Lola Rovati
Editor en Bebesymas
Después de esperarlo tanto, finalmente el
bebé ha nacido. Le miras a los ojos, rebozas de felicidad y te preguntas ¿y
ahora? Si has elegido alimentar a tu bebé con tu leche, la mejor opción desde
el punto de vista nutricional y emocional, te contamos cómo iniciar la
lactancia materna.
Es probable que en ese momento cuentes
con la ayuda de la matrona o de otro profesional especializado en lactancia
materna que te explicará los primeros pasos, pero cuanto más preparada estés
mejor, así que te adelantamos todo lo que debes saber para comenzar con buen
pie vuestra lactancia.
La primera hora después del parto,
fundamental
La primera hora después del parto es
fundamental para establecer las bases de una lactancia materna feliz. Tras el
parto, el bebé está sumamente receptivo a tu piel, a tu olor, se produce una
importan entre ambos, por tanto se recomienda colocarlo al pecho
inmediatamente después de nacer, incluso antes de la expulsión de la
placenta. Esto contribuirá a que la lactancia pueda instaurarse sin problemas y
a favorecer la interacción afectiva con tu bebé.
Su instinto en este momento es tan fuerte
que si se coloca al bebé sobre el vientre de la madre, este guiado por el olor
repta hasta el pecho para comenzar a succionar. Este fenómeno se conoce como Breast
Crawl.
Hay madres que no tiene la posibilidad de
darle el pecho nada más nacer, sobre todo si han tenido una cesárea. En algunos
centros permiten el contacto
piel con piel incluso tras una cesárea, siguiendo las recomendaciones de no
separar a la madre y al bebé, pero no es lo más habitual. En caso de no poder
la madre, se recomienda hacer piel
con piel padre-bebé puesto que el el contacto precoz tiene grandes
beneficios para el desarrollo del bebé.
Qué sucede las primeras horas después del
parto
La primera toma
Ya sea durante el parto (mejor) o en
cuanto la madre se sienta en condiciones será el momento de la primera
toma. Ya estarás tranquila en la habitación y toca poner el bebé al
pecho. ¿Dolerá? ¿Cómo será la sensación? ¿Tendré suficiente leche? son algunas
de las preocupaciones más habituales.
Para empezar, tienes que adoptar una
postura cómoda para ambos. Al principio opta por la postura tradicional ya
luego irás buscando nuevas posiciones. La madre tiene que estar sentada, o si
sientes dolor después del parto semitumbada, con la espalda bien apoyada y
sujetando al bebé con el antebrazo. Si lo prefieres, puedes colocar debajo del
brazo una almohada, un cojín o un cojín de lactancia.
No debe haber prendas que interfieran
entre el pecho y la boca del bebé. Cuanto más contacto piel con piel haya,
mejor. Una vez conseguida la postura que te resulte más cómoda viene algo
sumamente importante: el agarre del bebé al pecho. Un mal agarre
puede acarrear problemas como dolor, grietas,
que el bebé reciba poca leche, etc…
¿Cómo debe agarrarse el bebé al pecho?
La boca del bebé debe cubrir toda
o casi toda la areola mamaria y el pezón debe estar completamente dentro de su
boca, sobre el paladar blando en la parte superior de la boca. Para dejarlo
más claro, el pezón no debe quedar en los labios del bebé sino todo dentro de
la boca. La leche sale por el pezón pero gracias a la succión que hace el bebé
del pecho.
El reflejo de succión del bebé enviará al
cerebro de la madre la orden para producir prolactina, hormona responsable de
la producción de leche.
Si el bebé no se coge al pecho enseguida,
no te agobies, sigue intentándolo. Algunos lo hacen enseguida y otros tardan un
poco más. Para ayudarle, déjale en contacto con tu pecho desnudo la mayor parte
del tiempo, cerca de tu olor y tu calor. La mayoría de los bebés realizan la
primera toma dentro de las dos horas siguientes al parto.
Al principio no saldrá leche, lo
primero que recibirá tu bebé será calostro. El calostro, una
sustancia acuosa y amarillenta compuesta por inmunoglobulinas, agua, proteínas,
grasas y carbohidratos que le
proporciona al recién nacido todo lo que necesita.
Las primeras 12 horas
Después del parto, de la primera revisión
y de la primera toma, el bebé se siente agotado y lo más probable es que duerma
unas cuantas horas. El recién nacido sano es capaz de autorregular su ingesta,
por lo que no es necesario despertarle para darle una segunda toma.
Mantén a tu bebé en tu misma habitación y
cerca tuyo para estar pendiente de cualquier señal y poder ofrecerle el pecho
en cuanto se despierte.
Aprovecha estas horas para descansar y
recuperarte del parto. Las
visitas pueden esperar y por cierto, hablando de visitas, no te dejes
agobiar por consejos sobre cómo alimentar o cómo cuidar a tu bebé. Confía en tu
instinto y en la conexión con tu bebé. Tú sabrás cómo hacerlo.
Las primeras 24 horas
Después de unas horas de descanso el bebé
se despertará con ganas de mamar. Manténlo con libre acceso al pecho y ofréceselo
siempre que quiera, sin horarios, a demanda. Con el tiempo irás
reconociendo los gestos del bebé que indican que quiere mamar: se mete las
manos en la boca, hace el movimiento de succión o abre la boca buscando el
pecho. No esperes a que llore, en cuanto notes estas señales colócale al pecho.
Tampoco hay un tiempo para cada toma, no
tienes que estar pendiente del reloj. El recién nacido puede llegar a hacer entre
8 y 12 tomas diarias y tomará la cantidad que necesite. Cuando vacíe
un pecho colócalo en el otro. Es muy importante que tengas en cuenta la
importancia de que cuanto más tiempo esté el bebé al pecho más
succionará y más se activará la producción de leche.
Las primeras 48 horas
Si has tenido a tu bebé en el hospital,
seguramente este día te vayas a casa. Entre las 30 y las 72 horas después del
parto se produce la
subida de la leche. En madres primerizas suele darse más tarde, mientras
que en multíparas, antes.
Según cómo se haya establecido la
lactancia materna desde las primeras horas después del parto, la subida
de la leche será más o menos problemática. Si colocas al bebé al pecho
nada más nacer y succiona a demanda varias veces al día, el proceso de
la subida será menos incómodo y doloroso. Si ha sido muy paulatino, puede
incluso no notarse.
Una vez que estés en casa, mantén las
mismas recomendaciones: ofrece el pecho a demanda, controla siempre que el
agarre sea correcto y procura que vacíe un pecho antes de ofrecer el otro para
evitar una congestión o ingurgitación
mamaria.
Cualquier duda que tengas, dolor o
problema a la hora de dar el pecho busca la ayuda de un
consultor de lactancia en tu zona. Son profesionales cualificados y
preparados para asesorar a las madres durante esta etapa.
Espero que estos consejos te
ayuden a iniciar con éxito la lactancia materna una vez que el bebé ha nacido.
Los primeros momentos pueden ser desconcertantes, por lo que saber de antemano
cómo actuar hará que te sientas más confiada en el poder que tienes para
alimentar a tu bebé.
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