BBC Mundo, salud
Lunes, 14 de octubre de 2013
Hombre soñoliento y despertador
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El británico promedio duerme seis horas y media cada noche, de acuerdo con
el Sleep Council de Reino Unido, una organización dedicada a mejorar la
experiencia de sueño con financiamiento de la industria de fabricantes de
camas. El periodista científico de la BBC Michael Mosley participó en un
experimento inusual para averiguar si esto es suficiente.
Hace tiempo se sabe que el número de horas de sueño de que disfrutan las
personas declina con la edad.
Esto sucede por varias razones, entre ellas que vivimos en una cultura que
propicia la creencia de que dormir es un lujo, algo que fácilmente puede recortarse
si hace falta. Después de todo, para eso es la cafeína: para despertarte de un
sacudón. Pero mientras el promedio de sueño que obtenemos ha caído, las tasas
de obesidad y diabetes se han disparado. ¿Es posible que haya una conexión
entre estos hechos?
Queríamos averiguar qué efecto tendría incrementar sólo 60 minutos el
promedio de horas de sueño. Así que le pedimos a siete voluntarios, quienes
normalmente duermen entre 6 y 9 horas, que se prestaran para un estudio en el
Centro de Investigación de Sueño de la Universidad de Surrey, en el Reino
Unido.
Los voluntarios fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos. A uno se
le pidió dormir seis horas y media; al otro, siete horas y media. Una semana
después, los investigadores tomaron muestras de sangre e intercambiaron los
grupos: se le otorgó una hora más de sueño a los que durmieron menos y
viceversa.
Mientras esperábamos ver qué efecto tendría esto, fui al hospital John
Radcliffe de la ciudad de Oxford para aprender qué pasa realmente cuando
dormimos.
En el Centro de Sueño me conectaron a un electroencefalograma portátil, un
aparato que mide la actividad cerebral. Entonces, sintiéndome ligeramente
ridículo, fui a casa y dormí mis siete horas y media.
Al día siguiente fui a la oficina de la doctora Katharina Wulff para
discutir que había pasado dentro de mi cabeza aquella noche.
El periodista Michael Mosley en el
experimento de sueño
Lo primero que notó es que había caído rápidamente en un estado de sueño
profundo. Puede parecer que descansé mucho, pero durante el sueño profundo
nuestros cerebros en realidad trabajan muy duro.
Una de las principales cosas que hace el cerebro es pasar recuerdos del
archivo temporal al archivo de largo plazo, de manera que tengamos más espacio
para recuerdos de corto plazo al día siguiente. Si no duermes en forma
adecuada, estos recuerdos se pierden.
Usted podría pensar: "Voy a dormir menos entre semana y recupero el
sueño el fin de semana". Desafortunadamente, no funciona así, porque los
recuerdos deben ser consolidados en un plazo de 24 horas.
Lea: ¿Podemos entrenarnos para dormir menos?
En virtud de esto, es importante que si usted está estudiando o va a rendir
un examen, se asegure de que duerma en forma razonable. En un estudio, quienes
no lo hicieron tuvieron resultados inferiores al de sus contemporáneos en un
40%.
El sueño profundo sólo dura unas horas. Los resultados de mi electrodo
mostraron que durante la noche mi cerebro pasó por múltiples fases de otro tipo
de actividad, llamada sueño MOR, o de Movimientos Oculares Rápidos (REM, por
sus siglas en inglés).
"El mensaje claro de este experimento es que si usted está durmiendo
menos de siete horas cada noche y puede alterar sus hábitos de sueño, así sea
sólo un poco, podría repercutir positivamente en su salud. Duerma hasta tarde,
le hará bien"
"Esta es la fase en que generalmente estás paralizado, no te puedes
mover", me explicó Wulff. Pero los músculos de los ojos no están
paralizados; de ahí que se le llame sueño MOR.
Durante el sueño MOR suceden cosas extraordinarias. Uno de los químicos
relacionados con el estrés, la noradrenalida, se apaga. Es el único momento, en
el día o en la noche, en que esto pasa. Nos permite permanecer calmados
mientras el cerebro reprocesa las experiencias del día y nos ayuda a manejar
eventos emocionales particularmente difíciles.
Obtenemos más sueño MOR en la última mitad de la noche. Lo que significa
que si a uno lo despiertan de manera inesperada, puede que el cerebro no haya
manejado todas las emociones, lo cual puede dejar una estela de estrés y
ansiedad. Tomar alcohol tarde en la noche no es una buena idea porque reduce el
sueño MOR mientras el cuerpo lo procesa.
Cientos de genes afectados
De regreso en la Universidad de Surrey, nuestros voluntarios habían
completado la segunda semana del experimento. Queríamos conocer el efecto de
cambiar de un patrón de seis horas y media de sueño a uno de siete horas y
media, y al revés.
Pequeños cambios en el patrón de sueño pueden producir una enorme
diferencia.
Las pruebas de computadora revelaron que la mayoría encontraron difíciles
las tareas que requerían agilidad mental si habían dormido menos, pero los
resultados más destacados salieron de los exámenes de sangre.
El doctor Simon Archer y su equipo en la Universidad de Surrey estaban
particularmente interesados en identificar qué genes se "apagaban" o
"prendían" en nuestros voluntarios como resultado de cambios en su
patrón de sueño.
"Encontramos que unos 500 genes estaban afectados", explica
Archer. "Algunos iban hacia arriba y otros hacia abajo".
Lo que descubrieron fue que cuando los voluntarios dormían una hora menos,
los genes asociados con procesos como inflamación, respuesta inmune y respuesta
al estrés se volvían menos activos. El equipo también notó un incremento en la
actividad de los genes asociados con la diabetes y el riesgo de cáncer. Lo
contrario ocurría cuando se añadía una hora de sueño.
Así que el mensaje claro de este experimento es que si usted está durmiendo
menos de siete horas cada noche y puede alterar sus hábitos de sueño, así sea
sólo un poco, esto podría repercutir positivamente en su salud. "Duerma
hasta tarde, le hará bien", es la clase de mensaje en materia de salud que
no se producen muy frecuentemente.
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