Martes 29 de julio de 2014 | Publicado en
edición impresa
Por Nora Bär | LA NACION
Thérèse llegó al centro de aislamiento de
Médicos sin Fronteras (MSF) en Gueckedou, a un kilómetro del hospital de
Guinea-Conakry, con un cuadro avanzado de Ébola, un virus que puede matar al
90% de sus víctimas y que nunca había llegado a una ciudad. Estaba embarazada.
Contrariamente a lo que sugerían todos los pronósticos, tuvo a su bebe y
sobrevivió.
"Dio a luz dentro del centro y salió
viva. No es frecuente", cuenta por Skype desde ese paupérrimo paraje de
África Fernanda Méndez Boggi, una obstetra argentina que integra la misión de
MSF que combate en la primera línea contra esta enfermedad.
El virus emergió de la selva tropical y
está aterrorizando a la población de cuatro países africanos: Guinea, Liberia
(donde acaban de cortar los pasos fronterizos para tratar de detenerlo), Sierra
Leona y Nigeria.
En el Caribe y América Central, otro
virus amenaza con extenderse: el chikungunya, con más de 350.000 casos desde
2013, cuando se registró la transmisión en la región. Y en el otro extremo del
planeta, en la península arábiga, el MERS, que causa infecciones respiratorias,
era desconocido hasta 2012.
Nacida en Lincoln, provincia de Buenos
Aires, Méndez Boggi no es nueva en África. Viaja hacia allí desde 2002, siempre
en misiones humanitarias. Hoy vive en Almagro con su marido, oriundo de Angola
y al que conoció en una de esas incursiones. "Quise trabajar en MSF desde
que tenía 18 años, antes de empezar la carrera", cuenta.
Fernanda es una de las decenas de
médicos, enfermeros y técnicos que están haciendo frente al temible brote de
Ébola que desde febrero causó más de 672 muertes, incluyendo la del doctor
Samuel Brisbane, que se encontraba al frente de las operaciones en Liberia.
El trabajo es extenuante. Están
disponibles 24 horas por día para hacerse cargo de las personas que consultan
por síntomas sospechosos y de los que se alojan en los dos pabellones del
centro de aislamiento.
"Nos levantamos a las seis y media,
y siete y cuarto ya estamos en el centro -dice-. El equipo que está de guardia
a la noche nos cuenta las novedades y después nos quedamos hasta que haga
falta."
Para evitar el contagio, no tienen
contacto físico con los enfermos ni con compañeros de trabajo. "Si tenemos
que hacer un procedimiento, utilizamos guantes y máscara -detalla Fernanda-, y
con las personas que están aisladas utilizamos un traje que parece de
astronauta: botas, un overol amarillo impermeable, material que nos protege y
evita que cualquier parte de nuestro cuerpo se exponga a los fluidos de los
pacientes."
EL HOMBRE RETORCIDO
El chikungunya (que significa
"enfermedad del hombre retorcido") puso en estado de alerta a toda la
región. Transmitido por los mosquitos Aedes aegypti y albopictus (los mismos
del dengue), se presenta con síntomas inespecíficos, que generalmente son
benignos, pero puede dejar una pesada herencia de artralgias y hasta artritis
reumatoidea entre quienes lo padecen.
"No es una enfermedad nueva -explica
desde su oficina en Washington el doctor Sylvain Aldighieri, coordinador del
área de Respuesta y Alerta sobre Brotes de la OPS-. Fue caracterizada en los
años 50, pero a fines de 2000 se detectaron brotes importantes en Tailandia,
Vietnam, China del Sur y Filipinas. Entre 2004 y 2007 se extendió a la costa
del Índico, Madagascar y a la isla de Reunión, que es un territorio francés.
Finalmente, observamos que este virus, cuando está el vector, puede tener una
epidemiología explosiva. La tasa de ataque puede llegar hasta más del 40% de la
población afectada cuando ésta no tiene inmunidad previa. Es decir, en un país
donde nunca ha circulado o ha circulado hace generaciones."
