14 de agosto de 2014 | 09:00 CET
Editor en Bebesymas
El cerebro del bebé es fascinante.
Comprender cómo funciona este órgano en los primeros años de vida, cómo crece,
evoluciona y se moldea, nos ayuda a entender mejor a nuestros hijos y a
criarlos acorde a sus necesidades emocionales
Una investigación reciente publicada en
la revista JAMA Neurology en
la que se ha escaneado el cerebro de 87 bebés desde el nacimiento hasta los
tres meses ha revelado que cuando más rápidamente crece el cerebro del
bebé es en las horas y días posteriores al parto. Una razón más para no
separarse del bebé ni un segundo tras el parto y para crear un vínculo afectivo
sólido con el recién nacido.
Cuánto crece el cerebro del bebé
El estudio fue realizado por
investigadores de la Universidad de California, la Escuela de Medicina San
Diego y la Universidad de Hawai utilizando técnicas avanzadas del escaneo. Es
la primera vez que se publica información precisa acerca de cómo crecen
los cerebros de bebés, datos que no está basados ni en estudios post-mortem
ni en métodos de escaneo menos efectivos.
Han encontrado que el cerebro humano
crece más rápido después del nacimiento y logra alcanzar la mitad de su
tamaño adulto a los tres meses de vida.
El cerebro del recién nacido crece
un promedio de un 1% por día y a partir de los tres meses crece un 0,4% diario.
También observaron que los cerebros de
los varones crecen más rápido que el de las niñas y que las zonas del cerebro
involucradas en el desarrollo del movimiento crecen más rápido que aquellas
vinculadas a la memoria.
El área del cerebro que crece más
rápidamente
El cerebelo, una región del
encéfalo cuya función principal es de integrar las vías sensitivas y las vías
motoras, es la que más rápidamente crece ya que duplica su tamaño en los
primeros 90 días de vida del bebé.
El cerebro comienza a funcionar a todo
ritmo para que el bebé se adapte a su nuevo entorno, poniendo en marcha los
mecanismos que involucran los sentidos y el movimiento.
Por tanto, en los primeros meses es
esencial estimular los sentidos del bebé, por ejemplo a través de
las caricias, hablándole a una distancia que pueda verte y con una voz suave.
Los masajes, por su parte, contribuirán a que el bebé comience a tomar noción
de sus propio cuerpo y esté mejor preparado para la fase del agarre, el gateo y
más tarde para comenzar a caminar.
El área del cerebro que crece más
lentamente
La región que más lentamente se
desarrolla es el hipotálamo, la más importante para la coordinación
de conductas esenciales, vinculadas al mantenimiento de la especie, además de
regular la liberación de hormonas de la hipófisis, mantener la temperatura
corporal y organizar conductas como la alimentación, ingesta de líquidos,
apareamiento y agresión.
Esta región juega además un papel central
en cómo se organizan y crean las memorias. En relación a esto, hace
poco comentábamos otro interesante estudio que argumentaba por
qué no recordamos cuando éramos bebés. La explicación científica a la
ausencia de memoria en los primeros años de vida es que el tamaño del cerebro
de un niño pequeño es aún limitado para el proceso de generar nuevas células y
almacenar recuerdos a la vez, por lo que éste prioriza, sabiamente, lo primero.
El cerebro de los bebés prematuros
Al evaluar a los bebés prematuros, los
científicos notaron que sus cerebros eran un 4% más pequeños que
aquellos niños nacidos tras el período normal de gestación.
A pesar de crecer a un ritmo más rápido
que los bebés nacidos en el período normal, sus cerebros eran un 2% más
pequeños después de los 90 días.
La importancia de medir con precisión el
cerebro del bebé
Estos estudios nos ayudan a comprender
muchas cosas relacionadas con los bebés, pero su finalidad es la de aplicar
este conocimiento a nuevos tratamiento o técnicas, en este caso para conseguir
medir con más precisión los cerebros de los bebés.
Hasta el momento, la forma de controlar
el crecimiento cerebral es a través de la medición del cráneo del bebé con una
cinta métrica. Si la circunferencia craneal no se corresponde con la edad del
niño podría sugerir algún trastorno del desarrollo
Pero debido a que las cabezas de los
bebés varían en tamaño, las medidas con cintas métricas o centímetros no
siempre son precisas y se necesita un método más efectivo para detectar si el
crecimiento cerebral es normal o no. De esta forma se podrían identificar
señales tempranas de enfermedades de desarrollo cerebral, incluidas el
autismo.
El apego para nutrir el cerebro del bebé
Conocer que el cerebro del bebé
crece rápidamente en las primeras horas y días de vida y que crece tan
espectacularmente en los tres primeros meses de vida, haciendo un gran esfuerzo
para adaptarse a su nuevo entorno, nos hace justificar aún más las
prácticas de apego.
El apego ayudará a nutrir su cerebro en
pleno crecimiento y a crear un vínculo emocional sólido comenzando
inmediatamente después del parto a través de la no-separación entre la madre y
el bebé (ni un sólo minuto) y del contacto precoz piel con piel entre ambos.
Vía | Ansa
Fotos | Thinkstock
Más información | JAMA Neurology
En Bebés y más | El cerebro del bebé
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