lanacion.com | Revista Domingo 21 de septiembre de 2014 |
Publicado en edición impresa
Muchas mujeres optan por congelar óvulos
como una alternativa de maternidad a futuro cuando el reloj biológico es la
mayor preocupación
Por Luján Francos | Para LA NACION
Foto: Alma Larroca |
Nunca me encontré con la posibilidad de
pensar en un hijo y ya tenía 38 años. Y un día conversando con mi terapeuta me
dijo que lo podía solucionar fácilmente: que congele óvulos", cuenta Cecilia
Casais, doctora en Biología de 39 años. Inmediatamente empezó a informarse y
hoy cuenta con doce óvulos congelados que le dieron la tranquilidad que
esperaba. "Lo evalué, porque es un procedimiento costoso y también hay que
poner el cuerpo. Me pareció que era una buena decisión para no estar con el tic
tac en el oído", reflexiona desde su nuevo hogar en Caballito. En pareja
hace dos años, no quería pensar en que se le acababa el tiempo para buscar un
bebe.
"Al utilizar óvulos de cuando tenía
38, por más que yo tenga 44, por ejemplo, seré considerada una mujer de 38,
quedo con la calidad de óvulos de la edad que congelé. Para mí es un plan B,
tal vez el año que viene con 40 años busque un bebe naturalmente, pero no
quería decidir apurada", dice Casais.
Cada vez suena más fuerte: se trata de la
maternidad diferida. Hace años que es una opción por problemas de salud que
afectan el área reproductiva, como por ejemplo el cáncer. Pero también es una
puerta que abrió la ciencia a las mujeres que pasaron los treinta y pico, y que
desean tener un hijo en un futuro tal vez no tan cercano. Sin una pareja
estable, o a la espera de mejores condiciones económicas, profesionales o por
el motivo que fuera, lo que ellas necesitan es tiempo a su favor. Y esto es
posible por la criopreservación de ovocitos.
"La vitrificación es congelamiento
rápido. Es decir, la temperatura se baja drásticamente aumentando el porcentaje
de crioprotectores para que al congelar el óvulo no se formen cristales en la
célula", detalla el doctor Sergio Pasqualini, director científico de
Halitus y presidente de la Fundación Repro, que se prepara para anotar en el
Guiness un nuevo récord por un embarazo con un óvulo congelado hace 14 años.
Esa técnica, antes desconocida para
Carolina Mariño, es la que le permite hoy disfrutar de sus cinco meses de
embarazo. Esta veterinaria de 40 años viajó desde Uruguay para hacerse una
fecundación in vitro en Buenos Aires, y se encontró con un gran imprevisto: a
último momento su marido no pudo viajar por motivos laborales y ella ya se
había preparado para que le extrajeran los óvulos. "No pudieron
encontrarse el ovocito fresco con el espermatozoide fresco y la única solución
era vitrificar los ovocitos porque no podíamos perderlos, después de todo lo
que había hecho durante quince días de estimulación, además del gasto
económico."
Estuvo de novia con su marido, el
arquitecto Gonzalo Magnou, desde los 18 años. "Estudiamos los dos, nos
recibimos, hicimos un viaje, después instalé mi propio negocio -una veterinaria-,
hice un viaje de estudio... La maternidad se venía postergando por motivos de
trabajo y estudio", cuenta. Cuando decidieron encarar el tema, se dio
cuenta de que a veces no todo es tan fácil. "Yo tenía un montón de
problemas de salud reproductiva, tenía hiperplasia de útero y dada la edad, la
fertilidad empezaba a disminuir y mi esposo tenía problemas con los
espermatozoides." Entonces hicieron consultas en su país, pero no llegaron
a un diagnóstico y les propusieron un tratamiento de baja complejidad. "A
nuestra edad creo que no era lo apropiado. Tendríamos que haber recurrido
directamente a tratamientos de alta complejidad." En noviembre pasado
comenzaron a tratarse en la Argentina, en enero, vitrificó sus ovocitos y en
abril ya estaba embarazada.
