La expresión “duerme
como un bebé” suele evocar la imagen de alguien que duerme mucho y
profundamente. En la gente que nunca tuvo un bebé. El sueño del bebé debe ser
el tema más debatido y comentado por los padres, junto con el del aumento de
peso.
En el útero los bebés
duermen cuando quieren. No tienen mucha idea de día y noche. De hecho, suelen
dormir más durante el día porque el movimiento de la madre al realizar sus
tareas habituales los mece. Cuántas mamás embarazadas cuentan que cuando se
acuestan a dormir empieza la fiesta en la panza.
Los bebés no saben leer
la hora. No conocen el reloj. Los adultos vivimos en función del reloj. La
mayoría de nuestros actos no responden a nuestras necesidades fisiológicas.
Pocos comen sólo cuando tienen hambre, la mayoría se sienta a comer cuando
llega la hora. Pocos esperamos a estar cayéndonos de sueño para irnos a dormir.
La mayoría nos metemos en la cama a una hora más o menos “razonable” y leemos o
miramos la televisión hasta que nos quedamos dormidos. Y esperamos que cuando
nace el bebé se acomode a nuestros horarios rápidamente. Pero los bebés
responden a sus necesidades: comen cuando tienen hambre, duermen cuando tienen
sueño. Y no necesariamente estos horarios coinciden con los del reloj.
Esto no quiere decir que
no podemos esperar que en algún momento el bebé se acomode a la rutina de la
casa y duerma de noche y coma más o menos regularmente. Pero no va a suceder el
primer día, es probable que lleve varias semanas alcanzar alguna rutina.
Por otro lado, el bebé
está acostumbrado a estar todo el tiempo con su mamá, sentirla, olerla,
escucharla. Todo el día y la noche. De nuevo, son nuestras expectativas las que
imponen que el bebé duerma solo en su cuna, en su habitación que con tanto amor
preparamos, desde las 10 de la noche hasta las 7 de la mañana.
¿Solución instantánea?
No existe una solución
única para el maternaje nocturno, cada familia encuentra su propio camino a
medida que avanza. Hay sí evidencia de que las madres duermen mejor si
amamantan 1,2 , y resulta evidente que tener al bebé cerca también ayuda a
dormir mejor. Algunas familias adosan la cuna a la cama, otras deciden
compartir la cama con su bebé o practicar “colecho”. El colecho es una
costumbre muy difundida en sociedades no occidentales. Si una familia decide
practicar colecho debe informarse cuidadosamente y tomar los recaudos
necesarios. Una cama donde duermen adultos que fuman, toman alcohol y otras
sustancias que afectan el sistema nervioso no es un lugar seguro para un bebé.
Tampoco lo son un colchón muy blando o de agua, los plumones o acolchados, las
almohadas o almohadones. NUNCA se debe dormir en un sofá con un bebé. Los
arreglos para dormir con el bebé deben hacerse de antemano y deliberadamente y
no se debe recurrir a llevar al bebé a la cama cuando estamos exhaustos y no
entendemos muy bien qué pasa.
Dormir toda la noche
Una mamá contó esta
historia en una reunión de amigas: “El otro día fui a una cena de gente del
trabajo de mi marido. Las mujeres me arrinconaron para preguntarme si mi bebé
dormía toda la noche. Y no, la verdad es que no duerme toda la noche. Tira
cuatro, cinco horas, pero nada más”. Si les hubiera preguntado a las mujeres
que le preguntaron si el bebé dormía toda la noche cuántas horas dormían sus
bebés cuando alcanzaron este hito, se habría sorprendido de escuchar que muchas
decían “unas cinco horas”. Algunos bebés duermen siete, ocho, nueve horas desde
edad temprana. La mayoría de los bebés tienen un tramo de sueño más largo que
los demás, de unas cuatro o cinco horas. Esto es normal. Los bebés necesitan
comer con frecuencia, incluyendo de noche. Los bebés que no toman la teta
también toman una mamadera de noche. La mamá que amamanta necesita esa toma
nocturna que afecta la secreción de prolactina y ayuda a mantener la producción
de leche.
Podemos ayudar al bebé a
que ese tramo de sueño más largo lo haga de noche si durante el día lo dejamos
dormir con luz y los sonidos habituales de la casa y a la noche bajamos los
estímulos al mínimo. Si la mamá trabaja fuera de la casa es posible que el bebé
se despierte mucho de noche. Muchas mamás manejan esto durmiendo cerca de sus
bebés.
Nada es para siempre
Una mañana nos
despertamos y nos damos cuenta de que hay sol y el bebé recién se despierta.
Aunque parece que nunca vamos a volver a dormir de un tirón más de dos, tres,
cinco horas, llega el día en que dormimos más. Y después los hijos empiezan a
salir de noche y de nuevo dejamos de dormir. Si tratamos de vivir con calma y
amor los despertares nocturnos podemos encontrar en esos momentos temidos
recuerdos que vamos a atesorar toda la vida: una mano que nos acaricia, una
boca que sonríe entredormida, unos ojos que apenas se abren para verificar que
sí, somos nosotras las que estamos ahí, dando calor y leche tibia en medio de
la noche.
1. Blyton, D. M., Sullivan, C. E., & Edwards, N. (2002). Lactation
is associated with an increase in slow-wave sleep in women. Journal of Sleep
Research, 11(4), 297-303.
2. Doan, T., Gardiner, A., Gay, C. L., & Lee, K. A. (2007). Breast-feeding
increases sleep duration of new parents. J Perinat
Neonatal Nurs, 21(3), 200-206.
Este documento tiene
fines informativos y no reemplaza la atención médica.
Preparado por: V. Garea
IBCLC
©GALM Bariloche.
Permitida la reproducción sin modificaciones y citando la fuente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!