viernes, 22 de agosto de 2014

Partos: hay brechas entre la atención pública y privada

19 de mayo de 2010

Encuesta a más de 12.000 mujeres

En los hospitales, sólo una de cada diez mujeres está acompañada por un familiar
Fabiola Czubaj
LA NACION

El mayor acceso a la información no es suficiente para modificar rutinas profesionales dentro de la sala de partos de los hospitales públicos. De hecho, y aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó ya en 2007 varias prácticas, una encuesta a más de 12.000 mujeres revela que muchas se siguen utilizando sin aval científico.

Es el caso, por ejemplo, del acompañamiento durante el trabajo de parto y el parto, o el uso de la episiotomía (cortes quirúrgicos en el perineo de la mujer para facilitar la salida del bebe).
Según los datos de la llamada Encuesta Perinatal 2008, realizada por el Ministerio de Salud bonaerense e investigadores del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), apenas el 17,7% de las 12.089 embarazadas entrevistadas habían estado acompañadas por un familiar durante el trabajo de parto y tan sólo el 10,9% de ellas habían podido compartir el momento del parto con su pareja u otro familiar. Pero el 67% de las encuestadas aseguraron que les hubiera gustado estar acompañadas.
"Entre las prácticas beneficiosas en el parto, hay una que forma parte de la llamada «ley de parto humanizado» y es que las mujeres tienen derecho a estar acompañadas por una persona de su elección. Y, aunque aún no está reglamentada, sí está difundida y no existen motivos reales para que no se esté poniendo en práctica. Es, evidentemente, una situación de completa inequidad con respecto a las embarazadas atendidas en el sector privado", dijo a LA NACION el doctor Fernando Althabe, director del Departamento de Investigación en Salud de la Madre y el Niño del IECS.
El experto se refiere a la ley N° 25.929, que fue aprobada y promulgada hace seis años. El texto, que se puede descargar del sitio del Consejo Nacional de la Mujer ( www.cnm.gov.ar ), enumera los derechos de los padres y los recién nacidos. El segundo artículo le garantiza a toda embarazada la posibilidad de "estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, el parto y el posparto".
"Esta práctica, cuyo beneficio está demostrado en estudios científicos, ya debería haber sido adoptada. Pero lo más difícil es siempre cambiar prácticas profesionales muy arraigadas -indicó Althabe-. No alcanza con difundir los resultados de las investigaciones, sino que hay que realizar intervenciones más activas para implementarlas."

  • Incisión innecesaria
La encuesta mostró también el uso bastante generalizado de otra práctica innecesaria en la mayoría de los partos. Se trata de la episiotomía, una estrategia que aún aplican los médicos en el 80% de las primerizas, según los datos mencionados por el investigador del IECS en una reunión organizada anteayer en la Legislatura porteña por el Centro de la Mujer de la Fundación Misión y Servicio. Esa reunión inauguró aquí la Semana Mundial por un Parto Respetado.
"Es necesario cambiar toda la forma de atender a la mujer que está pujando y con tensión en el periné -agregó Althabe-. Ante la tensión de un desgarro inminente, los obstetras no toleran correr ese riesgo y prefieren hacer un corte controlado. Y lo hacen aunque está probado que el parto vaginal no producirá el desgarro, pero hasta que no lo ven personalmente no cambian la práctica aprendida."
Una intervención intensiva comandada por el IECS en una decena de hospitales públicos demostró que la episiotomía es la práctica más difícil de erradicar. Pero su reducción fue de apenas el 10 por ciento. 
Prácticas dañinas
Además de la episiotomía de rutina -que debería ser excepcional-, la OMS desaconsejó el uso de otras cuatro prácticas durante el parto por considerarlas "sin efectividad o dañinas", según las evidencias científicas disponibles. Son:
  • El enema de rutina en el trabajo de parto, que, según Althabe, ya no se utiliza.
  • El rasurado púbico, que surgió de "la falsa idea" de reducir la contaminación del canal de parto durante la episiotomía o un desgarro, y también para comodidad del profesional para atender el parto. "Pero puede producir lesiones causantes de infecciones. No hay evidencias que lo respalden, como tampoco de la depilación de la mitad de los labios mayores hacia abajo que se les pide a las mujeres", precisó.
  • Monitoreo electrónico de los latidos fetales sin evaluación del pH del cuero cabelludo. Ambos estudios revelan si el bebe está recibiendo el oxígeno adecuado. "Cuando el monitoreo se usa sólo en embarazos normales, aumenta el riesgo de obtener un diagnóstico falso y realizar una cesárea innecesaria", precisó.
  • Posición supina durante el parto. Al estar acostada, se genera una compresión uterina de las venas y las arterias. "No todos los hospitales pueden ofrecer todas las opciones, pero sí, por lo menos, una posición semisentada, más digna frente al resto, que evite la compresión arterial y que permita un mejor contacto con el bebe", finalizó Althabe.
67%
Quiere estar acompañada
A la mayoría de las mujeres le hubiese gustado no estar sola en el parto

80%
Sufrió una incisión innecesaria
La episiotomía es una práctica en el primer parto que la OMS desaconseja

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