lanacion.com |Ciencia y Salud Lunes 18 de
enero de 2010 | Publicado en edición impresa
Consejos de expertos
Cinco medidas sencillas, no
farmacológicas, ayudan a disminuirlo y hasta prevenirlo
Por Fabiola Czubaj | LA NACION
Ni dejarlos llorar hasta que no puedan
más, ni oponerse a que la enfermera haga su trabajo para que no lloren... Los
bebes nacen preparados para responder al dolor, y así lo hacen saber cuando
lloran o hacen pucheros.
Pero existen estrategias simples de
alivio, no farmacológicas, a la vez que los ayuda a desarrollar un nivel de
tolerancia adecuado a cada estímulo. Varias de esas medidas analgésicas aún se
transmiten de madres a hijas, como el uso del chupete o el agua azucarada (con
sucrosa).
En las últimas dos décadas, una gran
cantidad de estudios reveló no sólo que los bebes serían capaces de sentir el
dolor ya antes de los cinco meses en el vientre materno, sino que el dolor del
recién nacido se puede prevenir o reducir con cinco medidas al alcance de
cualquier adulto, incluidos los padres y los profesionales de la salud. De
hecho, figuran en los protocolos de manejo del dolor en las unidades de
neonatología modernas.
"Haber comprendido algo tan
importante como es calmar el dolor en el ser humano es, a mi entender, quizás
uno de los principales avances de la neonatología en los últimos años -señaló
el pediatra José Ceriani Cernadas, jefe honorario del Servicio de Neonatología
y coordinador del Comité de Seguridad del Paciente del hospital Italiano-. Un
feto siente dolor la 20a y la 22a semanas de gestación, y puede ser que aun más
temprano."
El dolor es una sensación subjetiva, que
depende de la respuesta que cada uno tiene ante un estímulo de la misma
intensidad. Pero en los bebes, "tiende a ser menos subjetivo que en los
adultos porque responden con llanto y cambios del humor y lo hacen en forma
bastante pareja entre ellos", agregó. De hecho, en un libro muy utilizado
en las facultades de Medicina - Neonatología práctica (Editorial Médica
Panamericana)-, sólo en su última edición, en 2009, amplió a nueve páginas un
brevísimo capítulo sobre el dolor fetal y neonatal debido a los nuevos
conocimientos, según aclaró Ceriani Cernadas, director del Consejo de
Publicaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Hoy, entre el 70 y el 80% de los fármacos
que se usan en las unidades neonatales no están autorizadas para el uso
infantil, incluidos los analgésicos. Por eso, se usan dosis diluidas. "Un
médico lo definió bien: los chicos son huérfanos terapéuticos", recordó.
De ahí, la importancia de estudiar cómo manejar el dolor en los bebes,
necesiten o no atención médica especializada. Unos y otros pasan por
procedimientos como la extracción de sangre o la aplicación de una vacuna, o
tienen cólicos.
Las cinco estrategias simples son: el
amamantamiento y el uso del chupete, que activan en la boca las endorfinas,
hormonas con efecto analgésico; el contacto piel con piel, como abrazar al
bebe, tomarlo de las manos o acariciarlo; una dosis de sucrosa cinco minutos
antes y durante el procedimiento; la postura con brazos y piernas recogidos,
similar a la de la panza materna, y la reducción de los estímulos externos
(luz, ruidos y temperatura ambiente). Y su combinación mejora el resultado,
como usar la sucrosa con un chupete mientras la madre carga al bebe.
"El amamantamiento o la succión no
nutritiva [chupete o tetina] -escribió en el libro la doctora Silvia Fernández
Jonusas, del Servicio de Neonatología del Italiano- mostraron reducir el dolor
en procedimientos cotidianos [punción de talón o venopunturas] y deberían
usarse sistemáticamente."
Por otra parte, la doctora Norma
Rossatto, experta en dolor del Servicio de Neonatología del Sanatorio La
Trinidad, señaló la importancia de la formación de la memoria del dolor.
"Cuando un bebe recibe alguna de esas formas de contención, su memoria del
dolor se traduce en un consuelo más rápido y, a medida que crece, en respuestas
más atenuadas -dijo-. En un chico sin esa contención, una vacuna puede
alterarles la respiración y los latidos; además, sus funciones vitales tardan
más en normalizarse."
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