"NADA QUE PERDER Y MUCHO POR
GANAR"
Cecilia Casais necesitó tres ciclos para
reunir la cantidad recomendada de ovocitos. Eso significó que se le triplicaron
los costos del tratamiento y la medicación, además del tiempo que lleva y el
desgaste físico y emocional. Sin embargo, no tiene dudas al decir que volvería
a hacerlo. "Me parece que congelar óvulos nunca va a ser una decisión
equivocada, no tenés nada que perder y mucho por ganar. En cuanto a lo
económico, si está a tu alcance poder aumentar tus posibilidades de ser mamá y
de extenderlo en el tiempo, no hay ni que pensarlo. A mí los tres ciclos me
salieron como un viaje a Europa o como un auto. Pero ni lo dudo."
Foto: Alma Larroca
"No fue terrible el procedimiento,
pero tampoco hay que minimizarlo", y asegura Cecilia que una cosa es para
una mujer que trabaja medio tiempo, pero ella tiene un trabajo de muchas horas
como monitora de ensayos clínicos (son las pruebas de medicamentos nuevos en
pacientes). "A partir del quinto o séptimo día del tratamiento de
estimulación tenés ecografía, control. Entonces tenía que ir a sacarme sangre,
de ahí al consultorio a hacerme la ecografía de control, de ahí a que el médico
vea la evolución, de ahí a que me dé la medicación, ir a la farmacia a
comprarla. Llegaba a la oficina a las 11 y terminaba saliendo a las 20",
recuerda. Ese ritmo la llevó a decidir que en el tercer ciclo se tomaría una
semana de vacaciones para estar más tranquila.
Carolina Mariño también optó por tomarse
vacaciones para el tratamiento. Se instaló con su marido casi veinte días en
Buenos Aires. "Te tenés que pinchar la panza todos los días y cada tres
días hacerte ecografía. No es tan estresante. Sí es estresante que tu cabeza
está prestando atención a si crecen los folículos, si el útero está grueso,
pero nosotros tratamos de conciliar tratamiento con diversión. El tratamiento
no es complicado. Pero tenés la parte de la expectativa, y también sentís que
estás llenando tu cuerpo de hormonas."
Ella no se arrepiente de nada porque
disfrutó de su carrera, de su trabajo y de su pareja, y le parece que la opción
de vitrificar ovocitos es buena. "Más en el caso que pueda aparecer alguna
patología como fue en mi caso. Hay que aprovechar el avance de la ciencia si
uno tiene la posibilidad económica de hacerlo. Si vas a posponer la maternidad
es un respaldo que tenés."
LA MEJOR EDAD
Los especialistas no aseguran que se
pueda lograr un embarazo por haber congelado óvulos, y destacan que es una
posibilidad, pero no una garantía. "Estas técnicas tienen sus limitaciones
porque se necesita una cantidad de óvulos y una calidad para que esto tenga
sentido. Lo ideal son veinte óvulos y que la mujer tenga menos de 35 años.
Entre los 38 y 40 hay que ver cada caso particular y prácticamente después de
los 40 por una cuestión de calidad ovocitaria no tendría mucho sentido congelar
los óvulos", explica el Dr. Sergio Papier, director médico del Centro de
Estudios en Genética y Reproducción (Cegyr) y presidente del Comité Científico
de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer). Y cuenta que en el
primer semestre de este año tuvieron el doble de congelación de ovocitos
respecto del primer semestre de 2013, en pacientes en general, oncológicos y
por motivos sociales. Además, comparte que la mayoría de las pacientes antes
tenía cerca de 40 años, y hoy están entre los 35 y los 38. "Probablemente,
cuando esto se haga más conocido y más accesible se congele a edades más
tempranas", dice.
"Si uno congela a los 30, a los 32,
a los 34, va a tener muchas más chances que si congela a los 38 o 40. La mejor
edad para congelar es siempre antes de los 35 años, cuanto más temprano
mejor", alienta Pasqualini.
PARA TENER EN CUENTA
Costos. El tratamiento con la medicación
está entre los 30 mil y 40 mil pesos por ciclo. Puede ser necesario más de un
ciclo. Si la causa es médica debe cubrirlo la obra social.
Riesgos. "Los riesgos son mínimos.
Uno es el síndrome de hiperestimulación ovárica, cuando el ovario responde
exageradamente a la estimulación. Otro riesgo es el inherente a la aspiración
ovocitaria, puede haber hemorragia o dolores pelvianos", según Papier.
"El síndrome de hiperestimulación es algo que ocurre muy poco
frecuentemente, pero ocurre y más en las buenas respondedoras, como las mujeres
jóvenes que no buscan embarazo. Hay que ser prudente con la medicación, no
pasarte para arriba en la dosis", explica Pasqualini".
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