Derechos laborales
Con motivo de la semana mundial de la lactancia materna (1-7 de agosto) la especialista de la OIT en protección de la maternidad, Laura Addati, explica por qué amamantar en el lugar de trabajo tiene sentido para todas las partes involucradas.
Analísis | 5 de agosto de 2013
GINEBRA (OIT Noticias) – Los esfuerzos mundiales para promover la lactancia materna en el lugar de trabajo comienzan a dar resultados y más del 65 por ciento de los países del mundo tiene algún tipo de legislación que confiere el derecho a interrupciones remuneradas para el amamantamiento o a una reducción de las horas de trabajo.
Pero todavía una cuarta parte de los países no ofrece interrupciones para la lactancia materna en el lugar de trabajo – sobre todo en Asia, América Latina y el Caribe – y esto tiene que cambiar, declaró Laura Adatti, la especialista en protección a la maternidad y vida laboral y familiar.
Combinar el trabajo y el amamantamiento no sólo es posible sino que además es esencial tanto para la madre como para el niño”
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“Las cifras de nuestra base de datos muestran que es necesario intensificar los esfuerzos para convencer a los gobiernos, los empleadores y algunas veces hasta a los trabajadores de que combinar el trabajo y el amamantamiento no sólo es posible sino que además es esencial tanto para la madre como para el niño”, explicó a OIT Noticias.
El acceso al permiso de maternidad y la información a este respecto no son suficientes, agregó Addati. Un lugar de trabajo que es “favorable a la lactancia materna” ofrece a las mujeres lugares cómodos y privados para extraer la leche, un refrigerador para conservarla, un ambiente limpio y sano, así como servicios de atención diurna, a ser posible.
La falta de apoyo en el lugar de trabajo es uno de los principales motivos por el que las mujeres dejan de amamantar antes del permiso de maternidad recomendado (al menos 14 semanas) y vuelven a trabajar.
“Aun cuando la cantidad y calidad nutritiva de la lactancia materna no se ven afectadas cuando la mujer trabaja, algunas veces es difícil para las mujeres seguir amamantando cuando regresan al trabajo demasiado pronto después de dar a luz, sobre todo si no están previstas las interrupciones y no hay instalaciones para el amamantamiento en el lugar de trabajo”, señaló Addati.
“La actitud de los empleadores y de los colegas también puede ser un estímulo para dejar de amamantar”, agregó.
Bueno para los negocios
La lactancia materna no es un obstáculo para la productividad. Al contrario. Los estudios demuestran que es más probable que las mujeres permanezcan en su empleo durante más tiempo si pueden amamantar en el trabajo, que es una buena manera para retener a trabajadores cualificados.
El apoyo de la lactancia materna por parte de los empleadores sólo conlleva costos limitados, tanto en términos del tiempo empleado como de la infraestructura necesaria.
Addati cita el ejemplo del Departamento de Energía y Agua de Los Ángeles, que ofrece un programa exhaustivo de lactancia materna para apoyar a las trabajadoras, incluyendo salas de lactancia y horarios flexibles.
Desde que el programa fue introducido, las demandas de atención médica disminuyeron en un 35 por ciento. Un 33 por ciento de las madres primerizas regresaron al trabajo antes de lo previsto, la tasa de absentismo fue un 27 por ciento inferior y un 67 por ciento pensó en permanecer en la empresa a largo plazo.
También en los países en desarrollo se han alcanzado algunos progresos.
Laura Addati explicó: “Hace algunos meses fui a Mozambique y me reuní tanto con los empleadores como con los trabajadores de la industria del turismo que se habían beneficiado de uno de nuestros programas dirigidos a mejorar las condiciones de trabajo, que incluía la protección a la maternidad. Me impresionó ver cómo los empleadores estaban felices de constatar las ventajas en términos de reducción de absentismo y de mantener a su personal a largo plazo, una vez que decidieron establecer servicios para el amamantamiento”.
Países como Filipinas y Sudáfrica también están comenzando a extender la protección a la maternidad y en particular los acuerdos de lactancia materna a los trabajadores informales, domésticos u ocasionales. Otros países como India ofrecen transferencias en efectivo a las mujeres embarazadas o en período de lactancia si cumplen con algunas condiciones, como el amamantamiento.
“En contra de la opinión general, los trabajadores informales también afrontan problemas para seguir amamantando cuando regresan al trabajo, ya que con frecuencia no pueden llevar a sus hijos consigo al campo, a recoger leña o agua o – en el caso de las trabajadores domésticos – al hogar del empleador. Cuando lo hacen, con frecuencia implica un riesgo para la salud y el bienestar del niño y una participación prematura en el trabajo infantil”, destacó Addati.
El papel de la OIT
El Convenio sobre la protección a la maternidad de la OIT, 2000 (núm. 183) y su recomendación respectiva (núm. 191) exigen la adopción de un conjunto de medidas esenciales para ayudar a iniciar, establecer y mantener buenas prácticas en relación a la lactancia materna.
Estas incluyen:
- Licencia de maternidad de al menos 14 semanas con una remuneración del 66 por ciento de su sueldo anterior a cargo de la seguridad social o de los fondos públicos, o 18 meses con salario completo como promueve la Recomendación núm. 191.
- Atención médica prenatal, durante el parto y postnatal para la madre y el bebé y prestaciones en efectivo para las mujeres que no cotizan en el seguro social obligatorio.
- Protección de las trabajadoras embarazadas o lactantes frente al trabajo considerado como como perjudicial para su salud o la de su hijo.
- El derecho a regresar al mismo cargo o a uno similar, con el mismo sueldo y con protección frente a la discriminación laboral.
- El derecho a una o más interrupciones o a una reducción de los horarios de trabajo con el propósito de amamantar.
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