08 de mayo de 2013 | 10:01 CET
@armando_bastida
Editor en Bebesymas
Es habitual todavía (aunque tengo la
sensación subjetiva de que cada vez sucede menos) que haya padres que
consideren que sus bebés les toman el pelo porque lloran para que les cojan y
se calman cuando ya están en brazos. Quizás más que tomar el pelo se refieran a
ello como que lo han malacostumbrado o que no es un niño tan bueno como
quisieran.
Sea cual sea el modo de definir dicho
comportamiento, de lo que se habla es de un problema de percepción de los
padres, que por alguna razón creen que los bebés normales se quedan tranquilos
en sus moisés y cunas y que los que piden brazos tienen algún problema a
resolver. En Bebés y más hace tiempo que hablamos de ello y tenemos claro que
se trata de una necesidad afectiva y de supervivencia (en brazos de una madre
fijo que uno no corre peligro) y un estudio reciente ha tratado de dar una
explicación al fenómeno: por qué los niños se calman cuando los coges en
brazos.
Datos del estudio
El mencionado estudio se ha llevado a
cabo en Japón y se ha realizado tanto con bebés como con ratones. Según los
investigadores, cuando las madres cogen a sus bebés se calman de manera
automática, siendo una reacción vista tanto en los bebés como en los ratones.
Al parecer, en el momento en que un bebé
es cogido en brazos se desencadenan un conjunto de regulaciones a nivel del
sistema nervioso central, a nivel motor y cardíaco que les hace estar
tranquilos. Para lograr el efecto inverso, puede bastar con separarles de sus
madres, alejándoles de unos brazos.
Viendo que el lugar donde mejor están los
niños son los brazos de sus padres, los investigadores explican que saber esto
puede ayudar a aliviar la frustración de aquellos padres que sienten que están
haciendo algo mal por cogerlos y que no acaban de encontrar la solución para que
no estén en brazos, pero a la vez no lloren, y puede ayudar también a prevenir
el abuso infantil.
En palabras de Kumi Kuroda, uno de los
autores del estudio:
Desde los humanos hasta los ratones, los
bebés mamíferos se calman y relajan cuando sus madres los cargan. Esta
respuesta infantil reduce el esfuerzo que la madre siente al llevar al bebé en
brazos, y es beneficiosa tanto para la madre como para el bebé.
El beneficio para ambos se debe a que
cuando un bebé está en los brazos de su madre, como ya he mencionado más
arriba, las probabilidades de sobrevivir son mayores y el bebé, en general,
está más tranquilo, se siente más seguro y tiene menos motivos para activar sus
mecanismos de alerta, o lo que es lo mismo, menos razones para llorar. En lo
que respecta al beneficio para las madres, lo que cualquier madre y padre
quiere es que sus hijos estén bien cuidados y que no lloren ni estén
especialmente nerviosos, así que es genial saber que se les puede coger sin
problemas porque, de hecho, están mejor así que solos.
Los ratones tuvieron la misma respuesta
positiva
Para hacer el experimento con ratones les
aplicaron unos pequeños electrodos cardíacos y agarraron a las crías por la
piel de la espalda, del mismo modo que lo haría su madre. Vieron que las crías dejaban
de moverse y se hacían compactas. Parecían relajadas, aunque mantenían las
extremidades flexionadas, dejaban de llorar y la frecuencia cardíaca disminuía.
Con los bebés la respuesta fue la misma,
al ser cogidos por sus madres las frecuencias cardíacas se estabilizaban,
dejaban de moverse y dejaban de llorar.
En referencia a la aplicación de estos
conocimientos en la vida de los niños comentaron lo siguiente:
Una comprensión científica de esta
respuesta infantil evitará que los padres malinterpreten el reinicio del llanto
como la intención del bebé por controlar a los padres, como sugieren algunas
teorías de la crianza, como el tipo de estrategia de dejar que el bebé deje de
llorar solo […] En lugar de eso, se debe interpretar este fenómeno como una consecuencia
natural de los sistemas sensoriomotores del bebé.
O lo que es lo mismo, los bebés están
“programados” para llorar si se sienten inseguros y solos y a la vez están
programados para saberse a gusto, tranquilos y calmados cuando están
acompañados. Estas respuestas tienen como objetivo asegurar la supervivencia de
la especie y como consecuencia tener a los cuidadores cerca, precisamente para
que les provean cuidados, atención, afecto y cariño.
Vía | MedlinePlus
Foto | Oksidor en Flickr
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