Sábado 03 de noviembre
de 2012 | Publicado en edición impresa
Dinámica familiar
Cada vez más las mujeres
tienen que dividir su día entre la maternidad y la jornada laboral. El 50% de
ellas se desempeña en el mercado informal o como empleada doméstica. Cuáles son
sus dificultades y desafíos.
Por Teodelina
Basavilbaso | LA NACION
Algunos chicos del jardín maternal La Luna y El Sol,
de Villa Urquiza, asisten a jornada completa.
Foto: Santiago Greene
|
A las 8, Manuel, de un
año, y su hermanito Nicolás, de 3, entran al jardín de infantes La Luna y El
Sol , en Villa Urquiza, ciudad de Buenos Aires, acompañados por su mamá
Carolina Di Salvo, de 34, que está vestida con un traje de color crudo, lista
para irse directo a trabajar a una empresa de ventas minoristas. En Avellaneda,
provincia de Buenos Aires, a la misma hora, se repite un ritual similar: tres
hermanitos, de 1, 4 y 8 años se despiden de Cecilia Iturralde -su mamá
treintañera- para ingresar a la Casa del Niño de la Fundación Pelota de Trapo.
Tanto Cecilia como
Carolina trabajan ocho horas y pasarán a buscar a sus hijos recién pasadas las
17. Ellas integran el colectivo de mujeres que cargan con el doble rol de
trabajadoras y madres, que viene creciendo desde 1980. En rigor, el 59,9% de
las madres argentinas participa en el mercado laboral, según datos del Observatorio
de la Maternidad (OM), lo que las obliga a enfrentarse, todos los días, con
esta dicotomía. Consultamos a diferentes madres para indagar cómo se las
ingenian para llevar adelante este doble comando, cómo es el vínculo con sus
hijos, con quién deciden dejarlos y por qué esta situación se agrava cuando
tienen un trabajo precario o son familias monoparentales. Además reflexionan
sobre los avances de las empresas en materia de beneficios para las madres y
para la retención del talento femenino.
Video: Entre la
maternidad y el trabajo
Una encuesta de
Trabajando.com muestra que el 58% de las mujeres no se sienten apoyadas por su
familia ni por su empresa para ser madres y profesionales, dejando entrever la
gran exigencia que sienten al tener que desenvolverse en múltiples escenarios.
Entre las dificultades que enfrentan figura la poca flexibilidad horaria y la
carga laboral. Además, el 19% dice que sus hijos o su marido les reclaman
constantemente sus ausencias en momentos importantes.
"Claramente, el poco
tiempo en familia y la carga laboral no le está brindando satisfacción a las
madres, sino una culpa bastante alta. Creo que hay una tendencia donde las
madres de las nuevas generaciones son más conscientes de la maternidad y de las
necesidades de sus hijos", dice Ángeles Destefano, coordinadora del Centro
de Conciliación Familia y Empresa de la Escuela de Negocios (IAE) de la
Universidad Austral.
Di Salvo trabaja desde
las 8.30 hasta las 17.30 y dice que se siente constantemente tironeada por sus
obligaciones como madre. Asimismo, le cuesta muchísimo despegarse de sus hijos
cuando los lleva al jardín, pero es consciente de que con un solo salario en el
hogar no alcanza para vivir.
Todo es pequeño en ese
lugar, como por ejemplo las diminutas mochilas colgadas en las perchas de las
paredes del hall. Di Salvo, junto a otras dos madres profesionales y una
abuela, se acomodan en las pequeñas sillas en el hall central del jardín de
infantes La Luna y El Sol. Todas pagan el jardín de su bolsillo, ya que la empresa
donde se desenvuelven no lo hace. Por dejarlos todo el día, los establecimiento
les cobran un rango de entre $ 900 y $2500 pesos por mes (según la ley 20744 de
contrato de trabajo, los empleadores deben habilitar salas maternales y
guarderías cuando hay 50 trabajadoras mujeres, pero la norma nunca fue
reglamentada).
Sus preocupaciones son:
la falta de flexibilidad laboral, la carga horaria, y la licencia por
maternidad (actualmente son sólo 90 días pagos, por lo que la madre tiene que
volver a trabajar cuando el niño tiene menos de tres meses y aún no finalizó el
período de lactancia).
Los chicos juegan en un jardín de infantes
de Villa Urquiza.
Foto: Santiago Greene
|
"Ya no motiva tanto
a los empleados llegar a ser director y dejar toda su vida en pos del trabajo.
Ellos saben que pueden perderse de cosas importantes y tienen en claro que los
hijos crecen una sola vez", piensa Destefano. Y cree que las empresas van
a tener que flexibilizarse para que el desarrollo de la vida familiar vaya de
la mano con el desarrollo profesional.
Los jardines maternales
son una de las opciones más elegidas por las madres que trabajan. De hecho,
según la Dirección de Información y Estadística de la Provincia de Buenos
Aires, la cantidad de chicos desde los 45 días hasta los 2 años en esta
modalidad -tanto pública como privada- se triplicó en el período 2001-2007.
Sin embargo, los
jardines maternales estatales no siempre responden a las necesidades laborales
actuales de las madres. Mónica Ledesma, de 40, trabaja en una farmacéutica
nueve horas por día, y tiene un hijo de dos años y cuatro meses. Cuando
averiguó en jardines maternales públicos por la zona donde ella vive, en Villa
Urquiza, descubrió que éstos están abiertos desde las 9 hasta las 16.15, y son
incompatibles con sus horarios. "Creo que el sistema estatal no se adaptó
todavía a la realidad actual de las mujeres que trabajan", se queja.
