Una sustancia presente en ella previene
la obesidad en la edad adulta y la causa es una proteína de la leche materna
llamada leptina, según las últimas investigaciones
Los beneficios de la lactancia materna
cada vez son más
MADRID (Diario El País).- La lactancia
protege contra la obesidad en la edad adulta, y la causa es una proteína de la
leche materna llamada leptina, según ha determinado el laboratorio de Andreu
Palou, de la Universidad de las Islas Baleares.
La señora Lebasque con su hijo.
Henri Lebasque (finales del s. XIX y s.XX. Nabis. Francia)
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El descubrimiento es en sí mismo un
argumento a favor de amamantar, pero también plantea la conveniencia de añadir
leptina a los potitos y leches maternizadas. Este mercado potencial de 15.000
millones de euros en Europa depende, sin embargo, de un ensayo clínico con bebés
que aún está en el aire.
El grupo de Palou descubrió hace tres
años que la leptina es el componente de la leche materna responsable de los
efectos beneficiosos de la lactancia natural. Si se toma leptina al mamar el
organismo del bebé queda programado para protegerse de la obesidad y sus
efectos patológicos en la vida adulta.
Los estudios se iniciaron en ratones y
su validez se ha podido extrapolar a los humanos, aunque por un criterio
indirecto: las mujeres difieren mucho en el contenido natural de leptina en su
leche materna, y esas diferencias correlacionan con el riesgo de obesidad en
sus hijos.
Este hecho no solo indica que los
resultados son válidos en humanos, también sugiere que, aun cuando las madres
opten por amamantar a sus hijos, puede convenir suplementar esa dieta con
preparados de leptina en algunas mujeres en donde sea más escasa.
Pero nada de esto ocurrirá mientras los
efectos de la leptina no se comprueben en un ensayo clínico con bebés que
reciban los varios tipos de alimentación relevantes: natural y artificial, con
y sin leptina. "El seguimiento de los bebés para ver los efectos llevará
unos cuatro años. A esa edad ya se pueden detectar los primeros signos de la
obesidad y sus consecuencias", afirma Palou
Pero ese ensayo está aún por organizar. Mientras llega, Palou, que también es vicepresidente del panel científico de nutrición de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), insiste en que lo recomendable es la lactancia materna, y probablemente lo seguirá siendo en el futuro aunque se pueda suplementar con leptina en las madres que tengan poca.
Pésima fama.
La leptina tiene una pésima fama, y
precisamente en el campo de la nutrición y la obesidad. La proteína, que se
conoce desde 1994, constituye el más célebre fiasco en la farmacología del
sobrepeso. Se pensaba que la leptina era producida solo por el tejido adiposo,
y que su principal función era comunicar al cerebro que ya había bastantes
reservas de grasa corporal, y que por tanto redujera el apetito. Los ensayos
clínicos mostraron, sin embargo, que la administración de leptina a voluntarios
obesos no sirvió para que adelgazaran.
Pero Palou observó que el estómago
humano produce leptina, y que la proteína también estaba presente en la leche
materna. Lo más chocante era que, mientras que las proteínas ingeridas suelen
destruirse en la digestión, la leptina podía absorberse intacta por el estómago
del bebé. El estómago está conectado mediante nervios y sistemas hormonales con
los centros cerebrales que controlan el peso corporal, así que Palou decidió
explorar la cuestión a fondo.
El grupo mallorquín demostró en
animales de experimentación que la leptina sí puede ser un valioso recurso
médico contra la obesidad, pero no de la forma en que se creía. Su ingesta con
la leche materna no tiene un efecto directo sobre los centros cerebrales del
apetito y el peso corporal: lo que hace es reprogramarlos para la vida adulta.
"Para probar la hipótesis, hicimos
estudios en ratas durante la lactancia complementada con dosis fisiológicas de
leptina, es decir, dosis similares a las encontradas en la leche materna,
administrada oralmente, y evaluamos los efectos a largo plazo sobre el peso
corporal y otros parámetros. Los resultados mostraron que las ratas que fueron
tratados por vía oral con cantidades fisiológicas de leptina durante la
lactancia eran más resistentes como adultos al incremento de peso corporal
relacionado con la edad", explica Palou.
"También eran más resistentes a la
obesidad inducida por una dieta de alto contenido de grasa", prosigue el
investigador. "Estos estudios también revelaron que los efectos
beneficiosos de la ingesta de leptina durante la lactancia puede atribuirse, al
menos en parte, a una sensibilidad superior a los efectos centrales de la
leptina, una sensibilidad impresa".
La impresión (imprinting) es un
fenómeno genético comprendido solo en parte, pero que está siendo objeto de
atención creciente en los últimos años. Se trata de genes, o grupos de genes,
que resultan inactivados de manera estable a lo largo de las divisiones
celulares. No son mutaciones -cambios en la secuencia de letras del ADN
tcctgaag...-, sino alteraciones epigenéticas (encima de los genes,
literalmente), debidas a otras cosas que se pegan encima de los genes, entre
ellas unas proteínas llamadas histonas y los más simples radicales de la
química orgánica, como el metilo (-CH3).
