatas no
tratan enfermedades, sino enfermos: necesitan una larga entrevista y
exploración para llegar a un diagnóstico, y no darían el mismo medicamento a
cualquier niño que tenga “cólico” sin mirarlo siquiera; y c) o es eficaz o no
lo es. Si no es eficaz, mejor no darlo, porque los niños pequeños deben tomar
lactancia materna exclusiva, e incluso el agua con que se tragan un medicamento
ya está empeorando su nutrición. Si es eficaz, ¿cómo actúa? ¿Elimina gases,
aumentando el peristaltismo intestinal? ¿Actúa sobre el dolor, es un
analgésico? ¿Ayuda al niño a dormir, es un somnífero? ¿Actúa sobre el estado
mental del niño, es un psicofármaco?
Es posible que alguno de estos
medicamentos estuviera justificado en el caso de un niño que sigue llorando varias
horas al día, a pesar de todos los intentos por consolarle, y en el que no se
pudiera descubrir una enfermedad concreta. Nunca he visto un caso así, aunque
supongo que alguno habrá entre tantos miles de millones de personas.
Pero, en la práctica, estos medicamentos
(incluyo los homeopáticos y las hierbas) se usan para niños que llorarían si
les dejasen en la cuna, pero que están contentos cuando están en brazos. Y
cuando se dice que han funcionado muy bien, que han sido efectivos, queremos
decir que ahora sí que se le puede dejar en la cuna sin que proteste, que ya no
hace falta tenerle en brazos. Se han usado para escamotearle al niño lo que es
su derecho de nacimiento, para reducirle a la soledad y al silencio.
La madre, en principio, lo mejor es que
coma lo que quiera. Puede que algún alimento concreto, por su sabor, moleste a
algún niño concreto, y entonces ya lo irá viendo. Pero no se pueden dar listas
de alimentos prohibidos para todas las madres.
Suerte
Carlos González”
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