TRABAJOS PRECARIOS
Según el OM, la mitad de
las madres argentinas trabaja en el mercado informal o en el servicio
doméstico. Para estas mujeres, la carga del combo maternidad-trabajo es más
pesada. "Difícilmente te den en el mercado negro beneficio de guardería o
licencia si no están cumpliendo con la básico", dice Destefano. En estas
circunstancias, la ayuda de las ONG y guarderías del tercer sector es indispensable.
A la Casa del Niño de la
Fundación Pelota de Trapo asisten 200 chicos de entre cinco meses y 13 años de
las zonas de Avellaneda y Lanús. Las madres pueden dejar a sus hijos desde la
primera hora y luego irse a trabajar y volver a buscarlos hasta las 18. Allí
reciben desayuno, almuerzo y merienda, además de llevarlos y buscarlos por los
jardines de infantes y la escuela.
"Cuando una madre
no tiene un trabajo estable se va complicando toda su situación personal",
dice Alberto Morlachetti, creador de la Fundación Pelota de Trapo, y agrega:
"Cuando la madre va a trabajar, los niños quedan muchas veces solos o en
manos de una vecina (en el mejor de los casos), o si no a cargo de sus
hermanitos. Uno encuentra chicos de 9 o 10 años que están a cargo del grupo
familiar. Acá, eso es bastante común". De hecho cuenta que emociona ver a
los chicos de 9 que asisten a su centro preocupados porque un hermanito está
enfermo o tiene fiebre. "Tienen tan incorporado el deber familiar que no
quieren despegarse de la cunita. Pero nosotros los incentivamos para que vayan
a jugar, se olviden y puedan disfrutar." Morlachetti sentencia: "Un
chico que no juega, difícilmente sea un adulto sano".
En la Casa del Niño, después de almorzar, los bebes duermen una siesta. Foto: P. Pidal |
Darío Cid, director de
Casa del Niño de la fundación, cuenta que la propuesta surgió hace más de 30
años, cuando Avellaneda era el cinturón industrial de Buenos Aires y las madres
trabajaban en las fábricas. Sin embargo, el panorama actual es diferente:
"La mayoría de las mamás de la zona tienen trabajos precarios, están en
negro o son empleadas domésticas".
Pero no es sólo un
problema económico, sino que además cuentan con una pobre red de contención
familiar. Cid explica que casi el 90% de los chicos proviene de familias
monoparentales, casi todas con una madre como jefa de hogar. Según el OM, el
14,7% de las argentinas deciden criar a sus hijos solas.
El edificio de Casa del
Niño asombra por su arquitectura moderna que permite luminosidad y amplitud en
sus salas donde los niños están divididos por rangos de edad. En la cancha
techada hay un grupo de chicos jugando al fútbol. Como hay paro de docentes en
las escuelas de la provincia de Buenos Aires, la cantidad de chicos en la casa
se multiplica. Hay algunos leyendo un libro y otros jugando con la computadora
junto a un educador. Los techos y las paredes están decorados con títeres de
papel maché. Según Morlachetti: "No hay pedagogía sin belleza", y por
eso hacen un gran esfuerzo para que el lugar luzca de la mejor forma posible, a
pesar de que hace seis meses no reciben el subsidio de la provincia de Buenos
Aires.
Los tres hijos de
Cecilia Iturralde asisten a la Casa del Niño. Ella trabaja en negro desde su
hogar haciendo trabajos manuales en cartón los siete días y casi no recibe
ayuda por parte de los padres de los chicos. "Cuando uno tiene chicos se
las tiene que arreglar solo, no hay mucha gente que quiera darte una
mano", dice.
Gracias a la asistencia
que le dan los pediatras y doctores del lugar, se ahorra las largas colas de
los hospitales y puede trabajar tranquila aun cuando sus hijos están enfermos.
Cecilia está convencida de que no hubiese podido salir adelante sin la ayuda de
la ONG.
"Mi hijo mayor de 8
años se crió prácticamente en la fundación. Asiste desde que tiene un
año", dice Cecilia, que trata de tomarse cada tanto un día de los fines de
semana para estar con sus hijos. "Trato de estar con ellos lo más que
puedo", dice, aunque su trabajo muchas veces no se lo permita.
EMPRESAS FAMILIARMENTE
RESPONSABLES
El establecimiento Las
Marías fue una de las empresas galardonadas en 2011 con el premio Hacia una
Empresa Familiarmente Responsable, que organizan la Fundación Proyecto Padres
junto a IAE Business School, por sus Programas Prenatal y Pediátrico aplicados
desde hace más de 70 años en la empresa. El programa Prenatal, dirigido a los
hijos y nietos de empleados, consiste en la capacitación sobre cuidados para
embarazadas y cuidados a los recién nacidos. Además se controla y aplica la
vacuna antitetánica, y se informa sobre los derechos de salud y buen uso de las
coberturas sociales.
Este mes, se darán a
conocer los ganadores de la edición 2012.
60% De las madres argentinas
participa en el mercado laboral
Esta cifra viene en
franco aumento. En la década de 1980 la proporción de mujeres económicamente
activa era del 28%, en 1990 subió al 43,2% y hoy en día asciende al 60%.
COMO COLABORAR
Observatorio de la
Maternidad
Fundación Pelota de
Trapo
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