El continente americano recibió desde
2006 hasta 2012 varios casos importados, pero nunca hubo transmisión local
hasta diciembre de 2013, cuando en la parte francesa de la isla de San Martín
se comprobó la transmisión local del virus a partir de una cepa asiática.
"Desde del brote inicial -detalla Aldighieri-, se diseminó muy rápido a
otros territorios de habla francesa del Caribe, como Martinica. Guadalupe, la
Guayana Francesa, en tierra firme, y otras islas de habla inglesa, como la
Dominica y, a partir de marzo o abril, a otras de mayor población, como La
Española (que comparten República Dominicana y Haití)."
Según el especialista de la OPS, la
dinámica de la epidemia sugiere que cuanta mayor población hay en un país más
casos se producen y se multiplica la probabilidad de "exportar" el
germen. En este momento, ya hay transmisión local en todas las Guyanas, en el
estado de Florida, Estados Unidos (dos casos y casi 80 importados), y en
América Central en El Salvador, Costa Rica y Nicaragua.
"La enfermedad está progresando;
todos los países que tienen el mosquito están en riesgo -advierte Aldighieri-.
Y en este continente únicamente Canadá y Chile continental no lo tienen, porque
en la isla de Pascua está. ¿Cuáles van a ser los factores que influirán en el
inicio de un brote? El clima (como para el dengue, la temporada de calor y de
lluvias, cuando hay más mosquitos, es la más propicia) y el número de insectos;
es decir, donde los programas de control no sean tan eficientes."
En Arabia Saudita, por primera vez los
médicos comenzaron a recibir hace dos años pacientes aquejados de una nueva
patología respiratoria aguda cuyos síntomas principales son fiebre, tos,
dificultad para respirar y problemas digestivos. Un año más tarde se identificó
el agente causal de este cuadro que se llamó Middle East Respiratory Syndrome
(MERS). Se trata de un coronavirus que puede transmitirse de persona a persona.
El 2 de mayo de este año se reportó el
primer caso importado a los Estados Unidos en un viajero que llegaba de Arabia
Saudita, y nueve días después en otro pasajero que llegaba de la misma región.
En la actualidad hay casos autóctonos en la península arábiga, los Emiratos
Árabes Unidos, Qatar, Omán, Jordania, Kuwait, Yemen, Líbano e Irán, e
importados en Gran Bretaña, Francia, Túnez, Italia, Malasia, Filipinas, Grecia,
Egipto, los Estados Unidos, los Países Bajos y Argelia.
Según cifras de la OMS, ya atacó a 837
individuos y produjo 291 muertes. Se sugirió que las personas infectadas lo
habrían contraído de camellos. Pero ése podría ser sólo el comienzo de la
historia...
MICROBIOS AL ACECHO
"Los humanos somos cada vez más
-dice Pablo Goldschmidt, virólogo graduado de farmacólogo y de bioquímico en la
UBA, pero que desde hace tres décadas vive en París-. La gente se va a las
ciudades, pero también a lugares muy alejados. Esto implica que se pone en
contacto con nuevos microbios y, sobre todo, con mosquitos. Muchísimos
mosquitos de la selva y del bosque son zoófagos, comen sangre de animales
(monos, vacas, cerdos...). Pero ahora muchos se convirtieron en lo que se llama
«antropohematófagos»: se alimentan de sangre humana, porque es más fácil. Así,
algunos que nunca habían estado en contacto con el humano ahora sí lo están. Es
lo que se llama «domesticación del mosquito». Uno de ellos es el Aedes aegypti.
La filogénesis indica que viene del África subsahariana, de la zona del Sahel.
Y cuando uno cultiva su sangre comprueba que tienen el virus de la fiebre
amarilla, pero también el del dengue y del chikungunya. Se lo consideraba un
mosquito banal, pero transporta las tres enfermedades."
¿Y el Ébola? Goldschmidt explica que es
un filovirus del que hay cinco cepas: Zaire, Reston, Bundi, Sudán y Tailandia.
Desde el primer brote en Sudán, en 1976, hubo otros 20 con una mortalidad de
hasta 90%. Los cinco tipos se encuentran en la sangre del murciélago de la
fruta.
