OBSTETRICIA Datos españoles
Belén Carrasco, tumbada en la bañera
durante la dilatación.
EL MUNDO AINHOA IRIBERRI Madrid
Actualizado: 30/05/2014 09:19
horas
"No es lo mismo parto de bajo
intervención que parto sin medios ni control". Quien así habla es la
pediatra Virginia Soler, actual coordinadora del Servicio de Pediatría del
Hospital Universitario Madrid Montepríncipe pero, hasta hace menos de un mes,
directora y alma mater del Hospital Universitario Nuevo Belén, una maternidad
que esconde en su sótano algo que es rutina en muchos países europeos y que
también existe, en diferentes grados, en algunos otros hospitales españoles:
una unidad de parto natural.
No es extraño que sus palabras denoten
cierto orgullo. Recientemente se han conocido los resultados de los partos que
han tenido lugar allí.Porcentaje de cesáreas: 11,7%. Episotomías: 0.
Unas cifras muy lejanas a las hechas públicas recientemente por el Observatorio de resultados del Servicio Madrileño de
Salud, que sitúan la media de cesáreas en 2012 en alrededor de un 20%, con
grandes diferencias entre los distintos hospitales.
La inauguración de esta zona
"especial" en el hospital privado madrileño data de hace menos de un
año pero el olor a nuevo no es lo más destacable de las instalaciones, que
tienen poco que ver con las de cualquier otro centro sanitario. Lianas de tela,
pelotas de pilates, camas que esconden paritorios y armarios que disimulan
instrumental quirúrgico de última generación, son algunas de las señas de
identidad de esta zona, algunas de las que hicieron elegirla a Belén Carrasco
que, el pasado mes de enero, dio a luz en ellas a su primera hija,
trasladándose del pueblo extremeño en el que reside.
A Belén la atendió en el parto la
ginecóloga Regina Cárdenas. "Fue un amor a primera vista", bromea
Carrasco, que hace mucho hincapié en que es necesario tener buena
sintonía con la profesional que te va a ayudar en un momento tan
importante. Esta maestra de infantil tuvo claro desde el principio que no
quería un parto medicalizado, aunque reconoce que se enfrentó a algunas
críticas por parte de la familia, "los que más te quieren y más cosas te
dicen". "Me decían que cómo iba a querer un parto como los de
antes", recuerda.
Cárdenas fue también la ginecóloga de
Lorena Andrés, otra defensora a ultranza de este tipo de parto de baja
intervención, que considera que a las mujeres se les "quita el poder"
en algo tan íntimo como dar a luz. "Yo me empecé a informar y me convencí
de que las mujeres sabemos parir solas y con esa base busqué
un lugar dónde hacerlo", subraya.
Aunque se pueda hablar de este parto como
uno a la antigua usanza basta ver las instalaciones de esta maternidad para
saber que la afirmación dista de ser real. La seguridad es un pilar fundamental
de este centro y de otros que abogan por esta filosofía, miembros de la Iniciativa para la humanización de la asistencia al nacimiento
y la lactancia (iHan). "Yo quería parir segura y no quería parir
en casa; me daba tranquilidad saber que contaban con un banco de sangre y que
si algo salía mal y necesitaba un cirujano, lo tuviera a una habitación de
distancia", destaca Belén, que señala también el trabajo de la asociación El parto es nuestro,
que le guió a la hora de buscar un centro hospitalario de su agrado.
Su primera opción fue la sanidad pública,
pero el Hospital de Coria (población de Cáceres), el más cercano y que, a
juicio de Carrasco "hace un trabajo excelente", no contaba con bañera,
una instalación que sí existe en el Hospital de Torrejón (Madrid). "Solo
hay una y el tiempo es limitado, yo quería tranquilidad", comenta. Y si
hay algo en la unidad de parto natural de la Clínica Belén es tranquilidad e
intimidad.
Intimidad
Durante las 10 horas que estuvo en la
Unidad, Belén estuvo dentro de la bañera casi tres horas, aunque al final
decidió parir en la cama y hizo actividades tan raras en un paritorio como
bailar o colgarse de unas lianas de tela buscando la mejor postura. Afirma que
hasta "casi el final" no le dolió y que en ningún momento se
planteo el uso de epidural, algo que, por otra parte, dista de estar
prohibido en el Hospital Nuevo Belén.
Lorena, por su parte, pensó íntimamente
en esta opción en el momento final de su parto. "Mentiría si dijera que no
duele, pero es distinto el dolor que el sufrimiento", explica esta madre
primeriza, que utilizó la bañera de las instalaciones de la unidad y disfrutó
de la luz tenue y la música que le dejaron poner, así como de la compañía de su
pareja en todo momento.
Las instalaciones cuentan con cuatro
ginecólogas, todas comprometidas con la filosofía del parto de baja
intervención. "Esto no significa que la intervención sea nula; si hay
necesidad de fórceps, los usaremos y cuando hay que optar por la cesárea, se
opta, pero suele ser con el acuerdo total con la madre", resume Soler, que
explica que hay dos tipos de pacientes que acuden al centro, aquellas
comprometidas con este tipo de parto, que se han informado previamente y las que
buscan un entorno de especial intimidad, como las que han sufrido
problemas de abusos.
En Madrid, existe otra unidad de parto de
natural en un centro privado, el Hospital La Milagrosa. Tanto éste como el
Hospital Nuevo Belén tienen conciertos con todos los seguros médicos privados,
aunque el paciente ha de pagar un sobrecoste por la atención exclusiva de
profesionales sanitarios no vinculados al centro. "Yo volvería a pagar sin
dudarlo", afirma Carrasco que, no obstante, cree que el procesodebería
generalizarse en centros públicos y privados, algo que sucedería "si
mejorara la cultura sanitaria de la población".
De la misma opinión es Lorena, que
reconoce que es un gasto que hay que pensarse, pero que no tiene duda de que
"merece la pena". "Es algo que se debería ofrecer tanto en la
sanidad pública como en la privada y sin masificación", apunta. Ella cree
que el boca a boca ayudará a que este tipo de parto se generalice cada vez más.
Por el momento, ya ha convencido a varias amigas, concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!