Jason Palmer
BBC Ciencia
Miércoles, 1 de mayo de 2013
Un grupo de átomos son
las estrellas de la película más pequeña -no más corta, más pequeña- del mundo.
Tan pequeña, que ha quedado registrada como tal en el Libro Guinness de los
Récords.
El rodaje estuvo a cargo
de científicos-cineastas de la empresa de tecnología IBM, quienes manipularon
átomos individuales sobre una superficie de cobre para realizar el filme, que
se llama "Un niño y su átomo".
La danza de los
electrones en una molécula ya tiene foto
Producido con la técnica
de animación cuadro a cuadro, el corto se vale de un puñado de átomos que
fueron reacomodados para cada fotograma utilizando la punta de un microscopio
de efecto túnel (STM, por sus siglas en inglés). El dispositivo fue creado por
científicos de esa compañía, quienes recibieron el Nobel de física en 1986 por
su invención.
242 fotogramas
La clave para la
realización del corto está en el funcionamiento del STM, en el que una aguja de
metal extremadamente afilada y con carga eléctrica se pasa sobre la superficie
de una muestra de material. Cuando la punta se aproxima a las texturas de la
superficie, la carga eléctrica "salta la brecha", gracias al
denominado "efecto túnel", descrito en física cuántica.
"La punta de la
aguja es a la vez nuestros ojos y nuestras manos: percibe los átomos para hacer
imágenes del lugar en que se encuentran, y luego se mueve más cerca de los
átomos para colocarlos en nuevas posiciones", explicó Andreas Heinrich,
del centro de investigación de IBM en California, Estados Unidos.
"Los átomos
permanecen en sus posiciones porque forman enlaces químicos con los átomos de
cobre que se encuentran en la superficie que está debajo, y eso nos permite
tomar una foto de la distribución de los átomos en cada fotograma del
filme".
"Entre cada
fotograma movemos con cuidado los átomos a una nueva posición, y tomamos otra
foto", le dijo Heinrich a la BBC.
Así consiguieron crear
los 242 fotogramas de la película. Las dimensiones de cada uno son tan ínfimas,
que habría que colocar unos 1.000, uno junto al otro, para alcanzar el grosor
de un cabello humano.
Una excusa para hablar
de ciencia
La producción requirió
el esfuerzo de cuatro científicos, quienes trabajaron 18 horas diarias durante
dos semanas.
"(Un Niño y su
Átomo) es un disparador para que los niños y otra gente comiencen a hablar e
interesarse por las matemáticas, la ciencia y la tecnología"
Andreas Heinrich,
investigador de IBM
"Un niño y su
átomo" demuestra cuánto ha evolucionado la capacidad de los científicos de
manipular la materia a nivel atómico.
IBM espera que esto le
permita desarrollar una nueva generación de soluciones de almacenamiento de
información.
De hecho, a comienzos de
2012 investigadores de la empresa habían demostrado cómo podían guardar un bit
digital (la más pequeña unidad de información) usando tan solo 12 átomos. Los
dispositivos que se utilizan hoy requieren alrededor de un millón de átomos
para almacenar esa cantidad de información.
Pero aunque suene todo a
ciencia dura, Heinrich afirmó que "Un niño y su átomo" es "un
disparador para que los niños y otra gente comiencen a hablar e interesarse por
las matemáticas, la ciencia y la tecnología".
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