Madre e
hijo | Óleo sobre lienzo
Lilla
Cabot Perry (1848-1933)
Fecha:
1909
|
Qué es el puerperio?
Se trata de la etapa que transita la
nueva mamá desde el nacimiento de su bebé, hasta el momento del retorno a la
vida más allá del mundo de los pañales. Es decir que este tiempo variará de una
mujer a otra, y que nada tiene que ver esto con el alta médica.
Históricamente se vinculó el puerperio
con el alta médica que se da a los 30-40 días luego del parto, en la que se
incluye el permiso para retomar la actividad física y reiniciar una vida sexual
activa. Pero lo importante es tener presente que esto es a nivel físico,
orgánico, y que nada dice del estado emocional de esa mujer, ni de su deseo.
Por ello es importante pensarlo como un proceso de adaptación al nuevo rol
maternal, que transcurre desde el momento del parto, primer encuentro real con
el bebé, hasta el equilibrio emocional afectivo que demuestra la adaptación
lograda.
Es un tiempo confuso: alegría,
tristeza, angustia, desilusión, emoción, desorientación, ambigüedad…mezcla de
sentimientos y sensaciones por lo menos “rara”…y es que ante la llegada del
bebé, los cambios físicos y anímicos producen un verdadero impacto. A veces
sucede que en el momento que habían
imaginado ser totalmente felices, las mamás se sienten además y sin saber por
qué...angustiadas.
Esa "angustia", conocida con
el nombre de “angustia de pos parto” suele durar unos pocos días, pero a veces
se prolonga. Es en ese momento cuando la madre necesita de todo el apoyo de su
pareja, familia, amigos y de un profesional cuando la situación lo requiera.
Muchas veces estos cambios en el estado
de ánimo responden a cambios hormonales (estrógeno y progesterona) que han
incrementado sus niveles durante el embarazo. Luego del parto estos niveles
bajan, y el organismo debe adaptarse a los nuevos registros y ello ejerce
modificaciones sobre las emociones. Pero lo hormonal no explica todo lo que en
ese período sucede: el cansancio del parto, las pocas horas de sueño, la
necesidad de la madre y la pareja en sí misma de tiempo y espacio para
adaptarse a la nueva situación, algunos roles nuevos que enfrentar y ejercer,
cambios de hábitos y costumbres dentro de la pareja, encarar acuerdos
familiares novedosos, la pasividad repentina en relación a lo laboral, más
aquellos rasgos singulares de cada mujer y cada pareja que se juegan en este
momento tan especial.
Este proceso varía de una mujer a otra,
pero si es tratado rápidamente, puede remitir en poco tiempo. Los síntomas en
general incluyen:
· Ansiedad
· Temores irracionales
· Pérdida de apetito
· Insomnio
· Fatiga
· Falta de interés en el aspecto personal
· Exageración de los inconvenientes
· Aislamiento del contacto social
· Sentimientos de desamparo y temor
· Llanto durante largos períodos
Como vemos, las causas y las
manifestaciones de ello son variadas, pero seguramente guardan relación con la
modalidad que han tomado para esta mujer el embarazo, la experiencia del parto
y la distancia de ellos del ideal esperado. Mucho se habla del parto, en su
versión más idealizada y poco de lo que realmente ocurre allí. Y es que todo lo
concerniente al embarazo, parto y
crianza están teñido de una mística color pastel, que lejos de colaborar con
las mujeres que lo transitan, obstaculizan la aceptación de cada uno de esos
momentos como pasos naturales, ambiguos y sobre todo singulares, frente a los
cuales cada mujer, cada pareja se encontrará con su propia respuesta. El
encuentro con el bebé suele tener un impacto en cada uno de los miembros de la
pareja de padres, que sin duda responderá a su historia, sus modalidades
vinculares, su posición subjetiva.
Es imposible entonces considerar el
parto como un acto común, con idéntico significado para todos en donde se
espera nada más que felicidad. En él se dan en forma paralela dos procesos: por
un lado la confirmación de que en el embarazo y el parto se trata de dos
personas diferentes en juego. Aunque esto podría considerarse una obviedad, en
el embarazo se crea una sensación de unidad, como si la madre y el bebé por
nacer…fueran sólo uno.
