Domingo 12 de agosto de 2012
Oxígeno
El caso de una bebita que murió de tos convulsa, una enfermedad que afecta a 50 millones de personas por año
Por Gabriela Navarra | Para LA NACION
Nada los había hecho más felices que la llegada de Salomé, su primera hija. Los abuelos maternos querían conocerla y fueron a pasar unos días a la casa de Juana Estrada y Julián Jaramillo (ambos de 32 años, ingenieros en Sistemas) en La Calera, altos de Bogotá, una de las zonas más elegantes de la capital colombiana.
"Somos muy unidos y mis padres querían estar cerca -recuerda Juana-. Mi papá estaba con catarro, pero vino igual. Cuando Salomé tenía 23 días hubo que internarla por bronquiolitis. Por un momento mejoró, pero luego llegó el segundo diagnóstico: tos convulsa. Parecía increíble, creíamos que esa enfermedad ya no existía."
Pero sí existía, y vaya con qué agresividad. La bebita comenzó a recibir antibióticos para combatir la bacteria que produce la tos convulsa -también llamada coqueluche, tos ferina o pertussis-. Pero al cabo de una semana, la pequeña Salomé Jaramillo Estrada murió. Era el 30 de junio de 2011.
"Fue inesperado, inexplicable -continúa Juana-. Después de que Salomé nos dejara, también comencé con catarro, un poco de fiebre y tos, mucha tos. Me tomaron una muestra de secreciones y tenía tos convulsa. Lo mismo había pasado con mi papá. Ahí nos enteramos de que la enfermedad tiene varias semanas de incubación. La noticia fue tremenda: nos dimos cuenta de que habíamos transmitido el germen a la beba.
"
Lo que les ocurrió a Juana Estrada y Julián Jaramillo no es más que uno de los tantísimos casos (50 millones, 350.000, fatales) que se repiten cada año en el mundo. Si bien existe una vacuna para prevenir la tos convulsa, las primeras tres dosis se reciben entre los dos y los seis meses, es por eso que los bebes chiquitos que no han sido vacunados son presa fácil de una infección que puede costarles la vida. Además, en el 75% de los casos es la propia madre o su principal cuidadora quien la transmite.
"Se creía que los adolescentes o adultos no tenían tos convulsa, pero la vacuna, luego de 10 o 12 años, deja de proteger", explica la doctora María Luisa Avila, ex ministra de Salud de Costa Rica, país donde hubo un brote muy importante de esta enfermedad. En la Argentina también ha recrudecido con fuerza. En 2011, por ejemplo, se produjeron 70 muertes de bebes menores de 4 meses que aún no habían recibido el esquema completo de vacunación.
Por eso, desde este año, el Ministerio de Salud local incluye la vacunación de la embarazada a partir de la semana 20ª de la gestación.
"Si bien en adolescentes y adultos la tos convulsa no produce problemas graves, estos grupos son fuente de contagio, por eso la necesidad de repetir la vacunación", dice la doctora Carla Vizzoti, jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (ProNaCEI).
La recomendación es que se vacunen no sólo los padres y hermanos sino también aquellos que estén en contacto con los bebitos: docentes de guarderías, personal de salud, abuelos u otros adultos. Es la denominada estrategia capullo: se protegen quienes están cerca para cuidar a los más vulnerables.
Además de las tres dosis a los 2, 4 y 6 meses y la vacunación de las embarazadas a partir de la semana 20ª, el calendario oficial prevé refuerzos al año y medio, a los seis y a los once años.
Salomé salva una vida
Juana Estrada siguió con tos varias semanas. Ni bien estuvo mejor se vacunó contra la tos convulsa y quiso quedar embarazada lo antes posible. Lo logró enseguida, y vino al mundo Salomón, que ahora tiene casi dos meses.
"Por nuestra profesión, Julián y yo enseguida montamos una página Web para difundir nuestra historia -dice Juana-. También creamos una página en Facebook que fue vista por más de 34 millones de personas y tiene más de 16.000 fans. Y para el 30 de junio, día en que Salomé nos dejó, comenzamos con la Fundación Salomé salva una vida.
Queremos ayudar a las familias con menos recursos para que accedan a la vacunación en caso de que en sus países el estado no la cubra. Nuestra hijita no vino en vano. Somos muy creyentes y sentimos que fue para ayudar a salvar otras vidas."
Más información. www.salomesalvaunavida.com
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