Ministerio
de Salud de la Nación Argentina
Desde
el nacimiento, la mamá y el bebé necesitan estar juntos para que él pueda mamar
desde la primera hora de vida.
Los
dos deben estar en una posición cómoda y el bebé debe “prenderse” correctamente
del pezón (tomando con la boca toda la areola).
Evitá
que se genere vacío cuando el bebé se retira del pecho (colocale un dedo limpio
en la boca para retirarlo suavemente).
El
bebé no debe recibir otra leche, alimento o bebida. Si lo hace, la mamá
producirá menos leche, y eso pondrá en riesgo la continuidad de la lactancia.
El
uso de chupetes y mamaderas desorienta al bebé porque succiona de ellos de un
modo diferente que del pecho. Evitalos hasta que la lactancia esté bien
establecida y sepas que producís suficiente leche.
Si
es posible, que sea el propio niño quien deje un pecho para pasar al otro. Esto
tiene dos beneficios: asegura que el bebé tome la leche “del final”, que
contiene más grasa (necesaria para saciar su apetito y favorecer su
crecimiento), y permite que los dos pechos se vacíen y produzcan más leche para
la siguiente mamada.
Cuando
te sentís agotada producís menos leche. Dentro de lo posible, descansá (o dormí
siestas cortas) mientras tu hijo duerme.
No
es bueno que hagas dietas “para adelgazar”, es fundamental que tu alimentación
sea completa y saludable. La producción de leche hace que el cuerpo utilice la
grasa que se acumuló durante el embarazo para este fin.
Dar
la teta no tiene que doler. Un malestar al principio de la mamada durante los
primeros días es normal, pero si ese malestar persiste durante toda la mamada
y/o se extiende más allá de los primeros días, no demores la consulta con un
especialista.
Más
info:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!