LAS12
Viernes, 28 de febrero
de 2014
EL MEGAFONO
Mi nombre es Julieta
Antonelli y soy una mamá que trabaja. A los cinco meses de edad de mi bebé
regresé a mis tareas laborales, luego de mi licencia por maternidad. Mi hijo se
alimentaba de leche materna de manera exclusiva y es sano y fuerte, pero instalar
la lactancia no fue una tarea fácil. En ese camino que me tocó transitar tuve
dos mastitis. Concurrí a varios médicos, que sostenían que lo mejor para mi
hijo era la leche materna, pero que le diera leche de fórmula porque yo no iba
a poder amamantarlo. Me contacté con una puericultora, quien resolvió con
paciencia y sabiduría cada una de las dificultades que tuve con mis pechos, y
hoy en día sigo trabajando con ella para sostener la lactancia con técnicas que
incluyen masajes, paños calientes, sacaleches, concentración etc. (...)
Le escribo porque al
regresar a mi trabajo le comenté mi situación a mis coordinadores, para poder
encontrar la mejor manera de organizar la tarea sin dejar de amamantar a mi
hijo, pero no fue posible. Me acerqué entonces al organismo del que depende mi
programa, allí me dijeron que debía arreglarlo con el médico laboral. Me
entrevisté con dicho médico pero tampoco pudo resolverlo. Fui entonces al
gremio, quienes me asesoraron en las posibilidades que tenía, pero ninguna
contemplaba sostener la lactancia mientras desarrollaba mis tareas.
Yo soy licenciada en
Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Trabajo en el Programa Club de Ciencias, que depende de la Gerencia Operativa
de Escuelas Abiertas del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
Son talleres que funcionan en los laboratorios de escuelas primarias públicas
de la Ciudad y a los que asisten chicos voluntariamente fuera del horario
escolar. Amo profundamente mi trabajo, allí utilizo todo lo que aprendí gracias
a la educación pública. Por este motivo, de ninguna manera mi intención era no
trabajar, sino adaptar las condiciones para que pudiera sostener la lactancia
materna. Finalmente volví a mis tareas laborales. Cada cuatro horas debía
extraerme leche, y como en las escuelas no hay lugares privados para tal fin,
lo hice en las salas de maestros, con todas las incomodidades que eso conlleva.
Luego de tres semanas en
las que mi hijo lloraba de hambre y rechazaba la leche de fórmula, su pediatra
confeccionó un certificado con el que tramité una nueva licencia para mantener
su alimentación natural.
El Estatuto Docente
actual de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contempla una hora diaria de
reducción laboral. Suponer que dicha reducción soluciona la alimentación de los
bebés es desconocer completamente la fisiología y el desarrollo saludable de
los humanos.
El día 3 de julio de
2013 se promulgó la Ley 26.873 de Promoción de la Lactancia Materna, lo cual
significa un gran avance en el tema. Sin embargo, entre sus objetivos no se
menciona explícitamente alguna acción directa sobre la situación laboral de las
madres puérperas o alguna posible solución a las problemáticas que se enfrentan
las mujeres trabajadoras para sostener la lactancia una vez finalizada la
limitada licencia por maternidad.
La solución para muchos
de los inconvenientes a los que las madres recientes nos enfrentamos suele ser
simple; espacios privados y limpios para la extracción de leche y su
conservación, jardines maternales cercanos a los lugares de trabajo, cambios
momentáneos de sedes laborales, aumento de licencias por lactancia exclusiva,
horarios flexibles, etc. Estos cambios, lejos de significar una baja en la
productividad laboral, se traducirían en futuros adultos sanos física e
intelectualmente, y menor incidencia de ausentismo de sus madres, ya que los
bebés alimentados con leche materna se enferman mucho menos.
Quisiera que estos temas
se pusieran en discusión en el Congreso para su tratamiento, con casos reales
de madres que no han podido resolver estos inconvenientes y han tenido que
renunciar a uno de los mayores tesoros que tenemos las madres para nuestros
hijos, que es la leche materna. (...)
Julieta Antonelli es
licenciada en Ciencias Biológicas (UBA). juliarawana@hotmail.com
Carta enviada al
Congreso Nacional.
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