Es bueno para el desarrollo emocional. Los bebés que son llevados en portabebés desarrollan rápidamente una sensación de seguridad y confianza. Establecen vínculos seguros con quien los lleva y eso les ayuda a independizarse antes. Estimula el desarrollo cerebral del bebé. Cuando están en contacto con su madre (o su cuidador) los bebés pasan más tiempo tranquilos, pero en estado de alerta. Ve el mundo a la altura de los adultos en vez de ver las rodillas o tubos de escape. Esta estimulación extra beneficia su desarrollo cerebral.
Beneficia su desarrollo físico general. El latido de tu corazón, tu respiración, tu voz y calor le son familiares y le aportan bienestar a tu recién nacido. Además, el movimiento del adulto al caminar, agacharse y moverse, estimula el desarrollo del equilibrio y fortalece la musculatura del bebé.
Beneficia el desarrollo de las caderas. La posición de las piernas en “ranita” (con las rodillas más altas que las nalgas y las piernas separadas unos 90º) favorece el correcto desarrollo de la cadera.
Beneficia la lactancia materna a demanda. Cargando a tu bebé junto a tu pecho puedes darle de mamar siempre que lo necesite, puedes amamantarlo mientras haces la compra, llevas al colegio a tus hijos mayores o esperas en la cola de un banco, de una forma muy discreta y sin necesidad de detenerte ni sentarte.
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