lanacion.com |
Sábado 21 de septiembre
de 2013 | Publicado en edición impresa
Vínculos
Por qué los hombres
maduros refuerzan sus nuevas relaciones de pareja con la paternidad
Por Ludmila Moscato | Para LA NACION
Gerardo Freideles, de 53 años, y su hija Juana, de 1 año y medio, juegan en el parquede su casa en Núñez. Foto: Fernando Massobrio |
"Bienvenido
@cuervotinelli al club de los mitad papá-mitad abuelo! Lo más lindo que te
puede pasar en la vida!", escribía esta misma semana Mauricio Macri, en
Twitter, para felicitar a Marcelo Tinelli, quien, según se supo, será padre a
los 53 años, junto con su novia Guillermina Valdés, de 36. Tanto el jefe de
gobierno como el conductor televisivo forman parte de una ola de hombres
"maduros" que, al encarar una nueva relación, apuestan otra vez a la
paternidad.
A una edad en la que
generaciones anteriores pensaban más en ser abuelos que padres, hoy es cada vez
más común ver hombres divorciados que, luego de décadas de matrimonio y con
hijos ya grandes, vuelven a creer en el amor con mujeres más jóvenes, lo cual
lleva, en muchos casos, a tener otros hijos. Pero ¿es necesario tener un hijo
para consolidar un vínculo? "No es imprescindible, hay parejas que sólo
deciden consagrarse el uno al otro", sostiene Andrés Rascovsky,
psicoanalista y ex presidente de APA.
"Pero
indudablemente el compromiso de tener un hijo, que es eterno, de protección y
cuidado parental, genera una situación diferente, les da a ambos integrantes de
la pareja una dimensión temporal de eternidad, es una gestación de algo entre
dos y eso, claro, es una experiencia maravillosa", agrega el
psicoanalista.
Así lo entiende la
mayoría de los testimonios consultados para esta nota, en especial, teniendo en
cuenta que se trata de casos en los que la mujer aún no había sido madre. Por
eso hay quienes piensan que con la llegada de un hijo no solamente se podría
llegar a reafirmar el vínculo, sino que incluso es una forma de preservarlo...
"El hecho de que ella no haya tenido hijos antes de conocerme hizo que
pactáramos al comienzo de la relación que íbamos a tener uno, ella quería ser
madre. Al principio le dije que no, que yo quería disfrutar, que ya había
pasado ese momento para mí. Pero después entendí que no podía negarle su
maternidad", confiesa Alberto Odíz, de 54 años, padre de Franco, de siete.
Para Marcelo Sencio, que
a los 52 tuvo otro hijo, esta circunstancia no tuvo que ver sólo con la
consolidación del vínculo, sino con un deseo suyo y de su nueva mujer, de 37.
Además, él considera que la llegada de Agustín lo hizo sentirse mejor y cuidarse
más: "Es un rejuvenecer, te obliga a estar mucho más activo, estar en
forma, hacer cosas en función de una expectativa de vida más alta que en otros
tiempos", concluye. "Tener un hijo a los cincuenta puede ser
tremendamente estimulante, un relanzarse a la vida de pareja de una manera
distinta con una mujer joven", refuerza Rascovsky.
Por supuesto que tomar
esta decisión no siempre resulta sencillo, sobre todo si el hombre en cuestión
creía que la persiana de la paternidad ya estaba cerrada para él. "En un primer
momento, me asusté un poco al preguntarme cómo me iba a llevar con esto.
Después, durante el embarazo, me fui amigando con la idea, y una vez que
apareció Juana, me cambió el mundo", recuerda Gerardo Freideles, que, a
pesar de tener dos hijos grandes, volvió a ser padre hace un año y medio, a sus
52. Los fantasmas que tuvo antes de ser papá en esta segunda vuelta, los disipa
mediante el stand up, ya que además de empresario es. comediante. "Siempre
digo en chiste que cuando fui a anotar a mi hija al jardín maternal, toqué el
timbre y me dijeron que el Día del Abuelo ya había pasado. Tenés ese miedo al
principio, el temor de ir y que sean todos papás jóvenes, después te das cuenta
de que no es cierto, casi no hay papás de 24 o 25 como en mi época -cuenta-.
Hoy la mayoría de los padres son de 35 en adelante, y hay muchos casos como el
mío, de papás que ya están en la segunda vuelta."
LOS HIJOS MÁS GRANDES
La reacción de los hijos
más grandes puede ser otra fuente de conflictos. Los de 30, por ejemplo, están
transitando una etapa en la que, probablemente, ellos mismos estén siendo
padres, y no siempre aceptan vivir el mismo proceso a la par de su progenitor.
"Al principio fue un golpe para mis hijos la llegada de Franco porque
ellos ya eran grandes: tengo una hija de 30, otra de 28 y uno de 23, pero
cuando nació el bebe se allanó todo, tienen una buena relación, de total cariño
y respeto", detalla Alberto Odíz.