"En el mundo hay unas 12 familias de
murciélagos y ya se aislaron 200 familias de virus de su sangre -afirma el
investigador-. Hoy se puede decir que los murciélagos de la fruta son la fuente
más importante de las zoonosis emergentes. El Ébola pasó a la población humana
después del contacto con animales infectados y se extendió por contacto directo
con la sangre, orina, sudor, semen e, incluso, en algunos casos, por la leche
materna. Ahora se sabe que el virus también se transmite de una persona
muerta."
Y luego subraya: "El MERS se
encuentra en la sangre, tos y saliva de camello. Pero los camellos vienen del
África subsahariana. Un grupo fue a la zona y vio que hay infectados y no
infectados. Estos últimos estaban cerca de plantas de fruta y todos los
murciélagos de esa zona tenían el virus del MERS en la sangre".
CÓMO COMBATIRLOS
Hoy hay 390 millones de personas
seropositivas para el dengue (ya fueron infectadas) y 3000 millones que están
expuestas al mosquito.
Según explica Goldschmidt, para enfrentar
los casos graves de dengue hemorrágico (la reinfección produce una coagulación
vascular diseminada), que puede causar hemorragia y shock, se hicieron pruebas
con plorclorperazina, un antipsicótico poderoso, pero económico, que evita el
vómito, las náuseas y el vértigo. "In vitro, no deja que el virus entre en
las células y en ratones reduce la mortalidad de manera notoria -destaca-. Lo
que hay que aclarar es que no hay que administrar aspirina, y que aunque mucha
gente quiere usar flavonoides, como la quercetina (presente en la cebolla roja,
frutillas y kiwis), ésta sólo tiene efecto placebo. Las vacunas todas dieron
bastante mal, pero se está ensayando una tetravalente (fabricada con el
envoltorio del dengue) que en estudios de laboratorio neutralizó el
virus."
Para el chikungunya no hay fármacos que
alivien los dolores ni tampoco vacunas. "Lo que sí sirve es administrar
suero de personas convalecientes, una estrategia similar a la que se siguió en
la Argentina contra el virus Junín o mal de los rastrojos. Las inmunoglobulinas
humanas muestran un efecto interesante; la gente se mejora."
Aldighieri quiere finalizar con un
mensaje: "Casi todo el continente está acostumbrado a la circulación del
dengue, pero ahora hay alto riesgo de que el dengue y el chikungunya circulen
simultáneamente -afirma-. El dengue es una enfermedad aguda: la comunidad va a
recibir un shock. Lamentablemente habrá muertos por dengue grave. El
chikungunya tendrá formas menos graves, habrá menos muertes (hasta ahora sólo
hay 21 para toda la región), pero durante los meses siguientes y hasta años
después una parte de los pacientes sufrirá una sintomatología de tipo
reumatológico, con artralgias, dolores articulares crónicos, que van a impactar
de forma negativa en su vida. Y en algunos casos más complicados sufrirán
poliartritis. Van a ser casi personas discapacitadas. Ésa es ?la gran
diferencia: que después de un choque agudo, el chikungunya va a provocar una
onda crónica, creará una nueva carga en los servicios de salud y en los
presupuestos sanitarios. Lo que podemos decir es que vamos a tener un alto pico
de transmisión y luego rebrotes en función de la inmunidad colectiva. Tenemos
que prepararnos para una situación epidemopandémica con este nuevo virus."
¿QUÉ RIESGO HAY DE QUE LLEGUEN AL PAÍS?
Según la OPS, hay que prepararse para una
epidemia de chikungunya en la región, porque en todos los países, menos Chile
continental y Canadá, circula el mosquito que lo transmite. La Argentina está
en alerta desde 2009 y ya se instruyó a las provincias.
El Ébola está circulando por una de las
regiones más pobres de África, donde el brote se expande por la falta de
higiene, el temor y los ritos funerarios (que consisten en lavar el cuerpo del
fallecido, cuando aún transmite el virus). Temen que se propague y piden
precaución a los viajeros.
Los casos reportados de MERS no
resultaron en transmisión sostenida y los datos sobre su impacto clínico son
muy reducidos. Por ahora, el riesgo es bajo.
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