Luego, a partir de esta separación, el
proceso afectivo que llevará a esta mujer a amar a este bebé, recibiéndolo como
“su hijo”. Para muchas mujeres estos procesos se dan simultáneamente y de
manera inmediata al nacimiento. Para otras muchas, se da con el transcurrir del
tiempo en donde el vínculo se va construyendo día a día.
Es importante saber que tanto de una
como de otra manera, están viviendo los primeros pasos hacia el vínculo madre-
hijo…es el momento que han estado esperando, es un encuentro que cambiará la
vida de todos para siempre. Sin embargo pocas parejas piensan en el impacto que
el nuevo bebé tendrá sobre sus vidas, su trabajo, sus emociones y sus
sentimientos mutuos. De a poco encontrarán que el mundo a su alrededor se ha
alterado y esto puede provocar temores y angustias que al ser atendidas se
despejan rápidamente, conectándose con la maravillosa experiencia de ser
padres, sin desatender a otras áreas que conforman a cada persona.
De qué se tratan los cambios que
experimenta la mujer?
En general luego del parto se
experimenta una sensación de pérdida de la intimidad, de la libertad, y de la
identidad en relación a la llegada del bebé, y a los roles que la mujer no
ejercita activamente por un plazo muchas veces prolongado.
Podríamos decir que la imagen que
tenemos cada una de nosotras mismas está armada en parte con la información que
recibimos de los otros…
nuestros diferentes roles entonces nos
proveen de rasgos, códigos, modalidades y tareas a realizar que nos informan
quiénes somos. Es ésta la información que en el tiempo del puerperio no
recibimos, ya que el resto de nuestras actividades: laborales, académicas,
sociales, recreativas han quedado suspendidas y con ellas parte de nuestra
identidad. Por un tiempo todo se relaciona con nuestra maternidad y de allí que
se dificulte lo que excede al ser madre…lo que no lo completa, el ser mujer!.
Son estos los roles que en este momento entran en conflicto: ser mujer- ser
madre. La salida será despejar y construir la respuesta singular que cada mujer
tiene para enfrentar esta nueva situación, encontrando el estilo de ser madre
más propio.
En el momento del embarazo y nacimiento
de un hijo, las mujeres se enfrentan con aquellos modelos de maternidad que la
han acompañado en su desarrollo, desconociendo muchas veces su propio criterio
al respecto, y repitiendo formas con las cuales muchas veces ni siquiera están
de acuerdo. Es por ello que muchas decisiones cotidianas están
teñidas de angustia y de culpa cuando
la vida continúa desde nuevos roles: ser madre y ser mujer. Este proceso trae
como consecuencia una modificación de la imagen de sí y del otro, nuevas
modalidades de contratos de la pareja, y una nueva posición de la mujer en
relación a sus otros centros de interés: amistades, ámbito laboral, formación
académica, tiempo libre, etc.
Hoy en día muchas mujeres trabajan,
ganan dinero, estudian, buscan su propio placer, pero organizar sus vidas más
allá de la maternidad se vuelve a veces un camino difícil, de “transgresiones”,
de culpas y de sobre exigencias. Siempre es importante tener presente que
nuestros hijos necesitan como madres mujeres felices. Para ello debemos
preguntarnos por nuestros propios deseos más allá de los mandatos, tratar de
lograr un equilibrio entre el tiempo que destinamos a nuestros hijos y nuestras
actividades, recuperar parte de nuestra identidad perdida.
Sugerencias para facilitar este
tiempito...
- Darte tiempo y aceptar que los primeros
tiempos del bebé en casa, puede resultar difícil
- Tratar de hablar de lo que sentís, intentando
vencer sentimientos como: vergüenza, culpa, etc.
- Aceptar la ayuda de amigos, familiares y
profesionales.Compartir con tu pareja lo que sentís y guiarlo en relación
a lo que necesitás para sentirte mejor
- Recuperar actividades que desarrollabas antes
del nacimiento: trabajo, estudio, actividad física, encuentros con amigas
- Tener presente que este sentimiento no es
contradictorio con la felicidad de la llegada de tu bebé, ni con el amor
hacia él, sino que se trata de otra cosa
Por Lic. Marisa Russomando, Psicóloga,
Directora del espacio La Cigüeña, www.espaciolc.com.ar
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