Por su parte, el doctor
Rascovsky explica que estas situaciones pueden llegar a ser bastante problemáticas:
"Estos días me comentaban el caso de un hombre cuya hija iba al jardín de
infantes con su nieta, y la nieta le decía: «Vos sos mi tía». Las familias
ensambladas no siempre logran una armonía suficiente, no siempre los hijos del
primer matrimonio aceptan gustosamente a los del segundo".
¿Y qué motivaciones
puede tener un hombre de 50 para reincidir en la paternidad? Enrique Novelli,
miembro titular de APA, arriesga: "Una lectura posible es que el hombre,
en cierto sentido, está mostrando una especie de poderío en relación con la
sexualidad, porque a veces no alcanza el poderío económico, como un buen puesto
laboral; entonces esto lo pone en una línea de «yo todavía puedo, y puedo con
mujeres más jóvenes»".
Gerardo Freideles
coincide con esta hipótesis, pero también se hace cargo de la edad que tiene,
la etapa que hoy transita y cómo lo hace. En este sentido, destaca algo
fundamental: para ellas, la experiencia también tiene su matices. "Yo creo
que una mujer de treintaypico que tiene un bebe con un hombre de 50 tiene que
saber que no es lo mismo que tenerlo con uno de 30. Se te va a levantar menos a
la noche, va a cambiar un pañal menos, estás un poco más gastado. Cuando tenes
28 te codeás a ver quien va, a los 50 va más la mamá que el papá".
PUERTAS ADENTRO DE LA
PAREJA
Una decisión así puede
tener que ver, a su vez, con otro plano: el de la intimidad de la pareja. Según
Rascovsky, "la mujer va reduciendo su apetencia sexual mucho más rápido, y
si el hombre siente que no es deseado por ella y aparece deseado por otra,
entonces bueno, el camino está muy facilitado".
En palabras del
psicoanalista, el hecho de que los hijos sean más grandes y falten en el hogar,
a muchos hombres les puede hace añorar la escena familiar de tiempos pasados.
Por eso buscarían, de alguna forma, revivirla: "De repente los hijos
tienen más de veinte años, se van retirando, y se pierde esta escena familiar,
del hogar, que han disfrutado mucho en la primera secuencia de sus vidas".
Modelos heredados o
autoimpuestos también pueden tener incidencia en la voluntad de estos hombres
de ser otra vez padres. Esto ocurriría, según los especialistas, porque
"quizás en el núcleo masculino esté la idea de tener una gran familia, que
es una suerte de marca biológica; esa antigua matriz de tener muchos hijos que
colaboraban con la familia y con el padre... Lo que sucede es que la economía y
la vida actual limitan mucho un deseo que es primario en ciertos hombres".
MOMENTOS DIFERENTES
Sea por el motivo que
fuese, todos los casos consultados lo viven con plenitud. Y todos, también,
aseguran que la vivencia es muy diferente a la de haber sido padres de muy
jóvenes. "Esta vez, yo fui al pediatra en la primera consulta con
conceptos que tenían 20 años de antigüedad, ponele, que tienen que dormir boca
abajo al lado de la madre, le recité toda la lección al pediatra, canchereando
delante de mi mujer, y el pediatra me miró y me dijo: «cambió todo, todo lo que
me dijiste ya no sirve»-bromea Gerardo Freideles-. Pero hablando en serio, a
los 50 te parás de otra manera con los berrinches, con las mañas, te asustás
menos, llamas menos al médico, estás más tranquilo para todo. Las cosas que te
podés perder por tener un bebe no te importan. A los 20 o a los 30 es una etapa
en la que te querés comer el mundo, estás a mil y te cuesta parar por un hijo.
Además, estás menos armado económicamente. En cambio, éste llega cuando vos le
das más valor al disfrute. Ir a Palermo a leer el diario y dar una vuelta con
el cochecito, por ejemplo, es un plan increíble para mí", agrega.
Más allá de toda la
experiencia que se pueda haber tenido, lo cierto es que no hay un solo mapa
posible: cambian los tiempos, las coyunturas e incluso los paradigmas, pero un
hijo siempre enseña. Y, según parece, hay muchos cincuentones que están
dispuestos a seguir aprendiendo.
ALGUNOS CASOS FAMOSOS
MARCELO TINELLI /
Conductor, 53 años
Esta semana se supo que
será padre por quinta vez junto a la modelo Guillermina Valdés, su nueva pareja
MAURICIO MACRI / Jefe de
Gobierno, 54 años
Tiene tres hijos grandes
(Agustina, de 31; Jimena, de 27, y Francisco, de 24) y fue papá de Antonia, de
casi dos años, con la diseñadora Juliana Awada
ALEJANDRO BORENSZTEIN /
Humorista, 55 años
Hace tres meses fue
padre de Martina con la conductora Viviana Canosa, madre primeriza a los 42
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!