Los científicos españoles demostraron
en ratas recién nacidas que la adición de pequeñas cantidades de leptina a la
leche artificial -administrada directamente con un biberón- previene la
obesidad durante la vida adulta (International Journal of Obesity, 1:11), y
después publicaron indicios sólidos de que lo mismo ocurre en humanos (Obesity
, 14:1371).
´Las pruebas en humanos son indirectas
y limitadas´, admite Palou. ´Consisten en monitorizar los cambios de peso
corporal en los niños que fueron amamantados durante al menos seis meses y
determinar su relación con la concentración de leptina en la leche materna´.
´Los posibles desarrollos aplicados son
bastante obvios´, dice Palou. ´Primero, el desarrollo de leches para lactantes
suplementadas con leptina, lo que supone un mercado enorme. Y segundo,
investigar el modo de mejorar la nutrición de las madres para que su leche
tenga una composición óptima de leptina´. En cualquier caso, Palou insiste en
que hay que seguir recomendando la lactancia materna.
El científico explica que esas
aplicaciones se están viendo retardadas por obstáculos de tipo ético. ´Hemos
demostrado el efecto en ratas, pero hay que probarlo en niños y para ello tiene
que haber suficientes evidencias del beneficio que proponemos. Estos son los
estudios que hemos ido haciendo estos años, y espero convencer a alguien para
que apoye el asunto´.
En los últimos tres años, el
laboratorio mallorquín ha seguido aportando datos y argumentos. Han averiguado
que la leptina tomada en la lactancia no solo protege de la obesidad sino que
también programa el organismo para que en el resto de la vida evite el
desarrollo de diabetes, y para que la persona tenga unas preferencias
alimentarias particulares. Acaban de publicar que, si uno tomó leptina durante
la lactancia, el tejido adiposo está más preparado para manejar el exceso de
grasa de una dieta y evitar así complicaciones médicas como la esteatosis
hepática, causada por la acumulación de un exceso de grasa en el hígado. Nature
Reviews se ha hecho eco de esta investigación en un comentario editorial.
´El principal hallazgo de los últimos trabajos´, explica Palou, ´es que la suplementación con dosis fisiológicas de la leptina durante el periodo de amamantamiento programa una mejor respuesta del tejido adiposo a una dieta alta en grasas, mediante la prevención de la disminución del receptor de leptina en los depósitos internos y el aumento de la capacidad oxidativa de este tejido´.
El tejido adiposo es un órgano clave
que participa en el manejo y almacenamiento de energía. Por tanto, los cambios
en el receptor de la leptina en el tejido adiposo pueden ser de gran
importancia en el desarrollo de la obesidad y sus trastornos metabólicos
relacionados. ´De hecho´, explica el científico, ´es conocido que ciertos ARN
(unas moléculas similares a los genes que sirven a estos de mensajeros)
muestran unos niveles reducidos en el tejido adiposo de las personas con
obesidad mórbida, y hemos podido ver que una dieta alta en grasas sostenida
provoca unos menores niveles de expresión de esos mismos genes en ratas´.
El efecto de programación de la leptina
administrada durante la lactancia puede mejorar la capacidad para controlar el
peso corporal del adulto, y evitar las alteraciones metabólicas asociadas a una
dieta rica en grasas, y otras condiciones de estrés nutricional.
´En particular, el efecto protector
sobre el sistema formado por el tejido adiposo y la leptina parece estar
asociado con un mejor manejo y compartimentación de exceso de combustible; eso
mejora la sensibilidad de esas ratas a la insulina y la prevención de otros
trastornos metabólicos relacionados con la alimentación excesiva, como la
acumulación de lípidos hepáticos, que sí ocurre en animales no suplementados
con leptina´.
Según Palou, los resultados de su
equipo permiten comprender los efectos de la programación metabólica a largo
plazo por la leptina ingerida durante la lactancia. La leptina confiere
protección contra la obesidad y los trastornos metabólicos más relacionados. El
científico destaca ´la utilidad de la ingesta de leptina durante la lactancia
temprana como un plan de prevención de estas enfermedades´.
El laboratorio está ahora investigando
para identificar los mecanismos subyacentes implicados en el efecto de programación
de la leptina. Entre ellos, los mecanismos epigenéticos, o de inactivación
estable de grupos de genes. "Los resultados abren una nueva área de
investigación tanto en el uso de la leptina en el diseño de la fórmula más
adecuada para el niño, como en la identificación de los niveles de leptina
óptimos en la leche materna, que son aspectos de gran relevancia debido a la
alta prevalencia de la obesidad y sus complicaciones", dice Palou.
Recientemente han puesto en marcha dos
proyectos basados en el uso de las nuevas tecnologías de nutrigenómica. Por un
lado, están coordinando un proyecto de investigación de cinco años a gran
escala (Bioclaims), financiado por el séptimo programa marco de la Unión
Europea, que persigue la identificación de biomarcadores para la reprogramación
inducida por la leptina.
´También hemos empezado un proyecto del
Gobierno español para encontrar biomarcadores moleculares específicos para la
prevención de la obesidad´, concluye Palou. Los científicos están tramitando la
creación de una empresa spin-off asociada a la Universidad de las Islas
Baleares.
Javier Sanpedro
© EDICIONES EL PAIS, SL.
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